lunes, octubre 23, 2006

Jet Lag y Archie McPhee

Siempre me pasa igual, como viajo tanto me empeño en creer que el jet lag ya no me afecta y así me pasa luego, que me duermo por los rincones después de un viaje y yo nada, pensando que qué día más tonto tengo pero sin reconocerme que es por el cambio de horario. El domingo por la mañana, hora española, llegué a Barajas tras dieciseis horas en danza y habiendo dormido unas tres horas en total durante los vuelos, pese haberme drogado con alcoholes y fármacos light que en otros viajes sí hicieron su efecto. Se ve que ya soy adicto y ya no funcionan y, con la ayuda de un instituto altamente revolucionado que se unió a mi viaje de regreso en NY chillando todo el camino, pues yo con los ojos como platos en el avión y con puteo que se me iba poniendo que no era normal, pero incapaz de dormirme. Por lo menos la maleta me llegó estupendamente y eso se puede considerar casi un milagro, porque después de ocho vuelos con conexiones realmente ajustadas en algunas ocasiones, no es para menos.

El caso es que llegué a casa y no quise dormirme. Además, colmé de regalos a mi familia (y qué regalos, oiga, cómo me he portado, mejor que los reyes) y no podía irme a la cama y que me dejaran de hacer la pelota, que luego te duermes y cuando te despiertas el mundo ya ha vuelto a su cauce natural y ya no eres famosa. Yo quería gloria, y tuve gloria: "mamá, un cafelito" y cafelito que vanía a mis manos. "Papá, córtame una poquita de chorizo" y chorizo cortadito en rodajitas, con biscotes. "Jwalks, vete de aquí que me rayas" y Jwalks que se iba cerrando la puerta con cuidado. Hay una vida más cara, pero yo no la quería, todo era perfecto.

Pefecto hasta que después de comer, me quedé traspuesto un momento y me dormí cuatro horas del tirón, hasta que empezó el Madrid-Barça. Luego dormí siete horas por la noche y el caso es que me he despertado bastante entero. He llegado al curro y la gente me preguntaba si no estaba atontado, y yo "que va, pero si de salir los fines de semana ya destrozo los horarios continuamente, estoy acostumbrado". Pero después de comer, debo reconocer que la tarde se me ha hecho insufrible y que he llegado a casa y no soy persona. De hecho, no sé cómo me ha dado por escribir el post, porque estoy viendo la cama aquí al lado y se me está insinuando de una forma descarada, y creo que no me voy a resistir mucho antes de ir a comprobar cómo anda la almohada de mullida.

Bueno, sí sé por qué estoy escribiendo. El motivo principal es que mi página de juguetes preferida, Archie McPhee, que me descubrió el gran Cranston Snord, está haciendo un sorteo que consiste en que tú enlazas los ítems que más te gustan en tu blog personal, a modo de lista de lo que te gustaría tener, y si te toca, ellos te mandan esos juguetes hasta un valor de 200 euros, o 100 euros, según quedes en el sorteo. No podía renunciar a esto y no podía dejarlo correr un solo día más.

Antes de poner mi lista, matizaré que prácticamente todos los objetos de esta página me entusiasman, pero que seré comedido y pondré diez cosas o así nada más, que son las que me molan hoy, aunque mañana podría escoger otras diez perfectamente. Os recomiendo que os deis una vuelta y, sobre todo, leáis las explicaciones de los artículos, para entender su espíritu. Ahí van los míos:

El unicornio vengador

Es tu amigo y atraviesa con su cuerno a gente tan detestable como los mimos, yupis, tu jefe, o señoras con estética jipi o new age. Yo quiero un amigo así en mi habitación. También está el narwhal vengador, que es un tipo de ballena, que en vez de atravesar personajes odiosos, atraviesa bebés de pingüino, bebés de foca, y koalas. Es un modelo más agresivo pero también querría tenerlo.

El obsesivo-compulsivo

Me parece el plan de muñeco y trae unos guantes y mascarilla para no contaminarse al tocar las cosas. También puede doblar las articulaciones para chocar contigo los codos o las piernas y así no tener que estrecharte la mano.

Los hombres-rana contra el pulpo radiactivo

Me encanta ver a todos ahí luchando tan pequeñitos contra ese pulpo, quiero tenerlo y ponerlo de muchas posturas.

El jugador de bolos albino

No sé explicar por qué lo considero muy necesario en mi vida, pero me fascina este concepto de muñeco.

El geek

Su despachito con todos los accesorios del operario de técnico informático de la empresa me parece muy total, y creo que quedaría muy bien al lado de mi portátil. También creo que todos los técnicos informáticos, o programadores en general, deberían tener el suyo a modo de fetiche. Yo tendré el mío porque voy a ganar ese concurso, así que os lo tendréis que comprar.

Los hombres más bajo y más alto del mundo

Miradlos durante un segundo y reconoced que los deseáis en vuestro cuarto, o salón.

La bola sarcástica

Es la típica bola que da respuestas a todas tus preguntas, pero que en vez de los clásicos "si", "no" o "quizás", que también los tiene, se pasa mucho más contigo y te suele humillar bastante. En el enlace que os he dado, podéis probar con la bola. Yo le he preguntado si voy a ligar alguna vez en el ochoymedio y me ha dicho "eso es ridículo". Pues me parece fenomenal, ya estoy cansado de tanta mentira en este mundo y agradezco muchísimo algo de sinceridad. Deberiais quitaros la venda y adquirir una, no tengáis miedo, sólo es la verdad. La llevaré siempre conmigo cuando la posea.

Los monstruos para dedos

Los necesito y punto, tengo que ponérmelos y jugar con ellos un rato inmediatamente. Qué chulos son todos.


La monja mil-leches y las monjas luchadoras

Que una monja con los ojos verdes eche chispas por la boca mientras camina a cuerda con su biblia, y que dos monjas peleen entre ellas con guantes de boxeo, me entretiene profundamente, no lo puedo pasar por alto y deben ser mías.

Los zombies corporativos

El hecho de tener unos zombies en mi mesa que se dediquen a vagar por el mundo con su portátil, maletín o calculadora, me resulta muy grande. Yo me imagino a unos cuantos de mi empresa y, si se quedaran en este estado de no-muerto, serían algo parecido.

Las tiritas de bacon

Por hacer referencia a la fijación obsesiva que tiene Archie McPhee con los artículos relacionados con el bacon, elijo las tiritas, que creo que me sentarían muy bien en caso de accidente doméstico, y además, fueron el primer artículo que descubrí de esta página y siento cariño por ellas.

Acabo de leer que sólo lo enviarán a direcciones de USA, pero me da igual, yo lo mando y que se lo envíen a mi tío de Phoenix, que ya me lo mandará.

(Gracias Cranston, desde que conocí esta página gracias a ti, hace ya tiempo, soy un poco más feliz)

Me voy a sobar

viernes, octubre 20, 2006

Los Estates 2006: Phoenix (Arizona), días seis y siete (FIN)

El miércoles terminé de trabajar en Andrews, Texas, y me llevaron al aeropuerto por la 345, que no debe tener más de dos curvas, qué aburrimiento de carretera. Me puse un poco pesado con el conductor y conseguí que me parara en el arcén para hacer alguna foto a las llanuras con las bombas de petroleo por allí bombeando, aunque no conseguí que salieran muy bien, hay que fijarse un poco para ver la que sale en esta foto, y eso que es de las mejores



Ya en el aeropuerto de Midland/ Odessa, escribí un post bastante malo y apresurado robándole la conexión a alguien, pero el destino puso las cosas en su sitio y, cuando fui a subirlo, debió ser que mi benefactor se había ido a coger su vuelo ya, que había cerrado la conexión y mi post se fue al limbo de los post malos. Lo perdí para siempre, pero no me dio rabia ni nada, ni si quiera estaba muy currado.

Cogí mi vuelo e hice conexión en Dallas, donde esperé mis buenas dos horas muerto de sueño y un poco triste, porque era tarde y las tiendas habían cerrado, ya estaba cansado de leer, de hacer sudokus y de oir música. Recuerdo que estuve un buen rato mirando los aviones y cómo maltrataban sin piedad las maletas que metían y sacaban. Me hice esta foto.



Tras un vuelo de tres horas más, llegué a Phoenix, donde me esperaba mi tío. Mi tío se fue con su mujer y su hijo hace año y medio a vivir allí y desde entonces no nos habíamos visto. Mi tío tiene bastante peso en mi familia porque es el hermano pequeño de mi madre y siempre había sido el tío joven, golfo y enrollado que te molaba tener. No había tenido mucha suerte en España en temas de trabajo y tal y, por diversos motivos, cogió y agarró y se fue a Phoenix a cambiar de vida y hasta ayer, nadie había podido ir a verle, y él tampoco había venido, así que os podéis imaginar el abrazo que nos dimos, qué tremendo.

Fuimos a su casa con mi tía y mi primito, que ya tiene diez años, habla inglés como los de allí y está muy mayor. Se puso muy contento de verme (y yo a él) y dormí con él en una habitación llena de atrezzo de Bob Esponja, que le mola mucho. Me estuvo enseñando sus cosas y yo le puse inmediatamente un poco de música moderna para ir adelantando trabajo, que le vi muy mal encaminado (le gusta el reguetón), pero no triunfé mucho y acabamos oyendo a uno de allí, que por lo visto es lo más y es así como un guaperas medio country, medio rock, medio pop. Bueno.

Hoy me han llevado a ver todo aquello y me ha gustado mucho. Phoenix es la ciudad más calurosa de EEUU, está en Arizona y es considerada zona desértica. El caso es que llegas allí y lo que ves es una ciudad enorme con una construcción totalmente en horizontal (no hay bloques de pisos) que provoca que tengas un cuadrado (la ciudad) de 127 kilómetros (sí, kilómetros) de lado. La ciudad en sí es un ejemplo de eficiencia, tienen agua del río Colorado almacenada por todos lados, zonas verdes, campos de golf... pero todo en un estilo muy acorde con la zona (tonos tierra, algo así como tipo mediterráneo) y unas infraestructuras impresionantes de carreteras y urbanismo. De hecho, en Phoenix hay mucha panoja, se nota enseguida por las urbanizaciones de lujo que hay continuamente, lo cuidado que está todo y los coches que tiene todo el mundo, impresionante. Lo que pasa es que en cuanto te sales de la ciudad, aquello es el puto desierto, com cáctus de los de las películas, escorpiones y serpientes de cajcabel.







Rodeando la ciudad, y a la vista, están las reservas de indios americanos, que yo me he enterado aquí de que eso no es considerado Estados Unidos y tienen sus propias leyes, así que te pueden pegar un tiro si te metes sin permiso y nadie dice nada. De todos modos, los indios son ciudadanos americanos y tienen muchísimos privilegios y pocas obligaciones. El estado se siente en deuda con ellos por las barbaridades que les hicieron, y están como Dios. Además, las reservas son paraísos legales y todos los casinos están allí, porque en Arizona está prohibido el juego. No voy a extenderme, pero ya veis por dónde va la cosa.

Hemos ido a una especie de recreación de pueblo antiguo de allí, y luego hemos estado viendo la zona, subiéndonos a alguna montañita y yendo de compras a sitios que conocía mi tío. Lo que pasa es que se sentían tan anfitriones que me agobiaban un poco. Yo sólo necesitaba que me llevaran a los sitios, pero luego entrábamos donde la ropa y me iban enseñando todo lo que veían “mira que camisa”, “mira que calcetines” “mira que pantalones” “mira que pijamas”... así todo el rato, y a mi no me gusta nada cómo viste mi tío, así que imaginad el papelón para buscar excusas de por qué no me interesaba todo lo que me enseñaban continuamente. Ha habido un par de veces que he estado a punto de decirles “muchas gracias, pero sé lo que es una tienda, no hace falta que me señaléis todo con el dedo”, pero como lo hacían por la emoción de tenerme allí y querer que me gustara todo, pues he hecho caso de todo lo que me decían y luego me escaqueaba lo que podía. Al final me he apañado, y creo que lo han acabado pillando un poco.

He comido una barbacoa increíble, con la patata asada más grande del mundo (rellena de mantequilla, queso cheddar y salsa raunchy) y mil acompañantes tipo ensalada de col y frijoles. Me ha encantado, esta ciudad está muy bien para hacer una visita y, bueno, lástima de no estar más tiempo y poder ir a Las Vegas o al Gran Cañón, que quedan a tiro de piedra. La cosa era aprovechar mi viaje de trabajo y venir a ver a mi tío, pero bueno, teniendo alojamiento, el viaje no es tan caro y seguro que habrá más ocasiones ¿quién se apunta? Es que sólo...

Con este post acabo la crónica de este viaje, si no ocurre nada extraordinario. El sábado por la mañana (hora de aquí, que aún es jueves por la noche en este momento, pero es que en Madrid son nueve horas más) vuelvo a Madrid y llego el domino por la mañana. Supongo que mañana será más de lo mismo por aquí, pero no podré postear porque al día siguiente madrugo mucho y estaré todo el día de pingo, así que no tendré tiempo. Supongo que llegaré a Madrid bien, así que lo mejor de este viaje, ya se ha contado. Yo me lo he pasado muy bien, con todos sus bajones, pero ha merecido la pena sin duda alguna. Gracias a todos los que me habéis seguido, contaros todo esto y saber que me leíais me ha hecho mucha más compañía de la que os podéis imaginar en algunos momentos especialmente solitarios, así que es un agradecimiento muy sincero. Me despido con esta foto que me he hecho esta mañana en un parque de aquí, una pena que no ponga la cara porque salía muy guapo y muy gracioso (por cierto, en estas fotos parece que estoy un poco gordo, pero no, es la camiseta que se me inflaba con el viento). Nos vemos en Madrid.

miércoles, octubre 18, 2006

Los Estates 2006: Andrews (Texas), día cinco

Hoy me he despertado en mi hotel de Cleveland y estaba diluviando hasta el punto de que me ha empezado a preocupar la posibilidad de que se retrasara el vuelo y perdiera la conexión que tenía que hacer en Houston. He ido con tiempo al aeropuerto y el taxista me ha dicho que ni de coña, que allí llueve así muchas veces y no se suspenden los tan fácilmente, así que me he quedado más tranquilo, poque si tenía clara una cosa es que yo me quería ir de Cleveland ya y dejar de tener los nervios agarrados al pecho cada vez que salía a la calle.

Al final el vuelo sin problemas y en Houston un poco rollo porque he tenido que esperar tres horas en el aeropuerto. El aeropuerto de Houston lleva el nombre del padre del actual presidente de la nación, que también fue presidente, y a modo de homenaje hay una estupenda réplica en bronce de este tipo, que tiene el dudoso mérito de haber generado el espermatozoide más bobo de los últimos tiempos. Esto da una idea del aire que se respira por Texas, haciendo estatuas a esta gente. Don´t mess with Texas. He hecho tiempo intentando robar conexiones de internet a diestro y siniestro, hablando con Elza un rato (que me ha llamado) y comiendo en un amago de restaurante mejicano que ha resultado ser un completo fracaso. Los looks de cowboy de la gente también tenían su gracia, pero al rato te acostumbras. El momento cumbre ha llegado cuando me he puesto a adelantar un poco de trabajo para mañana (hoy para vosotros) en el ordenador, y cuando he terminado, he cerrado el documento de word sin guardar los cambios. Pura neurona texana, señora, que todo se pega menos la hermosura.

El vuelo hasta el aeropuerto de Midland/ Odessa lo he hecho en un avión pequeñito que me ha encantado, pese a que me habían reventado los sudokus de la revista de la compañia que había en mi sitio. Lo primero que me ha gustado es que sólo tenía dos filas de asientos separadas por el pasillo, así que no he tenido compañero con el que compartir ni reposabrazos ni hombro con un desconocido. Lo segundo, que el avión volaba más bajo de lo habitual y se veía fenomenal todo. Aquí ya no hay mucho que ver, digamos que la zona de Texas en la que estoy es el puto desierto, y lo único que se ve son extensiones inmensas de nada, cruzadas por carreteras de rectas interminables y algunos ríos que no sé de donde saldrán, pero son muy caudalosos. Además, a partir de un determinado momento del vuelo, según te metes para el interior, comienzas a ver los pozos de petroleo, que hacen dibujos tan chulos como estos que he sacado desde el aire:



En cada cuadradito hay una bomba petrolífera como ésta y no se acaban nunca.

He llegado al aeropuerto de Midland/Odessa y mi maleta ha salido por arte de magia por la cinta. A veces me pregunto cómo es posible que no se pierda, sobre tdo cuando haces conexiones, cuando ves desde el ventanuco del avión el trajín que se traen en el aeropuerto con tanto bulto para arriba y para abajo(toco madera, Doctora). Allí me esperaba una señora del sitio al que coy a currar mañana que me ha venido a buscar en coche, porque todavía me quedaba una hora de camino hasta mi destino y no era plan de ir cogiéndose taxis como si fueras al ochoymedio. Durante el trayecto, aparte de hablar de muchas cosas porque era muy enrollada, me ha explicado que en el pueblo al que nos dirigíamos, Andrews, había una convención del mundillo del petróleo, una especie de feria, y habían tenido problemas para reservarme un hotel digno, como suele ser habitual cuando hago estos viajes. Al final, que la mujer ya me estaba dando unos rodeos que me estaban mosqueando un poco, me ha dicho que lo único que quedaba libre era un motel de carretera al lado del sitio donde tengo que ir mañana, que lo sentía muchísimo pero que no me preocupara, que la gente le había dicho que estaba muy limpio y encima estaba al lado de la empresa. Yo he dicho que perfecto y nada, a ver, que iba a decir...

Hemos llegado y éste era el motel, mi habitación está en la planta baja, un poco al fondo, donde la furgoneta blanca.






Yo me he dicho "bueno, estoy en Texas y más encanto no puede tener", pero la verdad es que el entorno no ayudaba mucho: no hay NADA alrededor de este sitio, ni pobres con vasito ni nada, sólo la carretera y parcelas enormes con pozos de petroleo, o bueyes, aparte del olor a petroleo que invade todo desde que pisas el aeropuerto.

Cuando he entrado a la habitación se me ha caído el alma un poco a los pies





Insisto, ya sé que tiene su gracia y yo sería el primero que diría que es lo más y muy auténtico, pero cuando llegas reventado de un viaje que ha durado diez horas, llevas casi una semana solo y agradeces un poco de vidilla en donde estés, te vas al culo del mundo y resulta que te meten en un hotel de puteros, con la pila del lavabo en la misma habitación en la que duermes (al menos el retrete está metido donde la puerta esa que se ve abierta) luces fluorescentes de hospital y muebles de formica sobre una moqueta mmmm... usada, por poner algunos ejemplos, pues así de primeras como que te dices "¿y a mi qué coño se me ha perdido aquí?". Yo que soy bien tomao para esas cosas, me lo he tomado a bien y me he hecho un café de la cafetera esa que se ve y me he conectado a internet, que de eso sí que había y gratis, mira. El ambientador que hay aquí también es de traca, huele a hotel de follar. Aquí se ha follado mucho. Aquí debe follar todo el mundo menos yo.

Luego me he ido a cenar al R&D's café, que lo tengo a cincuenta metros (es lo único que hay) y me he comido un filete de buey, que es lo que hay que comer aquí para que te respeten, francamente bueno. Con patatas y ensalada con aliño francés (?)



He vuelto a la habitación y Chs estaba en el messenger, que como vive en Brasil era el único que estaba despierto, y nos hemos estado descojonando de mi hotel con las fotos que le he mandado (las que he puesto aquí más o menos) y hemos hablado un buen rato de nuestras cosas, que hacía ya tiempo que no hablábamos. Qué mayor está su hija. Me ha buscado con el Google Earth y me ha encontrado. Me ha dicho que estoy en el puto culo del mundo y yo me he empezado a preocupar porque como me muera aquí o algo, no se va a enterar nadie. Luego me ha dicho que van a venir por la noche Freddie, Jason y los Chicos del Maíz, que son todos de por aquí. Oye, pues me he puesto a pensarlo un poco de mal rollo sí que da, que la puerta de este cuchitril es de mentira.

En fin, parecerá raro pero me alegro de estar aquí ahora mismo. Si tuviera que vivir, o pasar una temporada más larga, ya no sé cómo me lo tomaría, pero hoy me veo en el mapa tan lejos de casa y sólo puedo reconocer que vivir este tipo de cosas tiene su gracia y hay que aprovecharlas cuando tienes la oportunidad. En ello estoy.

Mañana me voy a Phoenix corriendo nada más terminar de trabajar aquí, más lejos todavía. Encima con escala en Dallas, que es un poco ridículo porque es como ir a Valencia desde Madrid pasando por Zamora, un poco putada para mi. A ver si puedo postear algún día desde allí que lo voy a tener más complicado, lo intentaré, que me estáis haciendo mucha compañía y se agradece.

Cómo huele a petroleo.

martes, octubre 17, 2006

Los Estates 2006: Cleveland, día cuatro

Hola, me llamo Dwalks y voy a morir. O eso creo, porque esta ciudad sigue atormentándome, antes he salido a comprar unos alimentos para sobrevivir una noche más oculto en mi habitación, y como cinco pobres se me han acercado por el camino a sacarme la pasta en los doscientos metros escasos que me separaban del take away al que he ido. Por supuesto todos iban agitando su vasito de cartón en la mano, que aquí significa "me lo pones aquí dentro, si me haces el favor". Ya sé que me estoy emparanoiando pero es noto que me huelen y es que tienen muy mala pinta, los hay bastante jóvenes y grandes y te vienen andando con aire de sobrao en plan rapero metidos en ocho capas de abrigo cada uno, y encima no les entiendo nada de lo que me dicen, así que me asusto más y hago unos movimientos extrañísimos con mis piernas por los nervios cuando les veo, que incluyen frenadas en seco con quiebros involuntarios de mi cintura para camiarme de acera, o cruces de mis pies a lo chiquito, porque luego quiero disimular sobre la marcha y queda fatal. Encima yo, como soy tan listo, no se me ha ourrido otra cosa que ir de chaqueta y corbata por estas calles, así que los indigentes más contentos que unas castañuelas con su vasito venga a movérmelo cuando pasaba. Pues no se han llevado un duro, o mi panoja o yo, pero no hay sitio en esta ciudad para todos (creo que me he liado con la frase, pero se me entiende).

A todo esto, que he empezado por el final, hoy he currado, que a eso había venido aquí y por eso es por lo que he acabado yendo como un pincho trajeado a jugarme la vida hace un rato. La verdad es que controlaba bastante de lo que venía a hacer hoy y me lo he pasado bien, por la mañana hemos estado muy liados con unos asuntos y unas cosas y se me ha pasado volando porque estaba muy concentrado. Luego se han tirado el rollo y me han llevado a comer a un sitio bueno con un mirador al lago Erie y a la ciudad, que quedaba al fondo, y me he comido un pez que no estaba nada mal, mientras me contaban lo contaminado que estaba el Erie últimamente. Yo he decidido pensar que mi pez no era del Erie, y no he querido contrastar este pensamiento con ningún otro. Me han dicho qué raza de pez era pero ya se me ha olvidado. Yo me he pedido una cerveza para beber y mis dos acompañantes se han calzado sendos güisquis dobles on the rocks que fenomenal por ellos, pero qué fuerte. Luego hemos vuelto y le he dado una charla a unos chavales que tenían allí en formación, lo cual ha sido una encerrona porque no estaba previsto, pero bueno, he salido un poco del paso y al final ha quedado medio bien, sobre todo porque ellos no tenían ni puta idea de nada y yo les podía haber contado que en España las ranas dan volteretas en vez de saltar, que hubieran tomado notas igual. Y luego ya me han traido al hotel y me he ido a comprar la comida, con el cerito más tenso que el tambor de don nicanor.

Mañana me voy para Texas, y por fin podré salir de mi agujero, podré vivir sin miedo porque mi panoja será mía y no de cualquiera que tenga un vasito de cartón, qué ganas. El caso es que tampoco estoy mal aquí, pero ayuda el hecho de tener internet gratis o que haya sitios donde ir en taxi, como el museo de rock o los malls. Una pena no haberme enterado a tiempo de lo de la exposición de arte catalan que me ha comentado _r_ en un comentario del post anterior, porque hubiera ido de cabeza, qué pintón. Todavía me pregunto cómo se me ha podido pasar... qué rabia y qué vergüenza, eso me pasa por dar por hecho que aquí no había cosas chulas y estar más pendiente de tomar fresisuis.

Hoy ha sido un día estupendo porque, aparte de un regalo que me han hecho de forma inesperada, todos mis amigos, o casi todos, se han comunicado conmigo en forma de chat, sms o correo, sin estar compinchados, vamos, que se han acordado de mi. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión porque me han ido llegando las cosas escalonadamente por la tarde, y estaba todo el rato o conestando a unos o leyendo a otros. No te das cuenta de lo solo que estás hasta que agradeces de una forma casi infantil este tipo de detalles, y eso que yo me las apaño fetén a mi bola, pero es que tengo los mejores amigos del mundo y no veas si mola cómo se curran el regalo. Cómo os echo de menos a todos.

lunes, octubre 16, 2006

Los Estates 2006: Cleveland, dia tres

Hoy me he pasado el día en un mall gigante y no he hecho fotos, la verdad es que no hubieran sido muy diferentes de las que hubiera sacado en el Xanadú o en el Plaza Norte, así que he pasado y he estado a lo mío.

Para ir, que quedaba lejos, he telefoneado a un taxi desde el hotel y el conductor era un señor negro de unos cincuenta años llamado Roonie. Hemos charlado por el camino y yo le he contado mis traumas con esta ciudad (como a todo el que se me pone delante y me da palique) y él ha asentido con la cabeza todo el rato, aunque no parecía llamarle mucho la atención lo que le estaba contando porque para Roonie, el downtown es así de solitario, así de deprimente los fines de semana, y no parecía entender qué perra me había dado con lo de ir a pasear por un sitio que no es para pasear. Por el contrario, me ha asegurado que las mejores costillas ahumadas de Cleveland se comen a dos millas del centro por la caretera que va al sur, y que si alguna vez decido probarlas, no olvide pedir que me rebajen el picante de la salsa, o de lo contrario me arderá el culo hasta que vuelva a la maldita Europa. También me ha contado lo contaminado que está el Erie y hemos llegado al acuerdo de que me volvería a recoger al mall cuando me apeteciera volver al hotel, eso es algo bastante típico de aquí. Me ha apuntado su número en un papel y le he dado dos dólares de propina para que no se olvidara de mi, que los malls están lejos y hace tres años tuve que esperar cerca de una hora hasta que vino uno a por mi.

El mall tenía de todo pero no he arasado mucho. Aunque resulta algo más barato que España, tampoco he visto chollazos de cosas que me gustaran. Lo bueno, como en todos los lados, es caro, y el hecho de que en vez de cincuenta cueste cuarenta y dos, no hace que no te estés gastando panoja. Aún así he comprado cosas en el GAP, que es una tienda que me encanta (ya podían muchos a hacer las prendas básicas como éstos, bien hechas y con diferentes estilos, pero sin pasarse ni de tunning ni de soso) y luego he comprado alguna cosa más para que no me amargara la boca, porque empezaba a sentir ansiedades peligrosas. Me he controlado bastante, y es que aún me quedan días.

En todos los sitios que he pagado o he interactuado con los dependientes, me han acabado preguntando que de dónde era. Los americanos tienen un forma de dirigirse a uno que consigue no parecer de cotilla. En este sentido nos dan mil vueltas, son directos pero amigables, tienen conversación pero no se enrollan, hacen dos preguntas para romper el hielo pero no se meten en temas personales, es decir, su conversación de cortesía es bastante mejor que la nuestra... Lo que pasa es que si te pones a hablar como ellos traduciendo al español, diciendo cosas tipo "hey amigo, ¿que te trae por la ciudad? ese acento no lo enseñan en las escuelas ¿de donde vienes?", al final parece que hablas como en una película de vaqueros y la gente te mira raro, así que nada, seguiré con el "¿de donde eres?" de toda la vida cuando vuelva a España.

Al final de mi jorada en el mall, Roonie ha sido puntual y me ha recogido en el mismo punto en el que me había dejado cinco horas antes.

Ya en el hotel, me he probado otra vez todo lo que me había comprado, he currado un poco y después he llamado a un telechino para que me trajeran la cena a la habitación, que yo de aquí no me muevo en cuanto anochece. Pero resulta que me he equivocado con el teléfono y he llamado al de la policía/bomberos/urgencias (tenía que marcar 9 + 1 + el número del chino, y se me ha repetido el uno sin querer, así que he llamado al 911, urgencias aquí). Como me cuesta mucho entender a la gente de primeras por teléfono cuando no dicen "hello?", me he tirado un rato preguntándole a la de urgencias que si eso era el "China One", que quería hacer un pedido, hasta que ya me he enterado y ya la he pedido perdón superagobiado y he colgado. Como no sabía qué había hecho mal, me he quedado en la cama quieto y mirando a la nada sin atreverme a llamar más porque no queria equivocarme otra vez y que pensaran que les estaba vacilando, y en esto que me han llamado de la recepción del hotel para saber si me encontraba bien, porque habían visto que había llamado a urgencias. Como a la recepcionista ya la conozco de hablar con ella de vez en cuando, y ella a mi, la he contado lo que me ha pasado y se ha muerto de risa, y su compañera también, que la oía de fondo y decía "pobre". Al final se ha enrollado y me ha pedido ella la comida al chino para que no me quedara sin cenar. Creo que la doy un poco de pena, porque antes de subir a la habitación le he contado lo de la propina de ayer, para informarme bien de como va el tema, y lo de lo solitaria que es la ciudad y el miedo que me daba, que eso se lo cuento a todo el mundo. Así que debe pensar que estoy aquí metido en la habitación todo el dia sin poder comer, ni salir, ni nada.

Pero no, me lo estoy pasando bien, en serio.

domingo, octubre 15, 2006

Los Estates 2006: Cleveland, día dos.

Hoy me he levantado pronto para llegar al desayuno, que lo dejaban de servir a las diez. Me ha parecido un poco cutre porque todos los platos y vasos eran de pvc y los cubiertos de plástico, aunque la comida no estaba mal, así que me he forrado convenientemente porque los donuts eran un no parar.

He decidido ir a un mall que hay aquí cerca del hotel a ver si veía chollos de ropa y música fundamentalmente, y dejar para otro día el paseo por el centro de la ciudad, que yo pensaba que aquí hacía todavía medio buen tiempo y lo primero que he visto por la ventana esta mañana es que estaba nevando. Bueno, eso, y a un señor que estaba arreglando la fachada de la iglesia que hay delante del hotel, pegándose un hostión desde la escalera en la que estaba subido, qué pena que no me haya dado tiempo a pillar la cámara un poco antes. Se ha caído como en los videos de primera y creo que me he reído yo solo en voz alta en la habitación, aunque no sé si solamente lo he pensado.


La nevada según he abierto la ventana


La caída del operario, quince segundos después (me ha dado un poco de pena porque se ha hecho daño y se ha metido a la iglesia cojeando a ver si alguien le hacía caso)




El paseo que he dado hasta el mall era de unos diez minutos y probablemente haya sido la cosa más deprimente que he hecho en mi vida, aunque ya había salido el sol, estaba descansado del viaje y eran las diez y media de la mañana. Avenidas interminables completamente vacías, plazas enormes rodeadas por rascacielos y edificios federales preciosos sin un alma, parquecitos con monumentos y fuentes sin nadie ahí para , mendigos cada veinte metros en paradas autobús, bancos, parques... Aquí hay muchos mendigos y todos son negros, jóvenes o viejos, y a veces te vienen a pedir dinero pero no se ponen pesados ni son agresivos, aunque a mi me da miedo ir por la calle y verlos por ahí mientras camino, porque no estoy acostumbrado y pienso que todos van armados. La verdad es que me daban bastantes ganas de darme la vuelta otra vez al hotel, pero como sabía que el mall estaba cerca he apretado el paso (y el culo) y he llegado más o menos rápido. Era como esas escenas de "Doce monos" o "28 días" en las que la población humana se ha extinguido y el protagonista va por ahí andando con esa sensación de desasosiego por tener una ciudad entera a su disposición sin saber por qué. Al final he llegado a la supuesta puerta del mall y, como no lo tenía muy claro porque no había carteles, le he preguntado a un tipo que me ha parecido un guardia si eso era el mall, pero resulta que era un mendigo que se había puesto ahí porque le había dado la gana y, aparte de informarme muy amablemente (me he dado cuenta de que algo fallaba cuando he notado que sólo tres dientes) me ha pedido un dólar y un cigarro. Le he dado el cigarro nada más que no quería que me viese sacando panoja de ningún sitio, no fuera que se corriera la voz.

La foto no tiene mendigos porque no me atrevía a sacarlas cuando estaban ellos, pero da una idea de lo que es aquello. Nadie.



El mall ha resultado ser una mierda porque como el edificio, un rascacielos de oficinas con cuatro plantas destinadas a centro comercial, tenía estación de metro subterranea y había mucha gente de paso y muchos mendigos y sospechosos, porque hay que ver los looks de delincuente que gastan los negros por aquí, que yo no los distingo. Los mendigos estaban por allí deambualando para no pasar frío y los más jóvenes estaban en grupos y se te quedaban mirando aunque no hacían nada. Me he dicho con un hilo de voz que por mis muertos que yo ahí no compraba nada y que ni loco salía con bolsas de ninguna tienda, con toda esa gente ahí fichando, así que me he pirado a la media hora y casi con alivio, de verdad que daba un poco de mal rollo aquello. Además, las tiendas eran algo cutres y no eran de cadenas conocidas, no sé, debía ser un mall un poco de segunda porque ni siquiera estaba bien iluminado, tenía un aire un poco decadente que no invitaba a pasar allí mucho tiempo. He llegado a la conclusión de que aquí en el centro no hay nada, todo lo bueno está en recintos montados a las afueras y el concepto de ocio urbano con tiendas, centro histórico animado, bares, GENTE paseando... no existe apenas, al menos en Cleveland, creo que es algo más europeo.

Me he vuelto al hotel andando por la calle otra vez y, cuando he llegado al hotel con un patente micropene, le he preguntado a los de la recepción que donde había malls interesantes, mirándoles con cara de "y no me toquéis los cojones que ya sabéis a que me refiero". Me han dicho dos sitios a los que tendré que ir en taxi mañana, pero me da igual, tampoco es mucho. Como eran majetes, les he contado mis impresiones sobre la seguridad en la ciudad y lo del mall al que había ido y me han dado la razón, y me han dicho que los dos malls que me han dado son otra historia, que tienen de todo y no dan mal rollo (en uno ya estuve hace tres años y estaba muy bien para echar una mañana o una tarde, aunque conceptualmente los odio). Menos mal.

Como eran las once y media, me he ido al museo del rock, que lo tenía a quince minutos y he ido andando porque los de la recepción me han dicho expresamente que tranquilo, que no pasaba nada, tras esta conversación:

Dwalks: ¿Pero es seguro ir andando?
Recepcionista: Sí, ¿por?
D: Es que no me siento muy seguro paseando por el centro
R: Ya, casi nadie lo hace, pero al museo del rock no hay problema, el camino está más concurrido
D: Ya, ¿pero cuanto cuesta un taxi al museo?
R: Sólo son quince minutos andando, o menos...
D: ¿Pero cuanto costaría un taxi?
R: Tres dólares o así, pero ¿seguro que quieres llamar a un taxi para ir ahí al lado?
D: No sé, ¿es muy ridículo hacer algo así?
R: Un poco, pero como quieras, te lo pido.
D: No deja, iré andando. Eh... ¿esas cookies del bol que tenéis ahí son gratis?

Al final era verdad y he llegado vivo y con todas mis pertenencias, y es verdad que había más gente por ese camino y no había casi mendigos, aunque tampoco había nada más aparte de la calle que llevaba al museo, que se erige al borde del lago Erie (de los Grandes Lagos de toda la vida), junto al Museo de la Ciencia Marítima y el estadio de beísbol de los Clevelands Bears, un complejo muy moderno y bien puesto. Al final me he tirado seis horas en el museo del rock porque sencillamente me ha encantado, merece mucho la pena, es impresionante lo bien que se lo pasa uno y lo entretenido que se hace, y eso que yo pensaba que en dos horas iba que chutaba. Lo más destacado:

- Exposición permanente y creciente de indumentarias originales que habían llevado artistas de todos los tiempos en concierto. Si os digo que había más de mil piezas, con cosas desde de Nat King Cole hasta Bono, pasando por Sex Pistols, Bowie, Prince, Busta Rithms, Lou Reed o Britney Spears, creedme.

- Millones de máquinas para escuchar música, con todos los temas de casi todos los artistas más conocidos que han sido iconos de la música en alguna época, todo con pantallas táctiles y un sonido buenísimo, con versiones originales, de conciertos, acústicas...

- Colección de objetos para fetichistas, tipo manuscritos de Lennon, cartas entre músicos, borradores de letras de canciones míticas, ediciones limitadas de discos, fotografías. También interminable.

- Teatros y cines con pantallas gigantes y sonido surraun con conciertos (qué pasada ver el que hicieron por Bangladesh George Harrison, Bob Dylan, Eric Clapton y compañía en 1971, y mira que yo no soy muy fan de los clásicos, pero es que era como estar allí en zona vip) y documentales de la historia del rock, con mogollón de entrevistas, declaraciones y extractos de conciertos míticos que me han dejado embobado. He llegado a la conclusión de que todos estos músicos que veo ahora como dinosaurios eran muy el plan, son buenísimos y además viéndoles tan jóvenes te das cuenta de que eran todos tíos muy atractivos y no te extraña que tuvieran tanto carisma y tantas fans. Influye mucho el hecho de haberlos conocido algo tarde para no valorarlos como debería, por mucho que su obra esté ahí.

- Una tienda de música bastante completa, aunque muy comercial.

El museo, con el Erie detrás

Dwalks en autofoto junto al museo y pelado de frío

Los coches del Zoo TV Tour de U2 en el museo (a estos sí se le podía hacer fotos)



Ah, esto es un gordo cabrón señor obeso de los miles que hay por aquí, qué vergüenza, y eso que éste no es de los peores. A ver si saco uno todos los días a modo de voz de alarma, porque habrá excepciones, pero en general luego los ves en los restauranes poniéndose ciegos de mierdas, no tienen disculpa.



Me he ido más que satisfecho, aunque me han quitado la cámara por hacerle fotos a los muñecos de Pink Floyd de la gira The Wall. Ha venido una señora con un pinganillo y me ha dicho muy bordemente que me tenía que confiscar la cámara hasta que me fuera, yo le he intentado poner una disculpa porque sinceramente pensaba que en ese área sí se podía (como en la entrada con los coches de U2), pero la señora se ha puesto a repetir como un loro la frasecita cada vez que yo abría la boca, como cuatro veces que no me ha dejado hablar la muy golfa, hasta que me ha hartado y le he dicho que era extranjero pero no sordo ni tonto, aunque con los nervios lo de sordo me ha salido mal en inglés y he dicho 'muerto' (death) en vez de 'sordo' (deaf), pero me da igual porque la señora ha puesto una cara de amargada que se ha notado que lo ha pillado. La señora ha llamado a seguridad y un chico jóven me ha acompañado hasta una salita donde he dejado la cámara. Éste era muy majo, hemos ido hablando por el camino y me ha dicho que no me iba a borrar las fotos porque se las he enseñado y sólo había hecho ilegalmente las de los muñecos de Pink Floyd. También le he preguntado si era seguro caminar por el centro de Cleveland y me ha dicho que no, que había muchos mendigos y que se había un aumento de delitos desde el huracán Katrina porque mucha gente había emigrado desde Nueva Orleans cuando aqullo y ahora no tenían nada y por eso estaban en la calle.

Una de las fotos que hice del show de Pink FLoyd. Unos cables le movían los brazos al malvado profesor hinchable y se oía la canción de "The Wall" al fondo.





Ahora estoy en el hotel. He pedido comida por teléfono a un sitio de aquí cerca, que ya no quiero salir a ningún sitio por aquí a deshora, y me he quedado de piedra. Ha llegado el repartidor a la habitación, le he dado dos dólares de propina y me ha puesto cara de asco y se ha ido meneando la cabeza y sin decir adiós, y yo sin entender nada. Luego he visto en internet que tenía que haber dejado un 15% de propina y no el 10% que le he dado yo, o sea, hubiera tenido que darle tres dólares en mi caso, pero me ha parecido muy fuerte su actitud. Es que aqui lo de las propinas es como sagrado, ya me ha pasado más veces y nunca me aclaro, porque no es lo mismo para unas cosas que para otras. Tomo nota, pero me parece una burrada.

sábado, octubre 14, 2006

Los Estates 2006: Cleveland, día uno

Acabo de llegar a Cleveland después diecisiete horas desde que me levante en mi casa de Madrid. Vale que no ha sido todo ese tiempo volando, pero entre que vas con tiempo al aeropuerto, esperas por los aviones, pasas interminables controles de seguridad, vuelas, pasas inmigración, más controles, conexionas en Newark cambiando de terminal en tren, más controles, vuelas más, esperas por las maletas, coges un taxi... al final se me ha juntado toda esta barbaridad de tiempo durante el que no me he relajado, porque en estos viajes tan largos que hago solo, hasta que no llego al hotel, no digo "ya está". Estoy bastante cansado.

No soy tan friki como para ponerme a postear nada más llegar, aunque casi. He descansado un rato y he bajado a cenar al lado del hotel. He preguntado en la recepción y me han dicho que a la vuelta de la esquina había un sitio, pero que a tres manzanas había un sitio mejor. Con el cambio de hora aplicado, cuando he salido del hotel eran las ocho de la tarde pero ya era de noche cerrada. El hotel está en pleno centro de la ciudad y me he puesto a caminar en la dirección que me habían dicho. La avenida era grande y moderna pero no había un alma, salvo pobres en las estaciones de autobús y en los bancos. Me ha empezado a entrar mal rollo y a los cien metros me he dado la vuelta y he regresado a la puerta del hotel donde me he quedado un rato pensando si me estaba rayando yo solo. Al final he decidido no complicarme la vida y meterme en el restaurante que estaba a la vuelta de la esquina.

Cuando he entrado me he dado cuenta de que era un bar de negros porque sólo había negros, estaban poniendo fanki y en las paredes había fotos de negros. Nadie me ha mirado pero yo me he sentido un poco incómodo porque no estoy acostumbrado a una cosa así, peo como tenía hambre y en el bar había buen rollo me he dirigido a un camarero y le he dicho que quería cenar. Me he pedido un sandwich que tenía muy buena pinta, una cerveza y ensalada de col, que es una cosa que me encanta y aquí te la sirven en cantidades decentes. Al final me he enrollado a hablar con el camarero y me he acabado enterando de todo lo que puedo hacer este fin de semana en Cleveland. Ya sé donde está el museo del rock más grande del mundo y un par de malls para dejarme la panoja, que aquí si compensa y tengo varias cosas en mente. Ese será mi plan de mañana. También sé donde hay un par de clubs para por la noche, pero no me fío mucho y tampoco soy mucho de salir yo solo a tomar una copa, ya veré. El domingo igual me voy a ver las cataratas del Niágara, que quedan a una hora y pico en un autobús, pero me da un poco de pereza. Ya veré. Otra opción es ir a un museo de la ciencia que hay aquí y ver un poco el centro de la ciudad, que no tiene mala pinta. Ahora es otoño y hay unos colores preciosos, puede ser un buen paseo.

Esta es la segunda vez que vengo a Cleveland. La otra fue muy distinta porque era diciembre, estaba todo nevado y el maricón del tío al que iba a ver me recomendó un hotel en medio de la nada porque le venía bien para venirme a buscar desde su casa. Me morí un poco del asco, no podía salir a pasear, hacía muchísimo frío y tuve dos días libres, así que me los pasé metido en un mall gigante que había cerca (y en el que me compré la cámara con la que hago las fotos que meto en este blog), o en el hotel. Ahora no es lo mismo, me lo he montado bastante mejor y espero provechar un poco mejor estos días.

De momento, dado mi cansancio, sólo unas fotos de lo que veo desde mi ventana y otra de Dwalks tirado en la cama. Mañana más y mejor (espero)






NOTA: Ya sé que no he hecho post de Londres, pero es que no he tenido internet en casa durante toda la semana pasada porque a mi padre se le ocurrió optimizar unas cosas del cable módem toqueteando los parámetros y, en vez de optimizar nada, nos quedamos sin conexión toda la semana. Hemos tenido que esperar a que un técnico llamara para dejarnos todo como estaba antes de que mi padre mejorara la conexión, hecho que se produjo ayer. Ese post me lo dejo para después del viaje, que hay buenas fotos y cosas que contar, que nos lo pasamos muy bien.

jueves, octubre 05, 2006

Previo Londres un poco de labor social.

Bueno, hoy he estado mejor del constipado, así que no iré malo al viaje a Londres. Menos mal porque me han dicho que allí el papel higiénico raspa muchísimo en general y yo soy de sonarme mucho por la noche tirando del rollo cuando estoy con mocos.

Sólo escribo para decir eso, que a la vuelta contaré el fin de semana por allí y pondré unas pocas fotos, que siempre me da mucha pereza pero luego me mola verlas ahí puestas cuando pasa un poco de tiempo. Ahora me voy a terminar la maleta, que siempre me pasa igual y ya no sé ni lo que me falta por meter.

Retomo oficialmente la temporada de viajes, de aquí a final de año, una locura.

NOTA 1: Hoy me he dado cuenta de rebote, pinchando un comment de hace tiempo, de que un refán de CC-Catch que escribe un blog temático sobre ella, me ha metido como post en su blog porque yo una vez dije de pasada que de pequeño me gustaba CC-Catch y puse una foto en el post que hice. Se ve que me ha encontrado buscando por Google, y ante la escasez de información de esta señora (porque a estas alturas ya es una señora), pues me ha metido mi escaso material como parte de su documentación. Me da un poco de pena porque seguro que no estoy a la altura de las expectativas como fan de CC-Catch, y no me considero parte de ningún movimiento que reivindique a esta sex-symbol de finales de los ochenta, pero sólo por el detalle, he dejado un comment y me he hecho fan simbólico para apoyar a este blog (me sorprende lo actualizadísimo que está, y me encanta la coreografía del "House of the mystic lights" en vivo, que ya me la sé un poco y todo y estoy convencidísimo de que podría hacerla mejor que los que salen en el video, que bailan fatal, aunque estando solo en casa y sin los caballitos pony girando al lado no me queda igual, que rabia. Vamos, igualita que la de los Ok Go (ahora han sacado una coreografía nueva en unas cintas de correr -ver youtube si interesa- pero yo sigo siendo de ésta, de la primera, del "Million ways to be cruel").

NOTA 2: Ya me pasó algo parecido con una página especializada en jardinería, con un post que hice de un bonsái que traje a casa el año pasado. Me lo mandó un lector por correo y aluciné un poco, pero al final también me he hecho seguidor de esta página porque aprendes un montón de plantas y yo quiero tener alguna cuando me vaya a mi piso. Es muy últil y me siento muy bien relacionado con estas cosas.

A ver qué es lo siguiente... de momento, yo me voy a Londres que me apetece todo.

Bye!

miércoles, octubre 04, 2006

Guía y frenadol

La típica cosa que me tiene que pasar a mi. A dos días de irme a Londres cojo, agarro y me resfrío, y ya van dos veces en un mes. Eso me pasa por comer poca fruta, estoy en una de mis rachas absurdas y últimamente me tiro a los yogures por pereza después de cenar, y así me va, que me va a salir el escorbuto. Eso en la cena, que en la comida casi siempre pido café directamente y también me paso la fruta por el forro, así que me puedo pasar perfectamente dos y tres días sin probarla y tengo que cambiar esto ya, que si no no voy a durar ni dos meses vivo cuando me vaya de casa. Recuerdo un año que me tomé una naranja cada día y ni un catarro, pero este año nada, voy por muy mal camino.

Ha sido por el cambio de tiempo, lo he notado. A las tres, he bajado en mangas de camisa a hacer una cosa a la calle (que consistía en sacar un cigarro de un paquete que llevaba, encenderlo y fumármelo) y se me ha metido frío en el cuerpo. A las cuatro y media ya andaba sorbiéndome mientras curraba y a las siete ya estaba comprando frenadol en la farmacia. Es lo mejor de los constipados, el frenadol, es lo único que me gusta de constiparme, que puedo ser adicto a esta medicina. Soy muy yonki con el frenadol, tengo que controlarme seriamente para respetar las horas entre dosis y dosis. Ahora estoy tranquilo porque ya me he chutado, pero hace veinte minutos me estaba obsesionando un poco y todo. Qué bueno está, fantaseo bastante con pedirme las copas con frenadol, que tiene pinta de combinar fenomenal con todo, muy gintonic.

Después de la farmacia me he ido a comprar una guía de Londres, tanta información en internet y de correos de amigos, blogs... me estaba agobiando y he decidido llevarme lo más típico en una guía ordenada, que para eso están muy bien. He ido a mi tienda favorita de libros malos (una con libros tipo tipo guías, bestsellers con portadas ilustradas, de cocina de cocineros rancios, papiroflexia, sexo tántrico, cómo dejar de fumar, de famosos que les da por escribir... pero que siempre acabas necesitando alguno). No sé como se llama pero está en la calle Sagasta casi llegando a Bilbao, en la acera de la derecha, y sólo tenían una Lonely Planet de mil páginas, algo excesiva para un fin de semana. Esta tienda es la polla, en serio, pasaos un día, es un absoluto caos de libros amontonados al tuntún, como comprados a granel, haciendo pasillos de dos metros de alto literalmente por toda la tienda, y que dan la sensación de que se van a caer en plan avalancha en cualquier momento. Pero luego tú llegas, le preguntas al dueño por lo que quieres, piensa un rato y ya te dice de cabeza si lo tiene o no, un máquina. Si resulta que lo tiene, se va a por ello, rebusca en cualquier montón gigante de los que tiene, y te lo trae en un momento. Lo que pasa es que esta guía era demasiado para un fin de semana, así que le he dicho que seguiría buscando, aunque me ha dado pena no darle a él la panoja.

He tirado por Luchana y me he ido al Top-Books de la bocacalles del Pans, pero cuando he llegado resulta que ahora es un garito de copas y no he podido comprala ahí. Al final he visto unas muy chulas por ocho euros en el quiosco del Café Comercial, que tiene casi todos los números atrasados de todas las colecciones de DVDs, guías, colecciones de libros o peliculas de los periódicos... La guía era también de Lonely Planet, como en la otra tienda, pero en versión resumida, tipo las de El País Aguilar, que son muy útiles con todos esos mapitas e itinerarios dibujados, con fotos pequeñas vinculadas a los numeritos que ponen de cada sitio interesante, aparte de toda la culturilla general que traen las guías, y me la he pillado sin darle muchas vueltas porque era lo que quería.

También he intentado comprarme un jersey de pico, que no tengo y me apetecía uno, pero no he encontrado ninguno que me gustara, aunque tampoco me he esforzado demasiado. Con el frenadol en mi bolsillo susurrándome que estaba listo para recorrer mi garganta, no me ha sido difícil meterme en el metro en cuanto he podido para irme corriendo a casa a tomármelo.

A ver cómo me levanto mañana, no parece que me haya dado muy fuerte..

martes, octubre 03, 2006

Diez minutos

Hoy he salido de mi vagón del metro cuando ha llegado mi estación al volver del trabajo, y Jwalks también se bajaba del tren, lo que pasa es que había salido de un vagón más cercano a la escalera mecánica y ya la estaba empezando a subir cuando le he visto. He acelerado el paso para pillarle y cuando casi estaba llegando a él, he visto que se le habían acoplado dos vecinas muy pesadas, madre hija, y le estaban empezando a soltar la brasa. En ese instante, mi hermano y yo hemos cruzado un segundo las miradas (el estaba subiendo por la escalera y yo venía por el andén en dirección contraria a él, asi que nos veíamos de casi de frente), y en el preciso instante en el que sus músculos faciales se disponían a saludarme instintivamente, yo ya le venía diciendo que no-que no con la cabeza. Ha reaccionado a tiempo y conseguido hacer como si no me hubiera visto. Me he librado de ir con ellos hasta casa.

A partir de ese momento, he tenido que ralentizar mi paso para no cogerles, porque yo ando rápido y subo las escaleras dando pasos aunque sean automáticas, pero todo con tal de no tener que ir con esas pesadas. Yo veía a Jwalks de lejos y me daba pena por cómo estaba aguantando el tirón el pobre, girando la cabeza a un lado o a otro según le preguntaba una u otra. Yo me he abierto el periódico (compro el periódico a diario, no me gustan los que regalan aunque también los cojo y los miro, como todo el mundo) y he ido leyendo mientras mantenía las distancias y sufría en silencio por mi hermano pequeño, y le dejaba morir entre lenguas viperinas. Me agobiaba un montón porque ellos iban despacio y en cuanto me descuidaba me acercaba demasiado, así que a veces me paraba y todo hasta que se alejaban un poco, así todo el rato.

Cuando ya iba por la mitad del camino (son unos diez minutos del metro a casa) y ya pensaba que estaba todo hecho, tan agusto con mi música y mi periódico, y mis vecinas a treinta metros por delante babeando a mi hermano, que causa bastante furor entre el sector maduro tirando a pocho del barrio, que está muy guapo de traje, de repente alguien me ha tocado la espalda por detrás.

Viva, el vecino brasas del bloque.

Me ha empezado a hablar pero yo no le oía, así que he tenido que cerrar el periódico, apagar el iPod, bloquearlo y enrollarme los casquitos, porque ya sabía que era una batalla perdida. Es el tío más pesado que conozco. Tiene como sesenta años y como te coja por banda te suelta unas turras que ya no tienes ganas de hablar con nadie en todo el día. En los cinco minutos que hemos ido juntos, el interrogatorio ha constado de cosas así (esto que viene a continuación no es un diálogo, todo son preguntas suyas):

- ¿Qué tal?
- ¿Qué tal tu familia?
- Qué, ¿vienes de currar?
- ¿Y tú donde currabas?
- Y te pagan bien, ¿no?
- Porque te pagan bien, ¿no?
- Porque a ti te deben pagar bien, ¿no?
- ¿Cuánto le pagan a uno que trabaja en lo tuyo y lleva el tiempo que llevas tú?
- ¿Y tu padre?
- ¿Ya se ha jubilado?
- ¿Y no se jubila?
- Porque a él le darán buena jubilación ¿no?
- ¿O va a llegar a un arreglo?
- Ya he visto que tu hermano también trabaja... mira va ahí delante ¿no le has visto?
- Joer, el Jwalks de traje y todo, otro que no debe estar mal colocao ¿eh?
- Qué, ha empezado ahora a trabajar, ¿no?
- Y le va bien también, ¿eh?


...

Yo a él no le he preguntado nada que ni me apetecía, ni me hubiera dejado en caso de apetecerme, que ya tenía el su repertorio listo para ser disparado. Aunque parezca mentira, no he contesado a casi nada, y en las preguntas directas, mi cintura ha hecho el resto del trabajo, que no ha sido poco. Si fuera otra persona, pues me hubiera puesto borde o no le hubiera hecho ni caso, pero ya se sabe cómo son los vecinos de toda la vida, se les aguanta aunque sean unos chapas si no son mala gente, y si conoces a sus hijos de toda la vida. En fin.

Al final nos hemos juntado todos en el último semáforo y al final me he comido a las vecinas un rato, y al vecino hasta el portal. Mi hermano se ha vengado escabulliéndose a ver a sus amigos, que estaban por ahí, según él.

- ¿Y tienes novia? (tambien ha caído esa pregunta, también)

Menos mal que hoy iba bien de paciencia porque ha sido un día chulo en otras cosas, casi por accidente, y venía yo de muy buen rollo a casa. Hay días en los que parece que las cosas tienen sentido y ves que todo suele ponerse en su sitio con el tiempo, y que si algo ha sido bueno, pues al final queda lo bueno, o al menos un buen sabor de boca. Estoy muy contento, a pesar de mis vecinos.

lunes, octubre 02, 2006

Este fin de semana...

- He vuelto a ir al Nagoya: Ya comenté en el post pasado que fui el jueves con Would, y también expliqué por qué me gusta. Pues Elza tenía capricho de japo y le dije que por qué no íbamos el viernes a uno nuevo que había oído que habían abierto por Gregorio Marañón y que estaba muy bien, que por un precio fijo (16 euros aprox) prodías comer todo el sushi que quisieras, que te llegaba en barquitos flotando por un río (esto también lo hacen en los cutres, pero no confundir). Lo que tiene el no informarse ni del nombre del sitio y pensar que vas a salir por la estación de metro y te lo vas a encontrar de narices es que llegas y no lo ves. Te das cuatro vueltas a la manzana, preguntas a la gente y preguntas en los hoteles, y nadie tiene ni idea de qué sitio estás hablando. Al final nos pillamos un taxi y al Nagoya, aunque esta vez pedimos de carta, y mucho más rico todo. Todavía no sé cuál es el sitio al que quería ir el viernes ¿Lo habré soñado?

- He redescubierto un bar: El viernes me dijo Elza que por qué no íbamos a un sitio del que había leído que era "el sitio al que había que ir antes del ochoymedio". Cuando llegamos me di cuenta de que ya había estado hacía un año, pero no me había llamado la atención. Se trata del "Algoennegro", que hemos acabado rebauitizando como "To'lonegro", que es muy basto pero nos hace mucha gracia, y era lo suyo. Efectivamente, la música me encantó (me sabía y me gustaba casi todo, y lo que no me sabía, también me gustaba) y encima fuimos a la hora buena. La camarera me dijo (creo que ligué un poco con ella pero no puedo confirmarlo, porque luego me fijaba y era muy maja con todo el mundo) que cambian frecuentemente de pincha y que tiene días memorables. Habrá que seguir yendo como bar de primera copa, muy recomendable, aunque algo pequeño.

- He acabado tomando cervezas a las siete de la mañana en casa de una compañera de trabajo: Cero de tensión sexual (al menos por mi parte), cero de intención de nada, pero el viernes me encontré en El Sol con ella y al final mi gente se me perdió por ahí, así que ya me quedé con ella y luego la acompañé hasta su casa, que vivía cerca y se podía ir andando. Por un lado me gustó la noche porque tuvo mucho encanto acabar charlando con alguien inesperado, y repanchingado en un sofá de un piso del centro un poco pedo, pero por otro lado tampoco tenía tanta confianza con ella y creo que va a ser un poco corte verla otra vez en el trabajo. No sé, como filosofía personal yo trato de no mezclar vida privada con la laboral y no tener líos ni mamoneos con nadie de la oficina, que luego a la gente le encanta rajar (esto lo garantizo), o acaba habiendo mal rollo, pero bueno, salió tan natural que tampoco le doy más vueltas. Y que tampoco pasó nada...

- Me he comprado unas zapatillas: Clásico paseo de sábado por la tarde con Kurt. No es que vayamos de tiendas, es que en vez de quedar para tomar café, quedamos para pasear por donde haya tiendas, como las señoras, que si siendo tan mayores y teniendo tanta experiencia en la vida hacen eso, por algo será. Nos gusta pasear por el centro porque hay tiendas (para interesarse o para reirse), gente (tronada, guapa, chunga...) y sitios nuevos que van saliendo y que molan en general (aunque sólo sea para existir como concepto y no nos interesen nada para comprar algo), así que a la vez que nos contamos nuestras cosas y opinamos de todo, poniendo vocecitas cuando contamos lo que ha dicho alguien para dar más realismo, pues vamos viendo cosas. Al final fueron unas de Duke que ya les había echado el ojo y que estaban bien de precio.

- He comido (cenado) en Home: También con Kurt, el sábado, después del paseo acabamos ahí. Según Kurt, es el sitio al que había que ir el sábado y si lo dejábamos una semana más ya habría ido todo el mundo y no molaría. Yo, cuando se pone así, le digo que sí a todo porque a) da igual como me ponga b) suele acertar con los sitios. Es un sitio chulo, nada pretencioso (es más chulo que los típicos americanos de franquicia tipo Hollywood porque es más íntimo, pero no deja de ser un sitio de hamburguesas), con pinta de típico dinner americano y en el que hacen unas hamburguesas cojonudas, básicamente. También pedimos una ensalada de rucola, parmesano y trozos de pera que estaba rica y de postre tarta de queso con chocolate, que estaba normal. No me gustó que no tiene demasiadas cosas en la carta (5 ensaladas, 5 hamburquesas y 5 sandwiches) y que salimos oliendo un poco a fritanga, aunque dentro no lo parecía. Al final en casa tendiendo las cosas en la terraza porque me estaba rayando un poco con el olor. Por cierto, el sábado no salí de copas.

- He probado las tartas de "Bajo Cero": A mi, el que una modelo que ha tenido anorexia abra una tienda de helados y tartas me inquieta un poco, pero hoy mi hermano se ha tirado el rollo y ha querido comprar una y le he propuesto ir aquí, que había oído que estaban muy bien. Hemos ido a Quevedo y la verdad es que tenían muy buena pinta todas, y sobre todo los pasteles y unos prostres muy bonitos que venían en unos vasos. Hemos pillado una sacher con mermelada de albaricoque y hemos triunfado completamente. Próximo objetivo, probarlas todas.

- He visto el Madrí-Atleti con Agr y CF en Carabanchel, donde hay que verlo, en un bar con muchas pantallas que conocía un amigo de CF, y con ambientazo de barrio. Menuda mierda de partido, pero cómo me lo paso viéndolo con éstos.

- Me he tirado todo el fin de semana actuando como el protagonista de "Prison Break" para hablar con mi madre, que ya está un poco harta de mi y voy a tener que dejarlo. Le digo todo con cara inexpresiva y de control total de la situación, como el actor: "mamá, necesito que la mesa esté puesta a las 20:57 y la cena sea servida a las 21:04 para que el plan salga bien", "mamá, voy a mi habitación, permanece aquí y da tres golpes en el fregadero si viene el alcaide (mi padre)" o "mamá, voy a tatuarme en el cuerpo los planos de nuestro bloque para poder escaparme de esta casa", forman parte de mi lenguaje últimamente. Es que estoy muy enganchado a esta serie tan mala y mimetizo mucho con el personaje (mañana lunes en la fox, nueva dosis, arf. arf).

- He escuchado una y otra vez el disco "Writer's block" de Peter, Bjorn y John, en el coche, en casa, haciendo la compra en el súper... ha sido la banda sonora de este fin de semana claramente. El otro dije comenté que estaba bien, pero lo había escuchado sólo una vez. Tres días después, debo decir que no puedo dejar de escucharlo, que casi todas las canciones me gustan y que ha sido un descubrimiento, más que por la música (hacen un pop con claras influencias del pop inglés bueno, pero tampoco suena a nada nuevo) es porque hacía tiempo que un disco no me entraba tan bien, y es una sensación que me gusta mucho.