martes, octubre 25, 2005

Paladar rules!

Hoy ha sido un día relativamente rutinario en la oficina. Sigo con mis montones de trabajo pero por lo menos no he tenido que demostrarle a nadie lo bien que lo hago, así que he podido mantener una jornada más o menos decente. También he quedado a comer con Kurt para saludarnos tras de su periplo germano-cataleño y nos hemos ido al VIPS, de menú del día, que nos ha apetecido. Podía haberse venido Elza, pero me ha mandado un mensaje diciéndome que imposible. Podía haberse venido Would, pero yo no me he enterado de que ha llegado de Bruselas como a las 2, y ni le he avisado por falta de coordinación más que nada, y eso que le tengo delante en el trabajo.

Como es habitual en nosotros, hemos pedido lo más contundente del menú, y Kurt, que venía lamentándose por las cantidades ingentes de comida que se había apretado entre Berlín y Barcelona, se ha decidido por macarrones con tomate de primero y por la lasaña de segundo, para terminar con una tarta de queso bastante artificial y suculenta. Con un par. Yo, que tampoco es que esté a a plan, me he pedido la ensalada campera (muy regulares las patatas, muy zapateras) y una hamburguesa con un huevo frito enmedio, que me ha apetecido porque el de al lado de nuestra mesa se estaba comiendo una con cara de "no me cambio por nadie ahora mismo". De postre, un zumo, que le he probado de todos los platos a Kurt y no quería estallar ni dormirme por la tarde. Para el recuerdo ha quedado un movimiento muy extraño y eficaz que ha hecho Kurt al intentar comerse un trozo de tarta más grande que su boca: al ver que no le cabía por un poco, ha agitado las mandíbulas como un pelícano y el trozo se ha colado para dentro. Muy grande, Kurt, ahora sólo nos queda que lo acepten en los libros de protocolo.

En cuanto suba esto me iré a mi casa, o lo que queda de ella. He llamado a mi madre para ver cómo iba la cosa en mi habitación, porque hoy la pintaban en teoría, y me ha dicho que en ese preciso instante había una mesa, cinco maletas y varias sillas tapadas con plásticos encima de mi cama, pero que no pintaban hasta mañana. Creo que se me ha ido el asunto de las manos porque es que no sé dónde voy a dormir esta noche.

Por último, quería decir que tras haber criticado duramente a la cadena Subway durante mucho tiempo (incluso en este blog), desde hace un par de semanas la he indultado y ahora me declaro bastante fan de los bocadillos de pan esponja que proponen. Hay uno de pollo a la parrilla que es realmente rico, y más si se le echa salsa de mostaza dulce y hortalizas y pepinillos a elegir. Me gusta que te puedas echar tú la cocacola y, como punto flojo, me molesta que las patatas del menú sean de bolsa. Yo las cambio por una cookie últimamente, porque te la ofrecen como alternativa a las rufles de bolsa.

Esto me lleva a hacer una lista de comidas que no me gustaban antes y ahora mataría por ellas (en general me gusta todo, aquí me refiero a casos que han ido de un extremo a otro)

- Los corazones de alcachofa
- Las berenjenas y el calabacín al horno
- El apio
- el sushi
- Los espárragos trigueros
- La mermelada de naranja amarga

Por supuesto, ver la lista me conduce inevitablemente a hacer otra lista de cosas que me encantaban en el pasado y ahora me dan igual o me hacen poca gracia:

- Las empanadillas (no sé por qué,me empacha el sabor del hojaldre frito que se queda en el reborde, y además, me recuerda al sabor a fritanga en el abrigo que se te queda al salir de los bares)
- Los berberechos de lata (me los como con miedo porque creo que van a tener tierra, que me da dentera, así que no los disfruto nada)
- Las avellanas (una vez me comí un kilo y casi me muero)
- El tocinillo de cielo (con el tiempo me voy volviendo menos goloso y esto se me hace empalagoso a partir de la segunda cucharadita)
- La casquería (antes me apasionaba, era un cerdo y se la pedía a mi abuela cada vez que iba a su casa, pero últimamente el tema sesos, lengua, riñones... me estomaga un poco en cuanto lo pruebo, me sabe a corderazo reviejo)

Y para rematar, la lista de cosas que nunca, por más que lo he intentado, me han llegado a convencer:

- El cabello de ángel (me pasa lo que con el tocinillo, y encima no me gusta la textura, así que no me traigais ensaimadas si vais a Mallorca, y tampoco se las llevéis a nadie, que queda hortera)
- Los caracoles (no lo puedo evitar, me da asco que babeen y me autosugestiono para mal cuando los veo en el plato)
- Las alcachofas con las hojas para chupar (me parece primitivo ver los chuperreteos de los otros en el plato de al lado, no me parece un sabor muy agradable y encima el agua te sabe fatal después).
- El palulú y el regaliz en general (esto nunca me ha dicho nada, y mira que de pequeño me lo compraba como todos los niños)
- Los refrescos con gas con sabor a naranja (no es que no me gusten, pero no... yo soy más de limón)
- El vodka
- Las espinacas a secas (en revuelto o con unos ajitos sofritos, sí, pero en plan verdura plana me saben a verdín y me cuestan)

lunes, octubre 24, 2005

Gasp!

Se avecina una semana de malos tiempos para Itwalks, y no por falta de ganas. Me encanta escribir mi blog, pero no puedo.

1) La semana de pintar mi casa se está retrasando porque a un pintor le duele un hombro, así que nos hemos encontrado con toda la casa metida en cajas, incluído el ordenador y todos los cables de conexión a internet, y sin nadie que pintara los espacios que habíamos dejado libres. Así llevamos ya una semana. Vivimos en una especie de nave espacial, sumidos en la indigencia ornamental y, al estar haciendo una obrita en el salón, parecemos una familia de pueblo haciendo toda nuestra vida en la cocina. Cómo hemos cambiado, recuerdo con nostalgia esos días de cenar e ir a ver la tele de hace una semana. Creo que hoy ya han empezado a pintar la casa, pero ayer mis padres decidieron cambiar también todo el parqué, ya que estaban, así que, a este paso, espero poder actualizar regularmente para antes de que termine el año.

2) En el trabajo estoy siendo sometido a sodomizaciones laborales continuamente, por lo que dedico mi jornada laboral íntegra a... trabajar. No paro y estoy muy motivado, pero mis incursiones en el mundo blog se reducirán durante una buena época a leeros (eso no puedo ni voy dejarlo, aunque sea en ratos fugaces), a comentaros cuando se me ocurra algo que venga a cuento y corto sobre la marcha, y a hacer entradas simbólicas como ésta. Así estamos., no doy para más

Me duele, porque en el tintero se me quedan historias chulas y muy priceless, como por ejemplo la un tipo muy gracioso al que conozco de un par de veces, del que me han contado que siempre se cuece impresionantemente en las barras libres de cualquier evento. "Hasta ahí es como cualquiera de nosotros", diréis, pero sirva como ejemplo, para cambiar vuestra opinión, una boda en la que se cogió una tajada tan grande tan grande que empezó a entrar a todas las tías que se le ponían a tiro, y como ninguna le hacía caso, pues se puso a bailar con su madre y le metió la boca también, a ver que pasaba... creo que al final no se la zampó, pero ahí queda el listón para quien quiera intentar superarlo.

¿Kurt?

martes, octubre 18, 2005

¿Por qué desea usted un acercamiento conmigo?

Hoy se ha montado una buena en mi bloque. He llegado a casa y me ha contdo Jwalks que... bueno, un momento PAUSA

antes explicaré que, aparte de las nuevas obras que tenemos en mi piso y lo de los pintores, que tan traumatizado me tiene metiendo todo el día cosas en cajas, también se están haciendo unas obras de reparación en la fachada del edificio en el que vivimos los Walks, porque aunque no es muy viejo, se está cayendo una especie de recubrimiento decorativo que tiene y cualquier día le vamos a acabar abriendo la cabeza a alguien que pase por la calle y sus hijos nos van a sacar toda la panoja con la indemnizacion FIN PAUSA

Pues que he llegado a casa y me ha contado Jwalks que el vecino del tercero le ha comentado por el portal que hoy casi se pega con un obrero de los que están currando en el edificio. Resulta que los obreros están rascando el recubrimiento viejo de la fachada mediante el arte del descolgamiento con cordel desde la azotea, así que van bajando rasca que te rasca haciéndole el mencionado peeling a la casa. Por lo visto, y según la versión de la novia del vecino del tercero (esto se complica), esta mañana, mientras ella se encontraba en la cocina comiéndose las tostaricas con el café, dos de los obreros que andaban rascando por su zona han empezado a dar golpecitos desde fuera en la ventana y a soltarle piropos e insinuaciones tipo te lo comía todo, shoshete. Y claro, la chica se ha encarado con ellos, ha aparecido su novio por la cocina (o sea, a mi vecino) y han discutido todos acaloradamente, hasta el punto de citarse tres pisos más abajo para partirse lo que viene a ser la cara. Al final la sangre no ha llegado al río, pero se han juntado algunos vecinos en el descansillo y han acordado llamar mañana al jefe de la obra para que cambien a estos tíos por otros, porque claro, todavía quedan por rascar los pisos de la otra escalera, en los que tenemos vecinas muy apetecibles (que yo he visto primero, todo sea dicho) y no es plan de tener a los obreros trempados como monos mientras trabajan y rascan... Más en serio, yo lo que he pensado cuando me lo ha contado mi hermano, es que hay que ser muy poco inteligente para comportarse como esos tíos esta mañana, o muy inconsciente, que no sé qué es peor. El caso, y dadas las circunstancias, si es cierto que han hecho el capullo de esa manera, quiere decir que lo pueden seguir haciendo, así que estoy de acuerdo con que los cambien inmediatamente.

Aparte de esto, que me parece bastante obvio, yo he seguido hilando el tema en mi cabeza y me ha dado por acordarme de agresiones sexuales ridículas de las que he sido testigo en mi vida o me ha contado gente cercana, y he hecho un pequeño ranking. Ni que decir tiene que nunca banalizaría en casos más serios en este tema, pero como éste no es el caso, pues allá vamos:

TOP 5 Hará 8 años o así. Voy con mi novia de entonces en el metro y cuando nos damos cuenta vemos al tío de enfrente muy serio y con la polla fuera. Nos entró la risa y se fue en cuanto pudo.

TOP 4 Soy un Dwalks de dieciocho años con un pedo tremendo en una discoteca de Almuñécar. Se me cruza una tía y según pasa le agarro el culo y, con las mismas, ella me suelta un viaje con la mano abierta que todavía me pita el oído. Desde aquel acercamiento al tema, Dwalks no ha vuelto a tocar más culos furtivamente (antes tampoco lo había hecho, qué éxito en mi debut).

TOP 3 Un Dwalks más crecidito está con su novia nuevamente haciendo guarreridas en un lugar apartado de una urbanización de un pueblo durante unas fiestas estivales. Cuando me doy cuenta, veo a un tipo entre unos coches pelándosela a nuestra salud. Salgo detrás de él con la sana intención de agredirle (yo soy un ser muy pacífico, pero iba un poco alcoholizado) y cuando le alcanzo, veo que es el tío de seguridad de la urbanización, un tipo de unos setenta años. Le monté un pollo a viva voz, añadí para enfatizar mi ponencia una patada en su culo y luego, Chs, al que vi más tarde, me echó la bronca por pegar una patada en el culo a un viejo. Me arrepentí bastante de la patada en el culo, pero es que me sentí muy violento y muy pillados.com.

TOP 2 Esto fue hace poco. Voy en el metro, en plena hora punta por la tarde, y de repente veo que una mujer empiza a pegar voces y a montar un chicken. De repente, toda la zona esa del vagón empieza a increpar a un individuo, un tío bastante normal aparentemente, y la cosa amenaza con irse de las manos y acabar en linchamiento. Yo no me entero de nada hasta que llegamos a la siguiente estación, el hombre se va corriendo y empiezan a comentar la jugada. Por lo visto este tío había estado frotándose con toda forma femenina que se le pusiera a tiro, hasta que una se le puso flamenca y le dijo que hasta aquí habíamos llegado. Cómo está Madrid, cómo está Madrid...

TOP 1 Mi favorita. Me la contó/sufrió Elza y fue hace cuatro o cinco años. Iba ella tan campante a la universidad una mañana de invierno a las siete de la mañana por una solitaria calle, de camino al metro, cuando se cruzó con un tipo que tuvo a bien emplear dos segundos de su tiempo en sobarle las tetas por sorpresa y salir corriendo. Enhorabuena, chaval, Elza y yo te deseamos que tengas material de recuerdo para gayolismos durante mucho tiempo. Y te recomiendo que no te enamores de ella, fue bonito, pero terminó.

domingo, octubre 16, 2005

La historia interminable

Pues eso. No sé si os acordaréis, pero tras un pre-verano en el que, aprovechando que cambiábamos todas las puertas de casa y reformábamos todos los armarios empotrados, decidí hacer una reorganización integral de la Dwalksroom, tirando todo aquello que había acumulado durante años, ordenando todos mi papeles, discos, ropajes y pertenencias en general y, en definitiva, pegándome una paliza comparable a una conversación de diez minutos con Eduardo Punset, pues ahora van mis padres y deciden que la semana que viene hay que pintar la casa y hacer unas pequeñas obras tipo las que venden. Esto ha implicado que este fin de semana haya tenido que meter todas mis cosas en cajas para que los pintores no se cansen mucho (ni manchen ni rompan nada, ya de paso), qué infortunio, qué bajón me ha dado volver a descolocar todo, con lo que me había costado. Encima, como mis padres también van a cambiar todos los muebles del salón (TO-DOS), hemos regalado los antiguos y hoy se los han llevado, así que nuestro salón parece una escena de La Naranja Mecánica, vacío completamente si no fuera por la tele y unas sillas que hemos puesto. Qué pereza me da todo lo que huela a que se meta gente en tu casa para mejorarla. Sé que es necesario y que luego merece la pena, pero el previo es de echarse a llorar.

Por otro lado, este fin de semana ha sido un poco para olvidar, a excepción del sábado por a tarde. Con Agr en Singapur, CF en Ferrol y Kurt con Nate haciendo vida de pareja en Madrid, mis salidas weekendeñas parecían sugerir a priori planes alternativos a los que acostumbro a tener. Pues al final nada de nada, porque gracias a la mojadura que me regaló el cielo de Madrid el martes por la noche, me he cogido y agarrado un constipado bastante considerable que, aunque no ha acarreado ni fiebre ni delirios nocturnos, sí que ha provocado que esté bastante congestionado, moculento y tosírrico, por lo que he decidido no salir ni un solo día, hecho que no sucedía desde hace más de un año. He dormido bastantes horas y me encuentro mejor, pero en este momento me noto algo vacío, como desenganchado del mundo. Se supone que podría haber ido esta tarde con Kurt y Nate a hacer una merienda-cena, pero dado que todavía no me sabe a nada la comida, pues no me apetece ponerme hasta el culo para no disfrutar del momento. Sería como engordarme con una inyección, y para eso mejor quedarme en casa. Y también lo he hecho un poco por ellos, porque hago unos ruidos muy raros al comer, al no poder respirar bien, y no creo que les apetezca disfrutar de ellos.

De todos modos, no he desperdiciado el tiempo tampoco, me he dedicado a actualizar mi iPod bajándome muchísima música que me apetecía escuchar y para la que nunca encontraba un momento. Me he pasado todos mis MP3 almacenados en el ordenador a CD´s para liberar espacio del ordenador y he organizado mis fotos, pasándolas a CD igualmente. Estoy bastante satisfecho con todo esto que me he currado, la verdad, y además, como es algo que estoy convencido que casi todos vosotros tenéis en mente hacer un día de estos, aprovecho este texto para animaros y para deciros que sí, que te sientes genial una vez has terminado.

De música me he bajado las canciones que me faltaban de los setlist de Supervago (tenía bastantes ya) que pinchó en el Popbar del Razzmatazz (finales de septiembre) y en El Naranja (hace una semana). La verdad es que este chico escucha mucha música y tiene criterio para comentarla en su blog, así que teniendo en cuenta que él me sirve como continua referencia para hacer nuevos descubrimientos musicales en lo relativo a lo moderno de mierda, sobre todo, pues ha sido un detallazo que publicara las secuencias de canciones con las que animó aquellas noches. Sirve para centrar el tiro un poco y para coger ideas, pues la cantidad de música que recomienda es a veces inabarcable. Lo que pasa es que como soy un poco desastre con el iPod, aunque he conseguido juntar, entre lo que yo tenía y lo que me he bajado, todas las canciones de sus sesiones, las tengo completamente desordenadas en las carpetas que he creado, así que supongo que perderá un poco la intención del autor, pues me imagino que no sólo se trata de escuchar los temas, sino de hacerlo en el orden con el que fuera creando el clima que pretendía... en fin, no se puede tener todo. Están bastante bien los dos setlist y son muy variados, quite recomendables.

Esta semana que entra promete en la oficina. Sigo hasta las tetas de trabajo y, si sumamos el panorama postnuclear que tengo en casa, puede que hasta haga horas extras no remuneradas con tal de matar el tiempo, ya veremos. La verdad es que ando echando cuentas estos días y me da a mi que hasta final de año voy a andar bastante liado, pero bueno, es lo que toca y para esas cosas soy bastante bien tomado, y además, a corto plazo sólo me importa dejar de toser y recuperar mi sentido del gusto, para ser sincero.

jueves, octubre 13, 2005

El tiempo les puso en su sitio

La idea inicial para este post era escribir acerca de personajes conocidos que me caían bien cuando les conocí al saltar a la fama pero que con el tiempo he acabado por no soportar. Lo que pasa es que empecé a darle vueltas al asunto y acabé dándome cuenta de que eran demasiados para un post y, además, hubiera acabado cayendo en el topicazo puro y duro sin aportar nada interesante a este nuestro mundo virtual, porque empezar a hablar de Sabina, Manel Fuentes, Sardá, Emilio Aragón y todos estos, pues la verdad es que es una pereza así de grande para todos. Así que con este razonamiento, decidí darle la vuelta a la tortilla y por eso voy a tratar el tema contrario, es decir, personajes que en un principio, y en ocasiones durote mucho tiempo, me han resultado antipáticos y ahora me parecen el plan. Digamos que no les entendía:


Jordi Hurtado



¿Cómo es posible que un tipo que lleva tanto tiempo en antena no tenga mayor repercusión en una nación? Ya me caía mal en "Si lo sé no vengo", con ese aire de sabiondo, esas gafas de niño repelente y esas voces impostadas que ponía 24h/day. Cuando pasó a "Saber y Ganar" tras algunos años de ausencia, que yo sepa, no me podía creer que el tiempo no hubiera hecho ninguna mella en él ni en sus maneras. Las mismas combinaciones americana fea- polo de Miró concuadradogrisenmedio, los mismos ricitos de querubín, el mismo juego de miradas cámara-tarjeta-cámara-concursante y la misma boca con forma de cazo para servir gazpacho. ¿Era real o se trataba de un proyecto de robot mayordomo entretieneniños con el que el gobierno estaba experimentando? Le odié y le odié hasta que hace unos años enganché una racha de comer en casa de mi abuela bastante larga, que era (y es) adicta a este programa. Empecé a ver un punto de ironía en este tipo, un punto cómplice con el espectador exigente, como tratando de transmitirte un "tú estate pendiente que ahora viene lo bueno" que no hacía otra cosa que generarme ansiedad, porque lo detectaba pero no lo acababa de pillar. Pero la espera mereció la pena y llegó el momento en el que empecé a percibir claramente cómo se mofaba salvajemente de los concursantes humillándoles con las preguntas, o más bien en cómo las hacía, y eso sí, encorsetado en su guión de La2 y sin perder su rol de presentador pelota:

Jordi Hurtado: Atención, esta es la pregunta: ¿En qué año, mes y día, decidió el famoso pintor Brochetto Pincélez sustituir su inseparable caballete de roble por otro más flexible?

Concursante: Aa..aa... el doce de julio de 1345?

Jordi Hurtado: Caaaasiii. La respuesta correcta, amigo José Manuel, era el treece de Julio de ese mismo año, oooohh. Un e-rror fatal, fatal error, que le ha costado a nuestro querido concursante el poder doblar su ya fabulosa cantidad de treinta magníficos euros, acumulados en 45 programas consecutivos. Una lástima, pero nos vemos, ahora mismito, en El Reto. Ya va corre que te corre Jose Manuel, ya va corrriendo corrriendo José Manuel hacia nuestro temido por todos ¡Reto! (y sonrisa de Jordi a cámara con todos los dientes esos que tiene de cabroncete)

Y con este tipo de cosas, de un día para otro, plas, me volví superfan de Jordi Hurtado. Miradle otra vez y decidme que no veis ese brillo en sus ojos.



Fernando Olmeda



Cuando vi por primera vez a este tipo presentando el telediario de Telecinco, llamé corriendo a mi hermano para que me confirmara que lo que tenía delante de mis ojos era cierto. Fin de semana, horario respetable de audiencia, y un señor ahí hablando con cara de chiste. Ni siquiera tenía un timbre de voz agradable, parecía que le habían cogido por la calle, le habían dado mil duros, le habían puesto un traje y, tras peinarle con gomina y darle dos bofetones, le habían dicho "tú lee esto". Yo estaba completamente fascinado y reuní a mi familia para indicarles que los fines de semana, a partir de ese día, sólo se verían las noticias de Telecinco. Quería reunir suficiente material para que cuando repartieran las indemnizaciones a los espectadores, yo estuviera bien delante en la cola.

Pero no se quedó ahí la cosa, paulatinamente, el bueno de Fernando Olmeda comenzó a tunearse. Sin perder su permanente rictus de lavoyacagarencualquiermomentoquenosenoteporfavor y ante nuestros ojos, se fue poniendo perilla y le dio múltiples acabados, se dejó mosca, se hizo patillas finas, cortas, largas y anchas una y otra vez, se cortó el pelo en plan moderno, asesorado probablemente por Maxim Huerta (a quien pronto le veríamos el plumero) y sus trajes comenzaron a estrecharse y a lanzar las solapas hacia arriba. ¿Campaña de Telecinco para mejor su imagen? No lo sé, pero quiero creer que no, prefiero pensar que ellos tenían superclaro lo que tenían cuando le ficharon y que fue él quién ganó confianza poco a poco. Y se quitó las gafas y apareció definitivamente lo que ya todos intuíamos, ese par de ojos mirando uno a Valdepeñas y otro a Orcasitas, que no te dejaban concentrarte en las noticias. Y el tío tan pancho. Y yo que comencé a cogerle cariño.

Hoy por hoy, totalmente a favor de Fernando Olmeda y un claro triunfo de la idea de que lo más grande se esconde en caparazones convencionales. Tan sólo dales tiempo, autoestima y un poco de panoja para los estilismos. Sale sólo.

miércoles, octubre 12, 2005

Martes Marte Warte Watre *Water*

Recojo a Kurt en la puerta de su oficina a esas horas intempestivas a las que sale él de trabajar, que me hacen replantarme nuestra cita cada vez que quedamos en este plan. Yo, los fines de semana lo que sea, pero se me hace muy cuesta arriba esperar como tres cuartos de hora acicalado en mi sofá a las diez de la noche un día entre semana, tras haber madrugado bastante, simplemente esperando a que llegue la hora de ir a por él y, además, como siempre empezamos cenando algo, no me deja picar nada en casa. Seré un reviejo pero es que cuando me toca hacer tiempo se me cierran los ojos, se me aplasta el pelo contra el sofá y el programa de la tele que haya elegido comienza a entretenerme. Me planteo cosas tipo "pff, si le llamo ahora y le digo que me duele la cabeza ¿colaría?" y como sé que no, que no colaría, pues ni me lo planteo.

Sale de trabajar y veo como se ritualdespide de su compañera, a la que nunca me presenta. Se sube al coche y me da el parte del día de su oficina mientras vamos escuchando lo último de Vive la fète, que nos gusta. Enseguida empieza a tocar todos los botones del coche para quitar el disco y poner algo de verdad para empezar la noche. Elegimos lo de Chico y Chica (Cuatro en Alicante, capítulo IV, Decisiones Imprevistas), que aún no lo dominamos y nos lo tenemos que aprender, no sea que toquen en breve en algún pueblo y no entendamos el lenguaje que manejan. Llegamos a Colón por Serrano y nos damos cuenta de que está todo cortado por el desfile del día siguiente. Madrid está imposible por esa zona y, tras unas cuantas vueltas atascados, conseguimos aparcar en San Bernardo, a la altura de la calle del Pez. Caminamos hasta La Tapería, donde está Trix con unos amigos ajustando cuentas con unas tapas. Nosotros nos pedimos las nuestras y al final comemos todos de todas.

Noto cómo alguien me toca con el dedo en la espalda, me giro y resulta que son cuatro ex-compañeros de la universidad a los que hacía siglos que no veía. Me entra una extraña euforia y me pongo a repartir abrazos a diestro y siniestro, incluso le meto unas buenas palmotadas en la espalda a uno con el que creo que sólo había hablado un par de veces en cinco años, y, aunque aún está por confirmar, es posible que en el fragor del momento también abrazara a alguien que simplemente pasara por nuestro lado. Hablo con ellos un rato y muy majos, les va fenomenal a todos. Me despido de ellos y cuando me giro de nuevo a mi grupo inicial, Kurt me pregunta si estos chicos eran muy amigos míos, porque no les conocía y le extrañaba. En ese preciso momento es cuando me empiezo a plantear el tema de los de abrazos king size de los que he sido instigador. Hago recuento y sólo llevo tres cañas. No lo entiendo, porque yo soy como más tipo del norte, o sea, que sí que soy afectuoso cuando aprecio a alguien, pero nunca he sido ni tocón ni excesivo en mis muestras de cariño. No sé, tendré que estudiar más detenidamente el momento, sólo espero que estos compañeros no se fueran comentando lo fatal que estaba ya, porque no es verdad.

Tras unas cuantas rondas más, decidimos acercarnos hasta el Susanclub. Hace tiempo que no vamos por allí y nos parece buena idea. Además, Trix y Mya no lo conocen. Quedamos con Nick allí. Cogemos, agarramos y atravesamos desde San Bernardo por una Malasaña hasta arriba de gente y nos plantamos en el Susan, donde según entramos vemos a Juan hablando con unos y con otros, como siempre, y me convenzo de que sus lloros y lamentos en su blog funcionan, porque tiene el bar bastante lleno de gente. Le saludamos brevemente y nos vamos a la parte de abajo, más desahogada, donde pedimos unos gintonics (señores gintonics, por cierto) y comienza una animada charla de la que adjunto el setlist de los temas que se trataron en profundidad:

- Lujo y miseria de las grandes consultoras
- Trajes buenos vs. Trajes peleones
- El trauma de convivir con un nombre que fonéticamente es "Chochín" (desde ayer, sabemos de la existencia de alguien que lo posee)
- Variantes sexuales (debatiendo calurosamente)
- El trauma de convivir con un nombre que fonéticamente es "Chochín"
- El trauma de convivir con un nombre que fonéticamente es "Chochín"

Decidimos marcharnos y charlamos un poco con Juan, al que casi no hemos visto entre sus labores de anfitrión y demás obligaciones como dueño del local, entre las que cuentan subir y bajar escaleras constantemente y salir por las puertas con botellas en la mano. Nos invita a un chupito y nos insta a ir a un sitio llamado El Junco porque dice que allí es donde hay que ir, pero nuestros planes pasan más por ir a ver si, por arte de magia, hay Ochoymedio a continuación, siguiendo mi corazonada de haber visto a Belen Kan esa misma mañana por la calle.

Salimos del Susan y Kurt y yo nos despedimos de nuestro grupo, que tienen que trabajar mañana y no es plan de liarse. Sacamos panoja del cajero mientras comienza a llover bastante fuerte y, cuando llegamos a la puerta del ochoymedio, nos encontramos con una puerta cerrada. Nuestro gozo en un pozo y mi corazonada, una ful tipo a las de los que dicen que les va a tocar la lotería. Llueve mucho, demasiado, pero calculamos que hasta El Sol nos da tiempo a llegar con los estilismos sin daños graves. Caminamos esquivando a los travestis y, al llegar al Sol, el panorama es desolador, pues hay una cola terrible y un camión de la basura se dedica a encerrarnos contra una pared, hecho que Kurt no tolera. Huimos y decidimos pasarnos por El Junco a ver que tal está, pero en esos momentos la lluvia es tan intensa que en dos minutos nos calamos. De El Sol a Gran Vía con Fuencarral, concretamente.

Caminamos a buen paso pero, y no entiendo aún por qué, sin excesiva prisa bajo la lluvia. Nos estamos calando y cada vez cae con más fuerza, así que decidimos resguardarnos bajo una marquesina. Aguantamos diez minutos, pero eso no tiene pinta de parar y no se pude decir que ni Kurt ni yo tengamos excesiva paciencia con la lluvia en particular, ni con el mundo en general. Decidimos continuar e irnos a casa porque estamos empapados, sigue jarreando y, sólo de imaginarnos el olor a lana mojada, a perro muerto, que debe haber en los bares, nos tira patrás el resto de la noche.

Caminamos bajo el diluvio con el cuello encogido y las manos en los bolsillos, mirando al suelo y sin hablar. Atravesamos por Mesoneros Romanos y las putas nos dicen cosas cuando pasamos por su lado. Atravesamos por calles con los canalones echando ríos de agua y empiezo a notar que ya tengo el pelo tipo Bustamante, mojado hasta la saturación y preparado para el golpe de melena con efecto explosión de agua a contraluz. Me hacen ruido de chof los pies dentro de los zapatos, noto los calcetines mojados y lo regueritos que me bajan por la espalda, y miro a Kurt con un ojo y me doy cuenta de que desde su nariz ya no es que le gotee el agua que le va escurriendo de la cabeza, sino que directamente es un canalón humano circulando por Madrid centro. Hacemos algún amago más de parar a buen cobijo, pero es una espera tan inútil y estamos ya tan mojados, que enseguida retomamos nuestro camino. Mientras bajamos por la calle del Pez, me doy cuenta de que estoy como una sopa y jodido, pero también de que estoy disfrutando extrañamente del momento. Llegamos al coche literalmente chorreando y nos miramos como pensando que algo no ha funcionado, sorprendidos de nuestro estado y medio riéndonos sin saber de qué, pero en vez de tratar el tema, ponemos nuestro disco favorito de ahora y nos vamos a casa compadeciéndonos con cero ironía de los que vemos que esperan un taxi bajo la lluvia.

martes, octubre 11, 2005

Extrabc Time

Hoy me he quedado a trabajar hasta tarde en la oficina porque no es normal la cantidad de trabajo que estoy teniendo últimamente. Me temo que de aquí a final de año no va a ser la única vez que me vea en una de estas, pero me gustaría matizar que no me gusta hacerlo porque

a) tengo cosas mejores que hacer
b) estoy muy de acuerdo con la teoría esa que dice que si no tienes tiempo para terminar tu trabajo durante el horario de oficina es que hay algo que no estás haciendo bien
c) me entran muchas ganas de marcharme cuando llega la hora, aunque media hora antes haya decidido quedarme un rato más

Cuando decides quedarte, la situación en la que te quedas ubicado no tiene por qué ser siempre la misma, de hecho, yo la diferencio en

a) te quedas con un grupo de compañeros, cuatro o cinco, que curiosamente siempre suelen ser los mismos hasta más o menos una hora después de la hora oficial de salida, independientemente de cuando te quedes tú
b) te quedas a solas con otra persona, que también suele ser siempre la misma un par de horas después de la hora oficial, lo que provoca una especie de vínculo tácito que dura lo que dura ese tiempo extra en el que coincides con ella, aunque no se comparta una relación especialmente estrecha el resto del año, y que puede ir desde una breve conversación intrascendente en la fotocopiadora, hasta un cafelito si se tercia
c) te quedas completamente solo y te puede dar o por disfrutar un montón de tu momento o por sentirte la persona más sola del planeta. Esto depende del grado de agobio que tengas en ese momento.

Yo hoy me he quedado solo y no me lo he pasado mal porque me estaba cundiendo tal y como había planeado. De todos modos, esto no es siempre así, porque

a) pese a quedarte, puede que un día seas tan tonto de perder el tiempo en internet, escribiendo correos o hablando por teléfono, debido a una falsa sensación de que el tiempo es infinito una vez has decidido quedarte, y acabas maldiciendo en tiempo real cada minuto que pasas sin hacer lo que te habías propuesto
b) puede que no hayas elegido la tarea adecuada para hacer complemente a solas y que el hecho de que no puedas recurrir a nadie que te arroje algo de luz, te deje peleándote con algo que podrás resolver en cinco minutos al día siguiente
c) puede que un suceso extraño desvíe tu mente de tu objetivo

Insisto en que yo hoy he currado tal y como tenía pensado, pero ha habido un momento en el cual pensaba que el asunto se me iba de las manos cuándo la señora de la limpieza ha llegado a mi mesa y

a) me ha preguntado que por qué no viajaba últimamente
b) ha dejado de limpiar cuando le he contestado y ha apoyado medio culo en la mesa de enfrente con actitud "tu y yo vamos a hablar un ratito ahora que no nos ve nadie"
c) me ha contado su viaje desde Rumanía con su hijo, sus dos años en España y sus proyectos de futuro, aparte de un breve recorrido por el comunismo rumano de Ceauscescu

Yo me he puesto un poco tenso cuando he detectado el exceso de confianza de mi vínculo de esta tarde y he intentado disuadirla

a) usando monosílabos como respuesta
b) tecleando el teclado mientras ella hablaba (aunque debo reconocer que no me concentraba y ha habido varios momentos de jcsdofjjnkldfgmndfbml pskvmods klfwojmsfo en la pantalla)
c) levantándome a la fotocopiadora para ver si se había marchado a mi vuelta, pero me ha aguantado dos envites

Al final, la señora de la limpieza me ha dejado trabajar tranquilo y aún me ha dado tiempo para seguir dándole a la hora extra un buen rato más y para hacer algunas apreciaciones de lo que me gusta de una oficina vacía, como puede ser

a) el material de mis compañeros, moderadamente ordenado-desordenado en sus mesas, con las notas preparadas para el día siguiente, un bolígrafo con el capuchón quitado o la papelera llena de residuos de un día de trabajo, una lata vacía de cocacola. Todos esos objetos me transmiten un punto de tristeza, de barco hundido, de soledad por ser consciente de que toda, absolutamente toda esa gente, ha decidido que el mejor sitio para estar no era precisamente ese, y yo estaba ahí para verlo. Y no era desagradable del todo.
b) sacar un café de la máquina y escuchar, por falta de conversación con alguien, todo el proceso de la máquina desde que echas la moneda hasta que sacas tu café. es como muy de película finlandesa de guardia con turno de noche que se llama Mika.
c) comportarme en la oficina como me ordena mi instinto, estirarme en la silla como un chimpancé, bostezar con la boca bien abierta o cagarme en la puta en voz alta si algo no me sale. Además, lo exagero todo para no desperdiciar el momento. Sí, a veces se convierte un poco en un momento de esos en los que sobreactúas como si te estuvieras observando desde fuera.

Ya acabo, no sin antes matizar que no me gusta hacer esto porque

a) tengo cosas mejores que hacer
b) estoy muy de acuerdo con la teoría esa que dice que si no tienes tiempo para terminar tu trabajo durante el horario de oficina es que hay algo que no estás haciendo bien
c) me entran muchas ganas de marcharme cuando llega la hora, aunque media hora antes haya decidido quedarme un rato más

miércoles, octubre 05, 2005

Dando de comer a los canadienses

(los comentarios de este post han sido borrados porque soy un zarpas y me cargué el post en una maniobra lamentable, pudiendo recuperar solo el texto)

Ayer vinieron los canadienses un año después desde la última vez que lo hicieron. Tenemos un acuerdo laboral con ellos y cada cierto tiempo se pasean por Europa para agobiar al personal, un poquito, y para cenar y comer de gorra, otro poquito. Semana de papeles en el trabajo para Dwalks, más que nada para que se lo encontraran todo lo más fetén posible, y después cena y paseíto por Madrid para entretenerlos durante las horas de no trabajo, es decir, desde las siete y media de la tarde, que fue la hora a la que me pasé por su hotel para recogerles. Será por que aún soy joven, pero todavía me resulta gracioso hacer estas cosas.

Como el año pasado cuando vinieron me los llevé al Palacio Real, Plaza Mayor y esas cosas, este año quería hacer algo realmente original para que no se sintieran turistas del montón y pudieran volver a Canadá hablando de las maravillas del Madrid oculto, así que les di el paseo por Preciados, Puerta del Sol, y bajamos hasta la Cibeles para subir hasta Colón. Que me rompí la cabeza, pozí, pero es que estaba con la cabeza como un bombo después de tanto papel. La verdad es que sentí bastante vergüenza ajena de cómo está Madrid con tanta obra porque quería que les gustara lo que íbamos viendo, pero sólo caes en esas cosas cuando acompañas a alguien que descubre tu ciudad con ojos de primera vez. El caso es que cada dos por tres me decía a mi mismo "por qué te habrás metido por aquí, que da pena verlo", "joder, que por aquí no hay acera..." o "como se me caigan en esta zanja se me matan". A ellos parecía no importarles y les fascinaba la cantidad de gente que había por el centro y la vida que tenía a esas horas, me decían una y otra vez "aaahmmm" y "oohhmmm" y yo, por supuesto, como perfecto anfitrión, me inventé el nombre de casi todo y los años de construcción de los edificios y estatuas por los que pasábamos, y tan panchos todos, yo decía lo que más a ojo me parecía y ellos hacían que sí con la cabeza y sacaban fotos.

Tomamos unos vinos en Recoletos, al lado de la feria de libros antiguos que hay puesta ahora y en la que me dio a mi que venden los ejemplares a unos precios mmuuyy aleatorios. Allí tuve que contener a un canadiense que se quería comprar un libro que no entendía, básicamente porque era de villancicos gaditanos, por el mero hecho de tenerlo delante. Al final se compró un cartel de una corrida de toros que vendían en un quiosquillo de por ahí cerca, que se lo recomendé porque me pareció más el plan que llegara a Canadá con eso, y él tan contento con su cartel. El otro estuvo apunto de comprarse unas tazas con unos toros, pero pese a mis arengas, al final se echó para atrás. Casiiiiii... qué pena.

Como sabía que al día siguiente estos tipos tenían la misión de tocarme las narices en la oficina, mi última esperanza residía en empacharles durante la cena a base de vino, morcilla y villagodios a la piedra, pero al final, como yo también quería cenar dignamente, reculé y me decanté por un sitio de estos monos de cocina mediterránea imaginativa (peligrosísimo concepto tendente a la aberración en numerosas ocasiones), ya que los canadienses gozan de un cierto gusto por la comida elaborada y me pareció bastote tirar de chuletismos para cenar. Luego resultó que uno era americano de nacimiento y el otro adoraba los bistecs, pero bueno, la intención a priori era buena. Pese a que Kurt ya me ha dado su opinión, asegurando que ese sitio ya no es moderno y que había que ir mínimo hace diez años para poder justificarlo, no estuvo mal y el menú constó de:

Entrantes

Escalibada (los dos se dejaron el calabacín y, uno de ellos, media berenjena)
Tosta de queso de cabra con cebolla caramelizada (se lo comieron, pero se notaba que el queso se les agarraba al pecho porque se pimplaron media botella de Protos con la tontería)
Carpaccio de boletus con almendras (ahí arriesgué un poco y no me salió bien porque las pasaron canutas... uno se comió la seta a mil por hora y pasándola con bien de pan y el otro se puso un poco verde al segundo bocado y se la dejó)

Plato

Yo me pedí una merluza pochada muy buena
Ellos se pidieron el rape y parece que bien

Postres

Sin problemas, se pidieron un helado de piñones que les entusiasmó. Me encontré en un aprieto al intentar explicarles lo que era un piñón, pero al final me lo medio inventé también y lo eligieron. Yo me tiré a por el tiramisú, pero fracasé porque me sabía un poco a tarta de cumpleaños.

Con esto y dos botellas de vino entre tres, les llevé al hotel bastante cocidos y con la sensación de que el milagro podría ocurrir, pero finalmente hoy han sido muy puntuales, por lo que se ve que no han tenido demasiados problemas para digerir los boletus, los muy tragaldabas, ni les daba asco al acordarse por la noche, como rezaba mi plan B.

Hoy hemos currado (muy bien, por cierto) y hemos terminado a la una porque se iban pitando a las dos a coger el avión a Alemania (next stop). Como no teníamos demasiado tiempo, me los he llevado al VIPS y yo me he pedido mi sándwich VIPS habitual, pese a mis esfuerzos por evitar repetir por quincuagésima vez consecutiva. Me han imitado pidiéndose lo mismo, y han triunfado, la verdad, se han ido a Alemania muy satisfechos con su sándwich entre pecho y espalda, y yo, preso de la euforia, no me he cortado y he pasado mi tarjeta VIPS ahí delante de ellos. Mazo cutre, ya (tener tarjeta VIPS, digo)

lunes, octubre 03, 2005

Eclipse

Pese a que el tema no es muy original, es que por los agujeritos de mi persiana se colaba la luz y pasaba esto tan pop:





Gracias por sacarme las fotos, Would. Grande la del eclipse proyectado en la calva de JL.

domingo, octubre 02, 2005

Saliendo con cabeza

Fin de semana algo extraño éste que está tocando a su fin. No digo extraño porque me hayan sucedido cosas fuera de lo común, sino más bien por que he roto la dinámica por la que suelo dejarme llevar habitualmente. O sea, que el viernes no salí.

El viernes decidí no salir. Ha sido una semana infernal en el trabajo y el cuerpo me pedía algo de reposo y seriedad. La verdad es que las circunstancias acompañaron porque el núcleo duro del grupo de mis salidas nocturnas, por diversos motivos, tampoco iba a salir, así que en vez de tirar de agenda para acoplarme a algún plan, decidí cenar y acostarme, y me vino fetén, anda que no. Diez horas que me dormí y todavía eran las once cuando me desperté. Increíble. Totalmente lúcido y pudiendo pensar en más de una misma cosa al mismo tiempo. Qué colores más bonitos hay los sábado por la mañana, y que bonito el programa ese de música clásica para niños richar, que van todos en chándal y en zapatillas a salir por la tele en el teatro. ¿No tienen madres esos niños?

Por otro lado, ese mismo viernes recibí los resultados del reconocimiento médico de la empresa. Joder, estoy como un toro y eso que no las tenía yo todas conmigo. Con dos salidas nocturnas bastante potentes los días anteriores a las pruebas, yo esperaba que el nivel de mis transaminasas pudiera competir con el de Massiel, pero nada de eso, están muy tranquilas mis transaminasas... Si es que en el fondo no bebo tanto, lo que pasa es que antes no bebía nada. También le dije al doctor que me encontraba muy cansado últimamente, y que me mirara bien y me sacara más sangre para ver si todo andaba correcto, de la anemia o algo, aunque muy anémico no me daba a mi que estuviera yo... Al final sólo resultó que soy hipotenso, tengo 8/4, es decir, estoy clínicamente muerto y me dijo que es normal que me encuentre algo fundido de vez en cuando sin motivo aparente. Por el contrario, me comentó que es bueno porque el corazón sufre menos y que viviré más si no me mato antes (pese a que soy varón y zurdo, que nos morimos antes), y que me tome todos los cafés y cocacolas que quiera cuando note que me falta punch, y listo. Y que no me corte con la sal, que a mi no me pasa nada, aunque a mi no me gusta comer muy salado. Otra cosa que me molestó es que veo perfectamente. Tengo unas ganas locas de llevar gafas y no hay manera. Cuando me pongo las de alguien me dicen que me quedan estupendamente y que me pegan mucho, sobre todo las gafapasta, pero luego llego al reconocimiento y me leo todas las letras pequeñas que me ponen con un ojo, con el otro y con los dos, y al final ni gafapasta ni nada. En fin, mala suerte, lo que no pienso hacer es lo de Carmelo Gómez, que se ponía gafas sin graduar como complemento, porque me parece pretencioso y yo pienso que las gafas hay que ganárselas.

Ayer ya salí normal y lo primero fuimos a ver Torrente de rebote. Estos querían ver "El método" a ver que tal, más que nada por el reparto y por criticar, pero al final no había entradas y el cine no daba muchas alternativas, así que Torrente, que al final la ves, aunque sea en la tele. Yo me reí con algunas cosas, porque te ríes, aunque me jode la gente que va al cine en plan "yo soy el más fan de Torrente, me río más que tú, antes que tú, más alto, y además lo imito". Había unos cuantos de éstos. Luego fuimos al VIP´S de Quevedo a cenar algo. Yo no sé como lo hago que siempre me acabo pidiendo el sándwich VIP´S Club. Miro la carta de arriba a abajo y, sin prejuicios, tomo decisiones, hago descartes y al final siempre me lo pido convencido, como un resultado lógico de una secuencia de pasa-no pasa coherente a tope. El jueves, que cené con Kurt y Agr, recuerdo que me pedí un Mediterráneo y no es lo mismo. La mezcla salmón-tomate-espárragos-pantostado, produce un efecto producto-mojado que no me convence nada, aunque tampoco está malo. Qué bien nos lo pasemos el jueves los tres, ahora que me acuerdo. Entró Loly Alvarez al VIP´Sy todo, y cuando Kurt ya estaba salivando y sacando la cámara para hacernos una foto, ella se lo pensó mejor, se dio la vuelta y se fue al Burger, supongo. Qué rabia. De todas formas, esto no impidió que la noche resultara un rotundo éxito gracias al ranking "mujeres famosas mayores de cuarenta a las que te tirarías ahora mismo sabiendo que luego te arrepentirías" (qué miserias salieron de nuestro interior) y al recopilatorio de canciones del que Kurt me hizo entrega con todo su afecto y orgullo, y de título "Estás muy nerviosa... mujer!". Grande. Vamos por la quinta entrega y esto tiene pintón de convertirse en una colección de culto. Otros títulos "No comente pop" (mío), "Durisssima" (Kurt), "Palíndroma" (Kurt) y "Bastante Morenita" (Kurt), todos absolutamente necesarios y modernos de mierda.

Después del VIP´S, cogimos y agarramos (Agr, CF, Becaria, miniBecaria y yo) y nos plantificamos en una fiesta de una gente de Getxo que nos había invitado a pasarlo de rechupetemente, como así fue. Estuvimos unas tres horas allí compartiendo rones con personal estonio y vasco, y cuando nos echaron, nos fuimos todo el grupo inicial (que milagrosamente seguía íntegro, sin bajas ni altas por intento de apareamiento de nadie, aunque hubo varios amagos durante la fiesta) a bailar un poquito. Bailemos y bailemos hasta las mil y luego nos fuimos a desayunar, pero no nos hacían caso en la barra y nos fuimos a dormir algo iracundos. A las ocho llegué a casa, entre unas cosas y otras, demonios.

Hoy mi padre nos ha hecho un arroz con cigalas frescas, sepia y hortalizas... de morirse. Cómo los clava, el repelente de él. También ha puesto un aperitivo que le vio el otro día a uno de la tele y que estaba bastante bien y es muy fácil. Coges unas cebolletas (unas cebollas pequeñas también valen), las pelas y quitas los tallos y las cosas que se te hacen bola en la boca, y las partes por la mitad. Haces dos mitades por persona, que más se hace aburrido. Pones una rodaja de queso de cabra en la parte plana de la media cebolleta y echas orégano encima. Chorrín de aceite antes en la bandeja, poco, y al horno hasta que se pongan blanditas las cebolletas (que no se churrusquen, que luego amargan). Y te las comes, como dice Juan.