martes, abril 24, 2007

Updating de franquicias y cuatro cosas inconexas

Hoy me he quedado solo para comer y he decidido probar un franquicia de menos de diez euros nueva, una a la que ya le tenía echado el ojo pero aún no había encontrado el momento adecuado. Se trata del "Take a wok" de la calle Carranza, la que va de Bilbao a San Bernardo, casi en la glorieta de Bilbao. He ido con mucha actitud y con ganas de que me gustara, pero al final me he ido un poco regular. Local bastante vacío, personal un poco pasota, olor algo sospechoso y raciones algo escasas. He elegido un "Menú especial" por 8'95 que incluía:

- Un entrante: He elegido unos "Orange nuggets" porque tenían una foto muy apetecible allí puesta, y me han puesto tres pelotillas de pollo rebozado con una salsa dulce. Bueno, ni los he visto, me los he comido como el que pica tres avellanas, un poco estafa. Un poco como cuando le das a un perro que te da el coñazo en la mesa un trocito de tu filete, que se lo come sin casi mover el hocico y se te queda mirando en plan "muy graciosa tu broma, humano, ahora dame algo de comer". Obviamente las raciones de seis y nueve nuggets no entraban en el menú.

- Un plato principal: Creo que se llamaba "wok Ebi" o algo así, y ha sido un bol bastante grande con arroz basmati, verduras al wok, setas, langostinos y pollo, con salsa de soja. La pimera mitad me ha costado. Estaba muy caliente y el olor era demasiado intenso. Además, salía demasiado humo del bol y me costaba tener abiertos los ojos, así que entre la alergia y eso parecía que tenía un dramón de día encima. Yo creo que se me ha quedado el pelo un poco duro y todo con tanto humo. A partir de la mitad, le he empezado a coger el tranquillo a las combinaciones ingredientes/pinchada y no me ha discustado del todo, me lo he comido todo.

- Una bebida: Una cocacola

Así pues, mi ranking de franquicias baratas a las que he ido, queda como sigue, que ha sufrido alguna variación desde su último updating, en enero:

1) Frescco: Ya no es indiscutible, pero aún no ha sido superado. Nadie ofrece globalmente un producto tan completo por ese precio. (Se mantiene)

2) Chicago Hot Dogs: Es la tienda de perritos calientes de la calle Hortaleza, casi en Gran Vía. El perrito Chicago, con su salsa especial, sus pepinillos y su cebollita frita crujiente, es casi tan bueno como follar un viernes o un sábado, que es cuando yo los consumo. Además, de tan canijo que es el local, resulta acogedor y lo llevan dos maricas portugueses muy graciosos. Por lo visto hay otro por la Plaza Mayor. Una elección muy bien ajustada en su relación calidad/precio, por cuatro euros te calzas tu perito y tu cervecita. (Nueva entrada!)

3) Pans & Company: Objetivamente tienen el producto más sano y más elegante de todos los que se ofrecen en las franquicias, porque reconozcamos que los bocatas siempre han estado muy buenos y siempre encuentras uno que te hace salivar. Lo que pasa es que yo siempre le he tenido un poco de tirria a este sitio porque a) tenían los camareros mas empanados del mundo b) siempre tenían los baños asquerosos (varias veces me he encontrado con unos chorongos en los baños que me han hecho asociar a esta marca directamente con el pino mediterráneo) y c) daban muy poco ketchup para las patatas. Vamos, que les cogí manía y asco.

Pero como todo merece una segunda oportunidad, he vuelto últimamente. Para mi sorpresa, los menús, aparte del tradicional bocata, ofrecen aparte de las tipicas patatas, unas ensaladas muy buenas, grandes y variadas (seis opciones diferentes). Además, fui al baño y no estaba mal. Vamos, que este tercer puesto es merecidísimo, se lo han currado. (Nueva entrada!)

4) Viena Capellanes: Su ensalada gigante a customizar por el cliente sigue siendo un must a 3'65 Euros, y tiene que estar ahí, es un buen escaparate. No olvidemos el sandwich anchoa/tomate (Se mantiene)

5) Subway: Últimamente voy menos pero sigo tolerándolo. Creo que tiene los días contados en el top5 (Cae del 2º al 5º puesto)

Como veis, Starbucks y Burger King desaparecen, y es que le estoy cogiendo manía al concepto Starbuck´s, y últimamente paso de hamburguesas. A ver si voy al Fast Good y lo subo al top, que hace tiempo que no voy y quiero meterlo.

Poca cosa más, hoy iba a contar que me ha dado el punto y me estoy bajando el Papito de Miguel Bosé porque yo quiero oír eso. Me muero de curiosidad y creo que es un producto del que hay que informarse para criticarlo con fundamento, con opiniones ricas en detalles, conociéndo los duetos. Además ¿alguien me puede explicar quién ha engañado a Michael Stipe?. Decir que aunque ahora me carga muchísimo este hombre y su música me parece un rollo, yo entré en los noventa (catorce añitos) siendo fan de Miguel Bosé, dándole bam-bú al radiocasete a todas horas, así que siempre me fijo un poco más en lo que hace, inconscientemente. Tengo que hacerlo, tengo que escucharlo. Dejadme en paz.

También me he cortado el pelo y ahora, aparte de cara de alérgico, tengo cara de alérgico con el pelo recién cortado, lo que suma puntos a un probable próximo fin de semana sin sexo, que con esta cara a ver quién se me arrima. Mira, así me lo quito todo de golpe.

Y que me he comprado un pantalón para ir arreglado pero sin traje cuando viajo por trabajo y tal, y que a la media hora de comprarlo y dejar para coger el bajo el que menos me disgustaba de los que he visto (no me acaba de molar mucho ese estilo Friday casual, pero reconozco que que es lo más aceptado en mi mundillo si te quieres ahorrar viajar de traje alguna vez) voy y veo el pantalón perfecto en una tienda de al lado. Me lo he probado y me quedaba pintado. He vuelto a la otra tienda para suplicar que invirtieran el proceso de cogida de bajos (¿a nadie le hace gracia esta expresión?) y me devolvieran mi panoja, pero ya habían cerrado, así que a ver qué puedo hacer mañana. Estoy sufriendo bastante porque como me hayan cogido el bajo, me como el primer pantalón, y no es plan de comprarse dos... ¿o sí? (ya verás)

lunes, abril 23, 2007

Finde review: Qué buen tiempo, hola alergia

Viernes

El viernes comenzó con la siesta del año, que me llevó tres horas terminármela y de la que me levanté discutiendo con todo el mundo, como tiene que ser. A mi esas siestas que te levantas majísimo no me van nada y me saben a poco. Eso sí, al cuarto de hora ya estaba bien y muy descansado, que es lo que mola y compensa. Pides perdón y ya está, no pasa nada.

Empecé quedando un rato con Seiai, con la que me tomé unas tapas por la zona de Alonso Martínez antes de quedar con Agr, CF y Clitos. Dejamos a Seiai y nos fuimos los cuatro por el Costello. Teóricamente íbamos a ver por allí Uma y sus amigas, que celebraban la despedida de una de ellas y Uma me dijo que iban a estar por la zona. Mis amigos me pidieron detalles y yo les dije que no tenía ni idea de nada, que sólo conocía a Uma y que nada más que tenía un par de mensajes de ella comentándome el plan por encima. Saqué el móvil para enseñarles los mensajes y ya me dejaran en paz y cuando leí "el sábado estaré por la zona Costello con mis amigas bla bla..." me quedé pillado porque obviamente, siendo viernes, me había equivocado de día. Mis amigos no daban crédito pero no se lo tomaron a mal y nos metimos a El Sol, que nos quedaba cerca.

En El Sol volvimos a ver a uno de los llamados a ser personaje de la temporada en Madrid. Agr y yo ya le habíamos visto un par de veces, y me consta que va allí todos los viernes, porque ya he oído hablar de él por terceras personas. Quien esté leyendo esto y haya estado en El Sol un viernes hace relativamente poco, lo certificará. Se llama Sebastián y es un argentino delgadito que va siempre vestido con americana, camisa, corbata y zapatos, aparte de un flequillo inconfundible. No viste de moderno, no viste clásico, no es feo, no es guapo, no viste bien, no viste mal, es normal, es raro y va a su puta bola. Va solo, no bebe, no liga, no fuma y casi estoy seguro de que no se droga. Sebastián llega al Sol y se pone a bailar, así, sin más. Se sube en primera fila del escenario aunque no haya nadie y empieza con su ritmillo, que es indescriptible, no sabes si está de coña o qué es lo que pasa ahí, pero te le quedas mirando y tampoco es especialmente descoordinado. Podría ser patético, pero no, es lo más gracioso que he visto en mucho tiempo y él no para de sonreír, de bailarlo todo exactamente igual, que le acabas cogiendo cariño. Poco a poco te das cuenta de que todo el mundo le mira, todo el mundo comenta, la gente llega y se le queda observando, le da un codazo a su amigo para que le mire también, le hacen fotos, algunos bailan con él, chicas guapas, chicas feas, los modernos, los surferos... todos interactuamos de algún modo, aunque sea mirándole de lejos, pero el caso es que continuamente tiene un público bastante numeroso sin quitarle ojo. El pasa de todo, sonríe, mucha gente se le presenta pero no habla mas de dos minutos con nadie, porque él va a El Sol a bailar, y lo demás le da igual. Hasta ahora la cosa estaba entre dos, pero sólo puede quedar uno. Ahora que Boris no está, viva Sebastián (de remember, esta versión del famoso cocimiento de Yeltsin, versión Peanut Butter Jelly Time, que me encanta)



Sábado

El sábado hacía un día espectacular y quedé con CF prontito por la tarde para darme un paseo de tres horas por el centro de Madrid, que es una cosa que nos gusta mucho hacer, alternando tiendas de todos tipo (no compré nada) con la caminata, o con una cocacola sentados en algún banco. Además fue mi primer paseo en manga corta del año, qué gusto. También fue el primer día del año en el que las tetas se hicieron con el control de la ciudad, así que qué más se puede pedir. Acabamos en los jardines de Sabatini viendo a parejas de recién casados haciéndose las fotos de la boda, que es una cosa que desde aquí recomiendo encarecidamente a todo el mundo. Qué estilismos, qué poses, me encanta Rubens, me encanta el barroquismo, qué bonito esos dorados, qué bonita esas figuras... y cómo se ponen el vestido de polvo las novias. Todo lo ves gratis y pasando ante ti cómodamente sentado en un banco.

Por la noche quedamos los mismos del viernes, pero esta vez sí encontramos a Uma y a sus amigas, qué vaya nivelazo de amigas, y nos alegramos tremendamente de que estuviesen casadas y tuvieran novios y esas cosas que no condicionan nada. Estuvimos en el Susan tomando algo con ellas y muy bien, la verdad, nada hortera la despedida, pero luego, pensando que acabaríamos todos en El Sol, nos separamos momentaneamente... para siempre. Al final era imposible entrar a El Sol y nosotros nos metimos en el Elástico, que a mi me gusta más. A mis amigos no y, a las cuatro se retiraron. Yo iba a irme con ellos, pero justo cuando se iban me encontré casi a la vez con Supervago, y, por otro lado, ¡qué coña! con mi amiga Navy y sus amigos, así que le dije a CF que yo me quedaba, que había resucitado mi plan. Con Supervago estuve un rato hablando, que es comodísimo hablar con él por la noche porque somos más o menos igual de altos y agradecí no tener que contorsionarme para acercarme a su oreja para que me entendiera lo que le decía, y viceversa. Qué gracia cuando para explicarme por qué no le convencen los The Arcade Fire y sus excesos ornamentales en los finales de las canciones, simplemente se puso a bailar como quien no quería la cosa, palmas abiertas en alto en plan mesías y cara de subidón, los momentos finales del "No cars go", que era lo que sonaba en ese momento. Es que yo no le daba mucho la razón hasta entonces, porque a mi sí me gusta el grupo, pero con su breve actuación ya entendí el concepto inmediatamente y ahora me da que me va a costar escucharlos sin acordarme. Y nada, tras un rato agradable charlando de esto y de aquello, ya nos despedimos y me fui a buscar a Navy y a sus amigos, que no quería perderla.

Estuve con ella y con su grupo, pero como menos Navy iban todos pelín pasados y no tenían fin, a eso de las seis y tras ponernos al día de nuestras cosas ya me fui a dormir, que si no caía la copa de la muerte, y no quería, que ya iban unas cuantas.

Domingo

El domingo me pasé un rato por La Latina y se estaba de muerte al solecito. Nos encontramos con la gente de siempre y no hicimos mucho, a las ocho estaba en casa, que ya me valía con el finde. Menos mal que esta semana voy al concierto de "Scissors Sisters" con Kurt y el sábado voy al teatro también con Kurt, aparte de celebrar nuestro cumpleaños privado anual (como cumplimos cerca, nos vamos a comer los dos un día y nos hacemos regalos) que me lo paso bien saliendo pero llevaba dos fines de samana sin hacer otra cosa, y no me gusta tanto.

Ah, he empezado con la alergia, aunque este mes creo que viene algo más floja.

(vaya post más largo, me odio cuando me enrollo)

viernes, abril 20, 2007

Otra vez malo, y van dos.

Esta semana me he puesto malo otra vez, y es la segunda desde febrero. El martes me dio por estornudar y me tiraba un pelín la garganta, nada serio, pero el miércoles ya me desperté con la garganta como las cuevas de Mordor y unas toses peores que un pelotari dándome manotazos en el pecho. Pensé que sería mejor dormir un par de horas a ver si me mejoraba, así que puse un mensaje a la gente del curro y me volví a dormir, pero en vez de a las nueve, me desperté a las doce, es lo que pasa cuando estás malo y no te pones el despertador. Como seguía sin encontrarme bien y con las toses seguía fumigando toda la casa, ya no fui a currar. Teniendo en cuenta lo poco que me cuidé la otra vez, que me duró el catarro dos semanas y sufrí de diversas mutaciones de voz, decidí que esta vez sería diferente. Esta vez me medicaría ordenadamente, dejaría de fumar radical y bebería agua constantemente. Y lo he cumplido.

Entre ayer y hoy me he debido beber ocho litros de agua, me he tomado mi Desenfriol cada ocho horas (lo prefiero al Frenadol, que me duerme) y no me he saltado ni una cucharada del jarabe para la tos. Aparte, sólo me he fumado un par de cigarros y ambos han sido porque me los merecía y me encontraba bien. También he comido chicle todo el rato, que a mi me alivia tener algo con ritmillo ahí en la boca dale que te pego. Y nada, a estas horas, un día y medio despues, vale, tengo algunos mocos, pero casi se podría decir que estoy recuperado. Lo he hecho fenomanal todo.

Hombre, yo creo que no me ha dado muy fuerte y lo he pillado a tiempo, pero claro, con estos días que no se sabe si hace frío o calor porque está cambiando todo el tiempo, pues si sales a la calle y hace un poco de sol y ves a dos maricas con chanclas y tirantes pues dices "hala, qué exagerados", pero ya te quedas con la copla de que hace calor y a la siguiente vez que te alicatas para salir, pues te abrigas menos, y claro, te pillas el trancazo fijo. Y lo mismo al revés, que se levanta un poco de frío y sales a la calle y ves a las dos señoras con las pieles, pues dices "míralas, que se creen que va a nevar", pero llegas a casa y te pillas un abrigo, sales, te asas, y luego te lo quitas y se te enfría el sudor, y otra vez malo. Estas fechas son las peores.

Por supuesto, aquí os dejo mi Top4 (*) de las medicinas que más me gustan:

4) Clamoxil: Hace mucho que no tomo antibioticos, pero estoy convencido de que el Clamoxil se podría considerar golosina. De pequeño era lo mejor de ponerse malo, tomarse los Clamoxiles.

3) Frenadol: El Frenadol estuvo en mi top1 mucho tiempo, pero ha ido cayendo con los años. No sé, ese amargor, ese sabor a naranja revenida... a mi me encantaba. Ahora no lo tomo porque me da sueño, pero siempre será un referente.

2) Bisoltus: Con jarabes como estos entiendo que haya adictos. Lo tomo cuando me da tos de perro y no me hace mucho, pero qué rico. Tengo que controlarme porque últimamente a veces me lo tomo a morro, y de darle un traguito a darle dos o tres... no hay tanto.

1) Aspirina disuelta en una cucharada de agua. Es el puto sabor, el gintonic de las medicinas. Ácido, áspero en lengua y paladar, harinoso pero ligero. Soy más de gelocatil o iboprufeno cuando me duele la cabeza, pero a veces me hago una concesión y me enchufo una aspirina por variar, porque es que me encantan.

(*) Si el Aerored fuera una medicina, sería mi top3 clarísimamente, pero como que no es plan de tomarse en serio el matacuescos éste ¿no?

Bueno, hoy he visto a Rajoy en lo de las preguntas, que es un programa que cojo con muchas ganas pero que a partir de la mitad me empieza a aburrir. Sin entrar en valoraciones de lo que ha dicho o no, porque yo creo que todos estamos ya tan polarizados que es complicado ser imparcial y sentarse sólo a escuchar, y sin dudar de que Rajoy es mejor orador en público que Zapatero, la reflexión más interesante que creo haber sacado es que hoy no he reconocido en Rajoy al tipo que ha estado metiendo caña a saco al gobierno durante todo este tiempo. He visto a un tipo con ganas de agradar, paciente, moderado (hasta cierto punto)... ante cuestiones realmente incómodas, que desde luego no había afrontado así hasta hoy, digamos que le he visto recular, supongo que porque se han dado cuenta de que esa actitud se les estaba volviendo en contra. No sé, Zapatero te gustará o no, te parecerá un pavo o no, estarás de acuerdo con él o no, pero yo el otro día vi al Zapatero de siempre en el programa, con sus mismos argumentos de siempre y contestando a las preguntas (más o menos) con el mismo tono que le había visto usar hasta ahora.

En lo que a los dos programas se refiere, yo me he creído más a Zapatero como persona, que no es lo mismo que estar de acuerdo con él en todo. Creo que ha sido más consecuente consigo mismo y con su postura en el gobierno hasta el día de las preguntas.

martes, abril 17, 2007

Animalitos (los míos)

El otro día me encontré con Sister, la hermana de Kurt, en la Latina, aunque también me encontré con medio Madrid en la plaza de San Andrés, que estaba el otro día la plaza como para que aterrizara un helicóptero, madre mía qué de gente había, aunque al final conseguimos buen sitio. El caso es que Sister me dijo que ahora tenía un gato, y yo, automáticamente le solté mi set de frases para cuando alguien me dice que tiene un gato "¿pero entonces ya estás oficialmente loca? ¿y te vas a dejar las canas largas también? ¿llevas migas de pan duro en los bolsillos para dar de comer a las palomas? ¿cuando hablas con el gato, también simulas en voz alta sus respuestas?" y cosas así, lo típico.

El caso es que cuando volví a casa me dio por plantearme en si yo tendría una mascota cuando viva solo, y claro, necesariamente de ahí tuve que pasar a enumerar mentalmente mis experiencias con las mascotas a lo largo de mi infancia, porque todo el mundo sabe que yo para expresarme y nutrirme de mis vivencias, necesito de un escenario sólido y con fundamento, bien organizado. Menos rollo, veamos lo que tenemos:

Hamster

Vivíamos todavía en la otra casa, así que debería tener yo unos cinco años cuando apareció mi padre con un hamster asomando el hocico por un cajita (el hamster, no mi padre). Yo no había visto en mi vida uno, así que me quedé un poco serio porque de repente había un ratón en casa que iba a vivir con nosotros. A mi madre le dio grima directamente y dijo que ella no lo pensaba tocar, y mi hermano era pequeño y no se enteró de nada. Me lo pusieron en la mano y me gustó porque no mordía, lo olía todo y se metía miles de pipas en los mofletes. El caso es que después de esa performance de presentación, tuvimos que ponerle nombre:

pwalks (mi padre): ¿cómo quieres que le llamemos? me han dicho que es hembra.
yo: mmm... yuliet! -(Juliete era la novia de D’artacán, y yo estaba enamoradísimo de ella, que yo siempre he sido muy romantico)-
pwalks: ¿y ese nombre?
yo: es que es la novia de Dartacán
pwalks: no, mira, la vamos a llamar Centella
yo: no. a mi Centella no me gusta
pwalks: mira, cuando yo era pequeño en mi pueblo a todos los perros y perras les hemos llamado o Rayo o Centella, según fueran perro o perra.
yo: ¿a todos?
pwalks: sí, y ninguno se quejó
yo: pero esto no es una perra... no me gusta Centella
pwalks: Centella es muy bonito, y todas mis perras se han llamado Centella, ya verás cómo le gusta, además, seguro que el hámster ya se llamaba Centella antes de venir a casa
yo: ah

Así que, tras una discusión equilibradísima y nada manipuladora, Centella se quedó con nosotros. Realmente no tengo muchos recuerdos del hamster, pero sí reconozco que no me porté muy bien con él. Aprendí bastante rápido que los hamsters resbalan que te mueres por el parqué, incluso controlan su derrape hasta cierto punto, que son capaces de dar vueltas en el suelo sobre su espalda aplicándoles el giro adecuado y que, en algunos casos, cuando se les somete a un triple mortal en el aire, emiten un gritito, aunque lo malo es que después muerden. Nunca he maltratado a los animales, sólo es que tenía cinco años y un mundo de posibilidades con aquel bicho en mis manos, pero no le maté yo, ni siquiera le hice daño.

Un día llegué a casa y mis padres me dijeron que se había muerto de una insolación (teníamos la jaula en la terraza). El caso es que yo por aquel entonces ya pasaba del hámster porque el bicho no me podía ni ver y me tiraba mordiscos en cuanto le acercaba un dedo por entre los barrotes, pero no me dio mucha pena porque odiaba el olor de la jaula. Se murió y punto, y nunca más tuve ganas de tener un hámster. En cambio PrimaP tuvo cinco seguidos (la saga de los Moi, qué pesados, se llamaron todos igual) y menudo dramón en su casa cada vez que crujía uno...

Gusanos de seda

Los tuve porque los tenían todos los niños de mi clase, pero siempre me dieron mal rollo, y mira que a mi lo de la metamorfosis ahora me parece fascinante. Pero debía tener ocho o nueve años y nunca me sentí cómodo durmiendo con una caja llena de gusanos en mi habitación, sobre todo desde que se me cayeron sin darme yo cuenta, y luego no pegué ojo varias noches pensando en si se habría quedado alguno por ahí que se me pudiera subir por la noche. Lo que más me gustaba era ir a coger morera para que comieran, porque iba con mis amigos y nos subíamos a los árboles.

La realidad es que no los disfruté nada, les daba de comer y tal, pero luego sólo abría la caja para contarlos y comprobar que estaban todos. Vi cómo se hacían los capullos y yo pensé que ya estaba, pero no, de repente un día me traumaticé cuando vi las mariposas marrones y feas que habían salido. Le dije a mi madre que todas eran siamesas, porque estaban unidas por las colas, pero mi madre se rió en mi jeta y me dijo que no, que lo que pasaba es que estaban follando fecundándose. Luego pusieron los huevos por todas partes y luego ya se murieron y tuvimos que tirarlas a la basura. Yo vivía aterrorizado todo aquello que estaba sucediendo en mi cuarto, así que mi madre, viendo lo mal que lo pasaba con todo, me dijo un día que se los había dado a la hija de una compañera suya. Yo se lo agradecí mucho, pero años más tarde me confesó que había tirado los huevos a la basura. Olé mamá, te lo agradeceré siempre.

Periquitos

Si ha habido unos grandes protagonistas animales en la casa de los Walks, estos han sido los periquitos. Debimos tener periquitos desde que yo tenía once años hasta los trece, tres parejas distintas.

Mi padre apareció un día con una jaula con dos periquitos, uno macho y otro hembra, que ya se llamaban Rayo y Centella antes de poder discutirlo de algún modo. Pues nada. La verdad es que los primeros me salieron listísimos y se me subían al dedo y al hombro si lo hacía con cuidado, los soltábamos por la cocina para que volaran, cantaban cuando yo les imitaba su canto (todavía no me había cambiado la voz)... Me lo pasé muy bien con ellos, y les limpiaba la jaula encantado, lo que pasa es que una vez a la asistenta se le quedó la ventana de la cocina un día abierta y se nos volaron. Nos dio mucha pena a todos, así que mi padre compró otros dos inmediatamente, que nos salieron retrasados mentales. No hacían nada, te picaban cuando les ponías el dedo y se comían el cable de la lámpara cuando les soltábamos por la cocina. Un día, desaparecieron en lo que consideramos todo un auténtico expediente X, porque un día volvimos a casa y, de repente, ya no estaban. Todas las ventanas cerradas, ninguna salida visible... Nunca lo hemos resuelto, pero yo estoy convencido de que algún día me encontraré una momia de periquito abriendo algún armario o cambiando alguna tubería o algo. Estos también se llamaban Rayo y Centella.

Nuestros últimos Rayo y Centella también fueron unos sosos aunque como nos duraron bastante, también conseguí que se me subieran al dedo. Murieron por causas naturales y todavía me acuerdo de mi hermano pegado toda la mañana al último que se murió, dándole calor junto al radiador, y acompañándole en sus últimos minutos. Sufrió mucho Jwalks con aquel periquito.

Pues eso, que yo no soy de mascotas. Me gustan los animales, pero nunca lo he sido y no creo que lo acabe siendo. Por un lado no creo que una ciudad sea sitio (los gatos se apañan, o los bichos pequeños, pero no me gustan), y tampoco tengo paciencia ni espíritu de sacrificio para cuidarlos. Me gustan los cachorritos y los perros majetes, estos que son cariñosos pero no pesados, y me hacen gracia cuando le huelen de repente el mondongo a señoras desconocidas cuando van por la calle, o van tan serios con su palo o su pelota, o se refriegan por la hierba, pero hasta ahí.

Además, he visto a amigos cercanos sufrir por la muerte de sus animales casi tanto (o más) que por la de familiares, así que prefiero ahorrarme disgustos. Eso sí, si voy a tu casa y tienes animales, no hay problema, me molan.

lunes, abril 16, 2007

El bukkake de visitas (fin)

Bueno, igual que vino se fue, creo. Ya que saqué yo el tema el otro día, pues os cuento el final de la historia, que no deja de ser como cualquier otra: el asunto del que hablaba en mi último post ha tenido un efecto champán que se ha ido desvaneciendo con el fin de semana y, a estas alturas, ya casi todo está normal. Al final lo del viernes fue de no creérselo y acabé con unas 6700 visitas en un solo día, y con el efecto colateral de que ahora metes "tecnolerdos" en google y salen un montón de sitios (páginas de chorradas de internet, foros...) que son bastante ajenos al entorno de este blog, pero poco más.

Como experiencia personal (cómo me gusta empezar las frases así, con su mundo interior y tal) todo esto me ha resultado interesante, un poco desconcertante y estresante al principio, pero reconozco que luego este fin de semana me he entretenido bastante observando hasta dónde puede llegar en unas horas un post que escribes desde tu casa un día cualquiera, por el simple hecho de que a alguien (que pierde el tiempo igual que tú en la suya) se le ocurre hacerle un hipervínculo a una página que recibe muchas visitas. Así de tonto. Ya sé que es una perogrullada contarlo así porque en internet lo vemos continuamente con mil tonterías (vídeos, chistes...), pero cuando pasa con algo que has escrito tú, lo ves desde otro punto de vista, sobre todo el tema de opiniones de la gente y eso, que se me ha hecho muy raro ver como se montaba, por ejemplo, una discusión sobre mi post, con agresiones verbales y todo, en un foro sudamericano al que llegué casi sin querer. Muy surrealista todo.

Definitivamente, la conclusión que he sacado de todo esto, más que otra cosa, ha sido que me da más rabia de la que creía que me anden poniendo verde por ahí sin que yo me entere.

viernes, abril 13, 2007

¡Halá!

Acabo de llegar de dar un vuelta. Son las dos y media de la mañana y desde luego que no debería estar posteando, sobre todo, porque mañana curro. Es que había quedado con Kurt, Elza y Would ya que aún no había tenido tiempo ni posibilidades de invitarles a nada por mi cumple. Hemos tomado unos vinos en La Fábrica de Pan (algún día hablaré de lo que me estoy aficionando al vino) y luego cenado en el Wagaboo de Gravina, que aún no habíamos estado, y luego nos hemos ido al Susan a tomar un copa. Allí estaba Juan celebrando su privilegiado paro, con Ajo y mucha más gente, y nos ha invitado a una copa (:D gracias!). Luego ha aparecido Cranston y todo, aunque sólo hemos estado un ratito con él porque ya casi nos íbamos. Muy bien todo y prontito a casa para haber salido un jueves. Encima ya tengo la entrada para el Summercase, un buen día.

El caso es que hoy es un día raro para el blog. Por algún motivo, el post anterior (Tecnolerdos) ha sido incluido en una conocida página de éstas que recopilan noticias y cosas curiosas de internet, y el número de visitas se ha disparado. Cuando he llegado a casa esta tarde me ha hecho mucha ilusión ver que rondaba las mil visitas en un día, record absoluto de cualquier post que haya escrito nunca, y oye, qué bien. Luego me he ido con éstos y, al llegar hace un rato, y ya que tenia el ordenador con el e-mule funcionando, de paso he comprobado cómo había quedado la cosa en el blog al final. Pues no sólo he visto que ayer, efectivamente, fue la bomba en número de visitas, sino que hoy en sólo dos horas ya llevo cerca de mil quinientas visitas... y me he empezado a agobiar un poco.

A estas alturas de la película, este blog no tiene la intención de transcender más allá de mi y de los que lo llevan leyendo desde hace tiempo. Hace ya tiempo que somos más o menos los mismos por aquí y, aunque cualquiera es bien recibido y esto crece poquito a poquito, yo estaba la mar de bien como estaba hasta ahora. Supongo que la seguridad que da saber que los que te leen saben de qué vas influye mucho en eso, pero hoy esto se ha ido un poco de madre y, tanto en mi propio blog (menos) como en la página ésta que he comentado (sobre todo) , un montón de gente que no tiene ni idea de que esto sólo son mis cosas intentando ser contadas con un poco de salero, se ha pasado por aquí, ha opinado sin ningún sentido del humor, ha rebotado el blog a otras páginas... en fin. Pues nada, que al final el rollo éste no me ha molado mucho, la verdad. Sólo espero que en pocos días mi link se difumine entre los tantos que hay y todo vuelva a la normalidad, así que me gustaría que si hay comentarios un poco raros durante unos días, pues ni caso, os lo agradeceré, que de verdad que prefiero que esto sea más de andar por casa.

Pero bueno, que tampoco es para tanto y podría ser peor, o si no mirad a la chica del vídeo el programa "Callejeros", que venía de copas con su novio en el coche y, aunque no hay que beber al volante, vale, no sólo les paró la policía si no que se metió en una movida delante de las cámaras de Cuatro que madre mía, qué pedo, qué milonga cuenta y qué final... (aunque todos sabemos que lo del final nos ha podido pasar a todos alguna vez). Me encanta lo de la hormona, por cierto:


martes, abril 10, 2007

Tecnolerdos

Trabajo en una oficina que tiene bastantes años de antigüedad, perfil técnico y con mucha gente. Esto significa que el rango de edades que abarcan mis compañeros es amplio, así que podemos encontrar gente de mi categoría profesional que va desde más o menos mi edad (yo soy de los más jóvenes) hasta prácticamente la de jubilación. Dejando aparte los temas técnicos, en los que todos son bastante expertos, una de las cosas que más me ha llamado la atención desde que entré es la frontera invisible que nos separa a los que hemos integrado los ordenadores como una herramienta natural de trabajo, de los que los sufren como una carga añadida a su jornada laboral, afectando a su rendimiento clarísimamente. Es un hecho que la gente de mi edad es la que más o menos marca el límite de los que empezaron a estudiar con ordenadores, pero los que son más mayores se dividen entre los que espabilaron y consiguieron adaptarse (con un esfuerzo mayor al mío, no lo pongo en duda) y los que jamás lo han logrado, más que nada, por falta de actitud.

Hasta ahora nunca le había dado importancia porque no me afectaba, pero hace poco tuve que trabajar unas horas en la mesa de una de estas personas con problemas de adaptación a las máquinas, teniendo este señor el poder sobre el ratón, y, entre despedazarle con mis propias manos fruto de la desesperación ante su estilo, o intentar memorizar aquellas cosas que me sacaban de quicio para hacer un post, opté por lo segundo. Los dos ganamos: él conservó su piel y yo mi puesto de trabajo.

A continuación haré una lista de los patrones comunes que he observado en esta gente, que son unos cuantos (no demasiados) en mi oficina, y no sólo en relación con lo de aquel día, sino con muchos otros momentos que he vivido. Si identificáis a alguien con estos conductas en el trabajo, sin duda estáis ante uno de ellos.

Perfil

- Edad entre cuarenta y cinco y sesenta y cinco años
- Titulación superior
- Pertenecen a la "vieja escuela".
- Capacidad alta en los aspectos técnicos de su trabajo
- Amplia experiencia laboral, desarrollada mayoritariamente en la empresa actual
- Mínimo de diez años trabajando con ordenador de forma continua durante su jornada laboral
- Formación recibida en ofimática en algún momento de su carrera profesional, a cargo de la empresa

Síntomas

- En internet, siempre hacen doble click en los links. Alguien les debió decir allá por los noventa que para abrir cualquier cosa en el ordenador había que hacer doble click encima, y nada, que así siempre. Con lo que no contaban es con que la era internet llegaría, y que cuando la página web en la que están navegando los vínculos pinchados aparecen en ventanas nuevas, el chocho de páginas abiertas que se les puede llegar a montar de tanto dobleclicar, pasa a ser la fiesta de la ventana en cuanto se descuidan.

- Leen cualquier mensaje que les aparece en el ordenador desde el principio hasta el final, como si fuera la primera vez que les aparece en la vida. A ver, a todos nos pregunta el ordenador mil veces al día cosas tipo "¿Desea guardar el archivo?", "Si cierra, los cambios que no haya guardado se perderán", "Este archivo podría contener elementos no seguros"... yo qué sé, mil cosas que estamos hartos de ver y que aceptamos de manera casi automática, o no, pero en plan pim-pam pim-pam. Antes de pensarlo, ya lo hemos pulsado. Ellos no, ellos leen cada mensaje con cuidado, meditan sobre él, ponen lentamente el cursor sobre el ok, vuelven leerlo por si se han perdido algo, y hacen lo mismo que llevan haciendo diez años ante ese mismo mensaje: aceptar, o no. Si estás con ellos en ese momento, tienen la extraña manía de leerlo en voz alta, como si el ordenador tratara de comunicarse con ellos y ellos fuesen los elegidos de hacer de intérpretes con el mundo.

- No conciben espacialmente el monitor. Cada vez que tienen que cerrar una ventana, minimizarla o abrir algo del escritorio, divagan en varias direcciones con el cursor del ratón hasta que hallan el mismo botón, icono o crucecita que pulsan varias veces todos los días, y que está en el mismo sitio de siempre. Es fascinante esto, cómo mueven el cursor con su cara de concentración y eso, pero a partir de la tercera vez pone un poco de los nervios y dan ganas de echar mano al ratón.

- No tienen ningún acceso directo en el escritorio, o tienen tantos que no necesitan abrir el Explorador de Windows porque lo tienen todo ahí, aquí siempre estamos ante extremos. Depende de lo que aprendieran el primer día que contactaron con una computadora. Que les enseñaron a grabar archivos en el Escritorio: pues los ponen todos. Que no les enseñaron: pues ninguno.

- Todavía se acuerdan del WordPerfect y a veces le llaman así al Word por error.

- En internet, en vez de usar buscadores, lo escriben todo en la barra de direcciones con sus www y su .com, por lo que su lista tiene unas ochocientas direcciones grabadas, es un espectáculo cuando la despliegan. Una frase para la historia que escuché esta semana fue algo así: "me parece que me voy a pasar al Google ese... el Yahoo está un poco flojo últimamente, no encuentro casi nada".

- Cuando se meten en internet y les saltan pop-ups con publicidad, se los leen detenidamente, por si es algo importante. Si les salta dos veces, lo leen dos veces.

- En su bandeja de entrada del correo electrónico, tienen cosas de 1998.

- Sus correos electrónicos y archivos de word, siempre tienen la letra y tamaño que viene por defecto, y el estilo más sofisticado que usan la negrita, la cursiva, el subrayado, la mayúscula y el tabulador. Y el punto y aparte también.

- Las rutas de sus carpetas de archivos, suelen tener tantas subcarpetas acumuladas con el paso del tiempo, que se necesitan de diez a doce pasos para acceder al archivo en cuestión. Obviamente, cada vez que abren una subcarpeta, la actitud es la de: ponen el cursos del ratón en medio de la pantalla, buscan con la vista por todo el monitor como si no existiese relación entre lo que han clicado anteriormente y lo que se abre, lentamente aproximan la flechita, y hacen doble click en la que quieren con ciertas dudas, como si no existiese vuelta atrás en caso de error. Así las doce veces.

- No tienen favoritos, no conocen su existencia. Buscan su página en su lista de la barra de direcciones tras hacer scrolls de dos minutos, o la escriben otra vez, total, de ochocientas a mil almacenadas, qué más da.

- Si abren un powerpoint de coña enviado por correo electrónico, lo tienen que ver hasta el final porque no saben abortarlo, aunque no les guste. Si de repente sienten que les van a pillar con algo porno abierto hay dos opciones: o bien pasan todo a toda hostia (clickclickclickick...) o directamente apagan el ordenador con el reset (juro que yo lo he visto).

- Cuando les envían un chiste por correo que les hace mucha gracia, lo imprimen y te lo llevan a la mesa para que lo leas, que lo de los reenvíos es un poco tal. Los powerpoint graciosos que te reenvían, suelen ser de hace dos años mínimo. Eso, cuando no son de cadenas de "si no se lo reenvías a diez personas te entrará fimosis", o fotos bonitas de cataratas, volcanes y lagos, que ya las viste en el Muy Interesante atrasado de la peluquería cuando se empezaba a llevar la cresta.

- Imprimen casi todo y lo acumulan en la mesa. Toman muchas notas a boli.

- No muestran emoción alguna ni curiosidad por cacharrear un poco por las nuevas opciones, cuando les cambian el equipo periódicamente por uno más nuevo.

- Cualquier archivo que no tenga extensión .pdf, .doc, .xls, .jpg o .zip (los típicos, vaya), se convierte en una barrera infranqueable que requiere de ayuda telefónica o pregunta directa al que tienen más cerca, en plan "¿esto qué es?".

- No tienen ningún problema en enviar un correo electrónico de 15 megas si el peso de los archivos que quieren enviar suma eso. En este sentido son un poco psicópatas porque no tienen ninguna conciencia del bien y del mal.

- Para ellos, minimizar una ventana es sinónimo de hacerla desaparecer para siempre. Si tienen que abrir siete veces el Excel desde el Escritorio sin cerrar lo anterior, se abren y punto. Ya los cerrarán todos de golpe cuando se vayan a casa.

- Tienen el volumen de sonido al nivel que venía el primer día, por lo que sus vídeos, pdf's con sonido o demás, son los que más se oyen de la oficina.


En fin, creo que es suficiente, aunque podría seguir horas. No es necesario que lo explique, pero esto no va por la gente que no sabe utilizar ordenadores porque no los necesita, no ha tenido oportunidad o no le ha dado la gana, que siempre hay alguien que dice que su madre es muy buena aunque no haya tocado un ordenador en su vida, pero que eso no le ha impedido criar a cinco hijos. No, yo voy por la gente que tiene la obligación profesional de usarlos, ha tenido tiempo y medios, y dispone de capacidad suficiente, ya que desempeña tareas que son mil veces más complicadas que manejar un ordenador, pero por algún motivo no les ha dado la gana hacer un esfuerzo y se han quedado atrás. Por supuesto que no son todos, pero yo conozco unos cuantos, exageraciones aparte. ¿Qué por qué me meto con ellos? Porque cuando lo ves de cerca, te das cuenta que el rendimiento laboral es algo más que estar ocho horas y media sentado en una mesa, sobre todo cuando te tiras cuatro de ellas colocando la flechita del ratón hasta que atinas en el botón. También es cierto que mi mundillo es muy peculiar, y existe gente que sabe un montón de lo suyo, pero son auténticos inútiles en otras facetas igualmente necesarias en su trabajo.

Que no hay excusa, vamos.

lunes, abril 09, 2007

Semana Santa review (me cag%&!*% y en la p*&%$%$& que parió a mi conexión)

(Lamento decir que aquí hay un post fantasma. lo había escrito, no me había quedado mal, había contado mis cosas y todo eso. Al ir a subirlo, aún lo estoy digiriendo, he perdido la conexión y se me ha borrado el texto íntegro. Me niego a volver a escribirlo, pero vamos, que todo muy bien estas vacaciones, la impotencia me impide ser más preciso. Ahora sólo quiero dormir, qué mal me ha sentado)

Mañana más...

martes, abril 03, 2007

31

Técnicamente, estoy escribiendo mi último post con treinta años, aunque mañana, cuando lea esto, o simplemente por la fecha que tendrá el post, tendré ya treinta y uno. La verdad es que ni me he molestado en echar un vistazo a lo que he escrito otros años por mi cumpleaños en el blog, así que es perfectamente posible que con lo viejo que soy ya esté repitiéndome como los yayos.

Mi cumple siempre ha sido raro por aquello de que toca por Semana Santa, unas veces cae antes, otras después y otras durante, así que es un poco lío porque nunca he tenido una referencia clara de lo que pasa cada año en esta fecha. Lo que sí sé es que este año se me ha pasado volando y que mucho me temo que va a empezar a ser así con todos los que me quedan (esperemos). Por lo menos tengo la certeza de que este año número treinta que se me escapa por momentos (toma ya, Bucay, mejora esa, tío petardo) ha sido uno de los mejores de mi vida por muchos motivos, pero sobre todo porque lo he vivido como me ha dado la gana dentro de mis limitaciones y he tenido mucha suerte en casi todo, además, me han pasado y he hecho cosas muy chulas, así que qué más se puede pedir aparte de seguir manteniendo erecciones completas... De todos modos, y por un par de razones muy concretas, este año que empiezo podría ser mucho mejor, o al menos más movido, así que lo mejor será mirar para delante y poner el pecho duro porque creo que alguna torta también me va a caer, pero no me importa porque yo me lo he buscado. Ya os contaré.

En un aspecto más práctico, casi todos mis amigos y amigas estarán por aquí estos días, y yo tampoco me voy a ningún sitio, así que va a estar muy bien porque voy a poder celebrarlo tranquilamente los días de fiesta que vienen y como a mi me gusta, haciendo el plan que nos apetezca en el momento con los gastos a mi cuenta: una comida, o unas copas, o una cena... ¿qué más da? lo que sé es que paso de hacer fiestas, prefiero adaptarme yo y que realmente se haga lo que mole ese día. Ni siquiera eso, que a mi me da igual que no se haga el día exacto de mi cumpleaños o no, que un martes es un faenón, ningún problema.

Qué fuerte, tengo treinta y un años.