lunes, junio 26, 2006

Finde review: viernes cumple Elza&Agr, sábado El Sol y domingo de tele y siesta

Este fin de semana se me ha ido un poco de las manos. Yo estaba muy tranquilo últimamente con esto de salir por la noche, pero se ve que con la desaparición de mi alergia simultáneamente con la reaparición de mi líbido, unido a las altas temperaturas estivales, me ha dado por marcarme un fin de semana un poco pasado de rosca. Supongo que de cuando en cuando, no viene mal, pero sólo lo supongo.

Viernes

El viernes Elza y Agr celebraron su cumpleaños conjuntamente alquilando un bar y pinchando unos barriles de cerveza, con su picoteo y sus copas a 4'50. Fenomenal. Allí fue todo el mundo, debimos juntarnos unas cincuenta personas entre amigos, viejos amigos y compañeros de trabajo por ambas partes. Estaba Aki y todo, que había venido desde Japón, que me regaló un marcador de libros aromatizado. Yo estuve muy activo y no paré de hablar en toda la noche con todo el mundo, haciendo mis oportunos arrasamientos a la mesa de la comida para empotrarme un pincho de tortilla, lacon a la gallega o su poquita de empanada, según me cayera la mano por allí, que entre que no veía mucho y que había poca luz, me podía haber comido alguna mano de alguien tranquilamente. Qué bien puesta estaba esa mesa, sí señor, superoportuna. En un momento dado, fui invitado a una boda para el día siguiente y dije que sí que iba, aunque no estaba muy convencido, pero me hicieron un poco el lío y acepté.

Agr se fue relativamente pronto y yo me quedé con Elza y sus amigos, porque ahí seguía habiendo marcha. Al final se fue casi todo el mundo a otros sitios, con sus planes, y yo me fui con Elza y unos compañeros de su trabajo al Lolita, que nos quedaba relativamente cerca y últimamente no está mal, no ponen mala música. Al final, yo me perdí con la amiga de Elza, Elza con su amigo, y todos encantados de la vida, claro. Debo decir con toda humildad que últimamente estoy en lo que se podría llamar una buena racha, así que yo muy contento, a ver lo que dura.

No recuerdo qué hora era cuando llegué a casa, pero era de día.

Sábado

Me desperté y lo primero que hice fue llamar a Agr y CF para decir que no iba a la boda, que me daba apuro y que sentía haber dicho que sí el viernes. Me sentí bastante ridículo por no tener algo más de personalidad. Ellos no lo entendieron mucho, pero respetaron mi decisión y no me pidieron demasiadas explicaciones.

Estuve por la tarde por casa, haciendo la renta, que ya va tocando, y colaborando con la familia (saqué las cosas del lavavajillas y las puse en su sitio, tiré unas basuras e hice algo de compra).

Vi el partido de Argentina y quedé con Elza, que iba al cumpleaños de una viejo amigo común de la universidad al que hacía tiempo que no veía y me dijo que por qué no me pasaba con ella. En el cumple, Elza y yo nos estuvimos contando la parte de la noche anterior que no vivimos juntos, estuvimos un poco con la gente y luego nos pusimos a hablar con la exnovia de un chico del cumpleaños de la que me enamoré enseguida, pero en plan bien, nada de baboseo, ni de suspiritos. Como no era plan de tirarle los trastos, a pesar de mi racha, nos fuimos de allí, que habíamos quedado con Elliot y su mujer para tomar una copa.

De camino a Gran Vía, donde habíamos quedado, me llamó Would, que estaba solo en la pizzería Maravillas esperando a Berlín, su novia. Como nos pillaba de paso, pasamos a verle. Qué tristeza de hombre, la plaza a reventar de animados grupos de amigos charlando y comiendo pizza entre carcajadas, y Would enmedio, sentado en una mesa, sólo y con una cerveza. Le abrazamos muy fuerte para que notara algo de afecto y le invitamos a venir, pero le dolía la cabeza porque se había pasado todo el día al sol y no quiso. Nos despedimos enseguida diciéndole bien alto que qué envidia que su plan para esa noche fuera follar como un león, para que la gente de alrededor que le había visto con cara de amargado no pensara que era un fracasado y un aburrimiento de chico. Se puso un poco rojo pero sabemos que lo agradeció y que se ganó el respeto de la plaza.

Nos tomamos una copa con Elliot y su mujer, que son muy majos, y con otra pareja. Estuvimos en el Costello, que es un bar que propuse porque me gusta mucho, ahí en Caballero de Gracia, y luego nos dirigimos al Susan, que no quedaba lejos, pero estaba cerrado (a las tres, qué raro). Ellos se fueron, que estaban cansados, y me quedé con Elza otra vez, así que nos metimos en la sala El Sol. Nos tomamos unas copas, bailamos, procuramos ligar un poco, pero al final cerraron el sitio cuando parecía que empezaba a haber algo de movimiento por allí, aparte de nosotros, que ya íbamos un poco tal. Sin problemas, la verdad es que estuvimos bastante a nuestra bola, será que estábamos un pco cansados y nos apetecía charlar más que otra cosa.

Una vez en la calle, caminemos y caminemos en busca de un taxi, pero imposible. Bajamos Gran Vía hasta Cibeles, caminamos un poco dirección Atocha, subimos por Montalbán hasta Alfonso XII y llegamos hasta la Puerta de Alcalá, donde nos limitamos a esperar por un taxi sentados y cogidos del brazo, que hacía algo de fresco, mientras fumábamos algún cigarro y cantábamos nuestras canciones favoritas a dos voces (pero en bajo). No hablamos mucho, la verdad, estábamos algo rotos. Una hora y pico después de salir del Sol, apareció un taxi que nos llevó a casa. El taxista era tremendo. Llevaba puesto a un tal Christian, un cantante tipo Bustamante pero mexicano, a todo trapo y nos contó que le había dejado su mujer, que él en realidad era torero, nos enseñó una cornada, nos preguntó si éramos pareja y que sí íbamos a montárnoslo cuando llegáramos a casa, nos contó su vida y cuando vio que dejaba a Elza en casa para seguir hasta la mía, me propuso ir al Space (un afterhours que hay en Madrid). Qué risa, era muy gracioso, y Elza y yo no parábamos de picarle para que nos contara cosas. Me acosté a las ocho, con un sol de justicia, y eso que no fui al Space.

Domingo

Me desperté a las dos que rabiaba de hambre y llamé a CF para ver si le apetecía ir al Wok-buffet a ponernos tibios. Dijo que sí, me pasé por su casa y nos fuimos al Kinépolis, que es donde está el Wok. No entraré en detalles, pero dimos bastante vergüenza ajena una vez más. Sólo diré que empezamos compartiendo unos veinticinco makis variados, aunque bajamos el ritmo al final, y no llegamos a los máximos históricos de otras ocasiones. De todos modos, no estuvo mal, aparte de los miles de entrantes, nos salió un wok bastante bien combinado con la salsa, el plato estrella.

Como CF estaba solo en casa, nos fuimos allí a ver el partido de Inglaterra con un sofá para cada uno. CF se cuajó antes de que empezara el partido y pude observar una serie de espasmos que le dieron mientras dormía, que me dieron un poco de miedo. Botaba literalmente en el sofá y yo mirando y sin saber si decirle algo o dejarle en paz. Al final yo también me dormí, como una hora. Nos despertamos casi al final del partido y nos bajamos a unos chinos a comprarnos la merienda. Merendamos viendo a Fernando Alonso y luego llegó su madre.

CF me dijo que se iba a duchar y me dejó sólo con su madre una hora. Su madre es muy maja, pero no hay derecho, coño, una hora esperando a que plantara un pino, se duchara... no lo entiendo. Yo tardo quince minutos de reloj haga lo que haga, no soy capaz de comprenderlo, qué tío más lento. Al final salío del baño y yo ahí viendo fotos de los fiordos con la madre, que me explicó muy bien uno cuantos viajes, por cierto, no me aburí nada, que conste.

A las diez nos fuimos a dar un paseo por el parque de su barrio mientras llegaba Agr, que había ido a dejar a su novia en el aeropuerto. Llegó Agr y nos estrujamos unos kebabs en una terracita que tenía el moro fuera del local, muy bien. Hablamos del verano, de la semana en Cádiz qué vamos a psar y de nuestras cosas, que nos llevamos muy bien y se nota.

A la una en casa, bastante cansado. Hoy lunes, lo he arreglado con una siesta de tres horas, de estas de sudar y despertarte con la cara hinchada y una oreja roja. Ahora mismo estoy nuevo.

jueves, junio 22, 2006

Tan real

La piscina de mi urbanización lleva abierta dos semanas y aún no he bajado ni un solo día. Entre gimnasios, planes que me comen el día, pernos y demás avatares, todavía no ha habido manera. A ver si este finde ya me animo y me bronceo ligeramente los pechos y los muslos, que ando algo flojo de color y ya estamos casi en julio.

Hoy (escribo esto el juves por la noche, aunque el post ponga que ya es del viernes) iba a haber bajado, pero me eché una siesta de dos horas y media porque el miércoles fuimos al preestreno de "Mujeres infieles", que nos invitó un amigo muy majete que se acordó de nosotros (a Agr, CF y a mi), y claro, hoy medio sobado todo el día porque al final nos liamos un poco. La peli estuvo bien, como no me esperaba nada y fue panoja-free, pues estuve también muy pendiente del sarao de prensa y actores que se monta en estas cosas, que yo no suelo ir a estos eventos y mi lado más provinciano sale a la luz. La peli era es una comedia, trabajada sobre un drama, muy simpática y al final me alegré de verla independientemente de haber sido invitado y no haberla elegido yo, aunque Lucía Jiménez nunca me ha gustado ni tampoco me gustó aquí demasiado. Es que no me la creo ni a ella ni a nadie de la hornada de "Al salir de clase", es como una fijación. Pero bueno, como sale poco pues nada. Es una película chilena, por cierto.

He tenido un sueño muy agobiante en mi siesta, resulta que en el sueño me quedaba completamente sordo y por más que chillaba no era capaz de oirme, pero ni un poco. Como mi abuela está muy sorda y lleva aparato, yo llegaba a la conclusión de que había llegado el momento en el que mis genes se imponían, así que yo, lejos de tomármelo con filosofía, me ponía atacado y no paraba de gritar y deambular por una especie de oficina en la que me encontraba agitando los brazos, dando tumbos con las manos cubriéndome las orejas y chocándome con las paredes y resto del mobiliario en general. La gente me llamaba, pero como yo no les oía me tenían que dar toquecitos en el hombro para que les atendiera, tratándome ya oficialmente como a un sordo, moviendo mucho la boca al hablar y dándome mucho contacto físico con sus manos para que percibiera su afecto y no me sintiera rechazado. En medio de uno de los gritos, me he despertado sofocado, con la frente empapada en sudor y con los ojos llenos de lágrimas. Automáticamente he hecho unas pruebas de sonido con mi voz en plan "aaaa" y "mmm" "ooo, OOO", y como todo iba bien ya me he tranquilizado algo. Así contado parece una gilipollez, pero qué real ha sido, tanto, que le he preguntado a mi padre, que estaba ahí a mi lado viendo el partido, si no me había notado revolverme en el sillón o gemir agónicamente, al menos. Me ha mirado un poco raro y me ha dicho que no encogido de hombros, y me ha resultado extraño, porque yo siempre hago cosas muy raras cuando duermo e interactúo explícitamente con el mundo real, pero mira, se ve que voy controlando y voy teniendo más paz interior. El caso es que he tardado casi un cuarto de hora en recuperarme completamente de mi sueño, no paraba de darle vueltas a lo de la sordera profunda que he padecido.

Mi intencion con este post era comentar detalladamente los personajes más peculiares de mi piscina, pero entre que me he liado con lo de la peli y lo del sueño, que es que me ha afectado muchísimo, no es coña, y que se me ha hecho tarde, mejor lo dejo para el siguiente post. Es que ya lo estoy viendo, pienso que en nada lo tengo ventilado y luego me empiezo a liar y me queda un chorongo que no hay quien se lo lea.

Somos muy afortunados por oír, que lo sepáis.

miércoles, junio 21, 2006

Dwalks parásito

El sábado, justo después de comer, me fui al Ahorramás de mi barrio a hacer la compra familiar semanal de productos no perecederos. Este concepto no existe como tal, ni en mi casa ni en ningún sitio, pero bueno, la cosa es darle un poco de valor añadido a lo que hago. Me ofrecí yo mismo para ir a la compra porque llevaba una semana y pico que no había hecho ni el huevo en casa y, encima, el viernes salí hasta las ocho de la mañana, con lo que el sábado aparecí por la cocina en gayumbos, con ese pelo tan complicado que se me organiza cuando duermo, con los labios más secos que una corbata de Unquera y supongo que rascándome el culo mecánicamente, a eso de las dos y media del mediodía. Mi padre andaba por allí cocinando con pinta de llevar mucho tiempo cocinando y mi madre también estaba haciendo algo útil, con pinta de llevar mucho tiempo haciendo cosas útiles, o sea, que más provocador e insolente que yo en ese momento, imposible. Encima, mi hermano llevaba estudiando aplicadamente toda la mañana y ya había ido a comprar el periódico y el pan y había tirado la basura reciclable, mis únicas cartas posibles para salvar la situación a esas horas, el muy pelota. No obstante, estuve torpe, la estrategia adecuada hubiera sido ducharme antes de dejarme ver y aparecer radiante y como con prisa por la cocina ofreciéndome para colaborar en algo, por ejemplo, preparar mi aperitivo estrella, pero no, mi estado catatónico me hizo dirigirme a la cocina en busca de agua que aliviara mi insoportable sed, sin tener en cuenta ni la hora, ni mi lamentable imagen, ni que se me había organizado una emboscada en mi propia casa

Dije algo parecido a "buenos días" y, mientras me tomaba el primer vaso de agua, se me lanzó el primer cuchillo por la espalda. "¿Has dormido bien?". Yo no dije nada porque sabía que no existía respuesta adecuada ante ese tono de voz, pero me espabilé súbitamente y fijé mis ojos instintivamente en el grifo monomando de la pila, aún con los labios en el vaso. No abrí la boca porque estoy convencido de que mi padre había estado buscando contestaciones rápidas y precisas, mientras picaba y troceaba productos, a cualquier respuesta que se me hubiera pasado por la cabeza, así que hice lo que el sentido común me dictó: me llené otro vaso de agua para ganar tiempo. Mientras me lo bebía, mi padre me comentó tranquilamente lo que opinaba de que últimamente mis tareas domésticas más sacrificadas consistieran en catar y puntuar comida que ellos preparaban, comprobar los niveles de cerveza disponibles la nevera o testar la mullidez de nuestros sofás. Yo no luché,  me di la vuelta y, con las palmas de las manos extendidas hacia fuera y una franca mirada legañosa, le dije que tenía razón, pedí sinceras disculpas y añadí que me encantaría ir a hacer la compra gorda de la semana esa tarde para compensar. Por dentro pensaba que, joer, sí que colaboro bastante en casa, pero en mi estado y con mi padre revirao, tampoco me apetecía liarla. Yo creo que a mi padre le jodió un poco que no le ofreciera resistencia, fiel a ese estilo defensor de las causas perdidas que me caracteriza (por ejemplo, soy capaz de mantener sin escrúpulos y ante un jurado que yo no me he comido el último yogur de muesli, mientras me lo estoy rebañando con la cuchara), porque se le debían estar llevando los demonios según iba pasando la mañana y mi persiana no se abría, y se debía estar ya relamiendo de la charla que me iba a soltar, que mi padre es muy de charlas tipo bucle infinito. Pero debió opinar que mi oferta era justa y, apartando su mirada de la mía, continuó revolviendo su pisto, gesto que yo interpreté como que más me valía no olvidar mis palabras. Fui a ducharme.

No las olvidé y según terminamos de comer, me vestí y me pillé el carrito de la compra sin apuntarme ningún tanto. "Pero chico, tómate el café" oí decir cuando abría la puerta de casa y me despedía con un "ahora vuelvo" para bajar al súper, pero no lo acepté, ese café era una trampa para poner a prueba mi capacidad de compromiso. Ese golpe de efecto me quedó fenomenal.

Bajé con mi carrito  al súper, que está a cinco minutos de casa y me di cuenta de lo que me gusta hacer la compra el sábado a esa hora. Da un poco de pereza, pero compensa 100%. No hay colas, han repuesto los productos que han sido arrasados la mañana del sábado, la gente está a su bola, no hay casi niños porculeros... Lo que pasa es que me di cuenta de una cosa y es que, cuando me vestí, pues no le di muchas vueltas y cogí la primera camiseta que pillé del montón de camisetas "viejas" que tengo. Entiéndase por vieja: "muy usada", "muy fea", "pasada de moda" o "fracaso de cualquier tipo". En esta ocasión fue una camiseta de Duffer´s roja que tuvo su momento de gloria hace cuatro años, pero que ya no me pongo nada porque ha encogido y me queda algo petada, y yo no tengo para nada cuerpo para ir petado (ni nadie). Yo pensé "bueno, para ir a la compra me da igual", pero cuando llegué al Ahorramás y me vi en un espejo de estos que hay por las columnas del establecimiento, oh no, ¡iba enseñando el ombligo de lo corta que me quedaba!. Pensé en subir a cambiarme y todo, aunque no lo hice porque no me pareció para tanto, pero cada vez que pasaba por un espejo y me veía con esa pinta de locaza de barrio, tan prieto y enseñando barriguita, no me lo podía creer, iba superzorra. El caso es que entre que no me encontré a nadie y, bueno, que yo estaba todo el rato venga a tirar para abajo de la camiseta, al final no fue para tanto, pero el mal rato duró mientras estuve ahí.

Compré, metí todo en el carrito, lo llevé a casa y lo coloqué. Fin de la polémica,.. hasta la siguiente.

Quiero que me den mi piso ya.

martes, junio 20, 2006

El día del perno

En general, conservo todas mis piezas bucales completamente sanas excepto cuatro muelas que se me picaron cuando tenía ocho o nueve años y que me han ido dando bastante lata desde entonces, aunque ya están controladas. De las cuatro, tres de ellas las he conseguido mantener gracias a empastes, después alguna endodoncia y más tarde, fundas que cuido como si fueran mis propias hijas, podéis creerlo. Me he dejado mi buena panoja en mi boca y bueno, son tres muelas que con el cariño adecuado, tendrán larga vida y un aspecto, hoy en día, estupendo, aunque haya sido gracias a la ayuda de los efectos especiales. Tan sólo tengo que tener cuidado con no pasarme con el turrón duro o al cascar las patas de los centollos a lo bestia, pero puedo decir que gozo de una dentadura bastante bien conservada a fecha actual.

Pero como hasta en las mejores familias hay algún hijo tonto, la de mis dientes no lo iba a ser menos. Hace cinco años me tuvieron que sacar una de esas cuatro muelas porque pese a las técnicas de reanimación disponibles que me aplicaban una y otra vez, ella no mejoraba y me provocaba flemones, dolores y mala hostia de forma frecuente. Así que un buen día el dentista me dijo que me la sacaba. Yo le dije que de qué iba, que a mi no me sacaba la muela, pero al final me convenció y, tras tres tirones que casi me rompieron el cuello, perdí la muela y gané un hueco en mi boca. Al principio no me hizo mucha gracia el tener la capacidad de poder fumar en pipa sin separar las mandíbulas, pero al final me acostumbré a tener el hueco e, incluso, llegué a olvidarme de él. Ni siquiera lo notaba al masticar. Y sí, ya lo probé y no: por más que fozara mi sonrisa ante el espejo, no se veía el hueco, de modo que nunca ha sido un condicionante estético del que haya podido avegonzarme cada día. Es una muela que está bastante para dentro.

Pero como las prioridades son las prioridades y estar entero, en mi opinión, es una de ellas, hace poco me dije que hasta aquí habíamos llegado, que yo para mi boca soy muy mío. Conté mis pelas y decidí que había llegado el momento de ponerme un implante en ese hueco. Me fui al dentista y le dije "ponme la muela ahora". El me contestó "Ok, novecientos euros". Cuando me repuse del infarto, dije "de acuerdo, pero ya puede quedar bien".

No ha sido tan fácil, me he tenido que hacer un escáner, me han tomado medidas y hoy era el día del perno. El perno es que te ponen un tornillo en el hueso y te lo dejan ahí cuatro meses hasta que el hueso agarra y lo hace casi suyo, si es que no lo rechaza. Una vez pasa este tiempo, entonces ya te hacen un tunning de la muela, te la customizan y te la ponen, quedando estupendamente. Más les vale.

Esta tarde he llegado a la consulta del dentista, me he sentado y me ha anestesiado, ha cogido una blackandeker tipo torno y me ha empezado a hacer agujeros por la boca. Bueno, era el mismo agujero todo el rato pero lo iba ensanchando con brocas cada vez más gordas. A mi no me dolía, pero notaba como me metía la broca hasta el mismísimo corazón y me entraba un poco de angustia, me temblaba toda la boca y yo miraba al dentista todo el rato para ver qué cara ponía, porque parecía que me iba a descoyuntar. Yo pensaba "como se le vaya ahora el torno verás la risa que nos pasamos éste y yo", pero no se le ha ido y ha atinado muy bien con el agujero, por lo visto. Me ha sacado una foto y todo porque decía que le había quedado chulo. En un momento dado me ha enseñado una cosa que ha sacado de por ahí y me ha dicho "este es tu perno de titanio". Yo lo he mirado y he pensado que eso era una salvajada, medía como tres centímetros de largo y no era nada fino. "¿No es un poco grande?". Él me ha dicho que no, que yo tenía un hueso muy bueno y que íbamos con todo para dentro, que había seleccionado el más gordo que tenía. Me lo ha atornillado con un atornillador de carraca, pura carpintería, lo ha apretado bien y ha dicho "ya está, enjuágate. tómate nolotil y este antibiótico que te he apuntado".

Me he ido a casa previo pago de la mitad de mi muela y cuando estaba en la farmacia de casa, me ha empezado a doler. Se me estaba pasando la anestesia. Cuando he llegado a casa, aquello era insoportable, me he tomado el nolotil, me he echado un poco y se me ha pasado. Me he mirado el hueco en el espejo y tengo a ras de encía una cabeza metálica plana que casi no me noto cuando me paso la lengua, pero pienso que tengo ese perno ahí metido y me da algo de cosa. Ahora a esperar los cuatro meses, con alguna revisión entre medias, y si mi cuerpo no rechaza los metales nobles, después del verano luciré mi tan deseada dentadura full equip. De momento no me está volviendo a doler, ni se me ha hinchado, y se supone que ya se me ha pasado el nolotil de las seis. Me voy a tomar otro por si acaso, no sea que esta noche me la pase rabiando por chulito.

Soy el hombre biónico.

Superfan del nolotil.

jueves, junio 15, 2006

2 años




Hoy en Itwalks hace dos años desde que me atreví a subir mi primer post y para mi sigue siendo chulo acordarme de estas fechas, no sé. Hoy se lo he comentado a Would cuando volvíamos de casa de Elliot de ver el partido, que iba a ser el cumple de mi blog y tal, y él no le ha dado demasiada importancia, vamos, qué él no creía que fuera siquiera a mencionar el suyo en su blog cuando le llegara el momento, el mes que viene. Hombre, importante tampoco lo considero yo, que ahora casi todo el mundo tiene blog si es que no ha cerrado el que intentó escribir algún día, pero de alguna forma a mi sí me apetecía señalarlo. Así dedico el post al blog, que a veces me apetece hablar de él pero al final no lo hago porque me pongo un poco lila, y estos aniversarios siempre son buenas excusas. Os jodéis.

La cosa es que hace dos años abrí este blog justo después de tomar probablemente la decisión más importante y difícil de mi vida. Me quedé bastante descolocado, sin pareja, con muchos planes mandados a hacer puñetas de un dia para otro y sin nada que lo sustituyera para poder justificarme medianamente, aparte de mi convicción de que había hecho lo que había que hacer, que para mi era suficiente (aunque no por ello indoloro). Nada que no le haya pasado mil veces a mil personas, pero en esta ocasión me pasó a mi. Lo del blog lo llevaba teniendo ya hacía un tiempo dando vueltas en la cabeza y si no lo había abierto antes era porque sólo me hubiera dado más problemas. Así que nada, un par de semanas después de que todo cambiara, pues cogí y agarré y escribí lo primero que se me ocurrió en la cuenta de blogger que me había hecho.

El caso es que desde ese día, y prácticamente ininterrumpidamente, he mantenido una cierta disciplina con Itwalks que, entre otras cosas, me ha hecho mucha compañía. En algunos momentos lo he agradecido de verdad, porque nadie sabe realmente, sobre todo el primer año, la de veces que no sabía muy bien qué coño había hecho, y me daba por darle vueltas a la cabeza. Así que cogí la costumbre de que en vez de seguir rumiando cuando me daba por ahí, pues me subía un post y me iba de otro rollo y con más sueño a dormir. Pero aquello ya pasó, y ahora que ya me he relajado y no me sale mirar para atrás si no es para hacerlo con cariño y buen rollo, pues me da la sensación de que el blog se ha convertido en una especie de parte más de mi y que ya no es una vía de escape de nada. Así que digo yo que seguiré con él por lo menos mientras no haya grandes cambios en mi rutina diaria que no me lo impidan, porque las cosas que hacemos son cuestión de prioridades y escribir esto no es una de ellas, lo tengo muy claro. Lo que pasa es que me lo paso bien, muy bien, y tengo de tiempo de sobra para escribir un poco cada día. Suficiente para mi.

La verdad es que no he cambiado tanto en dos años, básicamente porque nada ha cambiado realmente durante este tiempo. Vivo donde vivía, trabajo donde trabajaba, sigo sin tener pareja estable y mis amigos son los mismos, pero mejores. Y yo, bueno, que estoy bastante sereno en general. En lo que sí noto diferencia es en los posts. Al principio echaba un montón de tiempo corrigiéndolos o cambiando cosas, eliminando cuidadosamente frases que me pudieran comprometer demasiado y pensando un poco en quién me pudiera leer (y me leían cuatro gatos). Ahora paso de todo y escribo del tirón, muchas veces releo el post del día anterior y me encuentro con faltas de ortografía que no entiendo qué hacen ahí, frases mal construidas o textos que hubiese mejorado de haberlos leído dos veces, por no hablar del montón de cosas que leo al poco tiempo y digo "pues te la podías haber ahorrado, qué ganas de complicarte la vida". Pero me da igual. Sinceramente, creo que el blog es mejor que hace uno o dos años, con todos sus defectos. No sé si gustará más o menos, ni pretendo obtener ua respuesta, pero yo sé que es más yo, más auténtico, y creo que, con algunos matices, cuando lo lea dentro de algún tiempo, me gustará saber que lo que esté escrito será más o menos lo que sucedía. Ademas, mira, me cuesta menos escribirlo sin darle tantas vueltas.


Pues eso, que me parece mentira que hayan pasado dos años y que gracias a todos los que os metéis aquí buscando encontrar esto, eso ya lo dije el otro día, pero sobre todo a los que lleváis por ahí desde el principio. Quiero pensar que el blog no sería diferente si no lo leyese nadie, pero eso es imposible, así que sólo puedo reconocer que es un honor que algunos de vosotros sintáis interés por leerme y que, sin duda, ayuda a intentar no despistarse.

Seguimos...

martes, junio 13, 2006

Días clónicos

Desde que he retomado el gimnasio tengo un poco sensación de día de la marmota. Ahora que he comenzado la jornada intensiva, bueno, digamos que la semana ha comenzado un poco diferente, pero no tardará en ser más de lo mismo. Creo que los días intrasemanales que me quedan entre junio y julio, por lo menos cuatro a la semana, van a ser así:

Me levanto, desayuno, me ducho, me hago mis cosas, incluyendo últimamente una hidratación de mis antebrazos, porque desde que alguien me dijo que los tenía muy resecos y con aspecto de reptil, pues me los hidrato bien. También me doy nivea por los codos que me fijé y los tengo como el culo de un mandril, muy rojos, y es que tengo la costumbre de apoyar los codos en la mesa cuando trabajo y así me va. Me pongo un traje y me voy a trabajar. Cojo el metro y llego al trabajo. Tomo un café y trabajo. A las diez y media me salgo a tomar un café con Moz y con quien se quiera apuntar. Con leche. Vuelvo al trabajo y trabajo hasta que me toca irme a casa. A lo mejor me tomo una cocacola a la una.

Llego a casa y como. Normalmente ahora le pego al gazpacho Alipende o Alvalle de primero y lo que vea por ahí de segundo, si es que no hay sobras del día anterior. Yo soy muy fan de las sobras, frías o calientes, es opcional. De postre fruta.

Me hago un nescafé frío y me voy al salón a tomármelo. Intento no despertar a Jwalks, mi hermano, que siempre está por ahí con el cuello roto contra un cojín y con la nariz sudándole, y me acomodo, me tumbo. Zapeo un poco y me sobo. Unos veinte minutos.

Me despierto y echo un vistazo al ordenador, que desde el trabajo no puedo acceder a blogspot, o sea, a mi blog. Contesto a algún comentario, o no, y navego un poco. Poco. Miro como va el emule, pongo música, paso cosas al iPod, a CDs, hago CDs a mis amigos o para el coche. Pongo más cosas a bajar del e-mule. (tengo previsto sustituir este párrafo por uno que hable de bajar a la piscina, que aún no he ido aunque la abrieron el sábado, porque quiero hacerlo a diario, nadar un poco y ponerme algo morenita y con las piernas ligeramente bronceadas)

Me pongo mi ropa de deporte y me bajo andando al gimnasio. Dos minutos. Saludo y hago un rato de bici y mis abdominales, que me cansan muchísimo de toda la vida. Cojo mi tabla y la hago. Charlo con la gente, más bien escucho, y me compro un gatorade azul, mi favorito, que me cuesta uno con veinte. Termino la tabla, me doy un poco de caña en la bici y estiro. Bebo agua y dejo de sudar charlando con los que mejor me caen. Me despido.

Me voy a casa. Dos minutos. Llego, y le pongo algunas posturitas a mi madre obligándola a reconocer mi impresionante musculatura del día, ignorándome. Me ducho. Me visto y me pongo el fútbol, que a mi me gusta.

Ceno, veo un rato la tele, el fútbol si me interesa, o leo. Me vengo a la habitación, pongo música, miro el blog y, si tengo el día, escribo algo. Leo a Kurt y a algún otro aleatorio. Navego un poco más y me tumbo en la cama y leo.

Me duermo.

* Igual parece una vida vacía y falta de estímulos, pero después de llevar dos años de anarquía y no teniendo dos días seguidos iguales, no estaría mla un poco de rutina coñazo para poder hacer deporte de forma un poco regular un tiempo, aunque sea. De verdad que si se cumplen mis premonicines, me sentiré bastante orgulloso de mi mismo.

lunes, junio 12, 2006

Fin de semana del 9, 10 y 11 de Junio

Este finde ha estado muy entretenido, no me he gastado mucho dinero y no me he cocido mucho, así que me siento bastante fresco y limpio de espíritu en estos momentos.

El viernes quedé con Elza y con Kurt para salir, que a Kurt, entre barcelonismos y planes que le habían ido saliendo en los fines de semana alternos, llevaba sin verle bastante tiempo para lo que solemos acostumbrar. Quedamos en el Bulevar de Alonso Martínez y justo cuando salí del metro me cayó un chubasco absurdo y torrencial que modificó mi peinado en quince segundos. Con mi nuevo look, nos tomamos unas cervezas en el Bulevar y luego nos fuimos a Glam Street a que lo viera Elza. Últimamente parece que sólo voy al bar de Tamara, pero es que entre que siempre se añade alguien que nunca ha estado y tiene curiosidad por conocerlo, y entre que el bar está bien puesto, porque pese a tener esa dueña no es nada petardo (todo lo contrario, la música es bastante acertada y digna) pues se está empezando a convertir en un sitio de obligado paso por la noche. En serio, antes de criticar, id y opinad, os sorprenderéis. Esta mujer se ha asesorado bastante bien y aunque no tiene ni puta idea de lo que ha montado, la cosa funciona. Por lo menos a mi me gusta, no es nada caspa.

Luego estuvimos en el Cafeína, en la calle del Pez, que también es un sitio que nos gusta y observamos cómo un tipo que había conseguido ligar con la tía buena del bar, echó todo a perder por coger una llamada de móvil y salirse del bar a hablar. Qué idiota, ¿cómo puedes coger el móvil cuando ya has conseguido lo más difícil?. Cuando volvió, la chica estaba otra vez con sus amigos y él ya no supo como volver a retomar la situación. En fin.

Al rato me llamó Flat Eric para decirme que dónde estábamos, que él, Ann y unos amigos iban para el bar de Tamara. Como había medio quedado con Ann por la tarde, nos volvimos, que la verdad es que nos habíamos ido de allí demasiado rápido. Allí apareció Agr también con su novia Britaly y estuvimos todos un buen rato comentando asuntos tan diversos y estivales como cuánto tiempo aguantábamos metiendo tripa en la piscina (yo, media hora sin tumbarme y Ann, según él, toda la vida) o si Tamara hace milagros, ya que vimos por ahí una silla de ruedas sin ocupante, síntoma inequívoco de que algo fuera de lo normal había sucedido en aquel bar.

Nos fuimos de allí Kurt, Elza y yo, y Elza tuvo a bien irse para casa, así que se cogió un taxi. Yo me fui con Kurt al Nasti, que nos apetecía, y allí estuvimos hasta las cinco bailando algunos jits pop, que por cierto, tenían musicón el viernes en el Nasti. Allí hablamos también de que el nivel de cocimiento de las popis es altamente alarmante. Popi de 1'50 que ves, popi que va cocida, y vale, el pedo les saldrá muy rentable porque son pequeñitas, pero las autoridades sanitarias deberían hacer algo al respecto. Yo ligué visualmente con dos guiris pero no me motivaban, así que no hice nada.

El sábado quedé con Kurt y su hermana para ir a ver Hamlet en el Teatro Español. Antes, nos reunimos a las cinco en el Glass Bar a tomar algo. Kurt y yo tomamos unos vodkas con tónica, que estarán muy ricos, pero ya nos vale a las cinco de la tarde, y Sister se dejó asesorar por el coctelero del bar, que le creó un coctel horroroso que a ninguno nos gustó. Tan malo, que el camarero se dio cuenta de las muecas de Sister y se lo cambió por otro que sabía a piruleta. Kurt riñó a su hermana porque, según él, se estaba poniendo un poco zorrita con el camarero, pero yo creo que no fue para tanto, sólo alguna sonrisa y alguna pose de lolita que consiguieron que le cambiaran el cóctel por la cara. Yo también lo hubiera hecho, para qué nos vamos a engañar.

Nos dimos un paseo para ver si se nos bajaba el semipedo vespertino que nos habíamos adjudicado y yo me tomé un helado en el Palazzo. Qué malos son, porfavor, ¿cuánto tiempo más vamos a seguir aguantando esta estafa? Aún así, me lo comí cuperreteando el barquillo y tal, pero con un punto de amargura en mi alma, porque siempre me pasa lo mismo. Por favor, señor Palazzo, ponga más crema en sus helados, que son puro hielo.

La obra muy bien, que Hamlet es Hamlet, pero Eduard Fernández tiene claramente un problema de voz que te deja un poco así, un poco apagada para el teatro, y mira que me gusta a mi este actor en las películas que he visto suyas hasta ahora. A Sister y a mi no nos disgustó la obra, pero Kurt salió indignadísimo y poniéndole a parir. La verdad es que se concedió unas licencias de cosecha propia algo anárquicas que a veces te descolocaban un poco, sobre todo porque el resto de los actores ajustaron su papel bastante al texto original (traducido), pero el caso es que Kurt no paró de ponerle verde... que si se lo inventaba todo, que si iba a su bola moviéndose por el escenario, que si iba de reina... qué pesado se pone cuando no le gusta algo.

Luego sister nos dejó por un curioso plan para un sábado y Kurt y yo nos fuimos a un japo a cenar. Luego nos fuimos a casa como a las doce y ya no salí más, me quedé viendo con mi hermano y su novia una película llamada Swap, y ya de paso cortándoles el magreo, que me entretuvo aunque fue un poco obvia, de estas asesinos en serie que pretenden ser claustrofóbicas y angustiosas, pero que al final se quedan en simplemente en retorcidas y algo perovengayahombre. Would me llamó para salir, pero no me animé.

El domingo quedé con mi abuela para comer, me vi a Alonso y a Nadal y luego quedé con Elza, Agr, CF y Kurt en la Latina. Estuvimos por ahí sentados en una tapia tomando refrescos y cervezas hasta que un señor agente de policía se acercó y me dijo "señor, aquí no se puede beber alcohol" y le dije "¿y qué hacemos con esto?", mostrándole las cervezas. El me contestó "tiene tres opciones: irse a otro sitio, tirarlas o que yo le denuncie" y yo "no, no, no, eso último no va a hacer falta, créame". Así que nos bebimos las cervezas de un trago como los guiris y nos quedamos ahí sentados sin bebidas alcohólicas, que estaban los policías dando vueltas todo el rato. El caso es que ayer estaba muy tranquilo todo, aunque entiendo que haya un poco de control, que si no se llena todo de mierda.

A eso de las diez, y aún sentados en la tapia, a Agr se le ocurrió que el plan adecuado para ese momento era ir al VIPS de la calle Ribera de Curtidores, ya que los domingos es literalmente tomado por gitanos vestidos de gala que vienen de sus sesiones de la Iglesia Evangélica, secta a la que pertenecen muchos de ellos, y nos dijo era todo un espectáculo único en el mundo. Todos estuvimos de acuerdo inmediatamente en ir, aunque yo fui para allá un poco escéptico, pensaba que Agr exageraba.

Cuando llegamos allí, nos dimos cuenta de que Agr no había exagerado nada. El noventa por ciento de la gente que había en ese VIPS eran gitanos engalanados hasta la coronilla. Y cuando digo engalanados me refiero a trajes claros, o pastel, con camisa a juego muy elaborada, para ellos, y vestidos de boda, taconazo, y maquillaje a la altura para ellas, que por cierto, menudos cañones de tías algunas, olvidaos de la gitana gorda y de negro porque comprobamos que ya no existe. Los niños igual, como pinchitos todos y bien repeinados. Yo nunca había visto nada parecido y recomiendo ya a todo el mundo que se acerque un domingo por allí porque es algo que yo creo que no se puede ver en ningún otro sitio. Todo de muy buen rollo, la verdad, como una especie de fiesta privada en la que te has colado y observas. Es que el VIPS era literalmente suyo: los hombres sentados juntos en algunas mesas, las mujeres por otro lado, miles de churumbeles por allí corriendo y tocándolo todo, grupos de ocho yendo al baño juntos, gente en corrillo allí hablando, voces... Yo temía por nuestra integridad yendo allí con Kurt, ya que su sonrisa se ve desde cualquier punto de cualquier sala y su risa se oye más, pero al final tuvimos suerte y nos dieron una mesa bastante apartada desde donde podíamos ver sin ser vistos, así que todos respiramos tranquilos. Id algún día, en serio.

Llevé a Kurt y a Elza a casa y a Elza la regalé en plan sorpresa un muñeco por su cumpleaños llamado "Mr. Perfect". Es un muñeco de unos treinta centímetros vestido de pijo (camisa azul y pantalones chinos, con cara de Ken) que si le aprietas la barriga dice frases como "cariño, coge tú el mando a distancia", "el partido de fútbol no es tan interesante, ¿por qué no charlamos un poco tu y yo?", "¿se podría quedar tu madre con nosotros una semana más? o "¿por qué esta noche no nos abrazamos simplemente?", entre otras muchas. Ahora que Elza no tiene novio, creo que le reconfortará mucho un hombre como dios manda para sentirse arropada y segura.

jueves, junio 08, 2006

Indisciplina y calores

Llevo unos días que escribo poco, me da rabia pero es que con este tiempazo que hace como para quedarse en casa dándole a la tecla. Itwalks, como cada verano, se resentirá un poco (espero que no demasiado) durante la época estival y me siento un poco liberado diciéndolo. A ver, esto es como el que dice "es que yo soy muy celoso", y como lo dice, pues fenomenal, ya tiene carta blanca para montarle pollos a su pareja cuando se siente traicionado, humillado y vilipendiado porque ha detectado que el mundo en general ha decidido tirarse a su novia a sus espaldas y, obviamente, su novia a todo el mundo con tal de joderle la vida. Pues yo igual.
 
Por ejemplo, el martes me fui a ver a CF a su casa  porque lleva malo un montón de días con unas anginas que le han salido, y que han pasado de ser dos cebollas, en los tiempos de abundancia,  a dos lichis actualmente, pero siguen estando gordas y ya van para dos semanas en modo XXL, que no es tontería. Llegué a su casa y comprobé que ha perdido peso, que se duerme por los sofares, que habla como Mila Ximenez y que si le levantas la voz se pone triste porque no tiene fuerza interior, pero ha mejorado. Yo le intenté animar diciéndole que con esas canillas y esos bracitos que se le han quedado, en cuanto le pusiéramos unas rayas, unos pitillos y una corbatita, tendríamos al moderno de mierda del año, pero tampoco me dio a mi la sensación de que le entusiasmara mucho la idea. Claro, con las tetas que gastaba hasta hace nada, adaptarse al mundo de la languidez no es sencillo, pero creo sinceramente que su potencial es francamente alto. Al final unificamos nuestros puntos de vista marcando el teléfono del chino de su barrio para que nos trajeran viandas.
 
Y ayer me fui con mi padre a dar un paseo muy largo. De vez en cuando lo hacemos porque si no pasa el tiempo y no hablamos mucho, y así nos ponemos un poco al día. Además, yo soy muy fan de hacer esto con mi padre porque camina rápido y habla lo justo cuando pasea, como yo, y así da gusto porque puedes ir pensando en tus cosas cuando te apetece sin dar ninguna explicación. Me agobia un poco cuando voy con alguien que no puede dejar ni un minuto exento de conversación, excepto Kurt, que si alguna vez se calla diez segundos le preguntaré muy preocupado si le ocurre algo, que si se está muriendo. Pero con Kurt no me importa porque cuenta cosas interesantísimas y aprendes constantemente sobre lo que sí y lo que no puede ser en esta vida.
 
El caso es que los dos días he llegado relativamente tarde a casa y entre que te pegas un duchazo, cenas, hablas un poco por teléfono y cuentas diez veces las púas del cepillo de dientes (bueno, esto igual no lo hacéis todos, pero para mi es importante realizarlo al menos tres veces al día para evitar bloquearme y ponerme a chillar en unos agudos muy desagradables mientras me autolesiono), pues se te han hecho las tantas y da algo de pereza sentarse delante de una hoja en blanco.
 
Y hoy no mucho, la verdad, me he levantado sudando como un pollo, con la camiseta y los gayumbos empapados y con la cara llena de marcas y rayas que parecía que había dormido agarrando a un gato por los huevos. Voy a tener que ir pensando en quitarme el edredón un día de estos, de hecho últimamente lo pienso todas las mañanas, lo que pasa es que se me olvida enseguida y luego no caigo cuando tengo algo de tiempo para hacerlo. Yo tiendo a irme a la cama cuando tengo sueño, no cuando es la hora teórica de irse a dormir, y nada, cuando llega la hora, cojo, agarro y me meto en la cama, paso de todo. Como también soy una persona que por la noche se destempla con una facilidad pasmosa, sobre todo por los pies, entre constiparme por dormir destapado y entre autoincubarme, me quedo con lo segundo sin ninguna duda. Lo que pasa es que con los veinticinco grados de las noches madrileñas, dormir con edredón y tapado hasta las orejas, que yo soy muy de taparme bien, comienzo a estar cerca de ser una desviación sexual aguda, así que de este fin de semana no pasa.
 

lunes, junio 05, 2006

Finde review (2, 3 y 4 de Junio)

Viernes

El viernes lo afronté bastantes ganas de salir pero se dieron las siguientes circunstancias:

- Agr: Recibía la visita de su novia tras quince días de abstinencia y entre sus planes horizontales para esa noche, lógicamente, no estaba prevista mi intervención.

- CF: Cuarenta de fiebre y las anginas como dos cebollas. Inoperativo.

- Kurt: Pese a mis chantajes emocionales, él tenía muy claro que su vuelo a Barcelona del día siguiente a las 6:00, requería irse pronto a la cama.

- Elza: Recién operada de la vista, decidió no salir para tratar de conservar sus ojos durante el resto de su vida.

- Would: En El Salvador, ni lo intenté.

Ante este panorama entre mis pilares básicos y, cuando ya me disponía a tirar de planes alternativos, recibimos en mi familia una noticia bastante triste que me hizo renunciar a salir y quedarme definitivamente en casa. No es que arreglara nada no saliendo, pero me sentía mejor estando con los míos. Al final vi "El jardinero fiel" con mi madre, que me gustó y me enamoré bastante de la chica.

Sábado

Como me desperté pronto y tenía el coche hecho un asco y con dos luces fundidas desde hacía ni se sabe, me fui al Alcampo a comprar repuestos y productos de limpieza . Me compré dos bombillas (una de las de delante y otra de las de detrás) , un spray limpiasalpicaderos, un spray limpiatapicerías, una esponja y un destornillador con 32 cabezas intercambiables ( para poder desenroscar el tornillo de la luz de atrás del coche, que no sabía con cuál iba, y para el futuro también, que no tengo herramientas y son muy útiles ) . Ya en casa, le cambié las bombillas al coche y me sentí realmente satisfecho , porque me resultó bastante complicado todo el asunto, sobre todo volver a montar los faros que desmont é, viviendo momentos de auténtico pánico al no poder dejarlos como estaban al principio . Luego cuando terminé, mucho mejor, dando vueltas por el garaje encendiendo y apagando las luces, comprendí que había triunfado.

Después de comer me bajé al garaje a lavar el coche, que hacía siglos que no lo lavaba por dentro.

  • Primero lo aspiré y me encontré un montón de dinero, dos bolis, tres mecheros y unas cuantas gominolas por los carriles de los asientos. Como me daba pereza rebuscar con el dedo entre los recovecos para coger las cosas, lo aspiré todo sin distinción, que me gustaba como sonaba cuando se colaba para dentro .

  • Lo lavé por fuera con la manguera. Le dí bien por todos los lados con mi esponja nueva y eliminé a conciencia los cadáveres de todos los mosquitos que había reventado en mis últimos viajes. Qué mal salían, me dejé los dedos frotando con el trapo la sangre y los intestinos que había por allí, y creo que todavía me dejé alguno.

  • Lo saqué a la calle y ya me puse con el limpiasalpicaderos en spray que había adquirido. Como no se me ocurrió bajar las ventanas, sufrí una intoxicación por inhalación moderada que se me pasó saliendo muy afectado del coche con unas toses y unas arcadas que casi me vuelven del revés . Cuando me recuperé, me metí otra vez en el coche con el trapo, abrí las ventanas y ya dejé el salpicadero como un espejo.

  • Luego me saqué mi cristasol y limpié los cristales hasta tal punto que parecía que no había.

  • Por último limpié la tapicería con un producto muy arriesgado y desconocido que consistía en una espuma que debía aplicar por todo el asiento para dejar que creciera y absorbiera toda la porquería acumulada. Yo llene el coche de espuma y luego fue un cristo para quitarla porque la sacaba a puñados y no se acababa nunca, pero debo decir que el resultado no fue malo.

  • Resultado: El coche me ha quedado formalmente perfecto, pero se me ha quedado con olor a zorrita con tanto producto aplicado. En cuanto se pase ese olor, todo será perfecto.

Como el estatus de mis amigos para salir no había cambiado respecto al día anterior, quedé con Becaria para salir, que me llamó muy oportunamente. Nos tomamos unas cañas por Malasaña y acabamos en la terraza de la pizzería Maravillas dándole a la pizza. Yo tuve un día especialmente cerdo y creativo con la mozzarella de la pizza, que se me enredaba por todos los lados en unos hilos interminables, generando formas sorprendentes y de una elasticidad nunca vista, que resultaban tan espectaculares a la vista como incompatibles con una conversación civilizada. Becaria me los iba quitando cuidadosamente de la barbilla y de la cara mientras yo trataba de comerme la porción, y así fuimos tirando toda la cena .
Le comenté a Becaria que el bar de Tamara-Yurena-Ambar estaba ahí al lado y me suplicó que fuéramos. Cuando llegamos, allí estaba ella con sus fanes y su pelo, haciendo de anfitriona. En cuanto se quedó sola, Becaria la abordó y estuvimos un rato charlando con ella y de sus proyectos. Estuvimos unos diez minutos hablando con ella y fue todo bastante surrealista y gracioso. Fue amabilísima.


Tras lo de Tamara, nos acercamos al Susan a que Becaria lo conociera y allí estaba Juan, al que hacía tiempo que no veía, y que se quedó algo decepcionado cuando le dio a probar a Becaria su famoso gintonic de ginebra de pepinos y ella le dijo que le sabía exactamente igual que el normal. Todos intentamos convencerla de que ni de coña, que el de pepinos mucho más rico, pero ni caso, ella que no y que no. Pues nada. Bajamos a pedirnos una copa y Juan se acercó a darme una gran noticia, que Cranston Snord estaba allí. ¡Cranston!. Me lo presentó y no hablamos mucho, la verdad, porque yo me volví rápido con Becaria, que la había dejado sola pidiendo copas sin dinero, y estaba convencido de que luego volvería a verle un rato, pero cuando subí otra vez tras terminarnos la copa, que ya estaban cerrando el bar, Cranston ya no estaba. Me dio rabia, porque realmente me hubiera gustado charlar algo más con él, espero que haya más ocasiones. Por cierto, Becaria y yo disfrutamos de un bonito show pseudoporno en el Susan por parte de una pareja que se estaba poniendo realmente bruta por momentos ante nuestras narices. Alegría.

Domingo

El domingo me levanté tarde, comí en casa y luego quedé, primero con una amiga para tomar un improvisado café que se alargó un poco más de lo previsto, y luego con Elza para ir de compras por Orense, que estaban abiertas y nos quedaba bien a los dos desde casa. Al final no me compré nada pero me tomé mi primer frapuchino de la temporada, que me supo tan bien como el par de zapatos que necesito y no me compré. Nos metimos por los pasadizos de Azca y nos tomamos los cafés sentados en un banco entre los rascacielos de Madrid, que no es que sean muy altos pero es lo que hay. Azca es una zona que me provoca nostalgia, es muy 80´s. En casa tenemos muchas fotos tomadas allí, de cuando era más pequeño y en las que salgo con mis padres y mi hermano. Mi padre trabajó una época por allí y nos llevaba de vez en cuando a dar un paseo por la zona. No sé por qué, casi todas están hechas en invierno y mi hermano y yo salimos muy abrigados, con los verdugos y las manoplas, y cogidos de la mano sin demasiado entusiasmo.

viernes, junio 02, 2006

%

Después de lo de la asertividad, que he acabado con complejo de repelente de tanto escribir esa palabra, vamos con algo mucho más lúdico.

A mi todas estas tonteridas de las estadísticas, jits, tops, porcentajes de población y demás, siempre me han despertado mucho la curiosidad, desde bien pequeño. Me interesan en todos los ámbitos, empezando por los rigurosísimos estudios sociológicos del "Qué", mediante los cuales uno se informa a diario de datos tan necesarios como que el 45% de los piercings del ombligo se infectan, que el 63% de los viudos menores de sesenta años aprenden bailes de salón o que el 0,005% de los Españoles se toman el cocido a morro. Todas la mañanas me ocupo de estar al día de estas cosas porque alguien sube este periódico a la sala del café de mi oficina y lo deja siempre ahí, así que yo me culturizo gratuitamente.

El caso es que desde hace poco más de un año tengo un contador en el blog, como muchos de los que tenéis blog, y ahí te vienen las visitas que tienes, la media, los países, las horas de mas audiencia... no aparecen datos personales de nadie, pero sí conclusiones genéricas curiosas en forma de estadísticas.

Pues el otro día descubrí una herramienta que ya había visto hacía tiempo en otros blogs y que me gustaba, y es que te pone, mediante cículos en un mapamudi, desde dónde entra la gente a este blog. Se actualiza diariamente y nada, en un día que lo tengo puesto, he sacado estas conclusiones:

- La gran mayoría accede desde España que tengo unos puntos bien gordos ahí. Pues vale, vaya notición.
- Asia, África y Australia son terrenos por conquistar aún. He tenido alguna visita en el pasado desde estos sitios, que en el otro contador también me salían los países, pero deben ser casualidades de búsquedas en Google. Estaré muy pendiente y haré posts sobre canguros, chopsuey y ritmos tribales para atraer a esta audiencia.
- Chs me ha leído desde Brasil en el último día y medio (te veo ahí, tío), Would me ha leído desde El Salvador (curra un poquito, anda) y Oria me ha leído desde Islandia. Es que sois los únicos que conozco de allí y el puntito que sale es muy pequeño, así que sois vosotros por cojones.
- ¡Me encanta tener puntito en Nueva York y otro en Londres!
- ¿Qué pasa con la costa oeste de EEUU con la de hispanos que hay?
- Europa del Este también pasa mayormente de mi blog
- América del Sur es muy fan en general, son pocos, pero muy bien repartidos.

Pues nada, que me gusta mi mapa y lo dejaré ahí una temporada, hasta que conquiste todo el mundo. Si consideráis que algún puntito de esos más raros que se ven por algún país es vuestro, y queréis que lleve vuestro nombre, podéis bautizarlo. Si se van haciendo gordos ya no vale que podría ser de más gente.

Muchas gracias a todos los que habéis visitado intencionadamente este blog alguna vez.