martes, marzo 13, 2007

Dwalks está sano

Hoy he recibido los resultados del reconocimiento médico que me hice el otro día y estoy perfecto. Veo de puta madre, oigo guay, respiro como un fuelle y mi sangre y mi pis sólo dicen cosas buenas de mi, pese a las copas y la alimentación procedente de franquicias a la que me someto más de lo recomendable. Se puede decir que soy un perfecto hombre estándar, porque al lado de todos mis resultados, en el informe venían los valores máximos y mínimos aceptables para un humano vivo, y lo mío estaba más o menos en medio de todo, así que por mi parte, viva la mediocridad.

Pero esto no siempre ha sido así, de hecho, para mi hasta hace relativamente poco ir a un reconocimiento médico era una pequeña agonía secreta, algo que me inquietaba hasta que no pasaba del todo y se confirmaban los buenos resultados. Algo así cómo los perros cuando van al veterinario, que se ponen de mal rollo, lloran por el hocico, van con el rabo gacho y se te retuercen por los brazos cuando les quieres subir al coche, pero luego pasa todo y ya se ponen a jugar con su pelota como si nada. Pues yo igual, supercanino para los reconocimientos toda mi vida, pero sin retorcerme, que tampoco era plan de ponerme a retorcer mi 1'88 por los brazos de nadie.

La historia es que yo debía tener diez años y un día de repente tocó reconocimiento en el colegio. Yo nunca había tenido ninguno y fui para allí con todos mis amigos sin saber muy bien que era eso. Nos dijeron que nos desvistiéramos y nos pusieron en filas en plan gymcana, o sea, unos cuantos niños para cada médico, cada uno con su prueba. Luego nos íbamos a otro médico y así hasta que acabáramos todas las pruebas. Eran médicos recién titulados, o en prácticas, de eso me enteré después. El caso es que no me acuerdo muy bien de aquello, pero digo yo que nos harían lo típico que se le hace a los niños: comprobar la vista, la garganta, los oídos, el corazón, los pulmones, que no tuvieras fimosis, que tuvieras los dos huevos...

El caso es que todo iba fenomenal y ya casi estaba terminando, era como un juego y creo que realmente no me apetecía que se acabara todo aquello porque no dolía nada y era una risa, con tus amigos por allí medio en bolas. Recuerdo que el médico me estaba auscultando el pecho, dici´ndome "ahora tose fuerte" "ahora coge aire muy fuerte" y tal, cuando de repente se fijó en mi tripa y se quedó mirando atentamente... y yo nada, ahí mirándome la tripa muy quieto, y a él también a él porque se había puesto muy serio, claro. Me preguntó que si siempre había tenido igual la tripa y yo le dije que sí. Me preguntó que qué tal me encontraba normalmente y yo le dije que bien. Me dijo que si me dolía si me tocaba (me tocó por la tripa) y yo le dije que no. Llamó a otros médicos que estaban por allí y todos vinieron a verme la barriga. Resulta que justo entre el esternón y el ombligo (la boca del estómago, donde duelen tanto los balonazos) se notaban demasiado, según ellos, las palpitaciones de mi corazón. Yo me fijé y sí, vale,veía como palpitaba un poquito esa zona, un temblorcillo cada vez que el corazón bombeaba, pero a mi no me parecía raro ni para tanto. Además, yo estaba superflaco y se me notaban todos los huesos y todas las venas del cuerpo, así que si se me notaban las palpitaciones de mi corazón tampoco me llamaba mucho la atención, y además era muy romántico como concepto.

Se pusieron a hacer cábalas entre ellos, y dijeron delante de mi que es que yo era un niño muy delgado, que si hay una vena muy gorda que pasa por ahí y a lo mejor a mi se me notaba un poco más, que si a lo mejor era una malformación congénita, que ellos nunca habían visto nada parecido.... en fin, que se acojonaron y lo escribieron en su informe. Yo me fui clase y fenomenal. Por la tarde vino el director del colegio a mi clase y me llamó para que saliera. Me dijo que no me preocupara, que no querían asustarme cuando me habían dicho todo aquello, y a mi me hizo gracia porque yo no me había asustado. También me dijo que le diera un papel metido en un sobre a mi madre, que me entregó en mano, cuando llegara a casa. Mi madre lo leyó y sí se asustó y, tras hablar con el director, me dijo que sólo era por precaución, y que los médicos del reconocimiento le habían dicho que seguramente no fuera nada, pero que había que mirarlo con otro médico. A mi como no me dolía me daba igual.

Fuimos al médico de cabecera, que no estaba seguro de aquello y me mandó a hacer una ecografía. Cuando me hice la ecografía (que me encantó lo del gel, por cierto) siguió sin ver nada y me mandó a un especialista. El especialista no veía nada tampoco, pero por precaución, me mandó a un amigo suyo muy bueno en estos temas. Finalmente, este último especialista, leyó mi historial, casi ni miró la ecografía, me palpó un poco por la zona, me miró bien, y me dijo que estaba perfectamente. Le dijo a mi madre que yo era un chico muy delgado y que una vena que pasa por ahí, estaba un poco más cerca de la superficie de lo normal, por eso se notaba un poco , pero que nada serio. Lo que sí dijo que no se podía creer era cómo podíamos llevar tres meses dando vueltas por tantos médicos para llegar a esa conclusión, que era más que obvia.

Mi madre respiró tranquila (supongo, porque de esas cosas no te das mucha cuenta cuando eres pequeño) y se acabó el tema, pero recuerdo aquellos meses por el frío que hacía, la de sitios a los que tuvimos que ir de noche (era invierno y anochecía pronto) y de la cara que ponía mi madre cuando un médico nos mandaba a otro. Además, se creó un poco de rumor a mi alrededor en el colegio, por aquello del director que vino a buscarme a clase, así que me daba un poco de vergüenza tener que ir al médico los días que me tocaba y pocuraba no contarlo. Luego ya dije que no era nada y se acabó el tema, pero reconozco que a partir de entonces, cuando tocaba reconocimiento cada año siempre me daba un poco de yuyu, pero eso se me pasó hace ya tiempo.

Y mira, ahora estoy como un toro, no me palpita nada y me dan igual los reconocimientos.

15 comentarios:

would dijo...

¿Te refieres a la vena que hace que se te mueva la corbata sobre el pecho?

dwalks dijo...

would, creo que es unos de esos momentos en los que necesito que me digas que es muy divertido y que no asusta a los niños

Anónimo dijo...

Pero vas el último de tu empresa al reconocimiento.

nanyu fonseca dijo...

si, con los años las capas de rasa de la comida de las franquicias que tanto frecuentas han tapado la venilla esa, y por eso ya no te palpita la barriga.

oye, por lo que si estoy asustado yo es que has actualizado 3 dias seguidos. va todo bien?

Farala dijo...

Sí, casi lo que deberías hacerte mirar es eso de las actualizaciones :P

Ves? Al final tú también eres un poco niñomilagrismo! ;)

Anónimo dijo...

A mí también me pasa!!!!

Lo que notas que late se llama Arteria Aorta, es la que lleva la sangre a todo casi todo el cuerpo. Ver que late le pasa a muchísima gente. Sobre todo a la gente delgada. La Aorta está colocada por delante de la columna vertebral, detrás del estómago y de los intestinos y de la grasa de la tripa. A menos grasa más se nota el latido normal de la arteria. Vamos, que es normal ver el latido en chicas de quince años delgadas y rarísimo en cuarentones con tripa. Vamos, que no se te nota ya gracias a las franquicias.

Anónimo dijo...

Perdón!!!!

No quería decir que seas un cuarentón con tripa. Sólo quería ilustrar los dos extremos, la gente a la que se le nota el latido y la gente a la que no se le nota. En realidad no tengo la menor idea de cómo eres.

Aunque no tendría ningún inconveniente en saberlo.

Iván Payá dijo...

MB, no es por hacer publicidad gratuita de mi blog (que sí quiero, por otro lado), pero en mi última entrada he tenido los huevos que nadie ha tenido nunca: colgar unas fotos de Dwalks sin retocar, tal como todos le vemos.

Está para chuparse los dedos, hija. Y te lo dice alguien que no es Mary-Keetah. Bueno, o no mucho...

Yo lo que empiezo a no verme es la po***.

Anónimo dijo...

mmmm... lo del gel me resulta sospechoso... seguro que podemos hacernos novios?

dwalks dijo...

si me palpita la tripa, cabrones, no estoy gordo. me la he tenido que mirar cuando he visto los comments y palpita un poco.

¿qué pasa por actualizar? el problema es que s estoy metiendo unas chapas que no veas, pero estoy perfectamente.

mb, gracias por esa información ¿dónde estabas el día que me lo detectaron? me podías haber ahorrado unos cuantos médicos. ¿ y cómo que no sabes como soy? te considero una de las habituales y me imagino que habrás visto fotos, los videos que he puesto. si ya solo me falta enseñar... nada! y tengo 30 años. y no estoy gordo.

iván, primero te marcas un post en mi blog, ahora te autoenlazas y te publicitas... ¿qué será lo próximo? ¿robarme alguna chica?...

cesárea, por supuesto que podemos ser novios, tú me puedes hacer ecografías y yo iria a las manifestaciones contigo. sería perfecto.

Anónimo dijo...

Qué fuerte Ivanpayá con la contraprogramación, que tiemble Telecinco.
Seguro que estás batiendo records de visitas; por supuesto una la mía, que me he quedau... menos mal que ya había visto una retocada, que en esa si que está fatal

Anónimo dijo...

Cuando tú estabas en el colegio, creo que yo también, siento no haberme hecho médico con seis añitos, aunque me habría gustado. Ah, y dado que retocas todas las fotos, pues aún no sé cómo eres, aunque últimamente vamos a los mismos sitios.

Tony Tornado dijo...

Iván, creo que me voy a de paropiá de lo de Mary-Keetah, que me gusta más que Mary-Kong...

(¿no mucho? ¿NO MUCHO?) ¿Cuándo quedamos?

:P

J dijo...

a mi me da =, yo me pido una visita al cine en versión original y en días intempestivos

Iván Payá dijo...

Dwalks, de eso nada. Lo próximo será devolvértela... Jiji...

Towny, ya hablaremos tú y yo... Pero no te hagas muchas esperanzas con mi mariquitismo, es sólo de boquilla... y no de colilla.

Abrazos.