jueves, julio 26, 2007

Al ritmo del biorritmo

Ya, esta semana ha sido lamentable en cuanto a actualizaciones. Mañana me voy a Berlín y esta semana ha ido una contrareloj para organizarme el viaje, terminar las cosas del trabajo a tiempo, organizarme sin éxito el resto de las vacaciones (creo que voy a chupar bien de Madrid) y dormir mis depravadas siestas de tres horas, una de ellas con pesadillas. Es lo que tiene estar solo en casa, que no perdono una, y claro, a las doce de la noche con los ojos como platos y con ganas de comerme el mundo. He invertido mis biorritmos, pero he sido bueno y no he salido.

Además, esta ha sido la semana del teléfono. Yo creo que he hablado con todos mis amigos todos los días un buen rato. Sumándole todo lo anterior, además de cocinar mi cena y la de Jwalks, he dispuesto de un tiempo útil para sentarme al ordenador de una diez minutos al día que parecía Ray Liotta en la parte final de "Uno de los nuestros", y la verdad es que el micropost no es lo mío.

Mi intención es contar el viaje a Berlín cuando vuelva porque si no me temo que no lo haré nunca, pero teniendo en cuenta que a los tres días de llegar empiezo mis vacaciones oficiales (llego el martes y curraré hasta el viernes) y que yo no escribo en agosto para oxigenarme un poco y olvidarme del e-mundo, por si acaso me despido un poco. De todos modos, espero animarme, me apetece.

Me voy a sobar, que mañana madrugo mucho, qué ganas. Por cierto, el título me ha quedado como muy de electroduende, ahora que lo miro.

domingo, julio 22, 2007

Tengo uno

Pues sí, resulta que tengo un ejemplar del famoso "El Jueves" (que haga clic aquí aquel que haya salido de un coma de varios días hoy mismo y no se haya enterado). La verdad es que ya no me compro casi nunca "El Jueves", hace mucho que dejó de hacerme tanta gracia esa visión supuestamente ácida de la sociedad y decidí que me gustaban más otras alternativas de humor que no se basaban por sistema en una crítica anti-ídem, algo trasnochada y, por cierto, bastante obvia y oportunista. De todos modos, aún hay días que cuando vuelvo a casa del trabajo con la cabeza llena de cosas, algo saturado de la música que llevo en el iPod y sin ganas de leer más letras, me lo compro en el quiosco del metro. Casi por inercia, lo veo y me lo compro, yo qué sé. Todavía me gustan mucho las viñetas de Monteys y Fondevilla (Tato, La Parejita, Para ti que Eres Joven...), Pallarés (Baldo) , Miguel Brieva, Paco Alcázar (Silvio José), Mauro Entrialgo (Angel Sefija), Lalo Kubala y Ventura (Ortega y Pacheco). No pongo etc. porque éstos son los únicos que me gustan.

He seguido el tema este fin de semana y hoy me he sorprendido cuando he visto que en Ebay se pedían hasta 100 euros por número, y subiendo. Lo de los 2500 Euros que ha pedido alguno en Ebay, no hay que explicar que es una broma a cuento de los 2500 Euros que van a dar por niño, asunto objeto de la famosa viñeta. Pues nada, que yo me lo compré el miércoles o el jueves porque me dio el punto y resulta que ahora tengo un fortunón en casa, por supuesto, fruto de la Potra Dwalks que siempre me acompaña, es mi sino. Adjunto foto con el Qwalks ahí censurando los puntos calientes, a ver si ahora me van a cerrar el blog o algo por atentar el honor de la Corona.




Me da tanta pereza dar mi opinión sobre este asunto que no voy a ponerme a filosofar sobre la libertad de expresión, sobre si el chiste es una ofensa que hay sobre la que hay que tomar cartas legalmente o no, sobre si se trata de un chiste de una gracia o un gusto discutible y ya, sobre si en España hay censura o no (que la hay, empezando por ver a quién pones bien o mal en esas revistas modernas tan liberales, que te quitan la panoja de publicidad como toques mucho los huevos y no hagas la pelota a quien tienes que hacérsela, independientemente de que su último trabajo haya sido una-purquería), sobre si un concepto como la familia real merece un respeto extra o no (independientemente de que esto sí esté recogido en la ley), o sobre si simplemente es espeluznate decir "la familia real" en pleno siglo XXI como si fuera una cosa lógica.

Simplemente diré que el día que me compré la revista, no me llamó la atención especialmente la portada porque llevan años haciendo chistes de este tipo, y que a mi esto me parece tan obsceno, o menos, como los trajes de precios de cuatro dígitos que se compra el caratruño del Marichalar con nuestros impuestos.

Por ejemplo.

jueves, julio 19, 2007

Mi Summercase: El sábado

Hoy abrevio, que se me ha hecho tarde porque me he ido a la ópera con Kurt, a ver Mahagonny al Matadero de Madrid. Hay que ver que chulo lo han dejado, recomiendo que vaya todo el mundo porque realmente merece la pena. Han conservado la estructura antigua del antiguo matadero, incluso la estética austera venida a menos de las paredes y techo, dejando zonas amplias y diáfanas con salas para exposiciones de arte moderno , acceso libre a los inmensos patios interiores y un montón de recovecos que merece la pena visitar, incluyendo los baños y un bar muy chulo que han montado. Igual ya habéis estado todos, pero yo era la primera vez que iba y me ha sorprendido muchísimo. Supongo que habrá mil excusas a partir de ahora para pasarse, tiene toda la pinta de ser el futuro sitio donde se hagan mil cosas chulas a partir de ahora, pero aunque sea por verlo, os pilláis el metro, os bajáis en Legazpi, salís por la plaza, enfiláis el Paseo de la Chopera y ahí mismo lo tenéis para pasarlo estupendamente.

La función, bueno, yo soy un paleto en ópera y, aunque era moderna y cantada en español, he tenido muchos momentos muy entretenidos, casi me duermo en otros, y al final de las dos horas y pico, ya me apetecía un poco que acabara porque no sentía el culo, pero me ha encantado ir, qué teatro más bonito tiene para las funciones, y oye, por algo hay que empezar. Kurt, como siempre, se ha rayado con la gente, y es que esta vez ha sido atacado por dos flancos. Detrás de él un señor se ha puesto a jugar con el papel de un caramelito que había comido (crkcrk crk) y Kurt ha empezado a mirar para atrás cada dos por tres. Cuando ya pensaba que le iba a decir algo, una señora de delante nuestro ha empezado a tener sofocos y ha empezado a abrir su abanico (trrrrk), se abanicaba un poco, y lo cerraba de un golpe de muñeca (trrrrrk). Así todo el rato. Yo creía que a Kurt le daba algo. Justo cuando ya se estaba incorporando hacia delante para darle por detrás con la mano a la señora de malos modos, le he sujetado el brazo y le he dicho con la mano que se tranquilizara. Curiosamente, el señor ha dejado de jugar con el papel y la señora ha empezado a abrir y cerrar con más cuidado el abanico. Menos mal, se podía haber montado una gorda. Kurt tiene muy poco aguante con estas cosas, y tiene razón, pero es que siempre se desquicia con alguien y me desquicia a mi venga a mover la cabeza mirando a la gente, a resoplar y a farfullar cosas entre dientes.

A lo que iba

El sábado, a diferencia de todo el mundo, que se limitó a dormir, comer y enlazar directamente con la segunda jornada del Summercase, yo tuve que ir al cumple de mi abuela entre medias. Esto es muy entrañable, pero no es que me viniera precisamente fenomenal. Por lo menos comí de lujo y fui con las reservas a tope al festival, menos mal que Jwalks se encargó del regalo. Eso sí, después de la odisea que supuso volver a casa el primer día, me fui a Boadilla en coche, ya que no bebí nada de alcohol el primer día y no tenía en mente hacerlo el segundo. Llegué perfectamente porque estaba todo muy bien señalizado, qué gusto.

Llegué el primero de mi grupo y me senté en el escenario de Editors pillando buen sitio y tomando un poco el sol. Al rato llegó Iván, que me saludó poniéndome la polla en la oreja, y luego ya aparecieron Would, la Tirita y una amiga de Iván. El concierto estuvo bien, pero Editors son una mezcla de tantas cosas (Coldplay, Interpol, un poco la voz de David Gahan) que estás más tiempo sacando parecidos que atento a las canciones. Aún así, los chicos se esforzaron y sonaron muy bien, así que no me decepcionaron tampoco y tocaron todas las que me sabía.

Cuando me iba a buscar a Seiai y a un amigo suyo a Guillemots, intenté meterme antes a ver a Sr. Chinarro, pero la carpa estaba tan llena que ni lo intenté por pura pereza. Vi un poco a Guillemots (que ya los había visto en febrero) y ya me junte con Seiai y su amigo. Tomamos algo para hacer tiempo y me metí con ellos a ver a Pj Harvey. Yo nunca la he seguido demasiado y tenía curiosidad, pero entre que su carpa era un puto horno, estaba hasta arriba y que el concierto no tenía mucho punch si no eras muy fan y tenías ganas de marcha, me marché al quinto tema. Eso sí, estaba preciosa y me ponía tanto como en los videos, que morbazo tiene esta mujer, por favor.

Me salí yo solo del concierto y me tomé un redbull del tirón, estaba cansado y tenía sed ¿había otra opción?. Fui caminando tranquilamente hasta el escenario donde estaban tocando Phoenix y, magia, se produjo mi momento del festival. A ver si lo veis, era ya casi de noche y el cielo aún estaba un algo azul, pero muy oscuro porque hacía tiempo que se había puesto el Sol. Ya se estaba pasando el calor y corría un airecito fresco que no levantaba nada de polvo, apenas te movía un poco el pelo, se agradecía. Había mucha gente viendo a Phoenix, pero podías llegar hasta la mitad sin demasiado esfuerzo y quedarte allí sin estar apretado, de hecho, hubiera sido posible alcanzar las primeras filas, pero no quise. Veía relativamente bien el escenario y tenía una perspectiva ideal de las dos pantallas, que en ese momento enfocaban y mantenían a Thomas Mars empezando una canción en primer plano, con un sonido alto y limpio, increíblemente bueno. No sé si era su forma de entonar, o que todo el mundo se quedó callado bailando tranquilamente, o la mezcla de todo lo que he contado en este párrafo, pero de repente me noté totalmente emocionado, muy feliz ahí solo, y eso que ni era un grupo que esperaba especialmente ni fui corriendo a verlo. Creo que hasta cerré los ojos un rato, todo muy cursi pero muy auténtico, de verdad. De hecho, en "North", un tema instrumental que tocaron, el cantante me pareció muy divo tirándose al suelo mientras que el grupo tocaba, seguramente haciendo caso de Sofía Coppola, que en algún postpolvo le debió decir "ay Thomas, cuando tocáis North yo te imagino así tumbadito en el suelo mientras el grupo toca, jooo... hazlo alguna veeez.... así sé que me quieres" y nada, lo hizo.

El video que os pongo no hace justicia al momento zen que viví, que lo veo ahora y me da rabia porque no me parece para tanto, que en los videos se pierde mucho el sonido y la imagen, pero bueno, al menos alguien lo cogió. Llevo toda la semana escuchando el disco.



Después de Phoenix, me fui a ver a Astrud, que nunca los había visto. La primera mitad fue algo desconcertante porque eligieron temas que no me gustan demasiado ("Paliza", "Todo es lounge") y encima no entendía nada. Precisamente cuando se fue la mitad del aforo cagando leches a ver a Arcade Fire, la cosa cambió completamente. Se pusieron con "Todo nos parece un mierda", "Bailando", "Esto debería acabarse asi"... todo muy roquero y mejorando incluso el sonido, y ahí ya fue un no parar hasta que acabó. Nos dieron las gracias por quedarnos (mis amigos se fueron a Arcade Fire) y nos regalaron "El vertedero de Sao Paulo" de bis. No me gustó que Manolo fuera tan extremadamente parado y me gustó estar en primera fila sin problemas. Genís en su línea. Vi a Farala, a Ann O'nadada (que echaba pestes y decía que no le había gustado nada) y a Flat Eric explotando con saña los globitos varios que andaban por ahí rulando para darle aire festivo a la cosa. Superafavor, odio los globitos. Estuvimos un ratín juntos, como siempre que nos vemos.

Detrás de Astrud, me fui a ver a Arcade Fire. Estaba abarrotado, con la gente como loca y muy agobiante, pero me hice un sitio como pude medio decente. Sonaban algo bajo y no llegaban a los momentos cúmbre de sus discos, pero tenían un buen espectáculo y le pusieron ganas. Pena haberlo visto algo descafeinado, tan lejos y tal, pero no pude hacer más. Éste es un grupo que nunca me ha gustado tanto como a mucha gente, ni le he cogido tanta manía como parece que hay que tenerle ahora. Creo que el tercer disco será su examen y no me disgustan, pese a que les veos grandilocuentes y excesivos a ratos, y también geniales en otros momentos.

Luego fuimos a ver Bloc Party y sonaron bien, pero a mi me pilló de bajón y no lo disfruté mucho. De todos modos son un poco de revista este grupo, demasiado cool, demasiado genérico, no sé. Los temas estrella no tuvieron mucha garra y los más en la media, no me dijeron mucho. Mejor el disco, aunque el cantante tiene el cuerpo perfecto para vaqueros y camiseta, cosa en la que me fijé bastante, no sé por qué.

No los vi terminar y me fui con Iván y Would a ver LCD Soundsystem. El otro diez del festival, según mi opinión. Llegamos con el "Daft punk is playing at my house" y no paramos de bailar hasta que se acabó todo. Qué chorro de voz, qué falsetes (¿alguien echó de menos a Mika?), qué locomotora de batería, de percusiones, de ritmos machacones y crecientes, que caña y que forma de bailar, gritar y cantar todo cristo. Reviví totalmente y me quedé con ganas de más, cosa que es muy rara en mi en un concierto.

Tras eso, me fui a buscar a Seiai, que había perdido el móvil y ya lo tenía muy asumido cuando llegué. A caballo entre el concierto de Scissors Sisters (no tenía intención de verlos porque los vi hace un par de meses) y el tema móvil, le puse un mensaje al número del móvil perdido de Seiai diciendo algo así cómo "si has encontrado éste móvil, que no es bueno, al menos deja la tarjeta en objetos perdidos, anda, enróllate". El caso es que lo puse sin mucha fé, pero bueno, que no quedara por mi. El caso es que terminaron las Scissors (bien, en su línea) y vimos un rato a los 2manydj´s, pero al tercer pastillero que se nos subió por la nuca de un bote, decidimos pirarnos. Pasamos por objetos perdidos para ver si había habido suerte con el móvil, y justo cuando estábamos preguntando, me llaman del cuartel de Boadilla diciendo que habían pillado a uno robando en el festival, que le tenían detenido, que habían encontrado mi mensaje en uno de los móviles que tenía, y que pasáramos a recogerlo. Segundo móvil que pierde alguien cercano a mi en un mes en circunstancias adversas (acordaos del móvil de Elza en el Elástico) y que gracias a mi influjo (esto no se discute) aparece de puro milagro. Una vez más, la Potra Dwalks se confirma, y crece.

Llevé a Would a su casa y nos comimos en su portal los bocatas que habían sobrado, antes de ir a dormir.

martes, julio 17, 2007

Mi Summercase: El viernes

¿Soy el último en contar lo del Summercase? Bueno, prefiero no pensarlo, porque si no me va a dar yuyu ponerme, no olvidemos que en mi blog suelo contar cosas que ya me han pasado y como pierdan el punto de frescura, es lo que menos apetece hacer del mundo. De hecho, lo voy a hacer en dos partes, que ya veo que me voy a enrollar y no me veo haciéndolo del tirón.

Llegué solo el viernes en una de las lanzaderas que salían desde Coloña Jardín, me metí a presión en una que estaba a punto de salir y fui haciendo el mimo contra la puerta de cristal todo el viaje. Llegué como un pollo, y desde la última parada, me di el paseíto cuesta arriba con todo el lorenzo hasta la entrada del recinto. De puta madre, no había empezado el festival y ya estaba sudado y agotado, y encima con todo el viernes currado a mis espaldas. Me saqué unos tickets de bebida y me fui derecho a por una cerveza, que ni siquiera me bebí, simplemente la absorbió mi organismo. Me llevé otra. Vi de pasada a los Sunday Drivers, que nunca me han interesado pero no estaban sonando mal, y por aquello de que eran los primeros que veía en vivo de todo el festival, me puse contento.


Mi primer objetivo fue Miqui Puig. Alli estaban Would, Ivan y una amiga, Seiai, Ella, Moz y sus amigos. Nunca había visto a Miqui y la mezcla de cariño y respeto que tengo por este tipo desde que hizo "Casualidades" me hizo verle con buenos ojos, aunque su concierto fue algo irregular y sonaba un poco igual todo el rato. El tío tiene maneras de estrellona, pero las patadas voladoras y los giros y pasos que hace en el escenario, le salieron regular. Le puse ganas y canté con él y con todos "Te quiero", "La puta canción de amor...", "Casualidades" y "Drama", pero en ningún momento me llegué a emocionar. Además, entre el calor que hacía en la carpa y que se me montó un dedo del pie, lo pasé un poco incómodo, aunque luego estiré y se me fue pasando. No estuvo mal para ir abriendo boca.

Luego nos tomamos algo más y me fui por inercia a ver a James con el grupo, que tenía esa hora un poco parada y Would e Iván se habían ido a ver al triste del gorrito de lana llamado Badly Drawn Boy. Me negué, eso era un festival, no un funeral. De James había oído poco, y no me parecieron mal en directo, pero no volví a pensar en ellos en todo el festival. El tío me pareció algo imitador de Michael Stipe y me dio un poco de pereza, porque a mi todo lo que me recuerda a algo ya inventado, de entrada me da pereza, luego igual me acaba gustando, pero no puedo evitarlo de entrada. Igual me equivoco pero me sonó muy noventas ese concierto.

De ahí al crematorio en el que se convirtió la carpa S durante todo el festival, a ver a Jarvis. Yo nunca había visto a Jarvis en directo y reconozco que me pudo el personaje, y más con lo que responde a tus expectativas desde el momento que pone un pie en el escenario. Todos pensábamos que metería algún jit de Pulp para darnos gusto a los fans, pero al final resultó que defendió el repertorio con su disco en solitario perfectamente sin tener que recurrir al pasado, con "Fat children", "Don´t let him waste your time" "Tonite" y un delirante "Black magic" para cerrar, una hora se te pasa volando. Me sobró el numerito que hizo del toro. Yo creo que alguien le debería decir a los artistas lo hortera que queda decir "paella" "sangría" "siesta" y "torero", que no mola nada y parecen un guiri cualquiera cuando dicen esas cosas por hacerse los amables. Sigo pensando que si fuera fotógrafo podría pasarme la vida sacando fotos a Jarvis, aunque Farala me dijera que por verle me perdí a Dragonette, que por lo visto dieran un cacho concierto.

Después me tomé el bocata y descansé un poco, estirando y tal, que yo siempre me he cansado de estar de pie en los conciertos y ya llevaba tres, aparte de todo el día danzando. Pasé de ir a The Jesus and Mary Chain porque nunca he seguido a este grupo y no me apetecía gastar fuerzas, así que éste soy yo viendo el concierto desde muy lejos, desde los merenderos .




Después de eso, me pasé a ver a Air. Air es el típico grupo que me gustó mucho (y quemé) cuando lo descubrí que a día de hoy me interesa más bien cero. Aún así me hice un "por los viejos tiempos" y me acerqué, porque intenté ir a The Gossip, pero me pilló en un momento un poco de bajón y la carpa estaba hasta arriba de gente, así que ni intenté hacerme con un sitio digno, vi el "Standing in the way of control", otra, y me piré. Eso sí, qué regorda está la cantante y qué fan era la gente. El concierto de Air lo vi solo porque no encontraba a mis amigos, así que muy tranqui porque me pude meter sin mucho problema hasta las primeras filas. Sonaron tan bien que a ratos me dio la sensación de que tenían puesto el disco directamente. No sé, esto también me pasa con Belle and Sebastian en directo, que aburren un poco de los pocos matices que aportan a los conciertos. No estuvo mal pero me fui como había venido, no me dijeron mucho.

Para terminar el viernes, una de las grandes sorpresas, !!!. El "Myth takes" lo tenía bien escuchado y lo llevaba bastante calentito en el iPod la semana del Summercase, siempre hay un grupo que te coincide especialmente con lo que andas escuchando, y para mi era éste, lo que no me podía imaginar era lo bien que me lo iba a pasar. Para empezar, nos pusimos en tercera fila porque llegamos con veinte minutos de margen. Viendo cómo se puso la carpa, un milagro. Jits enlazados con trallazos de percusión, finales para bailar interminables, Nick Offer con unos bailecitos imposibles, ridículos y totalmente adictivos, caña pura. Resucité. Lo malo, un tío superpasado de todo, maromo que medía 2mx2m y con pinta de nazi, que se dedicó a bailar y moverse por las primeras filas como si aquello fuera el salón de su casa. Se iba, volvía, se te ponía delante, se ponía a bailar de espaldas al escenario con los brazos en alto tapando a todo el que tenía delante, se quedaba quieto con los brazos arriba y sonriendo... la gente estaba entre mosqueada y acojonada, porque con lo enzarpado que iba y lo animal que era, si se ponía a repartir hostias se quedaba solo. A mitad de concierto nos agobiamos con él y salimos de nuestra privilegiada posición y nos fuimos algo más lejos a verlo más tranquilos. Ya le dije a _R_ cuando salíamos, que le vi por ahí, "que infierno ahí dentro, qué infierno", y es que la gente se pasa mucho. Pero vamos, el concierto una pasada. de hecho, he oído el disco esta semana y me parece soso y todo

Pese a ello, tras el concierto, decidimos irnos y no quedarnos a bailar, que estábamos reventados y nos quedaba otro día y una hora y media (que al final fueron dos) hasta llegar a nuestras camas, que odisea.

(mañana el sábado, y haré otro post con asuntos extramusicales del Summercase, que también hay que entrar en esos temas)

lunes, julio 16, 2007

Aperitivo Summercase

Se supone que hoy iba a contar mi Summercase porque me lo he pasado muy bien y, oye, no todos los días se tiene tanto material fresco para un post, además que me apetece, pero al final he andado enredando toda la tarde y ahora a las once y media de la noche no es plan de ponerse a escribir, que me planto en las dos de la mañana en cuanto me descuide y mañana hay que madrugar.


Como aperitivo, sólo diré que me lo he pasado muy bien y que estoy molido pero feliz. Para muestra, una foto de algo que ha sido bastante habitual en mi este fin de semana a partir de un cierto momento de la noche: los estiramientos preventivos, que la gente de una edad nos agarrotamos a partir de cierta hora y se nos quedan las piernas y la espalda más duros que los pies de James Brown el día que por fin le enterraron.


NOTA: Esta foto no es un momento de transición hasta estirar completamente la pierna. La flexibilidad Dwalks nunca ha sido un punto fuerte y eso era mi máximo de elasticidad a pleno esfuerzo. De hecho, y aunque por temas de anonimato me he desfigurado la cara, en la imagen original se puede ver perfectamente cómo lloraba y lloraba del dolor. Creo que ha llegado el momento de consultar tarifas de clases de Pilates.

Mañana el resto, o sea, todo. Podéis ir abriendo boca con Would, que estuvimos juntos el 70% del festival y seguro que nos salen cosas parecidas.

jueves, julio 12, 2007

Cosas varias: cines, reflexiones pre-Summercase, el nuevo blog de Kurt

Ayer hice una de esas tardes que me gustan tanto, de aprovechar entre semana. Después de currar me fui a la piscina a ver si ligaba un poco de bronce y dejaba de ser del color de los niños esos que veían el futuro en Minority Report, y luego me fui al cine a ver "Memorias de Queens" a los Renoir Cuatro Caminos, uno de los pocos cines en los que parece que aún queda gente civilizada. Digo esto porque en los Ideal y el los de la Plaza de los Cubos, cabezas más visibles de los cines  culturetas de Madrid, la gente ya come palomitas y se comporta de forma muy similar a los Kinépolis. A mi los que más me gustan son los Verdi y los Renoir Cuatro Caminos, se nota que la gente va ver una peli y no a merendar o hacer comentarios como si estuviera en el salón de su casa.
 
La peli entretenida, pero ya vale de historias de chavales de clase baja de la Nueva York profunda de entre los 50 y los 70, y más cuando son contadas por el niño que se hace adulto y cuenta la historia de cómo escapa de la mediocridad, aprovechando que regresa tras llevar muchos años alejado de sus raíces. Lo que pasa es que a mi me gustan siempre estas pelis, como las de cárceles, pero ya han agotado un poco el filón. Lo que pasa es que salían Robert Downey Jr. y Chazz  Palminteri, así que vas sobre seguro. Salí contento, y una vez más he decidido reducir mis cines de fin de semana e ir sólo entre semana. No hay color: es más barato si vas el día del espectador, no hay colas ni mucha gente (y no es por sacar la entrada, que se puede por internet, es por lo bien que se está en la sala), te vas a casita a cenar de buen rollo... siempre lo pienso y luego nunca lo hago, al final suelo ir el finde como todo el mundo.
 
Este fin de semana llega el Summercase, y uno de los temores más importante, y no son los bocatas que venden en el festival. Yo digo las cancelaciones. Tras fliparte con un cartel acojonante, la mayoría de los festivales luego acaban con un  porcentaje de cancelaciones que al que más y al que menos, le tocan un poco los cojones. De momento ya ha cancelado Mika, al que no tenía mucha intención de ver,  pero ya veremos cuántos más caen de aquí al sábado. Yo digo que cuatro en total cancelan, incluyendo un cabeza gordo de cartel. Veamos qué pasa. Si es que es normal, son tantos grupos, con dos días superajustados (para el que no lo sepa, el Summercase se celebra simultáneamente en Madrid y Barcelona, intercambiando los grupos viernes y sábado) que es raro que algún cantante no se ponga malo, o pedo, o muera. Ya contaré mi Summercase.
 
Y para terminar esta semana tan prolífica en cuanto a posts, os cuento que Kurt ahora escribe un blog en la página de TCM.
 
 
No me extraña, es el único que sabe escribir de todos nosotros y ya tardaba alguien en darse cuenta. Es un blog sobre la tele y ya lleva unas cuantas entradas a mi me está gustando mucho, no dejéis de ver el vídeo de las hermanas Valverde que ha subido en este post, aunque no volváis a meteros en vuestra vida. No podéis morir sin verlo.
 
Obviamente, paso a incluir este blog en mi ruta internet pre-curro de por la mañana, no es porque sea mi amigo y esté muy orgulloso, es que  le está quedando de puta madre.

miércoles, julio 11, 2007

Supongo que tenía que ocurrir algún día

El baño para hombres de mi oficina tiene un sistema de luz que se enciende automáticamente cuando detecta movimiento. También tiene un problema, y es que una vez que se enciende, dura unos dos o tres minutos hasta que se apaga. Cuando detecta nuevo movimiento se vuelve a encender y así todo el rato, por lo tanto, es normal que si entras cuando ya había alguien dentro que ha consumido parte del tiempo, se te apague la luz relativamente pronto y se vuelva a encender en cuanto te mueves. Hasta ahí todo normal.
 
Como todos los sistemas ajustados al mínimo presupuesto, tiene lagunas espaciales, partes donde no detecta el movimiento. Una de sus lagunas está en uno de los urinarios, que casualmente es por el que yo suelo decantarme cuando puedo elegir, dado que es el que más alejado está de la puerta de entrada al baño (el más cercano está casi enfrentado a la puerta) y además está pegado a la pared, gracias a la cual se evitan incómodas compañía por un flanco y también, y casualmente, un traicionero juego de espejos que sólo afecta a los otros dos urinarios y por el cual se te puede ver meando desde el exterior si alguien abre la puerta. Por eso es mi favorito, es muy seguro. El único problema que tiene este urinario, como he dicho, es la laguna que tienen ahí las células fotoeléctricas que apagan y encienden la luz, y cuando estás usándolo, no existes para ellas. Por ello, cuando estás en él y se te apaga la luz, debes moverte más que en cualquier otro punto del baño para que vuelva a encenderse. Todo el mundo entenderá que esto con el chorro a plena potencia requiere de mucha prudencia, pero entre eso o mear a oscuras, cosa que da mucha angustia, yo siempre escojo arriesgar un poco. Normalmente funciona sacudir un brazo que tengas libre hacia atrás hasta que se te vuelve a encender la luz (yo que soy zurdo para sujetármela, uso el derecho) pero otras veces, aunque muevas el brazo como un pastillero del Razz al ritmo de lo de Buenavista, ahí no se enciende nada y tienes que dar hasta un par de pasitos hacia atrás para que El Gran Hermano del baño te identifique como un ser que necesita de su luz.
 
El caso es que hace un rato he ido al baño y no había nadie, aunque la luz estaba encendida, síntoma de que alguien había estado hacía un momento. Me he ido a mi urinario, me he desabrochado y me he puesto en posición. Justo cuando iba a empezar, se me ha apagado la luz. Según el protocolo, he movido el brazo hacia atrás para volver a encenderla, pero no conseguía que ahí se encendiera nada. Cautivo de la confianza que me daba saberme solo en el baño, y como aún no había empezado a hacer nada, he tomado la decisión de desplazarme hacia atrás unos pasos hasta que aquello se iluminara, algo que había hecho mil veces en esa situación y que nunca me había supuesto ningún problema.
 
Yo no sé si es que tengo la zancada más grande de lo que creo, o si he dado más pasos de los necesarios, pero no puedo explicar muy bien lo que he sentido cuando en ese momento ha entrado al baño uno de esos compañeros con los que tampoco tengo mucha confianza y me ha encontrado en un lugar indeterminado del baño, agitando un brazo en alto y con la polla en la otra mano.
 

martes, julio 10, 2007

Entre 08:50 y 09:05

Esta semana es la tercera desde que comenzó la jornada intensiva en mi empresa y aún no he conseguido llegar a mi hora máxima de entrada, las 08:30, ni un solo día. También es cierto que haciendo cómputo global he trabajado más horas de las que debería y que la mayoría de la gente, porque raro es el día que me voy a mi hora, o no me quedo un poco más por la tarde (prácticamente solo, cosa que nadie ve, claro) o hago algún viaje de ida y vuelta en el día que me destroza cualquier horario reducido que debería disfrutar. El caso es que eso da igual en mi oficina porque lo único que cuenta es que te vean madrugar y aparecer por la puerta antes que nadie, aunque luego te vayas antes de tu hora sin cumplir las horas mínimas que tenemos por contrato, cosa que hace una gran parte de la plantilla a la que no se le juzga por eso.
 
Reconozco que hace unos años tenía su gracia y yo me encargaba de cultivar una fama moderada de crápula. Llegar veinte minutos tarde por norma despertaba las mirdas pícaras de mis compañeros casados "¿qué? ayer salimos un poquito ¿eh? cuenta, cuenta" y del sector femenino del la ofi "uyuyuy... mejor no nos cuentes qué hiciste anoche". Yo no salgo casi entre semana, pero, dado que era un hecho objetivo que llegaba todos los días tarde, sumado a mis perpetuas ojeras doherty-style, me limitaba a sonreír y a decir cosas tipo "no me tiréis de la lengua, no me tiréis de la lengua", creando un mito que a día de hoy se me ha vuelto un poco en contra. Me jode porque, insisto, suelo hacer cosas cada día pero no trasnocho por los bares entre semana. Vale, no me acuesto pronto, pero es más por mi tendencia al mamoneo nocturno (internet, lectura, pelis, teléfono...) que a una vida depravada y llena de non-stop nights and days.Soy bastante responsable en ese sentido y, aparte de algún jueves que se me pueda ir de las manos, es raro que esté fuera de casa a partir de las doce.
 
Lo que sí es cierto es que tengo un problema por las mañanas. Gracias a Jwalks, mi hermano-despertador-de-seguridad, me suelo levantar a una hora que me permitiría, muy justo, llegar puntual al trabajo, pero al final siempre me las apaño para desperdiciar minutos fundamentales para llegar a tiempo y que me servirían para que nadie se dedicara a hacer insidiosos comentarios acerca de mi persona y mi (supuesto) decadente estilo de vida.
 
Como lo más importante de este mundo para evitar molestas justificaciones es tener la conciencia tranquila (aparte de follar regularmente), me he hecho una lista de motivos por los que suelo perder el tiempo por las mañanas. Me salen éstos:
 
- Hacerme el desayuno de los campeones: Yo soy muy de desayunar un café bebido con dos galletas y a correr, tres minutos, pero una vez a la semana me da por pensar que el desayunos es la comida más importante del día, que hay que cuidarse, que hay que rendir... y nada, cojo, agarro y me pongo a tostar panes, a untar tomates, a exprimir naranjas... y se me van veinte minutos, que luego hay que recogerlo todo y tal.
 
- Quedarme sentado en la cama con la mirada fija en un punto indeterminado: Como me despierte y no me levante de un bote, estoy perdido. Esto lo sé desde hace mucho tiempo, pero mi estado catatónico al levantarme a veces me juega malas pasadas. A veces me levanto y me quedo sentado en la cama antes de levantarme a tomarme el café, y lo que a mi me parecen segundos, a veces puede ser un cuarto de hora, o veinte minutos, así, sin hacer nada, sentadito en mi cama con los pelos como una pelea de ratas y todas las legañas ahí puestas, mirando el raíl de la puerta corrediza de mi armario. Fascinante, hipnótico.
 
- Arreglarme las patillas: Ya sé que podría hacerlo por la noche, o en cualquier momento del día, pero no, basta que vaya con el tiempo pegado al culo para que decida que me parezco a Lobezno y que tengo que meter un poco de tijerita. Yo no tengo cortadora eléctrica (atención, ¡pista para futuro regalo!), de estas que te rebajan la patilla fetén, así que me tengo que poner con un peine pequeño que conseguí en un hotel y con una tijerita a esculpir patilla. Tchk, tchk, tchk. Con el peine saco pelo por entre las pùas, y con la tijerita recorto los pelos que sobresalen, procurando no pasarme por ningún sitio. La patilla derecha se me da fenomenal y la llevo como una pista de Wimbledon, pero la izquierda se me da fatal, que a veces salgo de casa que parece que me he pasado la minipímer. Esos días de escabechina, además de llegar tarde al trabajo, llego muy frustrado y acomplejado, escondiéndole la patilla mala a todo el mundo continuamente y deseando que pase una semana ya, tiempo estándar para que mi patilla crezca lo suficiente y sus pelos se igualen por sí solos, generando uniformidad.
 
Comprobar el emule: Esto ya lo voy controlando, pero muchas mañanas que voy bien de tiempo, me siento un momento a ver el emule y ya la he cagado. Que si ya se me ha descargado un disco que tenía bajando y me lo meto en el iPod para llevarlo en el metro, que si ya me meto en alguna web, que si al final me veo un Youtube de algún tema que me he bajado... mínimo veinte minutos perdidos, una losa.
 
- Hablar con mi padre: esto es un clásico. Me voy y mi padre anda por ahí desayunando o lo que sea. Entonces le da por preguntarme por cualquier cosa que requiere un mínimo de veinte minutos de conversación: algún asunto de mi piso, temas de inversiones, cosas que me podría desgravar de la renta, una ruta por el monte que ha visto en un libro. Yo, que me engancho enseguida a cualquier conversación, pues me pongo a rajar, a sacar papeles o lo que sea, y nada, mi puntualidad a hacer puñetas.
 
- Olvidarme la cartera: Una vez al mes, me olvido la cartera en casa, donde tengo las panojas y el billete de metro. Por supuesto, me doy cuen cuando voy a sacar el billete y no lo tengo. De mi casa al metro hay unos ocho minutos, así que hay que ir y volver otra vez. Cuarto de hora por la cara, que cuando que vas con la hora justa, es vital.
 
- Pasarme de estación de metro: No entraré en detalles por pura dignidad, pero ya me vale que me siga pasando como mínimo de estación cada quince días. Más consecuencias de la catatonia mañanera.
 
Pues eso, que madrugo como todo el mundo, que no salgo por las noches entre semana y que curro mis horas o más, pero que mi problema por las mañanas me hace perder todo el crédito que me merezco.
 
 

lunes, julio 09, 2007

Tengo coartada

Ya me vale una semana sin actualizar. La verdad es que con el calor que está haciendo estos días en Madrid, no es que apetezca demasiado ponerse a escribir posts acerca del calor que pasa uno, pero una semana es demasiado. A mi siempre me ha gustado escribir por la noche, pero nada, imposible, cuando no era una cosa era otra y así se me ha pasado la semana. Lo resumo, teniendo en cuenta que los fines de semana nunca escribo por principios:
 
Lunes 2: Me pasé la tarde y parte de la noche cerrando lo del hotel de Berlín. Ya teníamos el vuelo pero nos quedaba escoger el hotel, que con la tontería de que aún quedaba mucho para el viaje, se nos iban pasando los días y los precios subían alarmantemente en las páginas web que habíamos seleccionado. Al final, y pese a las suculentas propuestas que me habían ido llegando al blog y al e-mail, nos decidimos por la funcionalidad estándar de los NH. Hotel bien situado, precio razonable y la tranquilidad que da saber que encontrarás calidad sin sorpresas (ni decepciones). Y muy bien, porque vamos a Berlín, y no a un hotel. El hotel es necesario y conviene que no te amargue el viaje, pero cuando lo que quieres es patear y conocer un sitio, a mi con que el sitio donde deja las cosas, duerma y me duche esté limpio y bien situado, suficiente.
 
Por cierto, ya está decidido, así que no quiero ni una sugerencia más al blog, que como me llegue uno en plan "que nooo, que te has equivocadoooo, que el hotel bueno el el Rabonen Analen Mitte que cuesta diez euros la noche y es un cinco estrellaaas... ayyy, que se me había olvidado comentártelo ¡si puedes cógelo!" juro que dedicaré el resto de mis días a esterilizar a esta persona. Desde ahora sólo sitios para comer, salir, ver y tal.
 
Por cierto, muchísimas gracias a los que me habéis mandado auténticas guías personales de Berlín al correo, un detallazo.
 
Martes 3: Viaje relámpago a Barcelón. Arriba a las 5:30 a.m., vuelo a las 7:30, curro hasta las 15:00 y en Madrid a las 18:00. Este viaje será recordado porque me lo dormí íntegramente, despegues incluidos, qué gusto, qué narcolépsia tan total. Cuando llegué a Madrid, me fui a dar un paseo gigante por un monte porque me notaba muy tenso. Hacía mucho que no me pasaba esto de sentir una necesidad primaria que mi cuerpo resolvía tirando de instinto, como cuando los gatos comen hierba porque les duele la barriga, o cuando los perros hacen la croqueta por el césped cuando tienen calor venga a refrotarse. me quedé nuevo, pero cené y me quedé frito en cuanto me tiré al sofá.
 
Miércoles 4: Concierto de "TV on the radio" en la Joy Eslava. Muchas ganas porque en un més me había hecho fan del último disco del grupo. Quedamos Iván, Would, la Tirita y un amigo de Iván, y para dentro. El concierto muy bien, aunque no fue la bomba. El jitazo "Wolf like me" perdía un poco en directo, pero otros temas menos llamativos en el disco, sonaron fenomenal. Los temas que me aburrían en el disco, me aburrieron igual en directo. Por otro lado, tocaron cosas del disco anterior, que yo no había escuchado y me encantaron.
 
Lo mejor: El llenazo en la Soy Ejclava y el buen rollo del cantante con el público, aunque les faltó un pelo para conectar del todo.
Lo peor: El sonido, un poco regulín, y que yo me hacía a este grupo un poco más oscuro, con una actitud menos buenrollista. y me parecieron un poco de andar por casa. Me decpcionó un poco la imagen, tengo que reconocerlo. Además, el cantante tenía pechitos, a veces le botaban incluso.
 
A la salida nos fuimos a una franquicia vegetariana que hay en la calle mayor que no me gustó mucho. Creo que se llamaba MOZ. Yo me hice una ensalada con falafeles, brotes de cosas y ensaladismos varios que me salió un pastiche que sabía a todo y a nada, y me pareció aburridísimo de comer. El reto de la gente se hizo una especie de kebabs con un montón de cosas vegetales dentro, que tenían mejor pinta que mi ensalada, pero tampoco orgasmaron. No creo que vuelva. Tengo que decir que últimamente la franquicia está fatal en Madrid. Mis últimos descubrimientos (Take a Wok, El pollo campero y éste) han suspendido los tres. Por el contrario, los clásicos se reinventa y cada vez son mejores. Por cierto, el Frescco ha hecho innovaciones de las que tengo que hablar otro día.
 
Jueves 5: El jueves quedé a cenar con Elza y Agr en el Nagoya, que Agr no anda en sus mejores momentos y las penas con pan son menos. Nos pusimos hasta el papo de niponismos (sushis, makis, cucuruchos de atún (mi favorito), yakisobas...) y luego nos tomamos un pelotazo en el Pepe Botella, en la Plaza del Dos de Mayo, que para un pelotazo y charlar en plan tranqui con tus amigos está bien. La verdad es que nos metimos ahí porque no había sitio libre en las terrazas de la plaza, y nos sentó fatal que nos pusieran el alcohol sin enseñarnos la botella, pero estuvimos muy agusto repanchingados en los sofares rojos esos que tienen.
 
Y ya nos metemos en el finde éste pasado, que ya he dicho que no escribo porque no quiero ni plantarme el escribir los findes, de momento, que no es plan de estar más pendiente del blog que de ver a mi gente.
 
El finde ha estado bien, el viernes tomé unas pintas en el Bo Finn, un irlandés en pleno barrio de Salamanca, con Becaria y una amiga suya, cuidando el último reducto repijo con el que todavía me relaciono con cierta frecuencia. Luego me fui con Seiai y sus amigos a la Fábrica de Pan a tomar cosas, una poca de "Luke, yo soy tu padre", me encantaría que me gustase este sitio, pero me parece una puta cocina, y la música sólo está bien algunos días. Y luego a casa no muy tajado.
 
El sábado un poco de piscina, unas compritas por el centro, cena con una pareja holandesa muy maja amiga de Seiai, Elza e Iván en "La Panza es lo primero" que han abierto en Malasaña, donde nos descojonamos, y luego un Costello tranqui. Yo no sé que me pasa con la comida mejicana que me sienta fatal y me deja en estado catatónico, aunque no pique. Así me quedé, que a las tres y media no me podía ni mover de lo petado que estaba, no me desatascaba ni con gintonics, y me entró una somnolencia muy desagradable que me impedía relacionarme con normalidad con otros humanos, así que decidí retirarme, cosa que todos secundaron. Iván me confesó al día siguiente que él tuvo pesadillas con la comida.
 
Ayer, tras los coches y el tenis, quedé con Agr y nos fuimos con Elza, Iván y Salou a una terracita del parque de Berlín a tomar algo, donde nos atendió una camarera que nos cayó fatal y se parecía a Nuriaber. Luego volvimos a casa y a dormir.