lunes, octubre 25, 2004

Convalecencia & Headache

Ya han pasado unos cuantos días desde mi operación y aquí estoy, exactamente en el mismo lugar en el que me ubiqué cuando llegué del hospital. En mi casa. Son tiempos de paciencia, en los que mis retos diarios más importantes se reducen a conseguir no apoyar mi pierna mala bajo ninguna excusa y a no atacar sin piedad el bizcocho Mildred que alguien ha dejado en el armario de la cocina. También estoy consiguiendo convencerme de que esos envoltorios de color marrón brillante, que también he visto asomar al fondo del armario, pertenecen a unos filtros para café y no a unos Twix a su perfecta temperatura ambiente.

Yo estas cosas siempre me las he tomado bien, vamos, que no se me cae la casa encima por tener que estar aquí metido ni nada por el estilo y, de hecho, en esta ocasión, hasta le veo el lado positivo a este encierro temporal semivoluntario. Ha sido un verano de muchos cambios en mi vida y ya iba siendo hora de dejar de huir hacia delante sin un rumbo determinado (oigh). No sé si cuando acabe todo esto reanudaré el camino que llevaba, pero de momento estoy seguro de que al menos mis ojeras y mis ahorros sacarán algo positivo de este tiempo muerto que me he tenido que tomar. La verdad es que de momento no estoy en condiciones de hacer valoraciones de ningún tipo, porque desde el jueves hasta hoy, un tremendo dolor de cabeza se ha instalado en mi cerebro y me está matando, hasta el punto de que mi maltrecha rodilla ha pasado a un segundo plano de mi vida por completo. Al tercer día de calvario jaquequil, yo ya estaba convencido de que en cuanto pudiera caminar iría directo a extirparme el tumor que me había salido en la cabeza, pero tras un intercambio de palabras con mi padre, que concluyó con un puñetazo suyo en una mesa, decidimos que tengo sinusitis y que haga unos vahos por las noches a ver que tal. Parece que ya se me está pasando y por eso ahora puedo escribir.

Así que nada, de momento, mañana voy a ver al médico que me operó para que me diga cómo marcha mi rodilla. Espero que sea capaz de valorar de forma aproximada cuanto tiempo estaré de baja, porque eso es importante y aún no tengo ni idea. Por si acaso, me he traído un poquito de trabajo a casa y Would me ha traído su Play para que me vicie. Lo siento Would, este dolor de cabeza es incompatible con tu regalo (porque es un regalo, ¿no?).

También estoy poniendo a punto mi Teoría de Círculos, que ofreceré en breve en este blog. Gracias Kurt, al principio no la entendí, pero es tremenda y digna de desarrollo.
Creo que cada ser humano debería elaborar la suya

Gracias a todos los que os habéis acordado de mi estos días, no sabéis cuánto os lo agradezco.

Mira, ya viene por ahí mi dolor de cabeza…

No hay comentarios: