lunes, julio 26, 2004

Cañas del viernes 23

Quedo para tomar unas cañas con los del trabajo. Probablemente sean las últimas antes de las vacaciones de verano porque casi todos se van este mismo fin de semana a algún lugar de veraneo. La mayoría de mis compañeros están casados y tienen hijos, lo que hace que el vínculo extralaboral que nos une se reduzca a salidas esporádicas de este tipo, salvo excepciones. Es lógico y está bien así.



Decidimos ir a una marisquería gallega de la calle Santa Brígida porque ya estamos hartos de las patatas tres salsas de la Cruz Blanca y de sus pimientos de Padrón cultivados por Belcebú, que por lo visto vive en Padrón. No te sale ni uno que no pique y ya empieza a ser molesto. En la marisquería, en cambio, por un módico precio te ofrecen una montaña de marisco variado, tan bien construida y tan compacta que todos estamos de acuerdo en que sin duda podría ser un prototipo del Cococrash 2004. Tiene de todo: buey de mar despedazado, percebes, gambones, langostinos... dispuestos de tal forma que, mires por donde la mires, la vista es apetitosa. JL toma las riendas del asunto y prepara los cascarones superiores de los bueyes de mar en plan paté, mientras los demás nos ventilamos los langostinos como el que come pipas. Son las tres y pico y ya hay hambre. En un amago de apuesta, intento pelar un gambón con una sola mano para demostrar a JF. que es posible, pero se me cae al suelo durante la tercera maniobra. Una pena porque ya le había quitado la cabeza.

El único problema serio nos lo dan los percebes. Contienen mucha agua y, al ir a quitarle la telilla al bicho, resulta que salpica contra los de enfrente, que también comen percebes salpicando a los de enfrente. Como formamos un círculo entre nosotros, casi nadie se salva del lamparón. El quitamanchas no tarda en aparecer y a partir de ahí casi todos comemos el marisco con la corbata en el bolsillo y con esa tranquilidad que te da el tener un bote de cebralín a mano. Y con su olor dulzón característico.



Acabamos con los frutos del mar y los que no nos retiramos vamos a tomar algo al Areia con las manos oliendo a toallita de limón industrial. He estado en este mismo sitio hace exactamente quince horas, pienso. Progresivamente, y tras unas rondas, la gente se va marchando hasta me quedo a solas con JF y su mujer, que se ha venido porque ya nos conocía y porque estuvimos en su boda hace un par de meses. Me pongo sus gafas de sol por hacer la gracia y ambos me aseguran que me quedan muy bien. Me las llevo al baño con su permiso para verme en el espejo y resulta que, efectivamente, son las primeras gafas que me quedan bien desde hace años. Adiós al trauma mi-tabique-es-demasiado-alto. Mi tabique es perfecto, Rayban. Como a la mujer de JF no le importa que tengamos las mismas gafas, consigo un boli y apunto el modelo en una servilleta.




Me echo una siesta de dos horas porque voy un poco tocado. Cómo son las cañas y que peligro tienen. Cuando me despierto tengo la boca como un paquete de algodón, se me ha puesto mala leche y me levanto a beber agua. ¿Qué hora es... aún no se ha hecho de noche y ya tengo resaca...? No puede ser. Enfadado con el mundo, voy a la cocina a hidratarme y me las arreglo para discutir con mi hermano, porque justo cuando yo llego, él está bebiendo agua muy despacio ‘es que vengo de correr y me puede sentar mal’. Yo le digo que se deje de sorbitos y que apure el vaso, que estoy seco. Mi madre me dice que no sea borde y que deje a mi hermano en paz. Discuto un poco con mi madre también. Y con mi padre, que pasaba por allí y también discute conmigo por haber discutido con mi madre. Perfecto, todos discuten conmigo y tras un par de minutos ya estoy mejor. Se me ha pasado el automosqueo y me dejan a mi aire como si nada. Cómo me conocen, qué familia tengo...

2 comentarios:

would dijo...

Menos mal que a pesar de las cañas no te dio por apuntar también el modelo de sofá-suelo del Areia para llevarte uno a casa.

Por otra parte, entiendo que con el sueño y la resaca no reparases en que no era necesario que usases el mismo vaso que tu hermano para hidratarte... ¡discute ahora conmigo!

dwalks dijo...

lo que tú ves como obvio mi cerebro lo interpretó así "boca seca querer agua hermano enmedio no agua bronca"

los mecanismos de razonamiento más primarios no contemplan alternativas razonables...