martes, febrero 22, 2005

Tirados

Hoy he llegado a la oficina y uno de los temas que se comentaba por aquí era que dos de nuestros compañeros, los cuales tenían que estar en esos momentos impartiendo algo en Bulgaria, se habían quedado tirados en el aeropuerto de Viena sin poder hacer su conexión debido al temporal de nieve que tenemos en Europa (todos unidos, todos tenemos el temporal de nieve).

Quedarse tirado por temas de avión tiene un punto que mola porque es lo más parecido a que de repente se abra un camino alternativo en nuestra vida y algo prohibido quede expuesto ante nuestros ojos. Es lo más parecido a vivir algo que no debería haber sucedido. Te quedas en un lugar que deberías haber abandonado. Ves cosas que no deberías haber visto. Por eso mola, aunque fundamentalmente, bueno, más bien joda.

A mi me ha pasado dos veces. Una en Ljubljana, capital de Eslovenia (Liubliana para los amigos) -aunque eso lo sabemos todos por aquello de la brand-new-constitución- y otra en Nueva York. En Liubliana, la causa fue la huelga general aquella que tuvimos y, teniendo en cuenta que era mi primer viaje de trabajo, sentí algo de terror cuando vi lo que se avecinaba, aunque la suerte de contar allí con un compañero de trabajo español y la impactante media de tías cañon en esa ciudad, hicieron que la experiencia fuera más que positiva. En total, dos días de agujero de gusano en Liubliana.

La ocasión de Nueva York fue menos romántica, en principio. Directamente perdí mi conexión para el vuelo de regreso a España en Newark y tuve que esperar 24 horas al siguiente. Un clásico. Nos dieron hotel y unos cheques canjeables por cena, desayuno y almuerzo. Como la inseguridad que genera el encontrarse solo lejos de casa hace milagros, y más en Navidad, antes de irme a la cama ya me había asociado con un grupo de personas que estaban, todas por separado, en mi misma situación. Eran cuatro, conmigo cinco, y eran éstos:

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- Uno de Orense que se había ido de camionero a Houston hacía quince años y ahora tenía una empresa con mogollón de camiones. O eso dijo.
- Una chica mexicana de 19 años, pijita, fresita, que iba a España porque su hermano estaba estudiando en Madrid. O eso dijo.
- Una treintañera de Palencia que se fue a cantar jazz a Dallas, conoció a uno y se casó. Ahora volvía unos días a ver a su familia. O eso dijo.
- Una señora mexicana de clase más que alta, se notaba, que iba a ver a su marido a España ya que él estaba de viaje de trabajo, y así aprovechaba para pasar las Navidades en nuestro país, ya que nunca había estado. O eso dijo.
- Y yo, que no salgo porque hice la foto

Comimos juntos, esperamos juntos, cuidamos unos de otros y de nuestras cosas y nos hicimos fotos con mi cámara nueva. Prometí enviárselas a todos esa misma semana pero nunca lo hice, no sé por qué. También ellos apuntaron mi correo y, excepto la chica mexicana, nadie me las reclamó.

Aún tengo sus correos y a veces he pensado, más de un año después, en mandárselas algún día por sorpresa.

4 comentarios:

would dijo...

Odisea en Newark II, ¿eh?

AQUÉL post (http://itwalks.blogspot.com/2004/07/madrid-cleveland-odisea-en-newark.html#comments) no te parecía suficientemente largo, ¿verdad?

En cuanto al envío de las fotos, creo que ahora resultaría un poco de psicópata estilo "sé lo que hicísteis el último verano", ¿no crees?

dwalks dijo...

hala! es verdad!

Troy dijo...

A mi siempre que me han mandado fotos al de un tiempo de haberlas hecho es que me querian pedir algo. Asi que espera a necesitar una flota de camiones (o camioneros), rollo en Mexico con una fresita, un disco de jazz tejano (ufff, no me lo llego ni a imaginar) o derecho de pernada en una casa-mansion en Mexico.

dwalks dijo...

Suena bien tu táctica, Troy, las guardaré cuales robados de Bárbara Rey & Rey hasta que las necesite realmente.

...necesito un cajón y una llave