lunes, septiembre 20, 2004

El canal de todos


Señor Director del Canal Internacional de Televisión Española, tengo que hablar con usted. Escuche, es que yo de vez en cuando viajo por el mundo y veo la tele en el hotel de turno porque al final del día uno está cansado, se siente algo lejos de casa y no le apetece dormirse así sin más. Ya sé que hay muchos canales, pero yo soy de aquí de España y me apaño mejor con mi lengua materna, y como veo que hay un canal en la tele que entiendo bien, pues me lo pongo. Bueno, también veo videos de música, noticias en otros canales internacionales e incluso pierdo el tiempo mirando cómo habla gente muy seria en idiomas que no entiendo en absoluto, que tiene su punto, pero al final esa dinámica zapzapzapzap termina cansando porque en el fondo no me interesa tanto como saber si ha sucedido algo notable por mi país, del que a esas alturas ya llevo un día sin saber nada.

Hablemos de la última vez que me encontré en esta situación. El primer día, o la primera noche, le di al botón del mando y me dio la bienvenida Ramonchu García, ese cuñado que nadie querría tener y que presenta un programa que se llama Grand Prix a golpe de participios asilvestrados (“salao”, “dejao”, “mojao”…). Aguanté media hora viendo a un concursante tras otro partirse la crisma en unos divertidos rodillos (la diez primeras veces me moría de risa, lo reconozco). En el mismo programa, también disfruté de la compañía de pizpiretas chicas enseñando muslamen en sus elaboradas coreografías y aprendí cómo el orgullo de un pueblo reside en que sus zagales revienten a pelotazos a los de otro pueblo, que se disfrazan de bolos. Si no es que esté del todo mal, jefe, lo que pasa es que dura como tres horas y a mi me da el sueño.
Otro día, a la misma hora (horario máxima audiencia en España, por cierto), había un programa de toros. Un mujer lo presentaba y dos enjutos expertos resaltaban la importancia de la Feria de Jumilla (seis novillos seis). Pues qué quiere que le diga, yo me puse los videos musicales de la VH1 porque ese programa de toros me importaba lo mismo que cuando lo veo en casa. De vez en cuando zapeaba a ver si habían terminado con su debate, pero no. Me acabé durmiendo pensando en que mediante la impostada presencia de una mujer como presentadora del programa, se tratara de derribar la barrera del machismo en el mundo taurino. Por ser positivo, ¿sabe?. Porque por ser negativo podríamos hablar de que los Alcántara nos acompañen un par de horitas TODOS los días de la semana con su mundo Cuéntame, digo... Cuénteme.

El resto de los días (cinco concretamente) desfilaron ante mis ojos las series de dibujos animados de la productora de Emilio Aragón (sí, esa que quebró por traumatizar a los niños con los dibujos más feos desde los Fruittis ¿recuerda?), los documentales añejos y sepiosos de osos hormigueros husmeando por el campo en busca de su cena, las juveniles películas protagonizadas por actores de Al Salir de Clase… Qué le voy a contar que usted no sepa. Bueno, a lo mejor no sabe que a las nueve de la noche la gente no está en su habitación del hotel, porque da bajón entrar en ella antes si nadie te espera, y que a la una la gente se duerme si no lo ha hecho ya, porque trabaja al día siguiente. Téngalo en cuenta para la hora de emisión del telediario, que eso puede interesarnos casi tanto como los toros y demás.

Así que nada, que a lo que voy es a que valore la posibilidad de que el individuo medio que disfruta de su canal ya no es aquel emigrante de pandereta y bota vino que enjuagaba sus ojos en lágrimas al oír “Suspiros de España”. Que ahora hay un motón de gente como yo (pero un montón, no se hace usted una idea) que se va al extranjero un par de días o una semana por trabajo, o dos meses por un proyecto, o incluso varios años por lo que sea, sin resetear su memoria por ello. Gente que cuando está por ahí, sigue diferenciando lo bueno de lo malo, agradeciendo lo primero, sobre todo, y avergonzándose de lo segundo, y mucho.

Ande, háganos/se un favor y déle un par de vueltas a su cabeza para montar algo decente, que medios sabemos que tiene.

Dwalks

4 comentarios:

would dijo...

Para arreglar ese desastre tendría que darle más vueltas a la cabeza que la niña del exorcista y no me lo imagino capaz. Así que resígnate a seguir viendo a Ramonchu y da las gracias de que Parada haya abandonado.

dwalks dijo...

¿acaso se creen que con haber eliminado Noche de Fiesta de su parrila el asunto está solucionado?

kurt dijo...

perdón, pero yo estoy superafavor de "noche de fiesta". (por favor, pronuncien lo anterior a grito pelado, con aplausos de fondo sobresaturando los micrófonos, confeti cayendo del cielo y vestidos como profesionales, pero de esas otras)

Anónimo dijo...

Te repondo desde este usuario anonimo. Se me olvidó mi seña. Pues bien, yo soy de esos, como bien sabes, que llevan fuera de España por lo que sea. Quién ha dicho que noche de fiesta se haya eliminado de la parrilla de TVE internacional? Que nuestro inclonable J.L Moreno no haga de las suyas a los peninsulares las noches de fiesta no quiere decir que Paloma Lago y sus secuaces exmisses actuen semanalmente como embajadoras de la falta de talento. Otra cosa cojonuda es el programa, no sé si diario o semanal pero el caso es que siempre lo pillo, sobre Asturias. Ojo! Asturias me encanta y me duele no conocerlo suficientemente bien, pero cómo puede ser que desde hace más de tres años nos muestren como surgio el cabrales, o la tecnica milenar de plantar coles en tierras ácidas?
Me sumo a tus reclamaciones.

Chs.