jueves, enero 17, 2008

De vuelta a Madrid. Viajes incómodos

Ayer ya volví de Frankfurt y bueno, la verdad es que he llegado con la cabeza como un bombo. Era la reunión más importante del año porque es ahí donde se decidían los objetivos que voy a tener y claro, ellos te aprietan las tuercas. Supongo que la única forma que tienen de asegurarse de que voy a currar a saco, estando en España a mi bola y sin alguien que me controle, es ponerme unos objetivos jodidos de cumplir (ellos lo llaman "objetivos optimistas"). Y claro, yo allí con el director general y el resto de gerifaltes en una sala explicándoles que me parecían unos objetivos demasiado exigentes, y ellos comiéndome la oreja con el optimismo, lo que confían en mi y la madre que lo parió. "¡Pero si yo no se hacer nada!" me dieron ganas de decirles... y que mi vida entera era un fraude y que no entendía cómo narices les había engañado para llegar a currar con ellos, pero bueno, eso lo dejaré para cuando esté realmente acorralado. Al final tuve que destapar el tarro de las esencias y les puse la cara de circunstancias-mosqueo que me funcionaba siempre con mi abuela cuando era pequeño y que no he dejado de utilizar hasta ahora cuando me ha hecho falta, y bueno, me bajaron un poco una cosa en la que les había ido un poco la olla, pero ni de lejos obtuve el resultado que generaba en sus buenos tiempos cuando quería macarrones en vez de lentejas. En fin, que me toca currar bastante, qué se le va a hacer.

Tuve una vuelta bastante incómoda en el avión porque me tocó sentado al lado con una chica de mi edad anoréxica muy, muy hecha polvo, pobrecita (sin ironía). Era supernerviosa y no paraba de hacer cosas y de tocarlo todo, llevaba ocho litros de colonia encima (esto no sé si es un dato relevante, pero el caso es que olía a Juteco todo el avión por su culpa y necesitaba contarlo) y, mira que yo como rápido, pero ella se comió todo lo que nos pusieron en la mitad de tiempo que yo. Fue al baño como cinco veces en un vuelo de dos horas y media. Me esforcé bastante por estar a mi rollo, pero en el fondo no podía dejar de estar pendiente de ella a ver que hacía, soy super morboso para estas cosas, me pierde el amarillismo a veces aunque lo disimule, sobre todo en la tele (creo que cuando Impacto TV al final sacaba un único espectador de audiencia, era yo). Me encantaría poder pasar de estas cosas sin más, pero mi subconsciente me envía mensajes tipo "ey dwalks, ¿estamos o no estamos? ¿tienes una anoréxica al lado en plena acción y prefieres hacer sudokus?". No sé si debería contar estas cosas...

Para terminar, mi Top5 de compañeros incómodos en viajes, hasta la fecha:

5: La señora que hacía ruiditos: La tuve en el vuelo de vuelta de Montreal a París hace unos cuatro o cinco años. Tenía un repertorio impresionante de ruiditos nerviosos y lo desplegó durante un par de horas de vuelo hasta que se tomó una pirula y se durmió, para mi que estaba medio loca. Carraspeaba con la garganta así como para adentro todo el rato, hacía una especie de gritito interno "mmmhhiiii" también cada poco, mascullaba cosas todo el rato, canturreaba en bucle, hacía risitas que la mirabas para ver por qué se reía y resulta que estaba toda seria... yo no sé como no la saqué los ojos, me puso frenético.

4: El obeso mórbido sudoroso: Fue en el viaje de ida a Buenos Aires. Yo ya estaba acoplado en mi asiento y de repente veo por el fondo a éste tipo llegar. Todo el mundo en el avión rezando para que no se le sentara al lado y plas, me tocó a mi. Fue sentarse y rebosar por todos lados, no dejarme sitio para estar derecho en mi asiento (yo es que tampoco soy pequeño y necesito todo mi espacio) y de verdad que yo me preguntaba cómo cojones iba a aguantar así todo el viaje, no le veía solución a aquello. Encima se puso a sudar y, más que el olor, que no olía, la energía calorífica que generaba este tipo me puso en ebullición a mi también, y nada, todo el avión fenomenal menos nosotros dos que estábamos sudando como pollos. Menos mal que el avión no iba completo y me pude cambiar.

¿lo sabías? la potradwalks también funciona en los aviones!

3. El chino que comía pepinos. En un viaje que hice en China de Shenzhen a Hangzhou, me tocó al lado de un señor chino que se comió tres pepinos durante el viaje. Era el típico señor mayor con cara de currante, que sacaba pepinos todo el rato de una bolsa cutre que llevaba. Sacaba uno, lo pelaba con un cuchillo de plástico y se lo comía a lonchas muy delgadas. Eructaba, bebía un poco de un té que llevaba en un vaso térmico, eructaba otra poca y sacaba otro pepino, con el que comenzaba otro ritual pepinístico. Qué olor todo el rato y qué asco le cogí al pepino desde ese día, menos en el gazpacho, que me sigue gustando. Llegué a Hangzhou revuelto y todo.

2. El malhuele pesado. En el vuelo de vuelta de Buenos Aires a Madrid, hace tres añitos ya (madre mía), me tocó en el avión con un tipo que cuando se sentó a mi lado ya le cogí manía. Olía a alcohol que tiraba para atrás y se empeñó en darme conversación desde el principio. De todos modos, eso no fue nada comparado con lo que le cantaba el alerón... Qué sinvergüenza, cómo le chillaba la rata cuando levantaba un poco el brazo para coger lo que fuera del portaequipajes o subir o bajar la bandeja, o cualquier cosa Se me metió el olor en la nariz todo el viaje y creo que si me esfuerzo un poco, aún consigo recordarlo. Ahí sí que estaba atrapado y no me pude cambiar de asiento.Menos mal que la Dormidina hizo efecto y sólo le tuve que aguantar seis horas de las catorce que duró el vuelo.

1. El epiléptico. Esto lo conté en el blog cuando pasó. En un viaje a Zaragoza en AVE, le dio un ataque epiléptico al que tenía a mi lado, pero al otro lado del pasillo. Pobre hombre, pero el pánico y mal rato que pasé ese viaje creo que no lo he superado nunca, porque le dio el ataque, lo redujimos entre varios, y se le pasó, pero el resto del viaje íbamos todos acojonados que se nos ponía un nudo en la barriga en cuanto el tipo éste giraba la cabeza, aunque fuera para mirar por la ventana.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Anda soy la primera en opinar!! M e alegro que hayas vuelto a casa. Supongo que te guste tu trabajo, pero tiene que ser agotador estar todo el día de viajes, Muy arriesgado. El viaje más incómodo ha sido con un señor que llevaba la mini radio a todo lo que da, en su oreja. ubool, claro
R.M.

Anónimo dijo...

joder, con este post se me han quitado las ganas de visitar Argentina!

Corredero dijo...

Que digo yo que la anoréxica olería a Juteco que te cagas para no oler a vómito, ¿no?

Anónimo dijo...

Los aviones son siempre como zoológicos. Parece que los que van a Bs As especialmente. A mi me tocó uno que se empeñó en recomendarme las mejores putas de Bs As y de La Plata y mira que tengo pluma... de faisán por lo menos, pero nada él seguía dándome señas, descripciones y tarifas. Al principio pensé que me estaba entrando y yo encantado, oiga, que era asi cuarentón y guapetón, vamos un argentinazo, pero al final resultó ser algo así como comercial-proxeneta.

dwalks dijo...

r.m., arriesgado? por si se cae el avión? por si me deprimo? por si se me olvida de donde soy y acabo siendo el de memento? mi no comprende, más datos please.

corredero, hace poco me metí en una de esas páginas de ana's y mia's y era uno de las cosas que decían, lo de la colonia para no oler, pero fíjate tú que no lo había asociado... pues no es por ponerme en plan Patricia, pero cuadra.

nanyu, pues no sabes lo que te pierdes.

for kiddiwane, qué buena tu historia, me he reído. de todos modos, yo tengo una máxima. un hombre que te habla de que va de putas abiertamente es, como mínimo, honesto. aunque sea un putero.

Hans dijo...

Eso de viajar tanto proporciona mucho material bloggeable, no cabe duda. Lo digo porque estoy en crisis, la verdad.
Estaba pensando que si me toca alguien que huela mal al lado en un vuelo MAD-BsAs le vomito encima, sin más. Cuando me entra al despacho alguien de esas características y me deja tufo, soy capaz de cogerme una pulmonía, pero he de abrir las ventanas de par en par hasta que no queda ni brizna de peste. Qué asco, por Dios.

Anónimo dijo...

A mi me tocó el obeso mórbido de Los Ángeles a New York, y pedí que me cambien, ese señor necesitaba dos plazas, además de la extensión del cinturón...

Anónimo dijo...

Voy a tener que empezar a viajar más o a no dormirme en cuanti piso un medio de transporte no guiado por mi, más que nada para ir ampliando temáticas de mi diario.
Muy grande lo de fort kiddiwanee

Iván Payá dijo...

Pues sí, que grande es irse de putas.

Anónimo dijo...

Arriesgado por todo, en general. Crees que tus padres no se preocupan? Y por otra parte debe de ser gratificante, recorrer medio mundo. Que envidia!!Sana, claro.
R.M.

Anónimo dijo...

Con todos mis respetos: es un poco bestia que habléis tan frívolamente de la anorexia y sus 'anecdotillas' para hacer un texto pretendidamente gracioso. Si en este mismo post ponéis a parir a los gordos (obesos mórbidos, nada menos, y sudorosos) que viajan, las anoréxicas (se reafirmarán más en sus ideas. Imaginad que alguien a quien queréis mucho lo sufriera, y todo esto no os haría tanta gracia.

Anónimo dijo...

No sé que me pasa con tu blog, he visto que tenías entrada nueva por la columna de comentarios a la derecha pero metiéndome en la página principal me salía el post de "el jit de la semana", aunque supongo que si ha comentado tanta gente el problema debe ser mío :S

Anónimo dijo...

RM

Como representante de la familia Walks, confirmo que por nuestra parte no hay preocupación alguna en que D salga por el mundo a conocer otras tierras. Por otra parte, no nos hacemos responsables de los posibles conflictos internacionales que el citado personaje pueda generar...

Jwalks

M. dijo...

Lo bueno de practicar el "teletransporte" es que no me suelo enterar de nada.

Creo que mi peor vuelo ha sido Las Palmas - Madrid, que me toco uno que apestaba de lo lindo a mi lado. Pero he subido en taxis que olían peor :D

Anónimo dijo...

Vale, a usted no le parece arriesgado. A la familia Walks no les preocupa en absoluto.... Alguna desventaja tendrás que tener?? Qué lio!!
R.M.