martes, diciembre 13, 2005

Pseudolarrismos

Sigo obsesionado con "Curb your enthusiasm", serie de la que hablé en mi último post y que vuelvo a recomendar encarecidamente a todo el mundo porque me parece muy necesaria. Si esto no fuera un blog anónimo, que cada vez menos, me ofrecería para llevarte la serie a tu casa y verla contigo comiendo doritos y comentado, y ponernos un cojín en la cara cada vez que sintiéramos vergüenza ajena por ver a Larry David metiéndose en berenjenales. Creo que en este momento de mi vida podría verla miles de veces.

Pero como he llegado a la conclusión de que ser como Larry es imposible, y yo no suelo generar demasiados larrismos, me conformo con menos y simplemente haré un post-lista de cosas que me dan palo en la vida y que, convenientemente desarrolladas, podrían acabar en ello, aunque Kurt dice que para que sea un larrismo completo, la situación debe evolucionar hasta que esa chispa potencial genere una situación explícita de las de tierra trágame. Y además, si no tienes su cara, mejor olvidarse porque ya no es lo mismo


En mi caso, me referiré únicamente a situaciones no provocadas ni buscadas por mi, que me hacen o me han hecho siempre sentir incómodo en alguna medida, aunque las haya ido controlando con el tiempo y tenga mis recursos para salir (más o menos) bien del paso. Yo le he dado el mismo peso a todo que si no se hace muy rollo de andar explicando que si me afecta mucho o que si me afecta poco. Simplemente me afecta (mea feeeectaa). Ahí va:

Vergüenzas Dwalks

  • Tener que ir a devolver un artículo en una tienda, o incluso en un supermercado. Sí, a la cajera. Al final lo devuelvo porque no soy tonto y no pienso quedarme con algo que no está bien, pero siempre voy pensando en que la persona que está en la tienda me va a poner mala cara. Mi sensación de desasosiego se multiplica exponencialmente si me lo encarga mi madre ("dwalks, porfa, baja al ahorramás y pide que te cambien estas cebollas por otras, que estas que acabo de subir están pochas") o si devuelvo una prenda porque ya no me gusta tanto dos horas después del impulso consumista que me llevó a adquirirla ("me lo vi puesto en casa y no me quedaba bien" suelo decir).
  • Cruzarme más de una vez en poco tiempo con alguien a quien no conozco demasiado. Calle, portal... cualquier escenario es válido. Es como que el primer saludo te sale bien pero el segundo ya te sale rebuscao. Como sean tres y lo vea venir, me siento fatal de pensar que el otro piense que soy un imbécil por seguirle
  • Que la gente se ponga a cantar en el metro y nadie les dé nada de dinero. Vale, ya sé que les pasa miles de veces al día y no suelo ser yo el que suelta la panoja, pero me hace ponerme algo azorado.
  • Que alguien que sé que cae mal en un grupo, llegue a ese grupo y se ponga a hablar como si nada sin saber lo que piensan de él. Ahorraros el rollo de la hipocresía y cosas de esas, me refiero a que me da cosa ese momento, y me da igual si unos son unos cabrones o el otro un insoportable.
  • Ver a un camarero/a, dependiente/a novato desbordado ante un cliente pejiguero exigiendo sus derechos a viva voz. Pero por amor de dios, ¿no ve que el chaval tiene todavía acné? Y yo pasándolo fatal al lado y sin poder mirar la escena.
  • Por supuesto, equivocarme dos veces seguidas con el mismo número de teléfono. He llegado a no llamar una tercera por si volvía a suceder. También me da palo cogerlo cuando se equivocan conmigo más de una vez y ya lo veo por la pantallita antes de descolgar, aunque ahí siempre soy muy majo.
  • Ver a alguien hablando en público y notar que está nervioso, que se está dando cuenta de que está nervioso y que la gente sabe que él sabe que está nervioso. Qué mal lo paso por él.
  • Cruzar la mirada más de dos veces con alguien en el metro. Tanto si cazo yo como si me cazan a mi. Sobre todo odio esos momentos en los que apartas la mirada rápido pero sabes que te han pillado. Lo sabes... y vuelves a mirar y te vuelven a cazar.
  • Probarme más de una cosa en una tienda de pequeño comercio sabiendo que no quiero comprar.
  • Ver que a alguien que se sienta a comer en mi misma mesa, se da cuenta de que odia la comida que le han puesto justo cuando se la sirven. Si es en un restaurante, me da poca cosa, pero si es en una casa particular, me muero.
  • Tocar una teta o un culo de poca confianza accidentalmente, no necesariamente con la mano. Se me nota, sé que se me nota en la cara, está clarísimo que me da apuro...
  • Salpicarme de agua la bragueta al lavarme las manos. Vale, yo sé que no me he meado y debería ser suficiente, pero no me relajo.
  • Estar en una cola poco estructurada de forma que parezca que podría estar intentando colarme. Hago lo posible para que, usando mi lenguaje corporal, quede claro que sé cuál es mi sitio.
  • Tener la sensación de que no dejo ver bien al de atrás en el cine, en un concierto... Cosas de ser alto, pero me agobio bastante con esto, y más cuando oyes algún comentario y no puedes hacer nada para solucionarlo. De algún modo, ya no disfruto igual del espectáculo aunque al final me acabo olvidando
  • Ver a un mayor jugando demasiado intensamente con niños que no son de su familia o de su círculo de confianza. El típico señor del parque que los coge por los aires y les persigue de broma más de lo necesario. Me da palo por si los padres se mosquean y se ponen violentos o algo. No puedo mirar.
  • Adelantar varias veces al mismo coche.

En fin, es lo que hay. Me dejo bastantes, seguro, pero las que están, son.

Si gustáis, ahí tenéis los comments para poner alguna más vuestra o para decirme que soy lo peor, pero no me dejéis sólo con esto o tendré que añadir el "efecto vacío" como nuevo ítem de la lista.

14 comentarios:

_R_ dijo...

Pseee, no me parecen cosas tan raras, vamos, que creo que no sufres ningún transtorno mental grave. Lo de tocar teta-culo accidentamente... quieres decir que si sobas en el metro queriendo eso no te da apuro, verdad, guarrete?

nanyu fonseca dijo...

que fuerte, que fuerte, que fuerte...
pues coincido en unas cuantas cosas, aunque lo del que canta en el metro no mea fecta lo mas minimo.
a mi lo que mas verguenza/asquito me da es que se me/le quede algun resto de comida en la comisura de los labios o en algun diente a mi/al que come enfrente de mi. nunca se como decirlo sin sentirme mal.
encima, siempre me pasa que si hago alguna señal, la otra persona rebusca con su lengua en el lado opuesto (lease izda por dcha) y le tengo que decir que no, que es el otor lado, especialmente a mama-nanyu.
por cierto, como se puede ver esa serie que tanto publicitas? hay que mudarse a los USA si no eres amigo de Kurt?

Anónimo dijo...

Buenas...
Acudiendo a tu llamada de socorro, te escribe alguíen que te lee en silencio (joder, como las almorranas). Bueno, que se me va la pinza....

Te diré algunas cosas que me dan corte (y que se me pasan por la cabeza).

1.- Cuando estás rodeado de gente en una casa y alguien te dice que hagas una ñapa, poner un enchufe, colgar cortinas....tienes que demostrar que no eres un inútil realizando ñapas (sólo por el hecho de ser hombre has de entender de coches y de chapuzas caseras) porque todo el mundo sabe hacerlas menos tú. Y por cierto, todo el mundo opina (ni hablar de cambiar ruedas, pastillas, junta de trócola...).

2.- Cuando eres un 'despistao' y no prestas atención a la ropa interior, y te encuentras en unos grandes almacenes probándote unos zapatos y descubres un 'tomate', en el momento que encoges tu pie enviándolo hacia atrás para que nadie lo vea y piensas: "Me cago en la hostia puta, si estos calcetienes tenía que haberlos tirado hace tiempo, joder seguro que me mira todo el mundo...".

3.- Estando en mi coche, en un semáforo, vi un coche que acababa de parar en una parada de autobús y vi a un africano (negro), abriendo el maletero y sacando una bolsa rápidamente. Interpreté que había aprovechado para robarles, y toqué el claxon para avisarles, hasta ahí, todo correcto, pero cuando me puse a la altura del coche, vi que me miraban el conductor y el copiloto con cara de sorpresa, y cual fué mi error cuando comprobé que eran de rasgos iguales al que estaba en el maletero, arranqué el coche, miré hacia otro lado y pensé "tierra trágame, sólo estaba sacando su bolsa", es triste que por el aspecto prejuzgues a la gente. Me sentí una mierda.


Ta´luego.

Anónimo dijo...

Cuando, al final de una conferencia o rueda de prensa muy absurda nadie quiere hacer preguntas. Me siento mal por mi, por todos mis compañeros y por el orador en cuestión, por muy capullo que sea. Al final siempre hay que intervenir. Pero, lo peor de todo (por suerte, no ocurre a menudo) es cuando estás haciendo una pregunta y en medio de la frase te das cuenta de que otro de los asistentes está preguntando y es a él y no a ti al que están escuchando. Y qué decir de cuando alguien (puedes ser tu mismo u otro) pregunta una chorrada y acto seguido se oyen risas, o bien "buahs" o murmullos de desaprobación en general. Todo esto me lleva ocurriendo desde el colegio y, a mis muchos años, me sigue pasando y todavía no soy capaz de desvelar mi identidad, de la vergüenza que me da.

Anónimo dijo...

Wala, el chaval corre en fórmula uno! Que no te sepa mal: adelantar varias veces al mismo coche puede hacerte ganar una carrera, hombre!!

De los no provocados por mí...
- Presenciar una bronca o la gente que se queja mucho y de malas maneras sin solucionar nada.
- Cuando a un repartidor se le caen un montón de cajas y soy consciente de que alguien debería ayudarle y no lo hago ni yo...
- Oír a alguien cagándola en un speech, cuando no le sale la palabra y yo estoy pensando "se dice tal" pero no lo dice. Qué mal lo paso!

Hans dijo...

Pues como yo estoy empezando a incubar la depre navideña (e irá a peor conforme avancen estos días de mierda) hoy me limito a dejarte este enlace, que de seguro te va a gustar. Para que veas que recuerdo tus aficiones:
http://www.airlinemeals.net/

Anónimo dijo...

la verdad es que pareces ser uno de los tíos más majos del mundo entero.
Y respecto a Larry, yo ha habido episodios en que he tenido que apagar el DVD y ver el resto al día siguiente. Particularmente el de la muñeca y el de la joya con ese amigo suyo que tiene los pelos de velocidad

Ann O'Nadada dijo...

Pero que refán tuyo soy Dwalks, coño ya! Post impecable, sí señor. Por otro lado también te odio por no haberlo pensado yo antes. Ya sabes, lo de siempre.

Coincido en abolutamente TO-DAS las situaciones, que me matan de corte, y te añado algunas más para ver si también coincides tú:

1. Pedir que me cambien el tenedor en un restaurante porque tiene una micropartícula de suciedad. Presiero comer con los dedos que quejarme. Esto es aplicable también a la comida demasiado fría.

2. Ver el Diario de Patricia cuando a un invitado le hacen una sorpresa que no le hace ni puta gracia y se quiere levantar e irse. Me muero de la verguenza. También lo paso fatal cuando hay un reencuentro y se nota que a una de las partes encontradas le hace 1000 veces más ulsión que a la otra, que pasa bastante y está deseando zafarse del abrazo de oso que le están dando. Con estas situaciones me agobio tanto que cambio de canal o cierro los ojos y me tapo los oidos.

3. Estar en un concierto de pachanga de pueblo y que no haya n Dios, y que los que hay pasen mogollón de ellos. Me veo obligado a simular un entusiasmo que no tengo.

Y ya está.

Anónimo dijo...

¡Magnifico post!
Coincido en algunas y añado estas de mi cosecha:
- Estar en una conferencia o similar y llegue el turno de preguntas y nadie se atreva a preguntar o directamente no haya preguntas. Odio esos silencios incomodos y siempre acabo soltando alguna tonteria.
-Ir a una tienda pequeña tipo boutique y probarme mucha ropa y al final no llevar nada y poner excusas peregrinas.
- Desordenar un Zara o tienda similar teniendo a la dependienta a dos metros doblando como una descosida.
- Salir de los probadores con una montaña de ropa que NO voy a comprar.
-Y me uno a la de nanyu y decirle a alguien que tiene algo entre los dientes o una manchita, pelo o lo que sea en la cara.

Me voy a empezar a bajar esa serie del emiul!

Anónimo dijo...

Larry es lo mejor que he visto en mucho tiempo, realmente maravilloso. Uno de los capítulos en los que me tuve que ir a la cama con un ataque de risa incontrolable y de hecho, cada vez que me acuerdo no puedo evitar dejar de reirme fue en el que Larry va en el coche y le dice "Culona" a una amiga de su mujer... La que se organizó. Hay secuencias fuera de serie.

En cuanto a las situaciones embarazosas la última vez que dije tierra tragame fue cuando una amiga de mi ex-novio abrio la puerta de cuarto de baño de un local en el momento en el que me estaba subiendo el tanga, ups

would dijo...

"¿Cómo ices?" Cabrón...

dwalks dijo...

solo decir que ayer hice un comment gigante contestando a todos y entusiasmándome con vuestros larrismos, pero cuando fui a subirlo, se me colgó el compiuter y no me vi con fuerzas para seguir. apagué y a la cama.

gracias a todos menos a would, que hizo un comment de segunda

Danae dijo...

¡Dios! Adoro esta serie. Es, sin lugar a dudas, mi serie favorita de todos los tiempos, del primer capítulo al último. Entiendo eso que dices de tener unos deseos enormes de dársela a conocer a todo el mundo.
Bueno, sólo eso. He caido en tu blog, por casualidad, viajando de liana en liana y me ha hecho mucha ilusión ver que alguien más la conocía y la valoraba.

Anónimo dijo...

El de la foto es Carlos Bianchi?