Aparte del cansancio general que se había apoderado de mi ser durante toda la semana pasada, después de ir a trabajar el viernes, en vez de ir a echarme la siesta de cuatro horas que necesitaba, me fui a una clínica con otros compañeros del trabajo a conocer a la hija nueva de Elliot, que estaba estupendamente. Como apenas habíamos comido nada después de trabajar, me dediqué a alimentarme con los bombones que le habíamos regalado mientras los otros comentaban lo rica que era la niña, que se limitaba a dormir y a cerrar y a abrir una mano de vez en cuando. Cuando nos marchamos, me pasé por la oficina de CF a devolverle unos discos de software que me había prestado para mi portátil.
De ahí al tanatorio. Un palo, porque se trataba de una amiga de mis padres a la que conocía muy bien, que había muerto en una operación muy delicada que tenía que hacerse el jueves, aunque no me enteré hasta el viernes por la mañana. Hacía años que no la veía, pero era alguien de toda la vida y me dio mucha pena. Había muchísima gente y me sentó fatal la poca discreción de algunos que había por allí, hablando con el marido acerca de la operación como si nada y charlando con él delante del ataud tan resueltos como si se hubieran encontrado por la calle. No digo que haya que ir llorando como el que más, pero un poquito de respeto, que tú no estás sintiendo el dolor de esa gente y te estás aprovechando de que están en una nube porque les han drogado. Qué difícil es para algunos estar en segundo plano por un puta vez en su vida. Parece que disfrutan con estas cosas, y que es más importante para ellos enterarse de todos los detalles que el estar ahí simplemente acompañando. No puedo.
A las nueve y media volví a casa y casi tuve que cambiarme de ropa según llegué porque iba fatal de tiempo. Había quedado con Kurt y, por algún motivo, lo último que se me pasaba por la cabeza era quedarme en casa, aunque hubo un momento en el que por poco me duermo tras hablar por teléfono, porque me quedé tumbado un minuto en la cama y se me cerraron los ojos. Estaba roto pero no quería caer todavía, quería salir aunque fuera para compensar la mierda de semana que había tenido.
Una vez con Kurt, quien me cedió las temporadas II y III de Larry y una peli de Russ Meyers sorpresa, fuimos al Espiral Pop a beber redbulls y, de ahí, a El Naranja, que estaba desconocido. El bar lleno de clientes unidos por un cumpleaños totalmente antiNaranja, o por lo menos según lo que había visto yo hasta ahora en este bar en cuanto a clientela, pero que sí se dejaban dinero en copas, pedían lo de Sabina y le daban sus propios cedés de pachangueo a un optimizado Claudio, que los ponía a la vez que servía copas. Aparte, ofrecían a todo el mundo, incluyéndonos, tarta casera de esa que se hace con chocolate, natillas y fontanedas, con el molde de casa y todo. Era gracioso. También apareció Tony con La Niña y charlamos un rato sobre lo suyo de Italia, que hacía que no nos veíamos.
Cerraron el Naranja y nos acercamos al Cool con Claudio, que el viernes no se llamaba así (el Cool, no Claudio) porque que había una fiesta y cambiaba el nombre. Allí nos juntamos con Flat y Ann O'nadada, y dedicamos resto de la noche a charlar, bailar, cantar a coro y esas cosas. También vimos en las teles de la sala a una pseudo Bettie Paige haciendo coreografías de Madonna, o por lo menos lo parecía, y a señoras haciendo gimnasia de mantenimiento. Me fui con Kurt a las seis y pico viendo como la Terremoto de Alcorcón me enseñaba los pelos de un sobaco al cruzarse conmigo, así levantando el brazo a posta mientras me miraba altiva según pasaba a mi lado, digo yo que porque iba un poquito cocida.
Nos fuimos de allí en taxi. Hoy Flat me ha contado cosas por la que hubiera merecido la pena quedarse un rato más, pero nos fuimos antes.
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El sábado me lo pasé muy bien. Quedé con Kurt pronto por la tarde para salir de paseo y hacer alguna compra. Triunfé y me compré una camisa-cambioderegalo y una chupa que ambos concluímos que fue un comprón de rebajas, que pena que no la necesite demasiado, si no hubiera alcanzado el nirvana... También tomamos un café por la calle y entramos a orinar en el centro comercial éste que hay en Goya casi con Serrano, en el que las señoras elegantes de esta ciudad meriendan con unos peinados muy suaves y muy bonitos.
Se nos hizo de noche y quedamos con Dixie para cenar. La recogimos en su casa y nos fuimos a un japo en el que tuvimos que hacer una ronda extra de carta, al fundirnos el primer pedido y quedarnos con hambre. Nos sentaron al lado de una mesa de unas ocho pijas y Dixie determinó que sólo una era pija auténtica por cómo trataba a las camareras, decía que se notaba que había tenido servicio en su casa. Tremendo. No pedimos postre y nos dirigimos a Giangrossi a darle un poco al helado bueno. Yo me pedí una bola de mandaria con zanahoria y otra de tiramisú. Como no pegaban ni con cola me tuve que comer primero una bola y luego otra para no mezclar y que no perdiera gracia.
A la una y media en casa y el día superaprovechado, me encantó. Al volver, nos desviamos con el coche para poder pasar por el López Ibor, a ver si veíamos a la Mosquera en plan loca, pero no había ni paparazzis y eso que miramos bien.
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El domingo fui al cine a ver Caché, de Haneke, con mi amiga I. La verdad es que al final estoy de acuerdo con que con el rollo de dejar el final de sus pelis tan abiertos, te vas como un poco estafado del cine, pero a mi me gusta. Yo, en un primer momento, pensaba que la había entendido del todo, pero hoy me he dado cuenta de que me falta algo y que es imposible averiguarlo. Que te jodan Haneke, eres un tocahuevos. También se hace raro que no haya nada de música para ser una película tan inquietante en algunos momentos, ni un susto. Supongo que nos han acostumbrado a lo otro. De Haneke, me sigo quedando con Funny Games, que creo que es la película más angustiosa y que más violento me ha puesto en mi vida.
Del cine fuimos a casa de I y tras tomar algo más de vino escuchando música casi dormidos, me despedí para irme a dormir, no muy tarde tampoco.
lunes, febrero 06, 2006
Resumen del fin de semana
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10 comentarios:
"Al volver, nos desviamos con el coche para poder pasar por el López Ibor, a ver si veíamos a la Mosquera en plan loca..."
O estais inmersos en plena crisis post-adolescente, o íbais muy pedo. Jesús, qué plan para acabar una noche!
El viernes el Naranja estaba mazo raro...
Cada dia tu vida me recuerda más a esos guiones de Dogma: un hueco, un kitkat en la vida socioespaciotemporal de un postadolescente en capital europea. Si le añadimos algo de nieve y drogas, nos llevamos un premio al guion original en Cannes. Fijo. :)
Pues cualquiera diría, a tenor de tu lamentabilidad física mostrada en anterior entrada, que ibas a fallecer. Menos mal. Avisa cuando estes en plenas condiciones, más que nada por aquello de que igual va y arrasas...
:-P
A mi no me ofrecieron tarta los cumpleañeros. Y lo hubiera agradecido, la verdad.
Si ya te lo decía yo, a ti lo que te hacía falta es darte unos homenajes comiendo y despejarte un poquito,que si no nos amustiamos como las flores.
Impresionante lo del Naranja, he de reconocer que para mí es ya un icono al que tendré que acercarme en mi proxima visita a Madrid. Al Naranja y al 8 y 1/2 ( por cierto, lei por ahi que uno de sus socios, la cantante de LKAN afirma que sus copas no llevan garrafón jejeje)
Hmmm, pos precisamente hoy en la comida un compi nos ha contado que fue a ver Caché y comentaba que era básicamente una peli rara de la que no entendió nada... Y la comparaba con La Pianista, pero como yo no he visto ni la una ni la otra, pos como que nuzé.
anda sue, estabas allí. yo estoy intentando hacer memoria y no caigo en quién puedes ser. tampoco éramos tantos... yo estaba en la barra tomando gintonics un poco paradillo.
pues ni íbamos pedo ni estamos fatl. a nosotros nos pareció algo que había que hacer ya que nos quedaba cerca. eso sí, un poco decepcionante sí fue nuestra peregrinación
tony, el naranja estaba raro pero tú estabas muy bien. eras tony brisilla y no me disgustaba.
david, funny games es muy jodida, no me extraña que si la has visto tengas una opinión parecida a la mía, o yo parecida a la tuya, vamos.
¿pones tú las drogas, duncan? por la nieve no te preocupes que lo hacemos en navacerrada
manué, de verdad que estaba muerto, pero tenía muchas ganas de salir. el viernes era muy compatible todo, pero ahora tampoco me cuadra mucho a mi...
oye a ver, magenta, Belén Kan puede decir misa, pero también se comenta que cuando va ella toma copas de botellas especiales que tiene guardadas. te recomiendo que vayas al ochoymedio y hagas tú misma la prueba. mira que yo he salido y como las resacas de ahí ninguna.
maggie, la peli no es tan rara, lo que pasa es que termina y te quedas diciendo "pues bueno". no es nada mala tampoco, pero no sé...
Estaba en mi vez que más tranqui...
Yo era el pivón que se fue enseguida porque uno de mis amigos (Quic) se endemonió cuando empezó a sonar "El último de la fila" :D
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