lunes, octubre 29, 2007

Dwalks bocachancla

De esto creo que ya he hablado alguna vez pero lo vuelvo a contar, que me vale de introducción para lo que quiero escribir hoy.

Hace tres años y pico yo iba a comprarme un piso con mi novia de entonces, pero justo en plena búsqueda lo dejamos y me quedé un poco descolocado y con un cierto dinero ahorrado. Tras unos meses en los que no le di demasiadas vueltas (coincidió con un verano entero en el que me lo pasé muy bien) decidí que la mejor manera de no gastarme todo ese dinero en copas, gadgets chulos, cenas, ropa o cualquier otra cosa con efecto-wow inmediato pero poco adecuadas como inversión, lo mejor sería meterme en un piso. La presión familiar que entonces respiraba, fruto de su temor al ver cómo ese hijo tan bien encarrilado de repente pasaba a tener ojeras permanentes y una frecuencia de salidas nocturnas comparable a la de las ratas, provocó mi rechazo a cualquier cosa que viniera de ellos en forma de consejo. Desde mi punto de vista, así evitaría que el hecho de estar soltero no significara para ellos una especie de regresión temporal por la que se vieran con demasiados derechos a opinar sobre mi estilo de vida.

El caso es que gracias a mi padre me enteré de unas promociones de pisos que tenían bastante buena pinta a un precio "razonable". Mi condición: vale papá, echaré un vistazo a esos pisos que dices que has visto de manera casual, pero ni una sola opinión más acerca de cuál es la mejor manera de invertir mi dinero, por favor, que ya sé que por vosotros lo perfecto sería que metiera todo el sueldo en el piso y no saliera nunca jamás. Elegiré lo que me parezca bien, como si me apetece comprarme un trastero y vivir ahí para siempre. "Vale, vale..." dijeron.

Fui a ver los pisos (con mi padre, vale, que una cosa era mi rebeldía rabiosamente juvenil y otra que mi padre es una persona con mucho criterio y tampoco soy tan tonto) y los había de una y dos habitaciones, aparte del salón, baño y cocina independientes, así cuadraditos, muy bien. Los de una se ajustaban bastante bien a mi presupuesto. Los de dos se me escapaban, aunque no por tanto, el típico límite que se te va de tus cuentas, pero que tampoco no es inalcanzable. Saqué mis conclusiones y decidí que lo que yo me podía permitir sin pasar penurias (salir menos y no vivir como a cuerpo de rey) y sin necesitar de ayuda externa, era uno de los apartamentos de una habitación. La entrada y los pagos fuertes sumaban prácticamente lo que yo tenía ahorrado, y las letras mensuales hasta la entrega de llaves las podía pagar sin demasiado esfuerzo con mi sueldo. Una vez terminado este proceso, me quedaría una hipoteca bastante asequible. "Me quedo el de una habitación" comenté en casa sin dejar demasiado resquicio al diálogo. "¿Has mirado lo de dos? Si te ayudamos un poquito te puedes meter en uno... y ahora parece que no, pero el esfuerzo que te supone ahora será mucho menor en poco años. Merece la pena, en serio, no vas a ganar el mismo sueldo toda la vida" me contestó mi padre. "¡¡Papá, ya!! ¿En qué habíamos quedado? Ya sabré yo por qué hago las cosas ¿no? Manía de meterse en todo hay en esta casa, coño, es flipante esto, de verdad..." Le espeté. "Vale, vale, lo que tu quieras". Firmé, me pillé un trastero y una plaza de garaje, di mis datos, pagué el típico pollazo de bienvenidad al mundo inmobiliario que hay que pagar al principio, y para casa.

Han pasado los dos años y he ido pagando mi piso, van con un poco de retraso y aún no me lo han dado, pero ya está al caer. Entre medias de este tiempo me ha dado tiempo a cambiar de trabajo y a mejorar considerablemente mi situación económica, que ya había ido mejorando por sí sola en mi anterior trabajo estos dos últimos años, tanto, que ahora miro los precios de los pisos de dos habitaciones por aquel entonces, los comparo a cómo están ahora, y me entra una sensación bastante chunga, porque ahora mismo lo hubiera podido pagar sin notarlo demasiado o, en su defecto, si hubiera aceptado algo de dinero prestado en casa y mi orgullo me hubiera hecho devolverlo, pues lo hubiera podido devolver sin problemas.

Ahora curro en casa y me vendría fenomenal que ni futuro piso tuviera una habitación más para montarme un despachito independiente. Ni que decir tiene, que el hecho de disponer de una sola habitación en la casa que me he comprado, hace que estos días esté como loco buscando un despacho de alquiler donde poder trabajar, que aunque me lo puedo permitir, me supone un gasto mayo que el otro. Lo que tengo muy claro es que no quiero trabajar en el salón, o sea, en el mismo sitio donde voy a vivir, comer y descansar. En mi casa han respetado mi decisión todo este tiempo y, cuando ha salido el tema, a mi se me ha llenado mucho la boca, razonando perfectamente los mil motivos por los que el piso de una habitación era mucho más coherente y me parecía mejor opción que el de dos, y desmontando brillantemente cualquier argumento que contemplara que éste último me convenía más.
Pero bueno, después de este rollo y por mucho que me joda, lo cierto es que...
(redobles)
... me he equivocado.
(platillo).
Cómo odio aprender de los errores.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Míralo por el lado bueno, siempre es más fácil vender un piso de una habitación...

dwalks dijo...

ya... si tempoco ha sido la cagada del siglo, el piso está guay. lo que pasa es que lo decidí en una época poco serena en la qué pensaba cosas tipo "total, para dormir las resacas con una habitación vale"

Anónimo dijo...

Pues a mí me parece una idea estupenda. Porque ahora trabajas en casa, pero la última vez que hablaste de eso no parecía que estuvieses seguro de que ibas a trabajar en casa los próximos veinte años. Por otra parte, alquilar sale más barato que comprar (comparativamente). Es verdad que no es de tu propiedad, pero es más barato. ¿Podrías mantener una reunión de trabajo en tu casa? No sé. ¿Te apetecería? No sé. Lo de alquilarte un despacho me parece muy buena idea. No sé cómo será tu trastero o dónde estará situado en el edificio, pero a lo mejor te puedes poner allí una mesa y trabajar en él, tengo una amiga que estudió varios años de la carrera en el de la casa de sus padres (era un trastero amplio y con una altura estupenda y un ventanuco más que suficiente para que entrara luz y aquello no pareciera una celda). Siempre vas a necesitar una habitación y un salón. Pero no sabes si siempre vas a necesitar un despacho. Y cuando veo a la gente que con la subida del Euríbor tiene problemas serios para pagar la hipoteca... Vamos, que me parece que tomaste la decisión correcta.

Anónimo dijo...

Yo pienso igual. Los veo y me gustan mucho, solo que como soy mujer pues todo el mundo me dice que tendre hijos, que espere a que encuentre a mi principe azul. Que no me precipite, que todo llega.
Y lo unico que llega son mis años. Aunque tenga cara de niña. Dwalks lo tendré en cuenta, pero seguro que le sacaras partido.
R.M.

Anónimo dijo...

yo dentro de poco me convertiré en uno de esos que paga la señor notario y a hacienda primero, y al señor banco después... yo me he comprado un dos habitaciones (un poco suigéneris, si) pero más por las visitas, aunque también acabaré trabajando inicialmente allí

Iván Payá dijo...

¿Lo ves? Si ya te lo decíamos todos.

Espera, que ya me doy la hostia yo a mí mismo.

Ahora en broma, yo, como MB, no creo que te hayas equivocado. Y te lo dice uno que ha currado en casa. Lo cierto es que MB lo expone todo fenomenal, y como si de un manual de Derecho Penal se tratara, a su comment me remito.

Abrazos, hombre.

Tony Tornado dijo...

A ver, D, yo sí escuché a mi padre e hice lo de las dos habitaciones (que he ido rentabilizando alquilando durante estos años y aliviando la hipoteca). Pero recuerdo el canguelo que tenía cuando tuve que tomar la decisión, imagino que a ti te pasaría igual.
Qué guay está aprender de los errores, y qué guay está madurar and so on. Y por eso, sabrás que tu situación mejorará de aquí a unos años y siempre puedes vender y meterte en algo más grande o más de tu conveniencia.

Además, no me parece nada mal tener completamente separado el despacho del hogar.


Y por lo que veo, no soy el único que te apoya en tu decisión...

Corredero dijo...

Vale, ya se que consejos no y tal y pascual y que lo que te voy a decir te lo habrán dicho mil veces. Pero, ¿y vender este nuevo y buscar otro, aunque sea de segunda mano?

Anónimo dijo...

Pues yo entiendo que ahora es un engorro buscar un despacho y un gasto y tal, pero es verdad tío: ¿no te apetece más trabajar fuera de casa que dentro?

Y de vender nada, que está la cosa muy malitaaaa...

Mj dijo...

Por lo menos ha sido TU decisión y fuiste valiente(o tozudo, según) para llevarla a cabo.

(Lo que pasa es que mola más trabajar en pijama)

Anónimo dijo...

ya, pero tienes tu piso propio... otro ni siquiera, como yo, que tengo tres habitaciones, dos baños, piscina, trastero y plaza doble, en el centro... pero no es mio.

dwalks dijo...

gracias por opinar. es lo que decía antes, que tampoco ha sido una tragedia, y que mi situación está muy bien. simplemente me refería a que si ahora se me volviera a presentar la situación, pues cogería el de dos.

por otro lado, también creo que tiene sus cosas positivas currar en un despachito fuera de casa, así que ya no le doy más vueltas.

hoy voy a ver uno, de hecho.

Hans dijo...

No me parece que necesites consejos. Sin embargo, te contaré que cuando me compré mi primera casa razoné como tú; no estrictamente en cuanto a tamaño, pues no era pequeña (entonces), si no más bien en cuanto a lo que estaba dispuesto a comprometer de mis ingresos. Como soy más bien prudente y me dedico a lo que sabes que me dedico, no hice caso del Director de Riesgos de cierto Banco que me dijo "NO-TE-ACOJONES: ya veras como lo pagas sin problemas. Puedes pagar más". No le hice caso. Recuerdo a la concurrencia que en aquel momento los tipos estaban en el entorno del 14%.
Efectivamente, hube de comprarme otra casa en su momento.
No creo, de todos modos, que te hayas equivocado, pues, eso si te lo puedo decir, yo procuro trabajar lo menos posible en casa, aunque tengo un estudio... donde están los libros y las guitarras. no voy a mezclar cosaas sublimes como esa con trabajo, pod-Dió.
Alquilar un espacio diferente para trabajar es muy sensato, y, además, es fiscalmente conveniente (rentas del arriendo=gasto=menos base imponible) :-D