Estoy a punto de consumir mi cuarta noche en Barcelona y el balance ya ha sido bueno. Would se ha ido y la habitación se ha quedado algo vacía, aunque ahora puedo fumar en la habitación, supongo que roncar y disponer de todos los consumibles del hotel para mi uso y disfrute. No compensa, anyway. Hemos hecho de todo: nos hemos pateado un buen porcentaje de lo más interesante de la ciudad, hemos comido bastante bien (McDonald´s included) y nos han quedado arrestos cada noche para salir a tomar algunas copas, sin pagarlo en exceso al día siguiente. Hemos quedado con Becaria y hemos hecho millones de fotos. Muy bien.
Aún me quedan dos noches aquí pero tengo la sensación de que no me espera nada especial. Mis jornadas de trabajo son bastante aburridas y salvo la fascinación innata que tengo por los extranjeros y su comportamiento, la reunión internacional a la que estoy asistiendo se me hace bastante lenta.
No me explico varias de mi vida y a partir de ahora tengo una más que añadir a mi colección: no me oriento en Barcelona. Y mira que es fácil. Ni siguiendo las explicaciones de Kurt lo consigo "abajo-mar, arriba-montaña, derecha-Tarragona, izquierda-Gerona". No hay forma, salgo del hotel con la sana intención de ver el barrio gótico y me encuentro con el Tibidabo ante mi. He llegado a la conclusión de que el ensanche me enloquece y desequilibra mi líquido del oido hasta trastornarme. Esto es un problema porque mañana debo llevar a veinte guiris a un restaurante y puede que no lo consiga. Prometo postear instantaneamente si nos perdemos.
Por último, estos días he constatado algo que ya sabía: me trono por las noches y me sonambulizo murmurando estupideces. La noche pasada no,la otra, agité el hombro de Would para comentarle que me estaba cayendo. Esto a las cuatro o cinco de la mañana y en pleno ciclo REM de sueño. Would se acojonó un poco y no me quiso despertar para no volverme loco o matarme, tal y como aconsejan los manuales boca-a-boca de protocolos para sonámbulos. Al final me dijo "tranquilo, Dwalks" y yo recapacité y me dormí. Al día siguiente tenía una leve noción del suceso pero tuve que preguntarle si había sido real o no. Me dijo que sí y me lo contó otra vez.
Adeu.
lunes, enero 10, 2005
5 noches en Barcelona
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2 comentarios:
De noche acojonas. Nadie debería dormir contigo después de que vieras Psicosis o la Matanza de Texas.
La Casa Batlló es alucinante, disfrútala mucho.
Te espero en Madrid con noticias fresquitas y jugosas.
Dwalks sonámbulo? Me meo!!! jua jua jua !!!!!
Nunca dije que orientarse en Barcelona fuese fácil, sólo dije que la teoría era infalible. La primera vez que yo me pateé el eixample acabé cogiendo un taxi, medio llorando, porque no llegaba a una cena. Resultó que el restaurante donde me esperaban estaba al otro lado de aquella misma manzana, y el taxista me llevó sin cobrarme. Nunca sé que tipo de recorrido hice andando aquella tarde que no conseguí llegar por mi propio pie al sitio ese, pero intuyo que fue un recorrido más enrevesado que los que haces con el PacMan para comerte el último puntito, cuando el nivel de acoso al que te somenten los fantasmas es ya asfixiante.
...claro, que para haber terminado en un McDonalds sí que os habéis tenido que perder bien, joder. Manda huevos, D. Manda huevos.
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