miércoles, mayo 31, 2006

Asertividad

Con este título tan a lo e-Juan, lo que quiero decir es que, el otro día, durante una especie de formación que nos dieron en el trabajo, nos dijeron que tenemos que ser asertivos cuando tengamos discusiones pofesionales con nuestros clientes, ya que por la naturaleza de nuestro trabajo es frecuente que entremos en conflicto y discrepancia con la otra parte. Asertivos. Eso ya lo sabíamos pero nos lo recordaron con esta palabra, que es muy bonita y empieza a estar un poco manida. Yo le llamaba mano izquierda hasta ahora, pero a partir de hoy sólo diré asertividad, que es como más chula y me queda mejor en la boca cuando la digo.

También nos contaron los roles que se pueden dar cuando dos discuten porque no estén de acuerdo en algo, pues no suele suceder cuando se van de copas juntos. Seguramente ya os los habrán contado mil veces, pero yo os lo vuelvo a contar:

- El pasivo: Este es el que cuando está puteado por la situación adopta una postura de indolencia y de que todo le da igual, pues se ve desbordado por los argumentos del otro, sobre todo cuando es agresivo. Así no hay que ser, pasivo no, que pone muy nervioso y no soluciona nada. Además, dejan todo con muy mal rollo, con silencios y esas cosas, en plan discusión chunga de pareja.

- El agresivo: Este es el que parece que se le ha mentado la madre cada vez que le llevan la contraria. Ataca, avasalla ,se hace el ofendido y ofende. Trata de influenciar a toda costa y encima se lo llega a creer y, claro, ya coge inercia y no hay quien le calle. Ls pasivos se vuelven más pasivos con ellos y los tímidos se achantan, pero se ve que nadie los respeta. Así tampoco hay que ser, no, no, que todos queremos respeto.

- El pasivo-agresivo: Estos son los peores, alternan pasividad y agresividad y desconciertan un montón. Son agresivos camuflados. Un poner: "no, si a mi me da igual esto, me la pela... pfff, pues no tengo yo cosas más importantes por las que preocuparme... pero más te vale que mañana esté cambiado porque si no te vas a acordar de mi, y no lo pienso repetir". Así, tampoco hay que ser que no conseguimos nada y encima cogemos fama de retorcidos.

Una vez visto lo que no hay que ser, nos dijeron que aquí entrábamos nosotros, los futuros-asertivos-tras-la-formación, para hacer que cualquier desencuentro pudiera convertirse en una situación win-win en el 100% de las ocasiones gracias a nuestra maestría. Oh!.

Wikipedia dice que la asertividad es una actitud intermedia o neutra entre un comportamiento pasivo o inhibido y otro agresivo al reaccionar con otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente, y yo estoy muy de acuerdo.

Vale, visto esto, pues me encantaría ser asertivo, pero asertivo natural, no de bote. Supongo que es el mejor camino para no acabar quemados con un pasivo o hinchándote a hostias con un agresivo, y también que si das con otro asertivo ya puede ser la hostia, arreglas el mundo en diez minutos. Tengo que mejorar bastante, está claro, porque yo tiendo a alternar ciclos de pasividad con ciclos de agresividad según me haya levantado ese día, o según me toquen los huevos, con ciclos de ser un tío de puta madre y brillante, con ciclos de ser un empanado metepatas. Consigo dominar mis peores versiones de mi mismo, la mayoría de las veces, tirando de educación y diplomacia, pero tampoco siempre lo consigo. Pero vamos, que supongo que en unos diez años seré un asertivo-aprendido bastante decente, si pongo empeño en ello y si dejo de ser yo.

Yo lo voy a intentar, pero lo que ya no sé es si cuando tenga ochenta años, si es que llego, me arrepentiré de no haber pasado olímpicamente de los que no me aporten nada, o de pegarle cuatro voces al que sea un impresentable, pero yo voy a ser asertivo, aunque se me olvide pasado mañana o no me crea ni de coña que todos podamos serlo, por lo menos en todo momento.

martes, mayo 30, 2006

Las agujetas del tercer día

Tengo agujetas y mañana voy a tener más. Lo noto. Da igual que estire bien después de los ejercicios o que no me pase demasiado en el gimnasio cuando empiezo una nueva temporada, las agujetas del tercer día, clarísimamente, son las peores. Por lo menos ya voy madurando en este aspecto y controlo mi entusiasmo en los comienzos, porque aún recuerdo aquella vez que empecé con tantas ganas que al tercer día no podía ni estirar los brazos. Ni siquiera podía enjabonarme la cabeza por la mañana porque no podía subir los brazos más arriba de la horizontal, así que tuve que echarme jabón en las palmas de las manos y agachar la cabeza para moverla contra ellas, con movimientos circulares que me untaran el jabón por el pelo de algún modo. El resto del día fue una auténtica tortura, el simple peso de mis brazos era incómodo, me prohibí directamente estornudar o toser, para ponerme la chaqueta desarrollé auténticas performances y no me rasqué la cara ni una sola vez, que no me llegaba, lo hacía con el hombro así subiéndolo y refrotándome la cara contra él. Sin duda, el peor día de agujetas de mi vida.

De todos modos, al final hoy casi no voy al gimnasio, me ha faltado un pelo, pero al final no he caído en la tentación. Hoy en el trabajo ha sido uno de esos días que se me dan de vez en cuando y que odio y pocuro evitar a toda costa, porque luego me siento bastante idiota. A ver, esto va así, me paso la mañana atendiendo el teléfono y contestando los e-mails de trabajo con una parsimonia que no sé de donde sale, con una actitud de poca urgencia y con una sensación permanente de que el día será infinito, y de la que no llego a ser consciente en ese momento. Me tomo mis cafés, charlo de los asuntos que vayan saliendo tranquilamente con mis compañeros, bromeo, meo... Llega la hora de comer y como tan tranquilo, y si se nos va un poco la hora tampoco pasa nada... Vuelvo al trabajo, hago cuatro cosas y, cuando me quiero dar cuenta, ya la hemos liado.

Ya está, todo se ha dado la vuelta y resulta que no queda nada para que se acabe la tarde, y yo tengo que terminar cosas, que eso ya lo sabía desde que entré por la mañana. Claro, me entran las prisas y empiezo a rendir de verdad y me concentro muchísimo, saco trabajo. Llega la hora oficial de salida y se van unos cuantos, yo ni miro. Llega mi hora real de salida, que yo es que apuro un poco por la mañana y tal, y me digo que veinte minutos más, que al final son cuarenta, que al final es una hora. Salgo del trabajo y, entre metros y paseitos, llego a casa a las ocho y pico. Hoy, encima, había venido a casa un amigo de mi padre de toda la vida y me he enredado un rato hablando con él, que por cierto, este señor me quiere un montón, y yo también le quiero mucho a él, que ya son muchos años, pero ya estoy un poco harto de que siempre que nos vemos me pegue un par de señoras hostias en la cara para saludarme. Esto ya lo tengo muy comentado en casa y pasan de mi, y me dicen que no es para tanto, pero yo me reboto cada vez más. Joder, que llego de currar, que llego cansado, que me asomo al salón para ver quién hay por pura curiosidad y educación, y es que es verle y ya saber que me va a poner tibia la cara de dos bofetones, para empezar. Que luego están los de la despedida, que son lo mismo pero ya pones la cara dura y se llevan algo mejor. Y a ver qué le dices, que luego es un tío cojonudo y lo hace por cariño. Es que no me jodas...

Total, que se me han hecho las nueve y mi gimnasio cierra a las diez. He tenido un segundo de duda, pero no, al final me he puesto de chándar y me he ido a generar agujetas. ¡Bien por Dwalks!

Esto se me va quedando un poco largo hoy y lo voy a ir dejando, otro día comento sobre una chica de mi gimnasio a la que ya tengo manía, y sólo lleva dos días en mi vida.

lunes, mayo 29, 2006

Gym 7.0

Hoy he empezado a ir al gimnasio por séptima vez en año y medio. Fundamentalmente voy porque tengo la rodilla un poco abandonada y lo noto. Cuando me tiro un tiempo sin hacer nada de deporte la empiezo a notar rara y pierdo confianza al bajar escaleras y al hacer cosas de esas que requieren algo de fuerza extra, lo cual me agobia bastante.

También es cierto que tuve un momento bañador muy malo el otro día en el probador Corte Inglés, bajo esas luces halógenas tan blancas que tienen, cuando fui a cambiar el que me habían regalado por mi cumpleaños. Hombre, supongo que todos tenemos ese primer día, pero la visión de mi cuerpo con un tono de piel extremadamente blanco combinada con un tono muscular algo, ejem, pobre, me hizo ser consciente de que así no podía seguir. Hombre, no estoy fatal, más o menos ando en mi peso y eso ayuda, pero el estado flaquifofo en el que me hallo no es algo de lo que enorgullecerse y nunca es mal momento para hacer algo de ejercicio. Además, ahora pararé un poco con tanto viaje y, en breve, empezaré con la jornada intensiva, con lo que lo tendré un poco más apañado para hacerme una rutina. Ah, y me abren la piscina en nada, así que nadaré un poco también. Por lo que respecta a la operación bikini 2006, me la suda, no es mi objetivo. Yo ya he asumido que nunca romperé camisetas con mis tetas ni cuellos femeninos a mi paso, que no tengo disciplina para ir todos los días a un gimnasio ni para hacer deporte regularmente, y bueno, me jode un poco, pero muy poco. Es lo que hay, mi naturaleza hace que tenga otras prioridades más hedonistas, así que con que mi cuerpo tenga pinta de cuerpo sano y de la talla adecuada a sus huesos, me vale.

En el gimnasio, lo de siempre, las mismas caras y alguna nueva por ahí. En un principio, he renunciado a la vida social y me he dedicado a hacer un circuito que ya me sé de memoria, que otra cosa no, pero de empezar el gimnasio sé un rato. Al final ya me he animado un poco y he charlado un rato con los que conocía más, que ya me empiezan a mirar como una especie de infiel, no lo dicen, pero yo lo siento. Ya no estoy en el rollo, bueno, rollo en el que estuve durante seis meses cuando me operé por primera vez la rodilla e iba como un reloj cada día, pero la verdad es que me lo pasaba bien y me reía muchísimo. Pero hoy no era lo mismo, de hecho, he hecho una broma cuando he llegado en plan "oye, ¿vosotros qué creéis? ¿empezar siete veces el gimanasio cuenta como siete sesiones en tu vida, o como una sólo?". Y nadie se ha reído, sólo uno se ha encogido de hombros sin mucha fé y otro ha dicho "ahivá que paranoyas que se trae el Dwalks... anda, anda, ponte en la bici que todavía estamos a lunes". De buen rollo y tal, pero suficiente como para transmitirme que hay que ganarse el derecho a hablar de motu proprio.

También he compartido un apartato con unos richars muy majos de veintipoco años que ya conocía que estaban hablando de fútbol. A mi me gusta el fútbol y estaba metido en la conversación. Uno decía "Pues el Shevchenko se va al Chelsea" y el otro "no me jodas, qué se va a ir al Chelsea ése que ya está viejo, dónde has visto tu eso" y el pimero "que lo he leído en El Mundo esta mañana" y yo (encantado de que un chico joven se lea el periódco que sea) "anda ¿lees El Mundo?" y el chico "sí, El Mundo Atleti". Me la he comido entera, pero superauténtico el chaval.

Así que nada, a ver si aguanto hasta vacaciones. De momento mañana tocan agujetas y mi mayor enemiga, mi pereza postcurro, que no sabéis como me afecta.

domingo, mayo 28, 2006

Bañadores, listas e injusticias

El sábado me fui por la tarde a devolver el bañador que me habían regalado CF y Agr por mi cumpleaños. Era un bañador muy bonito de estos tipo surfero que me gustaba mucho, lo que pasa es que era de un tejido un poco rígido y me quedaba un poco justo de caderas, así que al meterme en él me tiraba de cadera a cadera, con el resultado de que la zona de lo que viene a ser el paquete quedaba tan tensa que en vez de un bañador parecía una pandereta. Intenté adoptar diversas posturas en el espejo de mi casa para engañarme a mi mismo, y casi lo conseguí, hasta que hice la prueba del agachamiento total y comprobé que el riesgo de explosión de las costuras era real si mi genuflexión se completaba. Decidí cambiarlo por una talla más grande.

Así que nada, me fui al Corte a cambiarlo y creo que me convertí en el cliente coñazo del año. La de vueltas que pude dar hasta que encontré un bañador que me gustara. Yo no soy mucho de darle vueltas a las compras, pero, cuando me pongo, me vengo arriba y hasta que no me quedo convencido no me marcho de allí. Al final me he comprado uno de la misma marca, misma talla y mismas hechuras que misteriosamente sí me queda bien. Luego me compré también unas chanclas, porque las del año pasado me quedaban muy justas y me pasé todo el verano con los dedos salidos por delante de la chanclas al caminar, que es incomodísimo. Tuve un momento relativamente patético cuando me dio pereza irme al probador a probarme las chanclas y la dependienta me ofreció un taburete que tenían ahí al lado de la caja. A mi me daba nosequé quitarme el calcetín y me empeñé en meter los dedos con calcetín entre la tira de la chancla. La dependienta me decía "pero chico, quítate el calcetín" y yo "que va que va, si no hace falta, que así ya sirve para ver qué tal quedan". Pero no podía verlo bien porque se me doblaban los dedos para dentro al intentar encajarlos debidamente, así que me saqué el calcetín un poco por delante para darle holgura a los dedos, pero el resultado era ridículo con el calcetín totalmente deformado para poder adaptarlo a la chancla, así que acabé cediendo y me quité el calcetín en medio de todo el mundo que andaba por ahí pagando. Me pareció un poco cutre todo con el calcetín hecho una pelota al lado de la zapatilla, pero en fin, al final me las llevé y punto.

Este fin de semana también he visto en la VH1 un top50 de los supuestos videos musicales más divertidos de la historia. La verdad es que no estaba nada de acuerdo con el resultado final, sobre todo con el top 10 que era lo que me importaba. Qué flojos todos, algunos eran bastante facilones y simples, y para nada merecían estar en el top10. Yo he estado después dándole vueltas un rato al tema y he decidido que si tuviera que votar no sabría muy bien qué videos poner porque ha habido bastantes con los que me he reído en mi vida, pero los que no faltarías serían el "Praise you" de Fatboy Slim y el "Move your feet" de Junior Senior. Ya son un poco antiguos pero siempre que los veo me hacen mucha gracia, me encantan (si los veis, hacedlo con sonido que si no no es lo mismo).

Por último, estoy algo enfadado con el mundo. Debido a todo el rollo éste de mi alergia primaveral y a los anihistamínicos que tomo, mi deseo sexual está un poco en horas bajas. Me siento incómodo todo el rato con tanto moco y tanto picor, o medio sobado por lo que me tomo para paliarlo, así que no estoy con demasiadas ganas de guerra cuando salgo por ahí, la verdad, mi cuerpo no pide sexo porque estoy algo anestesiado y permanentemente cansino. Así que, últimamente cuando hablo con chicas, aunque me gusten, pues no estoy muy pendiente de si podría haber tema o no, porque sinceramente me importa bastante poco, y, como todo me da un poco de perezón, pues ni me fijo en si se está cociendo algo o no... inconscientemente, hablo con ellas exactamente igual que si fueran señores feos, es decir, no siento presión, estoy más reposado, me es fácil ser ingenioso, me siento menos tímido, no busco que la conversación sea interesantíasima, no ando pendiente de si vuelven o no después de haber charlado un rato (con sorprendentes resultados positivos)... no es que vaya en plan castigador ni nada de eso, sólo es que me comporto exactamente como me gustaría hacerlo (y me aconsejo a mi mismo) cuando estoy en perfectas condiciones y sí busco algo cuando una chica me gusta. Pero bueno, vaya novedad que os cuento, cuando uno es consciente de lo que hace, empieza a hace el capullo. Es muy injusto, dios le da pan al que no tiene dientes.

jueves, mayo 25, 2006

Praga-pics (o el expediente X alopécico)

Como ya viene siendo costumbre ineludible en este blog (gracias Hans, me has vuelto un esclavo de esto, me has convertido en mi propio esclavo), hoy toca fotopost de después del viaje, en esta ocasión el que acabo de hacer a Praga. Para los no iniciados, recordaré que el que quiera ver fotos bonitas de Praga, que se meta en Google Images y teclee "praga pictures", que luego siempre hay alguno que me deja comments en plan "pues parece que has estado en Albacete, no se ve nada chulo, qué aburrimiento". En el fondo me afecta y por eso quiero avisarlo de antemano. Bueno, ahí van:

1.- Empecemos por una foto de la Starometske Namesti (ya, me faltan como diecisiete acentos), la plaza más tipica de Praga, justo antes de que el reloj del torre diera la hora en punto y unas figuritas que hay en la torre empezaran a hacer movidas en plan Cortilandia a la vez que sonaban las campanadas. He escogido esta foto por la paz, recogimiento y melancolía que transmite, tan evocadores y asociados a Praga.




"Qué bien lo pasemos! Semos a los únicos que se les ha ocurrido ir a Praga!"

***


2.- El repetidor de televisión Zizkov. Es impactante y contrasta con el estilo tradicional del centro de Praga. No puedo evitar que me encante, aunque sea una de esas aberraciones para el paisaje tan propias del comunismo. Esta foto la saqué desde la torre del puente de Carlos IV, que tiene unas vistas circulares preciosas de toda la ciudad.




***


3.- Un richar prageño ahí mandándole sms a la Débora para ver si se bajaba a los recreativos a echarse unas máquinas un rato.



***



4.- Aquí un perro simpatiquísimo que conocí. Estuvimos charlando de lo fanes que somos de David Bowie.




***



6.- Mi modesto hotel. Un ex ministerio de la época comunista reconvertido. Impresionante por fuera y por dentro, qué grande y qué alto todo, aunque un poco valenciano, todo hay que decirlo, con mucho dorado en las barandillas y mucha lámpara demasiado ornamentada y tal. En la foto no se aprecia, pero las dos alas que no salen (se ve un poco el comienzo) debían tener unos cien metros de longitud cada una. Me gusta.




***



7.- Una exposición al aire libre, en plena calle, con la que me encontré cuando iba dando un paseo. Había muchísimas estatuas, unas cien, todas más altas que yo.




***



8.- Una muchacha checa afaenada replantando unas flores de una plaza. Qué flores más bonitas, qué auténtico el tranvía pasando, qué mala cara me ponía su madre.




***



9.- Esto es uno de los millones de coffe breaks con los que nos han obsequiado durante la reunión. Cada hora había uno. Esas bizcochos redondos con mermelada y crema de vainilla por debajo (2) me supusieron realizar un gran y constante ejercicio de fuerza de voluntad. Ahora, que los canapés de huevo duro con salmon (1), con esa salsa con taquitos de bacon, también se dejaban comer. Y así todo el rato. La fruta (4) la probé un poco, pero poco, sobre todo le dí a los zumos de naranja (5). El (3) es agua con gas y no sé por qué le he puesto numerito.



***



10.- Una bella mujer checa tocando para nosotros el acordeón en la excursión en barco que nos hicieron por el río Moldava. Por cierto, menuda racha que llevo de barcos, aunque en esta me lo pasé muy bien.







11.- Para terminar, os voy a contar una historia, una historia a la que no paro de dar vueltas y que me tiene con los nervios agarrados al estómago. Todo empezó en la excursión oficial que nos organizaron por la ciudad. Un autobús nos recogió en el hotel y a mi me tocó detrás del holandés.





Mira, yo no tengo nada contra este tipo, me cae muy bien, de hecho, pero yo miraba para delante y veía esa magnífica calva y al final no me aguanté más y le tiré una foto.

No le di más vueltas y segui mi excursión tan tranquilo, saqué alguna que otra foto, pocas, y me limité a pasármelo bien. Cuando llegué al hotel por la noche, le eché un vistazo rápido a las fotos que había tirado y me encontré con esto.















Os aseguro que todo son fotos espontaneas y que todas fueron hechas tras la del holandés del autobús. También os aseguro que, como ya he estado recientemente en Praga, no hice muchas más de monumentos y edificios como éstas, unas seis o siete en total. La mayoría las hice otros días y eran más de gente o de chorradas de esas que saco yo.
No soy supersticioso, pero he de reconocer que no puedo obviar el hecho de que hay cinco calvos a los que no conozco de nada en mis fotos y, ciertamente, me inquieta el que pueda tener algún significado ancestral tipo venganza por haberme reído de un calvo o, que si voy al archivo checo de defunciones, busque a los señores de las fotos y me entere de que estén todos muertos desde hace mucho tiempo.
Tengo miedo.

martes, mayo 23, 2006

Top 12 de mi sitio en la reunión

***
Este es el sitio que me ha tocado en la reunión en la que estoy en Praga. Del uno al doce, y sin ningún tipo de orden, os comento las cosas que más me han afectado:
  • 1: La banderita que me han dado para que se sepa que soy de España y no de Croacia, como mi tono de piel parece indicar. Cuando estoy aburrido en la reunión me da por cogerla inconscientemente y ondearla discretamente con los dedos pulgar e índice, cual gastador del desfile de la Hispanidad. Qué orgullo, cómo siento mis colores y cómo lo doy todo por mi patria en esta reunión, rediós.

  • 2: El abridor de botellas que tengo para abrir botellas. Fatal diseñado, mínimo cinco intentos hasta que le saco la chapa a la botella.

  • 3: Caramelos Mentos con la publicidad del hotel. Muy malos, son de menta pero me saben a la Rennie, una pastilla que me daba mi abuela de pequeño cuando andas mal de la tripa, que nunca me ha gustado, de hecho, me repugna totalmente en la actualidad. Me los he comido todos los dos días, por puro vicio.

  • 4: Mi nombre en un cartulina. Como llevo mis dos apellidos, mis colegas extranjeros me preguntan por qué tengo tantos nombres. Yo les cuento que es que nosotros apreciamos a nuestra madre y no la dejamos caer en el olvido. Ellos deben pensar que somos como tribus, con tanto linaje y tal.

  • 5: El tocho de documentación que nos están soltando. Un aburrimiento a estas alturas, menos mal que mañana se acaba.

  • 6: El café que me meto en la reunión después de cada descanso parano sobarme demasiado, que a veces es infumable la chapa. En esta ocasión, se aprecia servilleta secante bajo la taza como remedio a haber derramado medio café en el platito, fruto de mi párkinson y mi manía de mirar a parla cuando llevo cosas de alto riesgo en la mano.

  • 7: Botellas de agua con gas con chapa-lapa. Para distraerme, me las voy bebiendo todas, y también las que me reponen, con el resultado de acabar como una gaita (qué aires, vive dios) y de mear cada media hora, que tengo los riñones como los chorros del oro estos días.

  • 8: La bandera de mi compañero de Israel, que semos internacionales.

  • 9: MI SUBRAYADOR. Estoy quemadísimo con esto, me lo pidió el israelí el primer día y se lo ha quedado ya todo el rato porque como me he traído dos, pues se debe pensar que se lo he regalado. Me parece que aquí va a haber conflicto internacional como se lo quiera llevar mañana a su tierra. Andaré con ojo.

  • 10. La mano del de Israel. De momento tiene aún cinco dedos. Dependiendo de lo que suceda con el subrayador, mañana seguirá teniendo los mismos, o no.

  • 11. La chaqueta del alemán. No es que me guste, pero como es el paisaje que llevo viendo delante de mi la mayor parte de mi tiempo estos dos últimos días, y el fondo sobre el que dejo vagar mi imaginación, pues para mi es importante y significativo.

  • 12. La espalda XXL del noruego XXL que se sienta justo en mi camino visual a la pantalla donde se proyectan las presentaciones. Cuánto ocupa éste hombre, qué cantidad de persona... Me tiene loco, no para de moverse y yo tengo que contrarrstarle todo el rato para poder ver algo por el hueco que me deje.

lunes, mayo 22, 2006

Un poco hasta el nardo de Praga, pero bien al final

Esta es la tercera vez en año y medio que me toca venir a Praga. No es porque tenga que venir periódicamente, es por pura casualidad. En el trabajo que tengo me toca ir a reuniones de vez en cuando y puede tocar cualquier ciudad, pero no sé que coño pasa con Praga últimamente que todo el mundo que monta una reunión dice "pues en Praga, ay, que me apetece". Esta vez me ha fastidiado particularmente, porque la organización estaba dudando entre Praga y Berlín, que ahí nunca había estado y me apetecía muchísimo, y al final me ha tocado tripitir de Praga, que mola mucho pero ya cansa un poco. Bueno, la verdad es que me daba más pereza cuando lo pensaba este fin de semana, porque una vez aquí me lo estoy pasando bien, estoy en un hotel muy chulo y el grupo de gente con el que estoy merece bastante la pena. Y hace un tiempo de película.

Llegué ayer y, entre que el viernes tuve una noche bastante potente con Elza y que venía yo a la República Chequense con la pereza encima, ni siquiera salí del hotel. Me enchufé cuatro capítulos de la cuarta temporada de "A dos metros bajo tierra" tirado en la cama, tras del ágape que nos dieron de bienvenida, que duró un hora, de cinco a seis, y me quedé tan pancho. Esta serie, junto con el "Curb your enthusiasm" de Larry David, son mis series favoritas de todos los tiempos, en sentidos diferentes pero en igual medida. Yo no paro de recomendárselas a todo el mundo porque de verdad que merecen la pena, aunque bueno, supongo que la gente adicta a "Los Soprano"`pensará lo mismo de su serie y yo no les hago ni puto caso. O los de "Mujeres desesperadas" o "Perdidos". Cuando me termine ésta, a ver si me engancho a otra que me encanta engancharme a las series. Eso sí, colecciones completas y en DVD, que no soportaría no tener el poder de ponerme un capítulo detrás de otro, como hago ahora gracias a la adicción de Kurt con Amazón.com., de la que yo me beneficio hasta la caradura.

Hoy normal. Esto es una reunión formativa y, aunque me interesa bastante lo que estamos viendo, me cansa estar atendiendo ocho horas sin hacer nada. Ya me he acostumbrado a trabajar y el no hacer nada excepto estar concentrado me cuesta horrores, pero bueno, supongo que me costaba lo mismo en la universidad pero, como no tenía excusa, no lo decía. Lo malo es que el miércoles tengo un examen y no puedo quedarme pensando en lo que me apetezca, porque visto cómo están por aquí las checas, no tendría problema en andar fantaseando el tiempo que hiciera falta, servicio de limpieza de la habitación incluído. Es que a ver, la checa media está buena y suele salir tetona, así que ahora que hace buen tiempo como que las ves cuando pasan. Y encima son así como bordes, que pone el triple. Sí a la checa, definitivamente, y eso que he sido muy crítico con ella en el pasado.

Después de la reunión me he ido a dar una vuelta por la ciudad con un francés y un italiano que he conocido en esta reunión y que son bastante el plan, y encima de mi edad (por fin!). Hemos acabado cenando regular en un restaurante para turistas y nos hemos encontrado con otro grupo de la reunión con el que nos hemos tomado unas cervezas. Como eran alemanes, han caído tres pintas. Luego nos hemos vuelto para el hotel y nos ha caído una chupa de agua cuando cruzábamos el puente de Carlos IV que nos hemos tenido que resguardar debajo de unos soportales porque se nos ha caído el italiano y se ha hecho un poco de sangre, así que en vez de correr debajo de la lluvia hemos preferido no hacer el capullo y esperar a que amainara un poco, a ver si nos iba a atropellar un coche o algo. Y mañana a madrugar.

Me voy a ver un capítulo de "A dos metros bajor tierra" antes de dormir, que acabaran siendo dos, o tres. Me conozco, pero es que estoy muy enganchado y no puedo remediarlo.

Hasta mañana.

jueves, mayo 18, 2006

Mi infierno en la N-I

Hoy he vuelto de Donosti-Donosti y jamás imaginé que un viaje de cuatro horas y pico, estimadas basádome en la velocidad prudente a la que suelo conducir, se me pudiera hacer tan largo. Vale que estuviera cansado por el viaje a Asturias del finde pasado, del que me chupé yo la ida y la vuelta por decisión propia, vale que ayer madrugara y tuviese que ir hasta San Sebastián, vale que medio saliera con Moz de pinchos y zuritos y vale que hoy haya vuelto a madrugara para currar por la mañana, pero lo interminable que se me ha hecho la vuelta no tiene lógica.

La cosa ya ha empezado mal, he salido de San Sebastian a las dos y, como había desayunado generosamente (buffet vasco, chicos, casi nada) he pensado que podría conducir hasta Vitoria y comer por alguna estación de servicio que quedara a esa altura y, así, ventilarme ciento y pico kilómetros antes de comer. Pues nada, a los treinta kilómetros de mi partida ya estaba con unas lentejas de primero en un restaurante de Tolosa, qué vergüenza, pero es que me ha dado mucha pereza mi primera etapa y he tirado la toalla enseguida.

He comido y he seguido con el viaje y, cuando he pasado cerca de Vitoria, ya estaba hasta el culo, sin paños calientes. No era sueño, simplemente me notaba vago para conducir, falto de paciencia. Ya me había escuchado un disco, así que me he puesto lo que llevaba de La Casa Azul, que lo podía ir cantando y siempre me da muy buenos resultados, me anima porque me meto mogollón en los temas y se me pasa el tiempo volando. Pero nada, me he puesto a pasar las canciones, a cantar sin fé y a no sacarle partido a mi plan. Qué fracaso.

He llegado a Burgos pensando que ya había pasado lo peor, que ya todo sería un trámite hasta Madrid, que yo siempre tengo la sensación de que desde Madrid se llega enseguida a Burgos, pero en cuanto he pasado dos curvas y no he visto Madrid al fondo, ya me he vuelto a desesperar.

Sé que he cometido errores, los típicos de ir fijándome en los kilómetros que iban pasando, que eso es horrible, o pensar continuamente en que me daba pereza el viaje, pero también he sido consciente de ello y he intentado distraerme. Una de las cosas que he hecho ha sido ponerme a pensar en que sí, que vale que he hecho una carrea mas o menos complicada, y que tengo un trabajo que me permite no tener demasiados dolores de cabeza con el futuro que me espera en esta vida, pero que en el fondo no había hecho nada en esta vida por la que destacara especialmente. Así, me ha dado por empezar a pensar en mis records personales a ver si había algo de lo que sentirme realmente orgulloso y poderlo intercambiar por panoja contándolo en algún programa de televisión, pero como siempre, he acabado pensando absurdeces. Estos son algunos de mis records:

  • Mayor número de huevos comidos en un día: Entre buffet, tortillas y tal, unos siete alguna que otra vez.
  • Máxima distancia a la que he estado de mi casa: China
  • Máxima distancia que he recorrido conduciendo en un día: Gerona- Oviedo (unos 1000 km)
  • Mayor número de masturbaciones en un día: Creo que seis, en mi época de BUP. Estaba sólo en casa y tenía un arsenal de revistas guarras recién prestadas. Qué escabechina. Alfonsito, ¡nunca te olvidaremos!
  • Mayor número de horas sin dormir: Una treinta y seis, o sea, día y medio. No es demasiado para ser un record, creo.
  • Mayor caminata que me he pegado: Una por la sierra de Madrid, que entre pitos y flautas fueron unas catorce horas andando.
  • Mayor número de días seguidos saliendo: En agosto de 2004, salí todos los días sin excepción en plan salir con plan. Una pasada, no sé cómo lo hice.
  • Mayor apnea: Una vez que me cronometraron en la piscina de mi casa y aguanté minuto y medio.
  • Mayor fracaso comprando: Unas zapatillas Clarks que me costaron una pasta hace un par de años y me he puesto tres veces
  • Mayor racha de suspensos en la universidad: Mi primer año de carrera tuve nueve suspensos seguidos.
  • Mayor número de horas estudiando: Una vez que me levanté a las seis de la mañana y me acosté a las cuatro de la mañana del día siguiente (descansando y tal, pero lo justo).
  • Mayor número de exámenes en un día: Tres, qué putada de día fue ese.


... y así he estado un montón de tiempo, aunque he acabado desbarrando y lo he dejado, que ya iba por "mayor número de días sin ducharme" y cosas de esas. Creo que me olvido de alguno realmente bueno, pero no me acuerdo. Ya lo pondré en los comments si eso... (ay, ¿cuál era?).

Pero ni así, cuando he llegado a Somosierra me he dicho "buena, por fin ya estoy en casa" y qué va. Cien kilómetros son cien kilómetros y yo no me podía creer cómo a veces me parece que llego allí en nada de tiempo. Encima, lo de siempre, a la altura de San Chinarro, el megaatasco. Veinte minutos parado. Luego el de Plaza de Castilla. Cuando he llegado a casa tenía ganas de pegar a la gente, estaba desquiciado. Menos mal que tengo un caracter super tranquilo al volante y no soy de los que pagan en el coche sus frustraciones, inseguridades y dias malos (e incluso hay casos de hombres con penes curvos que se ponen como fieras al volante), porque si no estaríamos hablando hoy de una auténtica masacre.

Encima, Kurt me ha fallado para el concierto de Hidrogenesse, que era hoy en el Franela, qué perro. Agr y CF estaban hasta arriba de trabajo y tampoco, ni a Elza ni a Would les gustan... así que me ha quedado otra vez sin ver lo que no pude del Plastidepop, cuando me puse malo, qué pena. Podía haber ido solo, que me hubiera encontrado gente conocida seguro, pero ya me ha dado pereza.

Bueno, menudo chorongo que os he dejado, entendedlo, estoy canalizando mi ira contenida de hoy.

Os dejo, una foto nocturna que hice anoche desde la ventana de mi hotel en Donosti-Donosti enfrente de la Concha, con vistas al casco antiguo y al puerto (la he tenido que recortar que se veía mucho el poyete de la ventana y hacía feo, es que la hice medio dormido) , para que os muráis de envidia y entendáis por qué me apetecía tan poco volver hoy. Precioso San Sebastián, me ha encantado, aunque la foto sea una mierda, ahora que me fijo.



miércoles, mayo 17, 2006

Donosti- Donosti

Hoy me he levantado a las cinco y media de la mañana para ir a Mondragón a hacer unas cuantas cosas de trabajo super necesarias, como siempre. La verdad es que odio madrugar, pero una vez que me medio espabilo gracias al cocktail café+duchazo, me encanta esa sensación de estar despierto a esas horas. Debo ser imbécil, pero así es, el rollo de que no haya nadie más despierto, que sea de noche y que en la radio aún se escuchen progamas de madrugada, me da como una sensación de que voy a aprovechar el día que me motiva. Lo malo es que en una hora o así se me ha pasado porque me muero de sueño y lo acabo pasando fatal, pero mientras dura mi esplendor, me gusta.

He tirado carretera de Burgos para arriba y he parado a tomar un café en la misma gasolinera que paro siempre, no sé, que un día paré a hacer un pis y ahora tengo una especie de vínculo emocional con esta gasolinera que ya no me la puedo saltar. Cafe que por arte de magia se ha convertido en un café, un zumo y un pincho de tortilla, qué se le va a hacer, ya sabéis cómo funciono. He seguido y cuando he llegado a Vitoria, me he metido mal para coger un desvío y he acabado disfrutando de de una visita en coche por la ciudad que no me apetecía nada. Al final me he encontrado y ya he salido bien. Desde ahí, ya sin problemas hasta Mondragón, donde he estado currrando hasta las tres.

He llegado a San Sebastián a eso de las cuatro y me ha gustado mucho que mi hotel estuviera en primera línea de La Concha, desde donde estoy escribiendo ahora con una ventana con vistas al mar, qué chulo. El recepcionista al principio me ha caido muy bien, era muy atento y me ha explicado unas cuántas cosas de cómo ir al sitio que tengo que ir mañana y tal, pero se me ha venido arriba y ha acabado diciéndome hasta dónde tenía que tomarme los pinchos y de qué sabores, así que he empezado a cansarme de él por momentos, de verdad que se estaba poniendo muy palizas. De esto que empiezas a despedirte y haces como que te mueves para empezar a subirte a la habitación, pero nada, el hombre éste venga a decirme que fuera por aquí y por allá y yo ya mirándole con cara de déja que me suba ya sobar te lo suplico. Al final me ha sacado un mapa por sus cojones y me ha pintado unas rutas que eran como para hacer cosas durante todo un fin de semana, qué pesado y qué aburrimiento de tío, en serio, prefiero a un recepcionista rancio y seco a uno como éste, lo tengo clarísimo. Así que ahí se han quedado en la mesa de mi habitación sus mapas pintarrajeados, que mi plan era mejor.

He subido a la habitación, he estado mirando un poco por la ventana, que da a la Concha, y me he sobado un rato. Cuando estaba profundamente dormido con las babas recorriendo mi cuello, ha sonado el móvil y era Moz, mi compañero de trabajo. Resulta que él también tenía que hacer unas cosas por aquí y se había cogido noche en mi mismo hotel, cosa que ambos, obviamente, ya sabíamos anticipadamente. Me llamaba desde una terraza en La Concha, que si me bajaba ya a dar una vuelta. Cuando he salido a la calle, dios, qué bochorno hacía, era horrible, Donosti se había convertido en el Ochoymedio en una noche de las buenas. Y yo saliendo del hotel con el jersey puesto (no había pisado la calle desde que salí de Madrid y no sabía la temperatura), recién levantado de la siesta y medio constipado, la combinación perfecta para pasar calor sofocante sin agobios, me daban ganas de pedirle a alguien que me pegara un tiro y acabara con mi sufrimiento. Mientras me iba quitando el jersey, he ido caminando y me he reunido con Moz en la cafetería del hotel Londres, también en La Concha,que él lo estaba pasando igual de mal que yo y ahí había aire acondicionado y se había metido por pura supervivencia. Nos hemos tomado una cerveza y cuando hemos salido, ya había refrescado, así de fácil.

Hemos dado una vuelta de una par de horas por el casco antiguo y por la zona del puerto, y aunque precioso todo, poco más, que enseguida nos ha entrado el hambre y nos hemos metido a comer pinchos y zuritos, que qué buenos y qué caros. Luego hemos visto el partido, ha ganado el Barcelona, nos hemos comido otros pinchos y nos hemos ido a tomar una copa a un terraza que conocía Moz. La terraza estaba cerrada y nos hemos vuelto al hotel a dormir, que los dos estábamos cansados y no nos apetecía buscar mas. Hemos vuelto por el paseo de La Concha y hemos visto a unos cuantos culés borrachos bañándose en bolas en la playa porque tenía mucho significado para ellos, supongo. Hemos estado mirándoles un rato, que a falta del gintonic, pues hemos visto unos tíos haciendo el gañán en bolas, que no es lo mismo pero te ríes.

Y ya eso ha sido mi día, estoy cansado, medio tajado y no doy para más.

Buenas noches.

Dwalks y CF en Asturias

Estos días voy a estar un poco liado. Después del viaje a Coloña, me fui con CF a pasar el fin de semana a Asturias, bueno, con Agr también, pero se tuvo que volver el sábado porque el coche le iba raro y quería dejarlo en el taller en Madrid, una pena.

Mañana me voy a San Sebastián dos días y el domingo a Praga otros cuatro, así que me voy a la cama que tengo que dormir bien. Ya os contaré, hoy no, pero os dejo con algunas fotos de estos días por Asturias, que ya tardaban en este blog y me apetece subirlas.

Hemos ido al Cabo de Peñas y yo lo primero he aprovechado para hacer un poco de egolog asturiano, que me sienta bien.



***
CF se ha asomado a acantilados de cien metros con un poquitín de micropene

***

Hemos visto islas con forma de tortuga


***
Y CF le ha acabado echando un par al asunto, yo no tanto (eso que estaba viendo CF era espectacular, pero yo tengo mucho vértigo y no me asomé)

***
Aquí estoy muy pequeño
***
¡Hola!


***
CF ha descubierto la naturaleza, en este caso los caracoles salvajes

***
Hemos comido bien

***
Y nos hemos echado siestas irrepetibles en el monte

***
Para terminar, este soy yo en el Naranco haciendo patria, que para eso soy medio asturiano

miércoles, mayo 10, 2006

Coloña pics

Venga va, que me he animado y he subido unas fotos del viaje a Coloña, que me gusta que éste sea un blog de principios y lo de las fotos después de los viajes es una tradición de la que me siento orgulloso en este blog. No tienen muy mala uva, porque como ya dije en el post que hice del viaje (conviene leérselo, que en él expliqué algunas cosas que salen luego), no tuve mucho tiempo para mi solo y no podía dispararle a todo lo que me apetecía, que había que mantener las formas. Así que nada, será una vueltecita por la ciudad para el que no haya estado nunca, y una especie de remember para quien sí la conozca. Hala, vamos:
Este es el Rin, pedazo de río. A mi siempre me ha gustado conocer los ríos que estudié de pequeño y más si son grandes. Este impresiona y creo que después del Tajo en Lisboa (aunque es medio mar y no sé si cuenta) y el Yang Tse en China (éste joder que si cuenta), es el que más me ha impresionado. Es que mirad el barco por ahí en medio que pequeño se ve. El otro blanco que sale es como el que me monté yo.

***


Aquí ya llevaba montado en el barco una hora o así y, aunque ya estaba atacado, aún me quedó sensibilidad para sacar esta foto tan bonita con la catedral ahí y un poco de río y de ciudad. Creo que sólo hay doscientos millones de fotos como esta, sois muy afortunados por tenerla aquí en Itwalks.

***


A ver, a este tío lo pongo porque es un delincuente y es muy importante que os quedéis con su cara. Es el guía más coñazo con el que me he topado nunca. Qué plasta, no paró de hablar en hora y media (en un puto barco) y se le entendía fatal, una tortura. No me extrañaría que acabe algún día arrojado por la borda por un grupo de turistas enajenados, y el mundo será mejor, no lo dudéis. Si le véis alguna vez, huid.


***

Cuando nos bajamos del barco, cruzamos el río caminando por este puente tan chulo hacia el centro. Muy industrial, muy sobrio y funcional, muy Coloña, y muy largo el puente que qué sudada, por cierto.


***

Una vez en la catedral, que me puse chisposo. Cuñao.

***

Aquí unos richars en la plaza de la catedral. Ya conocéis mi afición al richar autóctono y no paré hasta encontrar al teutón. Aquí había miles y agobiaban bastante pasándote a dos milímetros con los patinetes, aunque controlaban y al final no te daban.


***


Y como donde hay richars, también encontrarás paquis, ahí van dos ejemplos.

***


Esta es una estatua que cuenta la historia del origen de la ciudad: Era un señor que era un vago y no hacía ni el huevo, pero lo tenía siempre todo recogido, arreglado y perfecto, y encima tenía panoja y comida. Su mujer se mosqueó de cómo podía ser aquello y un día bajó por la noche al sótano con un candil y descubrió el secreto. Resulta que unos enanitos lo hacían todo, pero al ser descbiertos por la mujer, se asustaron y se marcharon para siempre. Desde entonces, la gente tiene que trabajar en Coloña.

A ver si encuentro yo unos enanitos de esos para mi habitación, que la tengo fatal de desordenada.


***

Este era mi grupo de trabajo, paseo, comidas.., podéis distinguir a un par de señores gordos, a un calvo, a varios con pelo blanco... ¿quién dijo que el mundo técnico era cool? Eso sí, menudos hachas, cuánto aprendo con ellos. Todos mis respetos.


***

Una callecita típica de Coloña... um, a esas chavalas que bajan no las había visto yo hasta ahora, estoy perdiendo facultades.

***

Típica terraza dónde los alemanes se ponen hasta arriba de cerveza en cuanto sale un rayo de sol. Yo quería sacar al de la camisa que está en el centro, que estaba con un pedo y unos colores muy fotogénicos, pero ante la más que obvia cazada que me hicieron los dos calvorotas esos, como que me salió un poco mal la foto, me apuré bastante.

***

Aquí ya los papeos de las cenas. Para empezar, la cerveza. Esto fue el segundo día, que nos pusieron estos cilindros hasta el techo con siete litros de cerveza para empezar. Tenían un grifito y tú te ibas sirviendo. Cayeron dos de estos en mi mesa de ocho, primero uno y luego otro.

***

Primera cena: el pincho con carne y hortalizas a la brasa, la ensalada de col y la patata con salsa que me comí en la primera cena. En el paraíso debe haber algo parecido a esto, siempre disponible. Como referencia, comparar la patata con mi cerveza o con la mano esa que se ve por ahí, qué gorda era. Qué rica la carne ¿veis las verduritas entre medias?

***


Y esto ya el no va más de la segunda cena, cómo triunfé con esto. Patatas a la derecha, a la izquierda y por encima huevos revueltos y batidos con especias y abajo trozos de lomo con salsa de champiñones. Aquí había, sin exagerar, casi un kilo de comida. Me lo empotré todo y luego cayo un apple strudel (pero escrito en alemán) sin pestañear ¿qué pasa?

***
Pues para que os hagáis una idea, más que nada.

martes, mayo 09, 2006

Me cuesta (me cue-eees-ta)

Tendréis que disculparme pero es que la alergia de la que adolezco está en su máximo apogeo. Las flores y las plantas que más me afectan andan follando como locas y yo, que pasaba por ahí, me llevo un sinfín de eyaculaciones faciales de polen a lo largo del día. Esto es así, quien quiera darle un romanticismo primaveral que se lo dé, pero la realidad es que todo esto es muy porno y muy degradante y los vegetales nos violan y nos vejan en primavera.
 
Esto implica que yo me tenga que tomar unas pastillitas cada día, que si bien mitigan los efectos de esta ordinariez a la que me veo sometido, me dejan en un estado de aletargamiento y somnolencia que provoca que el simple hecho de tener que abrir la boca para hablar, por ejemplo, ya me cueste un esfuerzo y me dé un perezón considerable. Y así con todo. Este efecto dominó culmina en que cuando llego a casa,  es tal mi fatiga, que sólo con pensar en ponerme a escribir un post ya me dan los siete dolores, así que prefiero acomodarme en mi sillón y dejar que llegue una hora aceptada socialmente como adecuada para irse a dormir, para hacer lo ídem. Por lo tanto, si estos días flaqueo, que es por esto, nada más.
 
Al final no he puesto las fotos de Coloña, es que hay que subirlas al Flickr, hacer los links y es un rollo y un aburrimiento para el que no tengo moral ahora mismo.
 
El sábado estaba yo en mi casa y me llamó mi amiga Iaies para convidarme al concierto de Vive la Fête en el Círculo de Bellas Artes. Me fui corriendo para allá mientras le mandaba un mensajito a Kurt, que estaba en París, para que se muriera de envidia. El concierto me gustó mucho, pese a ser en un tercer piso, que el suelo se balanceaba y que a mí se me contraían los esfínteres cada vez que esto ocurría, temiéndome un momento Impacto TV inminente . Vi por ahí y saludé a Flat Eric, a Lolo-Farala (quien, por sus comentarios posteriores, quedó fascinado con lo guapa que es Iaies) y a Claudio. Luego me quedé con los amigos de Iaies, pero como eran tan cool y la gente cool habla muy poco con gente desconocida, a ver qué va a ser esto, pues no hubo forma de integrarse demasiado. La verdad es que el resto de la noche me lo pasé muy bien con Iaies y tampoco es que me importara mucho. A ver, que lo digo porque yo es que siempre he sido de charlar con el que llega nuevo, bien sea pareja de mi amigo/a, bien sea un amigo/a. Es como tenderle la primera mano para que coja confianza y luego ya veremos si es majo o un gilipollas, pero de entrada, ahí lo tiene, que no se diga que somos unos rancios. Por eso me fijo en esas cosas, más que nada, pero vamos, que cada uno que haga lo que le parezca bien que esto es un país libre y yo también pienso lo quiero.
 
Por cierto, creo que el sábado vi a mi ex Ant por la calle del Pez, pero no estoy seguro. Esto es noticia porque no nos hemos visto desde que lo dejamos y a veces me he preguntado por cómo será, o sería, el momento en el que ocurriera, más que nada porque un poquito extraño sí que iba a ser, aunque ya cada vez menos, que han pasado un par de años. Pero ahora estoy confuso, como no sé si era ella, pues no sé si valorarlo siquiera. La verdad es que nos cruzamos por aceras contrarias sin mirarnos directamente a la cara, y cuando a mi me dio el típico flashazo este de "¡arrea!", ya nos habíamos cruzado y no la pude ver bien. Tampoco me salió salir detrás para comprobarlo, aparte de que me quedé un pelín bloqueado unos instantes, ella iba acompañada y tal. No sé, un poco raro pero no sé, a lo mejor ni era. Qué cosas.

viernes, mayo 05, 2006

Cuatro días en Coloña

(esto lo escribía ayer)
Estoy aquí en el aeropuerto de Colonia escribiendo el post, no he podido ir haciendo una crónica día a día porque no hemos parado un momento. Estos alemanes es lo que tienen, que te lo organizan todo, hasta el tiempo libre, y bueno, no ha estado mal, pero a mi lo que me gusta es tener alguna tarde aunque sea para mi solo, para darme una vuelta como me salga del tema. El caso es que tampoco hay mucho que contar, ni he hecho demasiadas fotos, he estado todo el tiempo con el grupo de gente con el que he trabajado y no era plan de hacer fotos demasiado frikis, que me daba un poco de palo ver a un alemán de 200 kilos rojo como un chorizo y enfocarle con treinta personas conocidas ahí al lado. Como hacer fotos normales me da pereza, pues no hay mucho material, la verdad.

Como hoy no tengo un día muy narrador, vamos por temas que se me hace más ameno:

  • La llegada

Llegué a Coloña hablando en el avión con una chica americana que era militar. No había cruzado una palabra con ella durante todo el viaje, pero cuando empezamos a aterrizar me empezaron a doler los oídos por la presión y ella venga a darme gominolas de una bolsa que tenía hasta que se me pasó. Al final compartimos taxi al centro de la ciudad y me acabó contando que a sus treinta y cinco años era viuda, que era militar pero que no le gustaba ir por ahí comentándolo y que echaba mucho de menos su país. Esto en poco más de una hora. Si llego a estar con ella media hora más, se acaba cortando las venas ahí mismo tras hacerme su heredero. Me agobió un poco que me contara tantas cosas y se me acoplara tanto, un poco tronada esta mujer, no sé.

El hotel muy bien, un poco alejado del centro pero era muy nuevo, muy grande y se veía la catedral y la ciudad en general desde mi ventana. Además, con internet gratis, así que he estado informadísimo durante toda mi estancia.

  • Lo que he hecho por Coloña

Aparte de tener una reunión de tres días con mis análogos europeos (oigh) nos han organizado unas actividades bastante chulas las tardes del martes y el miércoles.

El martes nos llevaron en un barco por el Rin, que es un cacho río, y a mi se me hizo un poco aburrido, pero es que a mi los barcos nunca me han ido demasiado porque me pone de los nervios que vayan tan despacio y el runrun todo el tiempo. Además el guía que nos iba explicando las cosas era un poco palizas y no le acababa de entender muy bien, así que enseguida me desentendí un poco de él y me puse a hablar con los que estaban tan aburridos como yo, o sea, los italianos. Es que fue hora y media de barco y encima se nos marearon tres y se tuvieron que ir al hotel sin cenar con la gracia esta.

El miércoles mejor, nos llevaron a dar un paseo por el centro histórico de la ciudad y aluciné con la catedral, y mira que aquí en España estamos acostumbrados. El guía era muy bueno, aunque tenía un poco cara de garbanzo y nos daba la risa cuando hablaba. Nos contó un montón de historias interesantes de la guerra y no se enrolló demasiado con datos históricos coñazo. Luego nos llevaron a una cervecería muy famosa y nos invitaron a toda la cerveza que quisiéramos y, así a lo tonto, a las siete y con el estómago vacío, todos tajados en media hora.

  • La comida

Bueno, cómo me he puesto. Aparte de los desayunos, que yo ya soy un poco desmedido de nacimiento para estas cosas y, encima, el del mi hotel era brutal, me he pegado dos cenas-homenaje de las que no sé si me dará tiempo a recuperarme antes de ponerme el bañador.

El martes, después del barco, nos llevaron a una taberna típica y yo me pedí una especie de pincho colgado de un palo, como de cuarenta centímetros el pincho, con unos trozos de lomo de cerdo como puños, con pimientos, cebolla y más cosas entre medias. Con ensalada de col y una patata gigante rellena de una salsa muy espesa de la que ahora soy fan. Buenísimo, riquísimo.

Después de esta cena pensé que no volvería a necesitar comer nunca más, pero nada más lejos de la realidad. El miércoles me volví a pegar un desayuno de escándalo y luego, después de la vuelta que nos dieron por la ciudad, nos llevaron a otra taberna típica a cenar. Me pedí una sartén que traía patatas, huevos revueltos con unas especias y unos solomillos que daban para alimentaros a todos vosotros durante un par de días. Estaba bueno, pero como me lo comí todo creí que me daba algo, que yo es que no puedo ver que se me queda comida en el plato. En fin, hoy ya como nuevo y he vuelto a tomarme el desayuno de los campeones.

Pues eso, que el viaje muy bien, aunque es lo que comentaba antes de irme, que como ya he ido a tantas ciudades centroeuropeas, me parecen todas un poco iguales, sobretodo por la planificación que nos hacen. El no haber tenido ni una tarde a mi bola me ha condicionado un poco, que a mi lo de los rebaños siempre me ha jodido un poco, supongo que si llevas tu plan y conoces gente de allí tiene más encanto. A ver si este finde subo alguna foto, que alguna sí que hay.

  • Datos del viaje

- En el desayuno del hotel tenían a un tipo haciendo tortillas francesas con lo que tú quisieras todo el rato. Aparte de volverme adicto, se ha ha convertido en el top one de mayo de mis fantasías gastronómicas cuando tengo hambre.

- Los alemanes me caen bien, son serios y un poco cabezones con sus cosas, pero da gusto trabajar con ellos y se lo saben pasar bien en el tiempo libre.

- Nos han regalado una navaja suiza muy chula y un poco macarra

- Ha hecho un tiempo espectacular

- Los portugueses creo que son los que peor inglés hablan y los holandeses, lo que mejor.

- Seguimos teniendo un problema de zapatos en europa.

- La ducha de mi hotel estaba mal diseñada. Puse el baño perdido todos los días.

- Me he visto la cuarta temporada de "Curb your enthusiasm", la mejor de todas después de la primera (¿aún no la habéis visto?)

- Los aviones de German Wings me gustan, el diseño es muy Pepsi.

- El miércoles dormí fatal y me desperté varias veces sin saber dónde estaba. Me encanta cuando me pasa esto.

- Le intenté explicar a un Húngaro de qué iba lo del camino de Santiago y entre que él tenía un inglés pésimo y que yo no me sé muy bien la historia, me lié y quedé fatal.

- Me gustan las ciudades con río grande.

- No he comprado absolutamente nada.

- Me he acostado medio borracho dos días