lunes, noviembre 19, 2007

Otro concierto de La Casa Azul y más cosas

La semana pasada no escribí nada porque no tuve tiempo. A veces las cosas son así de sencillas y de rotundas. No tener tiempo es un concepto que no mola, porque cuando vives una época de éstas te das cuenta de todas las cosas chulas que te apetecen y que harías si sólo tuvieras un hueco, que son las mismas cosas que nunca haces cuando tienes tiempo. El caso es quejarse.


El motivo de mi ausencia ha sido un curso de formación que he tenido que hacer aquí en Madrid y que consistió en una semana de estar metido en una sala doce horas al día, para llegar a casa reventado y, casi nada más cenar, ponerme a estudiar o a hacer ejercicios para el día siguiente. Menos mal que el curso estuvo muy bien y me interesaba bastante, así que no me aburrí nada, pero ha sido más intenso que Marisa Paredes haciendo una escena de maltrato psicológico. Además, con un examen oficial el último día no estaba el tema para tomárselo a risa, así que bastante tensión toda la semana. Al final me salió bien y espero aprobar, pero las cuatro-cinco horas de sueño que he tenido de media no me las quita nadie.



Con mi cansancio y mi cara de zombi, me fui al concierto de La Casa Azul el viernes, con Seiai y Jwalks. La verdad es que el último disco, "La revolución sexual", me está gustando mucho y aunque no estaba yo muy flamenco ese día, con el casque que llevaba de la semana, me apetecía mucho ir, así que hice por animarme. Nos plantamos allí con tiempo y pillamos buen sitio. El concierto estuvo muy bien, eso sí, muy imperfecto (muchos olvidos en las letras) pero Gille Milkyway tiene ese encanto del que no va de estrella y salió airoso de sus gambazos. También tiene repertorio para hacer un concierto lleno de temazos y es que no paras, así que ni te das cuenta cuando patina. Tocó todas las que tenía que tocar y le puso la guinda con los bises, con "Cerca de Shibuya" y "Como un fan" (una pena que fuera al piano, me gusta más la versión de toda la vida con los bakalaos al final). Y todo muy currado, con unas pantallas de plasma donde salían proyecciones distintas cada canción, karaokes y, para quien les echara de menos, los "miembros" del grupo cantando y tocando perfectamente sincronizados con Guille, eso sí, virtualmente. Muy currado.



La única pega fue que como La Casa Azul ya ha cogido más nombre los conciertos han perdido un poquito el punto fan que tenían antes. Hace un año, o dos, la gente o era refán o ni lo conocía, y claro, en los conciertos todo el mundo cantaba TODO. Ahora ya es más normal que haya gente que conozca un par de canciones y vaya al concierto para ver qué tal, así que ves más grupos de gente que casi ni se mueven o cantan cuando la canción no es un jitazo (¿alguna canción no es un jitazo?). Da un poquillo de pena cuando has vivido lo otro, más que pena, nostalgia. Por cierto, ¿no había por aquí una chica que iba a ir por primera vez? Que opine, a ver que le pareció, que igual yo ya no soy objetivo.


De todos modos, el acontecimiento de la noche lo viví porque en El Sol me encontré con Ant, mi exnovia, a la que no había vuelto a ver desde el día que lo dejamos, hace tres años y pico, un montón. Fue un encuentro algo raro porque fue ella quién me saludó por sorpresa cuando el concierto ya había empezado y yo, qué fuerte lo mío, resulta que no la conocí de primeras. Vale que estaba algo oscuro, que me pilló desprevenido y ya metido de lleno en las canciones, también que ella llevaba el pelo más largo y distinto, y que era el último sitio donde esperaba encontrármela, pero me sentí fatal cuando, tras venir a saludarme con una sonrisa y decirme hola, se dio cuenta de mi cara neutra y me tuvo que preguntar "¿no me conoces? soy Ant" El caso es que cuando caí (fueron unos segundos, no un cuarto de hora), me quedé un poco bloqueado y no supe muy bien qué decir, aparte de saludar y tal. Como ya había empezado el concierto y estábamos en medio de todo el mundo, era incómodo y no se podía hablar bien, así que le dije que si le parecía mejor hablábamos al final del concierto. Dijo que ok y yo seguí tan normal cantando y bailando, pero estuve un par de canciones con una sensación un poco extraña, para que engañarnos.


Cuando terminó el concierto fui a buscarla y resulta que no la veía, y qué pena si después de haber charlado sólo un segundo de cualquier manera cada uno se hubiera ido por su lado por no vernos al salir, pero nada, al final ya la localicé por ahí tomándose una copa con su grupo y me acerqué. Hablamos un rato y lo que más me gustó fue ver que seguía siendo la de siempre, aunque el momento fuera un poco raro al principio, pero enseguida ya se relajó todo y muy bien. Sinceramente, me emocioné mucho y la vi muy bien y muy contenta con sus cosas. Lo que se me hizo más raro fue que, algunas veces, cuando la miraba mientras hablábamos, me daba la sensación de que la había visto ayer mismo, pero otras veces me parecía que habían pasado siglos desde que nos vimos la última vez, como que me costaba asociarla un poco al recuerdo que tenía de ella, no sé si me explico. Me imagino que es normal cuando te encuentras con alguien así después de tanto tiempo, pero qué curiosa esa sensación. Supongo que es porque yo tengo el recuerdo de hace tiempo, y claro, ella algo había cambiado, como todo el mundo, así que mi cerebro se liaba un poco.

Digamos que ver a Ant el viernes fue algo más que encontrarme a una ex. Esta chica ha sido alguien muy importante en mi vida por muchas cosas, algunas que no creo que ni ella misma sepa, y por eso estoy muy contento de que el último recuerdo que tengamos ahora el uno del otro sea éste, y probablemente sea así bastante tiempo. El que teníamos hasta ahora era demasiado triste, por mucho que ya estuviera más que superado y que tampoco importara demasiado a estas alturas.

9 comentarios:

David F dijo...

Que final de post más brutal, la verdad!! Eres el rey de los contrastes.

Ya sé que escribir un comentario sólo para eso es un poco (o bastante) tontería pero tenía que decirlo.

nanyu fonseca dijo...

si, el final ha sido toda una sorpresa, pero esta guay que los ultimos recuerdos sean buenos, aunque sean ultimos.

Hans dijo...

Yo, que llevo mil años fuera del mundo (gracias a Dios) recuerdo bien la sensación de entrever esa cara cuyas mil sombras conocías mejor que a tí mismo y que, de repente, lucen un flanco nuevo. No sufras, chico. Ese filo, ese nuevo destello, ya no es tuyo. Y no pasa nada: es como debe ser.
Y estoy con Nanyu: los recuerdos, que sean buenos.

La vane dijo...

NO PASA NADA TRONKO POR NO AKORDARSE DE LOS EX, SI YO TUVIERA K AKORDARME DE TOS LOS NINIOS KON LOS KE ESTAO POS VAMOS MENUDO LISTAMEN, ADEMAS K ARGUNOS KAMBIAN K NO VEAS AL SALIR DEL TEMPLO PORKE AINA ESTA TO OSKURO Y LUEGO TE LLEVAS KA SUSTO KE DICIS ¿PERO KOMO ME HE COMIO ESE KALAMAR ?¿HABEIS IDO TOS A LA CASA AZUL ESA ?POS SI TENIA K SER GRANDE, ANDA KE ESTABA PETA ENTONCES. UN SALUDO

Anónimo dijo...

No sé que decirte. Yo nunca tuve una relación larga pero supongo que siempre nos quedará un buen recuerdo. Ademas pienso que eres un privilegiado por vivir algo bello. Siempre he pensado que esta es mi única vida, que quiero conocer el amor pues es lo único que me llevaré a mi tumba.
R.M.

Mj dijo...

Lo bueno de este tipo de reencuentros es sentirse como cuando das con un mapa de los de "usted está aquí".
Totalmente de acuerdo con Hans. Ahora es otra. Igual que tú.

would dijo...

¿Te preguntó por mí?

dwalks dijo...

ya, la verdad es que empezar con un concierto y acabar con unas reflexiones tan personales queda un poco tal, pero ya sabéis que me pongo a escribir y lo mismo te frío un huevo que te bailo una sevillana. pero es lo que hay.

gracias por los comments, pero no quería que me quedara una cosa tan profunda... lo cierto es que quería contarlo un poco con cariño, y dejando claro que a esta chica no la puedo ver como a una persona cualquiera, pero también es verdad que ya empieza a ser un pasado bastante lejano y que salvo que me puse muy contento por verla otra vez, aparte del momento en sí, tampoco me quedé afectado ni nada. fue muy sano todo.

doctora, no tengo que convencerte de nada, pero cuando quieras te propongo un reto. tú te comprometes a escuchar la casa azul una semana (sin hacer trampas), y si al final no has cambiado tu concepto en absoluto, me como mis palabras. es que creo que todos hemos pasado por esa fase de "no los conozco pero qué pereza sólo de oír la musiquita".

would, no creo que ni se acuerde de ti.

would dijo...

Seguro que sí, tonto.