Esta mañana se ha producido un acto terrorista en Madrid. Un coche bomba ha estallado sin causar víctimas mortales. Yo estaba trabajando y un compañero me lo ha comentado "¿Sabes que ETA ha puesto una bomba ahí donde la plaza del Parque de las Naciones?". Leo las escasas noticias que han aparecido en Internet y veo que el lugar más afectado por la explosión es el edificio en el que trabaja mi padre, y, según un dibujito que han incluido, la ventana correspondiente a su puesto de trabajo da directamente al lugar donde ha ocurrido todo -lo sé porque yo estuve de becario en su empresa todo un verano y le veía allí sentado.
Encogimiento súbito de estómago.
Le llamo inmediatamente y me dice muy tranquilo que les han evacuado del edificio, que no ha pasado nada importante y que se está desayunando una tostada. No me cuenta mucho más porque mi padre no es nada sensacionalista, te dice que todo ha pegado un pepinazo, que les han sacado de allí y que algunas personas tienen cortes de cristales, que hay un buen follón montado.
Luego, durante el resto de la mañana, he pensado varias veces en que ayer, cuando llegué a casa por la noche apenas crucé con él unas frases y, esta mañana, durante el rato en el que hemos coincidido en el desayuno y por los pasillos antes de ir a trabajar, casi ni hemos hablado. No por nada en especial, lo que pasa es que teníamos sueño y nos tenemos ya muy vistos.
Ay!...
2 comentarios:
Siempre he pensado que vivir todos los días como si fuesen el último, tiene que ser agotador.
Aunque de vez en cuando...
El otro día vi un programa de TV que trataba sobre un montón de españoles que fueron a parar al campo de concentración de Mauthausen. Hán pasado ya 60 años desde aquello y aún se reflejaba el odio en su mirada. Muchos lloraban mientras contaban sus experiencias. Estos HP de la ETA están consiguiendo algo parecido entre mucha gente.
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