martes, agosto 31, 2004

Canarias 2004

EL PLAN

Del diez al diecisiete de agosto nos fuimos a Canarias AGr, CF, J’sean y yo. Nuestro destino fue Las Palmas, básicamente porque Agr ya lo tenía decidido y los demás nos fuimos acoplando a su plan por diversos motivos circunstanciales. AGr tiene un vínculo bastante peculiar con la isla de Gran Canaria y a todos nos pareció adecuado no sugerir alternativas, además, nos lo vendió muy bien “es una ciudad que tiene marcha, playa, conozco gente, buen tiempo asegurado y, en un momento dado, tenemos el sur de la isla a tiro de piedra, que tiene guiris y todo eso”. Así que nos pareció muy bien desde que lo propuso.

EL COCHE

Con estas llegamos a la isla. Ligero retraso en el vuelo pero todo en orden. Recogemos en el aeropuerto el coche de alquiler que habíamos contratado y resulta que es el coche más feo del mundo, es decir, un Seat Vario verde pepino que yo no había visto en mi vida. Espeluznante el efecto estético a lo tortuga ninja y francamente incompatible con la personalidad de cuatro chicos rabiosamente juveniles como nosotros. Decidimos cambiarlo al momento y en la oficina de alquiler de coches, educadamente, nos dicen que no, que lo sienten pero que no tienen otro y que nos lo comemos. Nos quedamos con cara de cámara oculta pero decidimos no liarnos y nos lo llevamos prometiéndonos (ya, ya...) que volveremos cada día al aeropuerto sustituirlo por algo más digno. Nunca lo hicimos. AGr fue el primero en conducirlo y en lo que restó de semana lo cogieron todos menos yo porque me daba igual llevarlo o no. El caso es que acabamos tomándole cariño al coche y la verdad es que no nos dio ningún problema pese a nuestros deseos de que reventara en cada cuesta. Qué feo era pero como aguantó. Al final le sacamos fotos con nosotros y todo.

EL HOTEL

Llegamos a Las Palmas en nuestro... err... vehículo y dejamos a J’sean en su hotel porque él se apuntó más tarde al viaje y ya no quedaban plazas libres en el nuestro. Se lo montó por su cuenta para el vuelo y el hotel. Lo encontramos rápido y además, de pura potra los dos hoteles resultaron estar muy próximos. De pura potra porque según las indicaciones de internet de las que disponíamos como información previa, lo único que sabíamos era que ambos hoteles estaban situados en la Playa de Las Canteras, que cuenta con una longitud de 4 kilómetros. Casi nada. Por alguna razón hubo suerte y sólo distaban unos 200 metros.

Dejamos a J’sean en su hotel y llegamos al nuestro, al Astoria (un tres estrellas, oiga) y nos metemos en la recepción con las maletas. Un vistazo y se confirman nuestras sospechas: cutrón. Nuestras sospechas se basaban en que los padres de AGr habían pasado allí su luna de miel, allá por los setenta y en que mi peluquero también lo conocía y lo calificó como “normal”, hecho que me mosqueó inmediatamente porque mi peluquero, aparte de llevar peluquín, es el profesional más pelota con el cliente que existe y, ante cualquier opinión, siempre te da la razón y un sugus para que vuelvas otra vez.

Lo primero que detectamos fue que en la recepción reinaba un inconfundible olor a comedor de colegio (ese oloooor) proveniente de la cocina debido a que era la hora de comer, y realmente se hacía difícil de obviar, aunque no hicimos comentarios para no estropear el primer momento con una decepción. Yo miré a CF y le levanté las cejas contrayendo mis labios y él me miró a mí y me las levantó también. Suficiente. Yo creo que incluso estábamos satisfechos por no haber escogido la opción de media pensión que nos ofrecieron en el pack.

Al asignarnos las habitaciones en la recepción -decir que elegimos tres individuales por si acaso salía tema- conseguimos que nos las dieran bastante juntas en la misma planta. Resultado final, tres habitaciones interiores y en la planta baja, con ventana de reja. Todo esto porque según la versión del recepcionista “tres chicos jóvenes como ustedes sólo quieren la habitación para dormir. Además, las individuales son todas interiores”. ¿Qué haces en esa situación?. Nosotros dijimos que bueno porque todo tenía pinta de estar completamente decidido y el hotel estaba a tope. Y porque piensas que no es completamente real, que cambiará. Pero no, esas cosas no cambian aunque te vuelvas del revés.

Nos vamos a nuestras respectivas habitaciones (122, 124 y 125, cuyas llaves eran unas réplicas exactas, en tamaño y peso, de la usada para abrir el portón del Alcázar de Segovia) y nos ponemos a deshacer las maletas. Cuando los tres nos reunimos al terminar, parecíamos los tres medallistas de la final masculina de 1.500 metros lisos. Qué sudada pordiós. Eso no eran habitaciones, eran saunas. Un movimiento, una gota; dos movimientos, cien gotas; tres movimientos, la muerte. Claro que, en una ciudad con veinticinco grados centígrados de temperatura media anual y una humedad relativa del 80%, a quién se le iba ocurrir poner aire acondicionado o un ventiladorcillo en las habitaciones. Sólo a nosotros, por lo visto, porque cuando se lo comentamos educadamente al recepcionista, que ya nos tenía entre ceja y ceja a los veinte minutos de llegar, nos miró con cara de huevo y se encogió de hombros diciendo “aquí nunca hemos tenido aire acondicionado”. El calor en la habitación y el sudor en nuestros cuerpos fueron unas constantes a las que, con el paso de los días, nos fuimos acostumbrando, pero aún pagaría lo que fuera por ver la sudada que se pilló CF cuando intentó cazar un ratoncito que un día se le coló en la habitación de madrugada. Aún lo cuenta y me parto.

No puedo decir que me llegara a gustar el hotel, pero sí que me habitué a él. Tenía un punto freak que no estaba mal y en él se gestaron buenas conversaciones, reuniones de habitación y anécdotas que, aunque sólo sea porque se desarrollaron en ese escenario, creo que se merece que se le asigne un buen recuerdo. Lo que nunca en entendí es por qué mi habitación individual para uso individual tenía tres camas. Humano no comprender.

Por cierto, el hotel de J'sean, elegido una semana antes del viaje y al azar, resultó ser más bonito, más barato y más cercano a la playa que el nuestro, escogido cuidadosamente con casi dos meses de antelación. Además tenía aire acondicionado en la habitación, así que estoy deseando que Atrápalo.com me envíe el cuestionario de valoración personal de sus servicios.

THE PEOPLE

Pese a los primeros inconvenientes, el viaje ha sido claramente un éxito. Gracias a los chicos y a la gente que nos ha presentado AGr. Gente encantadora en su mayoría que hace que te sientas uno más desde que los conoces. Ese es el encanto que tienen estos canarios, que no te tratan como a un extraño por el hecho de no haberte visto antes. Además, son gente dulce por naturaleza.

B&V: Las dos chicas que nos amadrinaron desde que llegamos. Nos han sacado de copas, nos han presentado a sus amigos, nos han enseñado la isla y la ciudad, han cenado con nosotros... supongo que algo tuvo que ver la estrecha relación que unía a AGr con B., el tiempo dirá en qué queda el asunto, pero independientemente de esto, han sido unas perfectas anfitrionas de su isla y se merecen todos los agradecimientos que se me ocurran y, por supuesto, mi compromiso de devolverles la moneda si alguna vez aparecen por Madrid.

S.Grappa: Este tipo es libanés y propietario de un excelente restaurante de cocina mediterránea al que fuimos un par de veces a ponernos hasta las trancas. A este le conocía Agr. porque es el primo de uno de sus mejores amigos de la isla. Excelente compañero de copas, por otro lado. Siempre se traía al cocinero francés de su restaurante, que es el tío más feo que hemos conocido.

SF18: Amigo de AGr y piloto de F18 en la base militar de Gran Canaria. Le conocimos algo tarde pero con el tiempo justo para echar un inolvidable vistazo en privado a su avión. Una de las experiencias del viaje. Además, un golfo, según Agr. Ya lo veremos.


G&M: Otras dos chicas que nos acompañaron algún día, aunque menos tiempo que B&V. G. es la clásica persona a la que no debes tomar nunca en serio y M... quién es M.?

A.: La conocimos el primer día y no la vimos más, pero merece la pena destacarla por ser la impulsora de la interesante teoría acerca del probable hundimiento de la isla debido al peso generado por la masiva construcción de edificios dedicados al turismo. Expresado con convicción suena creíble.

... y el ratoncito, las camareras de Pachá, las gogós que promocionaban la bebida Web, el señor Barragán metido a fotógrafo, el que nos hacía el sándwich del desayuno, los amigos surferos de éstas, el yungo-yungo, la hermana de Isabel que ahora no me acuerdo de cómo se llama, el máquina del restaurante japonés, Junior, las Niñas, las talegas, las señoras de la limpieza del hotel...

MOMENTOS EN LA ISLA

Las olas de la playa de Las Canteras. Impagables momentos de risas con las olas gigantescas que había en esta playa, porque eran impresionantes, con la única ayuda de nuestra posición aerodinámica. Todo esto entre surferos perfectamente equipados que nos miraban con un cierto desdén. Era fácil, te ponías de espaldas a la ola más gorda que vieras y te dejabas llevar hasta que te quedabas sin bañador o te tragabas media ola. Revolcones y arcadas asegurados. Adivinen quienes eran los que se reían.

La marcha de Las Palmas. Entre semana, nada. De jueves a domingo, a tope. Buenos sitios, buenos precios, distancias muy manejables y mucha variedad. Como bebida, destacar el ron autóctono Areucas. Un sitio, el Jelly Fish. Un sitio freak: Floridita, que es una especie de Marmara de tercera regional.

Dar la vuelta a la isla. Esto es que un día coges el coche, sales por la carretera hacia la izquierda del hotel y llegas al mismo sitio por la derecha. Cuando terminas, has comprobado que estás en una isla y que no puedes escaparte en coche. Aparte, el recorrido es francamente bonito y agradable si no tienes vértigo. Yo, que tengo vértigo, sufrí de espasmos durante los tramos duros del viaje. CF lo sabe bien.

La comida. Se come bien. Muchos peces, papas, mojo y gofio, el secreto de la isla.

Las indicaciones de S.Grappa en el coche. "A la derecha... ahora cuando puedas a la derecha... en la siguiente a la derecha... si se puede a la derecha... ahora otra vez a la derecha...". Conducía CF y yo iba de copiloto. S.Grappa iba atrás intentando indicarnos el camino a un bar. Su técnica era simple, coger cada bocacalle a la derecha. Cuando llevábamos tres vueltas a la misma manzana y el no parecía darse cuenta de lo que estaba haciendo, entendimos que no tenía ni idea de donde estaba. Sólo faltó que empezara a sonar la musiquilla de Benny Hill de fondo. Cuando yo empecé a hacer de Dustin Hoffmaan en Rainman, en pleno ataque autista, golpeándome la cabeza y haciendo chilliditos, creemos que se mosqueó un poco.

... y la visita a los aviones, las dunas de Maspalomas, las fotos de equipo, los cigarros, el Foot Locker, la ratoncito, los Biaginnis, las cabezas escachadas, los apartamentos incrustados en los barrancos, la capoeira adaptada, las tríadas, el olor a burro, "hola, ¿qué haces aquí sola?", los bailes de J'sean, el control de alcoholemia, los desayunos, el último día en el aeropuerto, la cena en el libanés, los robados en la playa, el pollo Pérez...

LOS CHICOS

CF: Cuando se quitó la camiseta nada más llegar, los miembros del resto del equipo comprendimos que nos habíamos convertido en hombres invisibles a su lado ya que su moreno y sus músculos eclipsaron a los nuestros durante toda la semana, absorbiendo cualquier mirada en un radio de treinta metros. Aparte de eso, un tío estupendo, legal de verdad. Es capaz de comer las veinticuatro horas del día y no habla cuando lo hace porque saborea la comida muy serio. Metódico, activo, discreto, calculador y divertido, sabe reírse con ganas. Una suerte haberle redescubierto después de unos años.

El dijo: "yo me voy al hotel", "oye... ¿no tenéis hambre?", "esa, esa es la actitud", "cómo viene el blanco esta temporada...", "joder, ¿no tenéis calor?", "anda, sujétame esto"

AGr: La pieza básica del grupo, por ser el nexo principal de unión entre los cuatro. Pese a los altibajos que ha sufrido en el viaje, no dejó de preocuparse en todo momento porque cada día fuese mejor que el anterior. Se ha empeñado en que disfrutásemos del viaje empleando todos los recursos y contactos de los que disponía y lo ha conseguido. Le gustan los perros hasta el punto de llevar uno permanentemente subido a sus espaldas, aunque parece ser que ahora ya no lo tiene. No creo que tarde demasiado en volver a recuperarlo. Una de las mejores personas que conozco, siempre está. Mordaz donde los haya y carismático, es el primero que se ríe de él mismo, para luego soltarlas dobladas. Mala suerte que, en lo personal, el viaje no le haya salido exactamente como había planeado. No es culpa tuya, AGr, ni de nadie. Salió así.

El dijo: "que no me vendas la moto", "dame un cigarro", "jodío fumeque...", "este es un gudenai de la vida", "menudo porrazo/tabacazo que le iba a dar", "que no"

J'sean: Le conocí en el viaje. Un buen tío. Quizás me haya faltado algo de tiempo para tener la misma complicidad con él que con el resto, pero eso no es nada que no tenga solución con una cuantas noches más de copas. Serio con las cosas serias y escéptico con las cosas del mundo, tiene las cosas claras. Una bomba de relojería por la noche, un lobo con piel de cordero. Qué manera de bailar.

El dijo: "te habla voz de la experiencia", "pues mi hotel si que tiene aire acondicionado", "estoy hasta la polla de esperar veinte minutos todos los días".

...

Ha merecido la pena y sé que nos volveremos a ver en otra de estas. Estoy convencido.