El sábado, justo después de comer, me fui al Ahorramás de mi barrio a hacer la compra familiar semanal de productos no perecederos. Este concepto no existe como tal, ni en mi casa ni en ningún sitio, pero bueno, la cosa es darle un poco de valor añadido a lo que hago. Me ofrecí yo mismo para ir a la compra porque llevaba una semana y pico que no había hecho ni el huevo en casa y, encima, el viernes salí hasta las ocho de la mañana, con lo que el sábado aparecí por la cocina en gayumbos, con ese pelo tan complicado que se me organiza cuando duermo, con los labios más secos que una corbata de Unquera y supongo que rascándome el culo mecánicamente, a eso de las dos y media del mediodía. Mi padre andaba por allí cocinando con pinta de llevar mucho tiempo cocinando y mi madre también estaba haciendo algo útil, con pinta de llevar mucho tiempo haciendo cosas útiles, o sea, que más provocador e insolente que yo en ese momento, imposible. Encima, mi hermano llevaba estudiando aplicadamente toda la mañana y ya había ido a comprar el periódico y el pan y había tirado la basura reciclable, mis únicas cartas posibles para salvar la situación a esas horas, el muy pelota. No obstante, estuve torpe, la estrategia adecuada hubiera sido ducharme antes de dejarme ver y aparecer radiante y como con prisa por la cocina ofreciéndome para colaborar en algo, por ejemplo, preparar mi aperitivo estrella, pero no, mi estado catatónico me hizo dirigirme a la cocina en busca de agua que aliviara mi insoportable sed, sin tener en cuenta ni la hora, ni mi lamentable imagen, ni que se me había organizado una emboscada en mi propia casa
Dije algo parecido a "buenos días" y, mientras me tomaba el primer vaso de agua, se me lanzó el primer cuchillo por la espalda. "¿Has dormido bien?". Yo no dije nada porque sabía que no existía respuesta adecuada ante ese tono de voz, pero me espabilé súbitamente y fijé mis ojos instintivamente en el grifo monomando de la pila, aún con los labios en el vaso. No abrí la boca porque estoy convencido de que mi padre había estado buscando contestaciones rápidas y precisas, mientras picaba y troceaba productos, a cualquier respuesta que se me hubiera pasado por la cabeza, así que hice lo que el sentido común me dictó: me llené otro vaso de agua para ganar tiempo. Mientras me lo bebía, mi padre me comentó tranquilamente lo que opinaba de que últimamente mis tareas domésticas más sacrificadas consistieran en catar y puntuar comida que ellos preparaban, comprobar los niveles de cerveza disponibles la nevera o testar la mullidez de nuestros sofás. Yo no luché, me di la vuelta y, con las palmas de las manos extendidas hacia fuera y una franca mirada legañosa, le dije que tenía razón, pedí sinceras disculpas y añadí que me encantaría ir a hacer la compra gorda de la semana esa tarde para compensar. Por dentro pensaba que, joer, sí que colaboro bastante en casa, pero en mi estado y con mi padre revirao, tampoco me apetecía liarla. Yo creo que a mi padre le jodió un poco que no le ofreciera resistencia, fiel a ese estilo defensor de las causas perdidas que me caracteriza (por ejemplo, soy capaz de mantener sin escrúpulos y ante un jurado que yo no me he comido el último yogur de muesli, mientras me lo estoy rebañando con la cuchara), porque se le debían estar llevando los demonios según iba pasando la mañana y mi persiana no se abría, y se debía estar ya relamiendo de la charla que me iba a soltar, que mi padre es muy de charlas tipo bucle infinito. Pero debió opinar que mi oferta era justa y, apartando su mirada de la mía, continuó revolviendo su pisto, gesto que yo interpreté como que más me valía no olvidar mis palabras. Fui a ducharme.
No las olvidé y según terminamos de comer, me vestí y me pillé el carrito de la compra sin apuntarme ningún tanto. "Pero chico, tómate el café" oí decir cuando abría la puerta de casa y me despedía con un "ahora vuelvo" para bajar al súper, pero no lo acepté, ese café era una trampa para poner a prueba mi capacidad de compromiso. Ese golpe de efecto me quedó fenomenal.
Bajé con mi carrito al súper, que está a cinco minutos de casa y me di cuenta de lo que me gusta hacer la compra el sábado a esa hora. Da un poco de pereza, pero compensa 100%. No hay colas, han repuesto los productos que han sido arrasados la mañana del sábado, la gente está a su bola, no hay casi niños porculeros... Lo que pasa es que me di cuenta de una cosa y es que, cuando me vestí, pues no le di muchas vueltas y cogí la primera camiseta que pillé del montón de camisetas "viejas" que tengo. Entiéndase por vieja: "muy usada", "muy fea", "pasada de moda" o "fracaso de cualquier tipo". En esta ocasión fue una camiseta de Duffer´s roja que tuvo su momento de gloria hace cuatro años, pero que ya no me pongo nada porque ha encogido y me queda algo petada, y yo no tengo para nada cuerpo para ir petado (ni nadie). Yo pensé "bueno, para ir a la compra me da igual", pero cuando llegué al Ahorramás y me vi en un espejo de estos que hay por las columnas del establecimiento, oh no, ¡iba enseñando el ombligo de lo corta que me quedaba!. Pensé en subir a cambiarme y todo, aunque no lo hice porque no me pareció para tanto, pero cada vez que pasaba por un espejo y me veía con esa pinta de locaza de barrio, tan prieto y enseñando barriguita, no me lo podía creer, iba superzorra. El caso es que entre que no me encontré a nadie y, bueno, que yo estaba todo el rato venga a tirar para abajo de la camiseta, al final no fue para tanto, pero el mal rato duró mientras estuve ahí.
Compré, metí todo en el carrito, lo llevé a casa y lo coloqué. Fin de la polémica,.. hasta la siguiente.
Quiero que me den mi piso ya.
miércoles, junio 21, 2006
Dwalks parásito
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19 comentarios:
Diosssss.... enseñando barrigaombligopelos y con carrito de compra... ¿te presentas para el casting de Torrente 4?
no, más bien para el casting de "chicos malos se lo montan en el súper"
re-diossssss...
que te den el piso ya! has oido hablar de la compra online en erojki que te la suben a casa? te ahorrarias el bochorno!
Gallifante para nanyu.
PEEEERROOOOOOOooooo
Superafavor de ese momento "yo puedo con mi vida" e ir a la compra.
Dwalks, lo tuyo es paranoia o es que te han adoptado los Manson?
Claro que ya son muchos años de práctica para saber cómo torearlos. Yo nunca dominé este arte y siempre acababa con el clásico portazo y frases tipo "sois un rollo".
Con mis padres, claro. Con los tuyos no me atrevería, que son una gente muy maja y no tengo tanta confianza.
no se qué me pasa, he empezado a leer y pensaba que tu entrada iba sobre el día del porno, no me preguntes porqué
Has bordado el arte de la asertividad con tu padre, tío...
¡Qué capacidad!
Pues sí.... era un tocho lo que ibas a subir....
Algún diseñador de moda irá un fin de semana a cualquier super y creará una colección basada en los estilismos que llevamos cuando vamos de resaca que Ágata Ruiz se va a quedar en mantillas.
Pufff... La familia y otros animales. Es todo un arte lo de capear esos momentos donde digas lo que digas la cosa irá a peor. Me ha gustado el detalle de enseñar las palmas, jejeje. Eres una mente criminal :P
la compra, ¿la pagaste tú? eso sería el acabose.
Sé que ya no viene a cuento, porque ha perdido actualidad, pero como no estoy seguro de que lo leas si lo escribo en el post adecuado te lo pongo aquí.
Muchas felicidades por esos dos añitos y por ser uno de los poquisísimos blogs que sigo leyendo de cuando en cuando pese a estar hasta la mismísima pepitarcoño del mundoblog.
Eres lo máh grande.
Te vistes de Shakira y yo voy y me lo pierdo...
Mi super es un rollo. ¡Tsk!
pues yo estoy más con pat, a mi me da pereza, pero ya que me pongo, me gusta ir al súper y rebuscar las cosas.
respecto al de mi tacto con mi padre, no sé, normalmente empiezo a defenderme a lo shakti y acabamos discutiendo, pero estaba tan bajo de fuerzas que ni lo intenté... y funcionó. si lo llego a hacer a posta, no me sale.
la compra no la pagué yo, pero porque no me dejan. esto ya está así hablado, afortunadamente en mi casa, no es necesario que colabore económicamente.
ex.fumadora, poquita de paciencia..
ann, ya sabes que para este tipo de cosas nunca es mal momento y gracias por tolerarme en tu elitismo.
y sí, los estilismos del super son guays. mogollón de´prendas con pelotillas en la lana y los elásticos de donde sea, un poco flojos. muy a favor.
sólo espero que la cámara de seguridad haya empezado a grabar ya encima de lo del sábado
tú piensa que siempre hay peores que uno..pero es verdad q esos espejos son la leche de malditos aunq pensándolo bien...hazte una foto corta-cabezas un día de estos con ESA camiseta y ya te doy yo mi valoración. Que te den el piso ya para que te levantes y no tengas que comer??? a que no?
Si es que eres el hijo perfecto cuando quieres...
Lo que daría yo por ver cómo te queda esa camiseta...
Joer, entre lo del diente y la camiseta, esta acabando con el mito. Menos mal que tienes a Tony para mantenerlo.
Te dejo dormir la habitación de invitados hasta las mil si haces la compra. Y tampoco hace falta que la pagues tú ;), pero me da tanta pereza ir al súper.
ESA camiseta ha sido desterrada para siempre, jota, y creéme en que es la decisión correcta
mejor no des nada, Tony, que luego querrás que te devuelva tu panoja por la estafa y ya me habré ido corriendo.
puede que sí, doctora, pero ahora sabré que me querrán por mis virtudes. ¡quiero amor verdadero! (y follar una poquia también, bueno...)
eso esté hecho axpax, si consigues hacerme sentir culpable, seré u recadero ;)
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