miércoles, mayo 17, 2006

Donosti- Donosti

Hoy me he levantado a las cinco y media de la mañana para ir a Mondragón a hacer unas cuantas cosas de trabajo super necesarias, como siempre. La verdad es que odio madrugar, pero una vez que me medio espabilo gracias al cocktail café+duchazo, me encanta esa sensación de estar despierto a esas horas. Debo ser imbécil, pero así es, el rollo de que no haya nadie más despierto, que sea de noche y que en la radio aún se escuchen progamas de madrugada, me da como una sensación de que voy a aprovechar el día que me motiva. Lo malo es que en una hora o así se me ha pasado porque me muero de sueño y lo acabo pasando fatal, pero mientras dura mi esplendor, me gusta.

He tirado carretera de Burgos para arriba y he parado a tomar un café en la misma gasolinera que paro siempre, no sé, que un día paré a hacer un pis y ahora tengo una especie de vínculo emocional con esta gasolinera que ya no me la puedo saltar. Cafe que por arte de magia se ha convertido en un café, un zumo y un pincho de tortilla, qué se le va a hacer, ya sabéis cómo funciono. He seguido y cuando he llegado a Vitoria, me he metido mal para coger un desvío y he acabado disfrutando de de una visita en coche por la ciudad que no me apetecía nada. Al final me he encontrado y ya he salido bien. Desde ahí, ya sin problemas hasta Mondragón, donde he estado currrando hasta las tres.

He llegado a San Sebastián a eso de las cuatro y me ha gustado mucho que mi hotel estuviera en primera línea de La Concha, desde donde estoy escribiendo ahora con una ventana con vistas al mar, qué chulo. El recepcionista al principio me ha caido muy bien, era muy atento y me ha explicado unas cuántas cosas de cómo ir al sitio que tengo que ir mañana y tal, pero se me ha venido arriba y ha acabado diciéndome hasta dónde tenía que tomarme los pinchos y de qué sabores, así que he empezado a cansarme de él por momentos, de verdad que se estaba poniendo muy palizas. De esto que empiezas a despedirte y haces como que te mueves para empezar a subirte a la habitación, pero nada, el hombre éste venga a decirme que fuera por aquí y por allá y yo ya mirándole con cara de déja que me suba ya sobar te lo suplico. Al final me ha sacado un mapa por sus cojones y me ha pintado unas rutas que eran como para hacer cosas durante todo un fin de semana, qué pesado y qué aburrimiento de tío, en serio, prefiero a un recepcionista rancio y seco a uno como éste, lo tengo clarísimo. Así que ahí se han quedado en la mesa de mi habitación sus mapas pintarrajeados, que mi plan era mejor.

He subido a la habitación, he estado mirando un poco por la ventana, que da a la Concha, y me he sobado un rato. Cuando estaba profundamente dormido con las babas recorriendo mi cuello, ha sonado el móvil y era Moz, mi compañero de trabajo. Resulta que él también tenía que hacer unas cosas por aquí y se había cogido noche en mi mismo hotel, cosa que ambos, obviamente, ya sabíamos anticipadamente. Me llamaba desde una terraza en La Concha, que si me bajaba ya a dar una vuelta. Cuando he salido a la calle, dios, qué bochorno hacía, era horrible, Donosti se había convertido en el Ochoymedio en una noche de las buenas. Y yo saliendo del hotel con el jersey puesto (no había pisado la calle desde que salí de Madrid y no sabía la temperatura), recién levantado de la siesta y medio constipado, la combinación perfecta para pasar calor sofocante sin agobios, me daban ganas de pedirle a alguien que me pegara un tiro y acabara con mi sufrimiento. Mientras me iba quitando el jersey, he ido caminando y me he reunido con Moz en la cafetería del hotel Londres, también en La Concha,que él lo estaba pasando igual de mal que yo y ahí había aire acondicionado y se había metido por pura supervivencia. Nos hemos tomado una cerveza y cuando hemos salido, ya había refrescado, así de fácil.

Hemos dado una vuelta de una par de horas por el casco antiguo y por la zona del puerto, y aunque precioso todo, poco más, que enseguida nos ha entrado el hambre y nos hemos metido a comer pinchos y zuritos, que qué buenos y qué caros. Luego hemos visto el partido, ha ganado el Barcelona, nos hemos comido otros pinchos y nos hemos ido a tomar una copa a un terraza que conocía Moz. La terraza estaba cerrada y nos hemos vuelto al hotel a dormir, que los dos estábamos cansados y no nos apetecía buscar mas. Hemos vuelto por el paseo de La Concha y hemos visto a unos cuantos culés borrachos bañándose en bolas en la playa porque tenía mucho significado para ellos, supongo. Hemos estado mirándoles un rato, que a falta del gintonic, pues hemos visto unos tíos haciendo el gañán en bolas, que no es lo mismo pero te ríes.

Y ya eso ha sido mi día, estoy cansado, medio tajado y no doy para más.

Buenas noches.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No nos has contado qué comiste, por lo que supongo que no debió ser muy interesante, ¿no? Si no un tragaldabas (con cariño y sin ánimo de ofender) como tú no lo habría pasado por alto.
Mira que me molan tus crónicas viajeras...
¡Besos!

Anónimo dijo...

qué manía les tengo a los futboleros borrachuzos. a mi padre le han petado la luna del coche esta noche y en plena plaza mayor de segovia!!! ya no hay respeto por nada...

disfruta lo que puedas de tus viajes. bss grandes

AlvaritoGafasDePasta

Troy dijo...

Me encanta que hables (bien) de mi tierra, pero me ha llegado al alma tu vínculo emocional con esa gasolinera... derrepente eres un personaje de Arthur Miller Version Burgos 2.0

Troy dijo...

Estaba pensando que por esa regla de tres, yo debería estar ligado a todas las tapias y esquinas de varios Cascos Viejos... que curioso...

dwalks dijo...

gremlin, pues he comido bien, pero en plan pinchos y tal, ya sabes, a tutiplén. ¿y como que no ofende lo de tragaldabas? si fuera mentira todavía te lo pasaba...

sí, supercoherente que los triunfos del barça destrocen cosas en segovia. entre todos deben juntar medio cerebro.

troy ¿eres puta?

Troy dijo...

Yo lo decía por el tema de cogerle cariño a los sitios donde paras a mear... pero me has dejado de piedra... jamás hubiese pensado que te dejases sobar en gasolineras a cambio de dinero!

dwalks dijo...

no troy, el cruising gasolinero no es mi especialidad (aún) prefiero comerme otras cosas más de cuchillo y tenedor, poniendo yo el dinero. de todos modos, gracias por la explicación de las tapias, creo que había un lector de china que no lo había pillado

David Llada dijo...

El golpe de calor que hubo aquí ese día no fue ni medio normal, en serio. Precisamente escribí yo también de ello (http://davidllada.blogspot.com/2006/05/pasando-calor.html#comments)

La próxima vez que te pases por Donosti, si quieres tomarte unas cañas avisa, que por aquí tienes algún lector.

Saludos,
David