jueves, diciembre 20, 2007

Navidades atípicas

Tras unos años de tener unas Navidades estándar, sin grandes variaciones, este año parece que tocan cambios. Desde Valencia, en un hotel de Alboraya lleno de bustos romanos, mosaicos y olor a mar, y sin más dilación, ahí van:

No hay lotería. Los últimos cinco años había jugado al número de mi anterior empresa. Tres décimos religiosamente con la excusa de que era lo único que jugaba y que si me tocaba, que me tocara bien. Mañana vuelvo a Madrid y me he planteado comprar un decimito en le primera gasolinera de carretera que vea. Me da buenas vibraciones, pero de momento, no hay lotería este año.

No hay cesta. Lo mismo, el hecho de haber cambiado de empresa y estar currando solo, ha hecho que lo de la cesta navideña sea un bonito pasado. No me importa demasiado porque con el cambio podría comprarme unas cuántas, pero tengo que reconocer que el no haber cargado con un pernil este año, me ha dado un poco de rabia.

No hay cenas de empresa. Esto me mola. Si había una cosa que me daba pereza infinita eran las comidas de empresa. Este año como no me la haga yo sólo (la comida) me da a mi que no va a haber. A cambio quedé un día con Kurt, que trabaja a mi lado, para ir al Fast Good, aunque él ha tenido como cuatro comidas de empresa este año.

No hay decoración navideña en el curro. Otro cambio para bien. A estas alturas, mi anterior oficina parecía un todo a cien, con tanto espumillóng y tanta bola de purpurina. Este año lo más navideño que hay en mi despacho es un calendario con la página correspondiente a diciembre. ¡AL FIN LIBRE!.

No hay Asturias. Este es el tercer año que no voy pero no deja de ser una cosa rara después de tanto años yendo sin falta. Creo que asociaré toda mi vida las navidades a esa casa en el monte en la que nos juntábamos 20, sin salir ningún día de copas y sin teléfono, porque ¿no son eso las navidades? ¿las que vivimos cuando somos pequeños?. Supongo que si algún día tengo hijos reeditaré una nueva versión pero, hasta entonces, estos años de transición las pasaré un poco de puntillas. Me dan más pereza que otra cosa. Y nostalgia un poco, pero poco.

No hay tranquilidad. Tiene peligro dar por hecho que las cosas van a ser siempre igual. Supongo que en mi familia (hablando en términos macrofamiliares, desde las abuelas hasta los primos hermanos) hemos sido muy afortunados hasta ahora, por eso este año que uno de los nuestros nos ha dado un buen disgusto, el clima va a ser raro, no es fácil ver pasarlo mal a gente que conoces desde que naciste. Pero bueno, vamos a pensar en positivo, porque si algo tenemos es que somos una familia del copón.

¡Felices fiestas! Seguiré por aquí posteando algo, que si algo me mola en Navidades es que no parezca que se haya ido todo el mundo, y yo contribuiré a ello.

lunes, diciembre 17, 2007

Concierto de Róisín Murphy (¿están bien las tildes?)

Supongo que será normal y me tendré que acostumbrar, pero hoy he tenido mi primer bajón en el despacho. Normal, después de tres semanas contando ésta, que mañana me piro a Valencia tres días, no hay quien enganche un poco de rutina y claro, trabajo simultaneamente para cerrar lo que me dejé abierto en el viaje anterior y para preparar lo del siguiente. Es ahí donde se echa de menos a alguien, físicamente hablando, para tomarse un café, para decir una tontería, o para lo que sea que le quite un poco de madera al asunto. Pero no, al final estoy yo sólo dale que te pego y el momento de tensión me lo como con patatas. Bueno, tampoco pasa nada, no es para tanto y al final se pasa, tendré que acostumbrarme, lo que pasa es que llevo mucha inercia de mi anterior trabajo y el cuerpo te pide hablar con alguien que esté ahí, aunque te convenzas de que esto es así ahora y que ya lo sabías. Pero que bien, vamos.

Por lo demás el finde muy bien, sobre todo el sábado. Quería ir al concierto de Róisín Murphy, pero al final no me compré la entrada por que vine malo de Vitoria. El caso es que ya me había hecho a la idea de no ir cuando el sábado me desperté con un mensaje de Mago, uno de mis dos contactos estrella metido en el mundillo éste, diciéndome que me daba las entradas que quisiera para el concierto y para la fiesta de después (con copas). Se me pasó el catarro de repente e hice ronda de llamadas para ver a quién le interesaba, pero con estas fechas, el que no tenía un rollo tenía otro, así que al final sólo pillé para mi y para Elza e Iván, que tuvo una erección telefónica bastante desagradable en cuanto se lo dije. Al final se cayó Elza del plan y nos fuimos Iván y yo, no me podía creer que estuviera convenciendo a la gente para que vinieran gratis a ver a Róisin y a emborracharse por la patilla y no dejaran lo que fuera para venirse. En fin, allá ellos.

El concierto muy bien, clarísimamente uno de los que había que ver en lo que quedaba de año. Sonó fenomenal aunque se dejó algunas de mis canciones favoritas y tocó algunas de las que no me dicen mucho en los discos, teniendo en cuenta que tampoco soy ultrafán y las que menos me molan casi ni las escucho. Róisín muy bien y a la vez muy graciosa y muy payasa bailando, lo dio todo y el grupo sonó excelente, con tirita en la ceja y todo, fruto del cabezazo que se pegó contra la silla de atrezzo en un concierto de Moscú. Con todo el respeto, puestos a elegir iconos femeninos dance (salvando las distancias y metiéndolas en este saco para poder decir lo siguiente) a mi ni Madonna ni Kylie, a mi Róisín, que mola más porque tiene un fondo Irish que me cae mejor por ser más golfa, más macarra y más terrenal, y además, aparte de gustarme su estilo, me pone de verdad aunque sea poquita cosa. A mi ni Madonna ni Kylie me ponen, ni me gusta su música realmente, ni me caen bien, salvo cosas sueltas de Madonna. Creo que si las he prestado tanta atención ha sido porque de unos años para acá me he movido en ambientes donde siempre ha habido alguien que las veneraba, pero si no...

Al final del concierto, quedé con Mogkumo (leer aquí una crónica más detallada del concierto, que ya que lo ha contado él me lo ahorro yo), Astredu (ojito a ambos blogs, que ya están sacando las listas con lo mejor del año) y dos amigos suyos, que habían venido expresamente para el concierto, y nada, estuvimos un rato hablando ahí en la sala. Como Iván se iba que si no le pegaban, les dije que si les apetecía venir a la fiesta del concierto, dijeron que sí y llamé a Mago a ver si se podía meter a más peña. Ningún problema, todos padentro, enrolladísimo Mago. La fiesta estuvo bien, vi a más gente por ahí que conocía de cosas ajenas al blog, nos invitaron a todas las copas y lo mejor fue tener un poquito de tiempo para tratar un poco más con Mog y Astredu, que son Los Novios Instantaneos DJ, que mucho blog mucho blog pero al final nos habíamos visto un par de veces, y poco. Y muy bien el plan, cuando la gente es maja se nota enseguida y te lo pasas muy bien sin forzar nada. Al final de la fiesta, lo nunca visto (por mi): imaginaos una fiesta llena de modernos, mucha pose, mucho disfraz y mucha copa y cigarro sujeto con la mano por encima de la horizontal del brazo. lo típico. Canciones electropop, musiquillas a base de ruiditos, bailecillos tipo Ochoymedio y todo normal hasta ahí. De repente el pincha, para cerrar la noche, termina con "Bulería bulería" de Bisbal, "Tengo la camisa negra" de Juanes y otra por el estilo. Y los modernos bailando sevillanas y cantando las canciones mejor que las que se supone que les gustaban. No me pareció mal, pero flipé mucho y me pregunté si realmente hay gente que lleva otro yo debajo de las camisetas sin mangas, los pitillos y el flequillo decolorado, porque una cosa es la ironía y reírse un poco, y otra ver en sus ojos que estaban disfrutando como un sevillito en plena Feria. Allá cada uno, yo es que he chupado tanta pachanga en mi mitad-pija adolescencia que no la echo nada de menos.

Después de la fiesta, propuse al grupo ir al Freeway, en Malasaña, que era el cumple de Uma y me apetecía verla, y además Kurt me lo había recordado telefónicamente durante la fiesta porque él estaba en Barcelona y me llamó para ver si me había pasado. Kurt controla mucho estas cosas, a distancia incluso. Como Mogkumo andaba medio malo y tampoco quería jaleos ni colas con el frío que hacía, y al resto no parecía importarle, nos fuimos para allá. Reconozco que presioné un poco, que también Mago nos había dicho al acabar la fiesta que en el Low pinchaban Hot Chip y que si nos arrimábamos a su grupo de catorcemil personas de la fiesta, nos pasaban sin hacer cola, pero no lo vi claro, había mucha gente, ya nos había hecho suficiente favor y no quería depender de un grupo tan grande como el suyo. Además, un amigo de Mogkumo llamo a un amigo suyo que estaba en el Low y dijo que estaba regular, que claro, una cosa es ver a Hot Chip en concierto (qué ganas!) y otra que pinchen, que en el Low aguantar el tipo es un infierno por definición. Nos fuimos al Freeway y allí estaban Uma, Pablo, y todo el grupo éste que me alegro tanto siempre de ver, aunque sea de pascuas a ramos. Gracias por la copilla y, Uma, actualiza, no dejes que muera el decano de los blogs. Un par de copillas más allí y el grupo de extranjeros decidió hacer retirada, que Mogkumo estaba con gripe y bastante hizo el hombre yendo al concierto siquiera, aunque se soplaba los vodkas como si nada. Muy guay la noche, aunque me quedé con ganas de enseñarles algún sitio más. Para la siguiente.

Me despedí y me quedé un ratillo en el cumple de Uma, que yo otra cosa no pero me pongo y me cuesta retirarme. Al final nos echaron del Freeway y yo, que también estaba griposo, a todo esto, me dije que mejor para casa. Me volví en búho y a las cinco estaba roncando, pero es que con la tontería de que el concierto empezaba a las nueve, llevaba ya de parranda unas horitas.

Y ya.

jueves, diciembre 13, 2007

Dos días por Euskadi

Ya he vuelto de mi viaje de dos días al Vascountri y todo bien menos porque ahora mismo tengo un trancazo en pleno auge, con sus mocos, sus estornudos, sus lagrimones, su voz de moco, su nariz pelada y su pecho irritado. No le falta de nada, esto es gloria.

Un viaje de dos días por trabajo puede parecer que no da para mucho, pero todo lo contrario, en este viaje me han pasado un montón de cosas interesantes que paso a detallar a continuación.

Al turrón:

- Me he vuelto fan del GPS. Una de las herramientas de trabajo que me han dado los alemanes ha sido un GPS. La verdad es que me lo dieron y lo tuve ahí metido en la caja mes y medio porque ni lo necesitaba ni me picaba mucho la curiosidad. El miércoles decidí probarlo para mi ruta por tierras vascas y qué gozada. Sobre todo a la ida. A las seis estaba de camino y entre que era de noche y que había una niebla impresionante (casi todo el viaje), el llevar el cacharrito me dio mucha seguridad, no ya por decirme el camino, que era autopista toda palante, sino porque como te marca el trazado que tienes 500 metros por delante, pues me anticipaba perfectamente a los trazados de las curvas y me daba igual no ver un pijo por la niebla, que estresa mucho. Y luego muy bien por las carreterillas de Vizcaya, o el buscar el hotel de Vitoria, o la empresa de hoy por la mañana, coser y cantar. Supercontento, de verdad, se hace todo con la punta del pito.



- He pasado muchísimo, muchísimo frío: Físico y psicológico. Desde los 7 bajo cero a la ida al pasar por Somosierra (que no los notaba pero sólo de imaginármelos...), hasta los 2 bajo cero anoche en Vitoria en el paseo que me di al sitio en el que me tomé la cena, pasando por la media de uno bajo cero en el viaje de ida o por las veces que salí del coche para tomar un café (con un donus, vale) o echar gasolina, o el ver mi coche esta mañana con unos carámbanos que asustaban... mucho frío, pero mucho de cojones, que parece que dices que has pasado frío y es un poco "jo, pobre, sí que dicen que hace fresco por ahí arriba, sí". Que no, que lo he pasado fatal y he sufrido que iba andando solo por la callle e iba haciendo ruiditos guturales tipo "fbrfbrfbrfbr, nnnnnnnnnggggggggg, shshshshhhhhbbbfrr...". Encima no he escogido la mejor ropa, muy de entretiempo todo, así que normal que me haya puesto malo.


- He descubierto el caramelo de cortesía definitivo. Hasta ahora eran indiscutiblemente los de Massimo Dutti, que casi nunca me compro nada ahí pero entro muchas veces a hacer que miro y gorroneo caramelos. Los caramelos MD son tipo los de cuba libre de toda la vida (la forma esa rectangular y con cantos) aunque hay de más sabores, pero bueno, el que triunfa de verdad es el de cubalibre. También me gustan éstos que hay en muchos sitios que son redondos y aplastados, aunque como te toque el de menta la hemos jodido, no me gustan nada la menta esa dulce. Ni los de naranja.

El que he descubierto hoy lo daban en mi hotel y sabía al chupachups de Fiesta de toda la vida que tenía chicle por dentro, clavadito. Lo que pasa es que eran masticables, tenían picapica por fuera y no tenían chicle, así que mucho mejor porque ese chicle no era de mucha calidad. Me he cogido un puñado y me los he comido todos en diez minutos, qué vicio. Le he sacado una foto a uno (que ya es historia):





He probado una nueva franquicia: el Autogrill de las autopistas
. Además, a ésta ya le tenía yo ganas. Hoy a la vuelta he parado en uno que hay a unos 250 km de Madrid con la intención de tomarme un pincho y una cocacola para seguir de tirón y llegar pronto. Al entrar he visto que tenían menú y he echado un ojo. De primero había buffet de ensaladas y como ya sabéis que a mi todo lo que lleve la palabra buffet me interesa a priori, pues al final ha caído un menú. Esto es lo que he pedido:

De pimero: Ensalada del buffet. Casi todo eran los típicos ingredientes (lechuga, tomate, maíz, zanahoria, atún...), y luego había ensalada de arroz tresdelicias con surimi que pretendía parecer langosta y luego otra con manzana, otra cosa que no me acuerdo y gambas, que no estaba nada mala. De salsas, aceitevinagre o vinagreta o mayonesa de sobre. No ha estado mal pero el surimi era bastante lamentable y blandengue. La verdad es que podías echarte lo que quisieras y todo estaba limpio y fresco. Me he puesto bastante ciego.

De segundo: He pedido un pollo asado (un cuarto) que tenía buena estética pero que luego estaba más seco que perry manso. Las papas de la guarnición eran de las congeladas, pero han caído todas.

De postre: Un cortado

12,90 Euros

Para ser un menú de carretera, teniendo en cuenta las calidades y los precios de estos sitios, le pongo un seis, pero ni de coña la meto entre mi Top Franquicias. Simplemente había que hacer la muesca más en el cinturón, y ya está hecha. Eso sí, la camarera era una señora muy atenta.



Por último, cuando estaba coronando el puerto de Somosierra
a la vuelta, me he desviado casi llegando al túnel para echar gasolina y resulta que he aparecido en el pico de la montaña, que hay una gasolinera y un pueblo que se llama Somosierra, qué cosas.

Como estaba algo cansado del madrugón y de conducir, he estirado un poco las piernas y he dado una vuelta por ahí arriba, que hacía un día limpísimo y el paisaje molaba, me he metido por unos caminos en traje y zapatos y todo. Cuando volvía al coche me he dado cuenta de que mi sombra era gigante, así que me he sacado una foto, pero ahora que me fijo me veo un poco dibujo de Jordi Labanda, así que ya no sé si me mola tanto, pero bueno, en la foto igual no se nota, pero medía como seis metros, una pasada.


martes, diciembre 11, 2007

Ulcer, Pimple, Jack-in-the-box y un vídeo

Mañana me voy al País Vasco por temas de trabajo y estaré por allí dos días. Me hubiera gustado hacer noche en Bilbao o San Sebastián y haber podido pobar suerte a ver si me podía tomar unos pintxos y unos vinos con algún amiguete del mundo blog, que a puntito estuve de hacer noche en alguna de las dos ciudades, pero al final la cosa se ha quedado en noche de transición en Vitoria y allí no conozco a nadie. Otra vez será, que seguro que habrá bastantes.


Por lo demás, poca cosa, sigo aquí en mi despacho, currando mucho y con un ligero desorden de cachivaches que no acabo de encontrar el momento de colocar, pero bueno, ya encontraré un hueco para hacer que esto parezca un lugar serio.


Lo que sí he hecho es traerme a las que serán las auténticas estrellas de mi lugar de trabajo, que eso que digo de que voy a trabajar solo es muy relativo. Os las presento:


El amarillo y el rosa son dos microbios gigantes de Giantmicrobes que me tuve que comprar en Berlín en cuanto supe que existían, aunque en la web hay muchos más. Los míos se llaman Ulcer (el amarillo, que es el microbio de la úlcera) y Pimple (el rosa, que es el microbio de las espinillas, que por cierto tiene boca, se ve mejor en la foto de la web), y me da igual que sean microbios, asumo el riesgo de pillarme algo chungo por tenerlos aquí encerrados conmigo en 15 metros cuadrados todo el día. No sé, pero a mi me da que como me pique el rosita me pillo una homosexualidad también, que lo veo muy gay con ese color y esos ojos con las pupilas dilatadas de bien de drogarse en el cuarto oscuro.

Y luego la cabecita con esa bufanda tan total es "Jack in the Box", el jefe-mascota de la que es sin duda mi restaurante-franquicia americana favorita, aunque sólo sea por lo fan que soy del muñequito, que es lo más. Esta franquicia la conocí cundo estuve hace un año en Phoenix, y sin pedirlo me regalaron este adorno para la antena del coche al decidirme por un menú súper jackinthebox. Tenían muchas cosas chulas, qué pena que no me dieran alguna otra. Está claro que aquí en España no lo pienso poner en la antena de mi coche, que con el nivel de vandalismo urbano que hay seguro que me lo roban o me lo gapean, pero le he ensartado un palillo japonés de los que me regaló mi japoamiga Aki y queda bien así metido en el bote de los bolis con la cabeza saliendo.

Bueno, me voy a casa. Os dejo con esta canción tan bonita, que tiene un vídeo fantástico. Parece mentira que una canción de amor agridulce pueda quedar tan bien con un vídeo de una performance que se hizo en un museo en Alemania, en el que un skater (que por lo visto se llama Mark Gonzales) vestido de Daredevil y con la palabra Aloha escrita en la espalda, se dedica a patinar por allí, por la entrada, por las salas llenas de obras de arte, entre el público... y es curioso cómo el conjunto puede emocionar tanto viéndolo de principio a fin. Así que nada, por si a alguien más también le llega, como a mi me ha pasado, ahí os lo dejo. Son Coconut Records, la canción se llama "West Coast" y hasta hoy no los conocía.




lunes, diciembre 10, 2007

Primer día de despacho

Después de una pequeña odisea hasta conseguir estar telecomunicado (teléfono y ADSL) en mi despacho, hoy está siendo oficialmente mi primer día de trabajo aquí. Ayer desperté a Jwalks de su siesta para que me ayudara a traer las cosas y estuve colocando un poco todo, instalando la impresora en los portátiles... yo qué sé, era un poco triste estar un domingo en una zona de oficinas prácticamente solo, pero quería llegar hoy y poder trabajar directamente.



A eso de las siete llegó Kurt y me hizo un poco de compañía mientras hacía las cosas. La verdad es que el despacho es un poco cutre, pero bueno, es un buen sitio para trabajar y estoy en una zona muy buena.



La cosas más reseñables que me han pasado hasta ahora:



- He pasado frío. Me he puesto a cacharrear con el mando a distancia de la bomba de calor que tengo en el despacho y tras darle a todos los botones he llegado a la conclusión de que estaba rota. Salía aire pero no se calentaba, y teniendo en cuenta las temperaturas mañaneras de Madrid, no ha sido muy agradable trabajar toda la mañana sorbiéndome los mocos y con tiritonas esporádicas. Al final, a eso de las doce, me he rebelado contra mi muerte por congelación y, usando la poca sensibilidad que me quedaba en las yemas de los dedos, le he dado otra vez a los botones del mando, de pronto ha pitado una cosa y un chorro de aire caliente me ha bañado la cara gloriosamente. Ahora estoy fenomenal, pero me inquieta bastante no saber qué coño he hecho para hacerlo funcionar. De momento no he tocado nada, mañana a ver qué pasa.



- Tengo un chocho de cables. Los cables de un router, un portátil, una impresora, un teléfono, un flexo, sumados una distribución algo extraña de mi despacho son los ingredientes perfectos para que cualquier desplazamiento dentro de mi despacho se convierta en una gymkana. A ver si me compro una regleta o algo porque voy a morir aquí electrocutado o tropezado y nadie se va a dar cuenta. Qué horror, qué mal me han quedado los cables, qué cortos son todos y qué pocas posibilidades veo de poder ponerlos mejor.

- Se me ha trastocado la mente. Me pasa como a los viejos, que les sacas de su rutina y empiezan a desvariar. Pues yo igual, me he ido a comer un menú del día al lado de donde tengo el despacho y, después de ponerme hasta las trancas y rebañar con pan delante del mismísimo camarero, voy y me doy cuenta de que me he dejado la cartera en el despacho, algo que no me pasa jamás. La situación ha sido algo surrealista:

- Oye, disculpa, que creo que me he dejado la cartera en la oficina, lo siento muchísimo. ¿Te importa si voy un momento a por ella? Trabajo aquí al lado... si quieres te dejo mis datos.

- Ah, vale, me tienes que dejar tu DNI

- Es que lo tengo en la cartera, que está en el despacho

- Mmm... bueno, pues déjame una tarjeta de visita, para asegurarme de los datos

- Es que están en mi cartera también

- Ahá... ¿y no puedes llamar a un compañero y que te la baje?

- Es que trabajo sólo, pero de verdad, que voy en un momento y la bajo.

- Pero necesito asegurarme de que vas a volver, tienes que dejarme algo... lo hacemos siempre así

- Mira, te dejo mi reloj si quieres, va a ser un minuto

- Vale

- Anda, si no llevo reloj... ¿te vale el paquete de tabaco? Es lo único que tengo ahora (bueno, llevaba el iPod y el móvil, pero no me salía del nardo dejarle eso por un menú)

- Ehhh... bueno vale

- Está casi lleno (poquito de retintín le he metido a esa frase)

- Vale, venga

Y nada, he ido al despacho, he pillado la cartera y he bajado a pagar. El paquete de tabaco lo han sacado de un cajón cerrado con llave, en fin.

Voy a seguir currando. Este finde ha estado muy bien, he visto a todos mis amigos, he salido, he descansado e incluso he ido al rastro, que hacía como cinco años que no iba. Después de darme una vuelta por el rastro, recordé por qué la última vez que fui decidí que sería la última. No me mola nada lo cutre que es en general, la cantidad de gente que hay y que desde el minuto dos me apetezca marcharme.

Por cierto, me mola mucho el último vídeo de Bjork, uno más de Michel Gondry, sobre todo cuando ella se pone a saltar y salta todo el mundo. Y mira que esta mujer últimamente me carga un poco





pero me mola más el fan vídeo del "Bounce That" de "Girl Talk", que más allá de pasarte medio vídeo adivinando de quién son los samples que van apareciendo, lo que me pasa es que no me canso de verlo, qué chulo.


lunes, diciembre 03, 2007

Mi segunda primera vez.

Hoy ha sido uno de esos días en los que he trabajado todo seguido desde que me he levantado hasta prácticamente ahora, que me voy a la cama. Más que trabajar, que he trabajado un huevo, diría que no he parado. A media tarde, como a las seis, me he tenido que ir corriendo a mi despacho porque un técnico me ha llamado para decirme que me instalaba el ADSL en el despacho. Me he ido con los dos portátiles (el mío y el que me han dado en el trabajo) para asegurarme que los dos funcionarían correctamente con la nueva red. Falsa alarma, el técnico ha probado un router y no iba, estaba mal configurado de fábrica. Ha ido a por otro a la central (mientras yo le esperaba en el despacho trabajando, que vicio tenía hoy) y cuando lo ha conectado resulta que tampoco iba. Al final hemos quedado el viernes, me ha dicho que traerá uno que haya probado antes en la central. Yo le he dicho que fenomenal, y también le he preguntado por qué no había hecho eso mismo hoy. Se ha encogido de hombros y me ha respondido que van muy pegados de tiempo y que confían en que funcionen. En fin, creo que deberían plantearse qué es ahorrar tiempo. Ni he discutido ¿para qué?

Mañana me voy a Barcelona y me he afeitado ya. Tenía unas barbas de marrano que si me las tengo que afeitar por la mañana me podrían dar las diez tanquilamente, eso ha sido como segar un campo de trigo, qué barbaridad, qué de pelo y qué de granitos tenía cuando me he visto recién afeitado, lo típico, espero que mañana se me hayan quitado. Me he dado crema a ver.

Mañana me pondré traje después de dos meses. Después de casi seis años poniéndomelo a diario, hay que ver lo rápido que se acostumbra uno a currar en camiseta y vaqueros, no echo nada de menos ir de traje, la verdad.

Estoy nervioso, es el primer viaje que hago solo para este nuevo curro y quiero que todo salga bien. En teoría debería darme igual porque no voy a hacer nada que no haya hecho mil veces en mi trabajo de antes, y en sitios más difíciles en caso de complicaciones cuando he viajado al extranjero, pero esta vez sólo quiero que los vuelos, los taxis, el tráfico, lo que haga donde voy a ir, las conexiones de red... no hagan nada raro. No quiero sobresaltos, ni improvisar, ni quiero que se me den las circunstancias para que alguien piense que soy la rehostia de bueno en lo mío, sólo quiero que todo salga como me lo he imaginado hoy y que, cuando vuelva el miércoles a casa, simplemente todo haya ido normal, para ir cogiendo confianza. Al menos esta vez.

Hacía siglos que no me acostaba a las once, buenas noches.